5.- De sonrisas cuadradas y hoyuelos.
[...] No me dejes ahora,
cree,
comienza a correr,
no hay final,
eres el latido de mi corazón [...]
Hoseok no podía creer que ese chico había ido a verle.
Sinceramente, tenía la esperanza y sospecha de que sucedería. Por eso había hecho ese pastel, no solo porque Yoongi exigía el suyo, sino porque quería volver a ver la expresión tan bonita que había hecho cuando le llevo el pedazo de pastel al bar. No sabía cómo era posible que pudiera oler su aroma apenas pisó la parte trasera de la casa, pero lo hacía y su lobo se ponía tan ansioso por verle. Una de las posibilidades era que tal vez la sensación de miedo que tenía Taehyung al estar encima del árbol había hecho que sudara más, por eso podía olerle, pero de igual forma era extraño. Hoseok jamás había sentido esa atracción tan latente con alguien a quien apenas conocía, como si no importara nada más que estar cerca y poder ver, oler y poder sentir un poco de su existencia. De que es real.
Incluso en ese momento, no podía cansarse de mirar a ese chico que había terminado por comerse todo el pastel y ahora se hallaba atrapando peces con la mano en el pequeño río que había dicho que había. Según Taehyung, el lugar donde estaban eran uno de los pocos parques forestales que han conservado su naturaleza en Seúl, en donde no se han cortado árboles ni tocado los pequeños ríos o manantiales que había, protegido por la comisión de derechos del hombre lobo y naturaleza anti-artificial. De hecho, el parque donde había ido con Namjoon era uno de los pocos y pequeños parques que no habían sido re-modelados desde hace décadas.
Hoseok se sentía un poco nervioso y tal vez se debía a lo mucho que quería volver a tocar a Taehyung. En las mejillas, su cabello, sus adorables orejas... Se sentía a punto de cometer alguna estupidez y no podía. No conocía a Taehyung, no sabía quién era su familia y, demonios, ni siquiera sabía cómo había logrado saber donde vivía luego de darle el número de teléfono de la casa. Tenía tantas ganas de ir a olfatear su cabello como un simple cachorro, de envolverle con su aroma y marcar su esencia en él. Parecía un lobo al acecho, viendo cada movimiento de Taehyung al caminar por la orilla del río, quien a veces se giraba para verle y le dedicada una pequeña sonrisa algo incómoda, ¿O tal vez tímida? Hoseok no podía saberlo con seguridad. Todo en Taehyung le llamaba por completo, y tanto como veía que se relamía los labios inconscientemente también veía la forma en la que el viento desordenaba su cabello o como sus ojos cambiaban de color.
Querer estar tan cerca de Taehyung, de ese chico que no conocía para nada, se sentía casi instintivo. Y Hoseok sabía que eso no es normal, las personas no lo hacen, pero su lobo... ¿Qué le estaba pasando?
- Hoseok hyung -lo llamó Taehyung, sacándolo de su estupor. Pestañeó repetidamente, dando un respingo y dejando de apoyarse en el árbol a su lado. Taehyung estaba en cuclillas, juntando ambas manos como si fuera una cuenco-. Ven, mira, me ha dejado atraparlo.
Hoseok apretó los labios, porque las mejillas le dolían de tanto sonreír. Se acercó a Taehyung y se acuclilló a su lado, viendo como en sus manos había un pececillo azul igual de pequeño que su meñique, nadando tranquilamente en el agua en sus manos.
- Es muy bonito... -murmuró Hoseok. Aunque le parecía mucho más bonito Taehyung y sus largas pestañas.
- Bonita -corrigió. Hoseok veía como la pececilla nadaba de un lado a otro-. Es hembra.
- ¿Cómo lo sabes? -enarcó una ceja, curioso. De entre las manos de Taehyung se salía el agua, por lo que tuvo que volver a dejarla en el río.
- Adiós pececita -se despidió Taehyung, luego volvió a mirar a Hoseok tras sentarse en el suelo-. Porque... porque en realidad no tengo idea -rió con timidez, mientras Hoseok se sentaba a su lado-, simplemente sé lo que tratan de decirme y también sé mucho de peces, tal vez es porque tengo un olfato muy desarrollado. Más de lo normal.
- Oh, entonces no has perdido ese sentido -dijo Hoseok, inclinándose en el río y viendo las piedras que, por efectos de la luz, se veían de distintos colores-. Es un poco triste, ¿No? Que con el tiempo hayamos perdido un poco nuestros sentidos más básicos... como prestar atención a lo que hay alrededor.
- Creo que es parte de evolucionar -musito Taehyung, sin dejar de mirarle-. Darte cuenta de que existes, que existe algo más que el mero instinto por sobrevivir...
Hoseok sonrió de lado, cada vez más atento a las piedras y a los pequeños pececillos que pasaban por la orilla. Quería sentir lo que Taehyung dijo que podía, escuchar y sentir a los demás... pero lo único capaz de percibir para él era el aroma embriagante y dulce de Taehyung, junto a su calidez como un fuego que no quema.
- ¿Puedo hacerte una pregunta además de la que te estoy haciendo ahora? -preguntó Hoseok, dirigiéndole una mirada divertida de soslayo. Taehyung sonrió traviesamente, jugando con el césped entre sus dedos.
- Sólo si me das algo a cambio.
- ¿Quieres algo a cambio? -rió Hoseok, extasiado por lo descarado que había sonado, lo provocativo que era sin esforzarse-. ¿Algo cómo qué?
- No lo sé -se encogió de hombros, observándolo fijamente a los ojos, esos ojos de distinto color que Hoseok estaba empezando a idolatrar-. Sorpréndeme.
Hoseok asintió, con un sentimiento de desafío mientras miraba a su alrededor y pensaba en qué podía darle. No tenía nada en los bolsillos, el pastel ya se lo había comido, aunque bien podría decirle << te hice un pastel, creo que eso es más que suficiente >>, pero como lo había tomado como un reto seguía pensando en algo lo suficientemente impresionante.
Pero no encontraba nada, y tampoco se le ocurría gran cosa, cuando vio como algo en las orillas del río llamaba su atención. Hoseok se levantó, bajo la atenta mirada de Taehyung y se adentró en el río, sin preocuparse que el agua le cubriera las botas militares hasta los tobillos y adentró la mano en el agua para sacar aquello que le había llamado la atención sin saber porqué.
Era una piedra.
Pero no cualquier piedra redonda o deforme, no; incluso Hoseok se sorprendió cuando la sacó. La piedra tenía forma de corazón, de un casi perfecto y ovalado corazón con dos curvas, formándose gracias a las corrientes. Hoseok trató de no echarse a reír y salió del río con rapidez, sentándose al lado de Taehyung y tendiéndole, luego de secar con la orilla de su camiseta, lo que había recogido.
- ¿Esto es suficiente para hacer mi pregunta? -dijo Hoseok, sintiendo como sus dedos fríos tocaban la piel tibia de Taehyung, quien había extendido la mano y miraba embelesado y tan sorprendido como Hoseok estaba interiormente por la forma de la piedra.
- ¡Tiene forma de corazón!, ¿Cómo...?, ¡Woow! -exclamaba emocionado, sin dejar de tocarla con los dedos y extenderla por encima de su cabeza para verla mejor-. Esto vale por mil preguntas, Hoseok hyung, ¡Y te las responderé siendo completamente sincero!
- ¿Sin mentiras? -instó Hoseok, riéndose al ver lo emocionado que estaba.
- ¡Que un árbol me caiga encima si miento!
- Bien, lo has prometido, cachorro. Pregunta número uno -empezó a decir, bajo la expectante mirada que ahora le dirigía Taehyung-. ¿Cuál es tu color de ojos real?
- ¿Cómo? -musito Taehyung, extrañado ante su pregunta.
- Tu color de ojos real -repitió Hoseok, para luego explicar-. Me he dado cuenta que cambian mucho, ¿Por qué? O sea, es normal que cambien amarillos y a rojos, pero los tuyos se vuelven cafés oscuros o de distinto color...
- ¡Oh, ya entiendo! -sonrió Taehyung, jugando con la piedra entre sus dedos-. Es la primera vez que alguien lo nota, ¿Sabes? Así que no se lo digas a nadie -murmuró Taehyung, acercándose a su rostro mientras Hoseok tragaba saliva y sonreía nervioso por tenerlo tan cerca-. Tengo unas lentillas que me hacen poder cambiar de color cada vez que yo quiera o que lo piense.
Hoseok lo miró sorprendido, fijándose todo lo posible en los ojos de Taehyung, que se veían totalmente normales para él.
- ¿Unas lentillas?
- Sí, las hizo mi abuelo Woonie para mí cuando era pequeño porque temía que la gente me molestara por mis ojos de distinto color -explicó Taehyung, abriendo los ojos casi desorbitados hacia Hoseok, quien no pudo evitar sonreír divertido ante su gesto, para luego volver a sus facciones normales-. Mi color de ojos normal son celeste para el derecho y verde para el izquierdo, pero usualmente le ordeno a mis lentillas que sean de color café oscuro, como el chocolate.
- Debe gustarte mucho el chocolate -rió Hoseok.
- Me gusta mucho, sí, en especial cuando llueve y mi abuelo Woonie prepara chocolate caliente, le pone mucha leche y azúcar, es delicioso... -dijo relamiéndose los labios al recordar, para luego devolverle la mirada tímidamente-. ¿Puedo darte algo a cambio de preguntas?
- En realidad no hay nada que quiera, puedes hacerme la que tú desees -dijo sonriente mientras se encogía de hombros. Por la cabeza tuvo la idea de pedirle que volviera a lamer su cuello, pero eso ya sería demasiado para él. Morir joven no estaba en sus planes, además le daba cierto rechazo pensar que Taehyung hacía eso con cualquiera. No quería pensar en eso-. Pero antes, quiero preguntar otra cosa, ¿Cómo sabías que vivía aquí? Eso lleva en mi cabeza desde que te volví a ver, ¿Acaso eres brujo o algo por el estilo?
- Oh, tengo un hermano, se llama Jungkook, es muy bueno con la tecnología, yo también lo soy, pero él es increíble con sus inventos -explicó Taehyung con simpleza y cierto color en sus mejillas-, él busco tu dirección cuando te llamé gracias al número que me diste. Me contesto un Alfa, creo que era el mismo que te recogió esa vez... no me acuerdo de su nombre, ¿Empezaba con ese?
- Sí, Seokjin -afirmó Hoseok. Taehyung alzo la cejas, como si recién lo hubiera recordado.
- ¡Claro, Seokjin! -exclamó sonriente, para luego suspirar-. Ah, no me sentir bien hacerte preguntas sin darte algo a cambio, así que... te daré... te daré... -musito pensativo mientras veía a su alrededor.
- No tienes que darme algo, Taehyung -rió enternecido-. Estoy bien así, pregúntame lo que quieras.
- Si no quieres nada a cambio de preguntas, te daré nada -bromeó Taehyung, haciendo un gesto de expulsión con las manos y provocando una risa estrepitosa en Hoseok-. Toma toda tu nada, ¡Toda la nada que quieras!
- Ya, basta de nada, mucha nada por ahora -lo detuvo Hoseok, aun risueño, pero bastante curioso por lo que iba a preguntarle-. Pregunta lo que quieras.
- ¿Qué harás ahora?
- ¿Ahora? -musito, pensativo mientras miraba hacia la copa de los árboles-. Bueno, estoy aquí porque en realidad no tengo nada más importante que hacer... -se rascó la nuca, eso había sonado un poco mal para él, así que aclaró-: es decir, tengo que estudiar para ingresar a una carrera en la universidad ahora que puedo, pero Namjoon, mi primo, me ha dicho que me tomara un descanso.
Taehyung enarcó una ceja, casi despectivo.
- ¿Namjoon es tu madre, acaso? -espetó un poco frío. Hoseok lo miró extrañado, su semblante había cambiado a uno más serio, no relajado como segundos antes.
- No, sólo me aconsejo que estudiar por tantas horas sin intervalos de descanso era malo. Lo recomendado, según me dijo, era de veinte minutos por descansos de media hora. Algo así.
- Oh... -meditó, relamiéndose los labios para luego afirmar para mí-, entonces además de estudiar, no tienes gran cosa que hacer.
- Exacto.
- ¿Quieres que vayamos a ver algunos lugares que vale la pena conocer aquí? -preguntó. Hoseok esperaba que le dijera eso y, si no lo hubiera hecho, tal vez él lo hubiera terminado mencionando. Se suponía que iría a ver la ciudad o los alrededores de la universidad con Namjoon el fin de semana, pero definitivamente quería ir con Taehyung-. Si quieres, digo, tal vez ya has venido antes, ¿Has venido antes? Porque si es así entonces no...
- No he venido antes -se apresuró en contestar, parándose del suelo y tendiéndole la mano a Taehyung, quien la tomó con cuidado y se levantó quedando frente a él-, y me encantaría que fueras mi guía turístico.
- ¡Entonces vamos, vamos! -exclamó Taehyung, sonriendo emocionado sin soltar la mano de Hoseok y tirando de él-. Tenemos que volver antes de las once.
- ¿Por qué a las once?
- Los niños buenos vuelven a casa temprano -bromeó Taehyung, mientras ambos caminaban alejándose de la casa hacia donde Hoseok sabía que quedaba la carretera para tomar el autobús.
- ¿De qué hablas?, ¿Cuál niño bueno? -musito burlón-. No veo niños buenos por aquí, ni siquiera tú.
- Oh, bien, señor delincuente -dijo irónico Taehyung, deteniéndose frente a él. Hoseok había terminado por tomar su mano devuelta con total normalidad, como si no fuera la primera vez que le tomaba la mano a alguien que no conocía más de una semana-, entonces volveremos a las once con cinco minutos, ¿Te parece?
Ante el tono burlón de Taehyung, Hoseok entrecerró los ojos con recelo, porque era la primera persona a parte de sus hermanas que bromeaba así con él. Tal vez sus amigos en la escuela, pero a ellos los había dejado de ver cuando la mayoría había empezado a tener hijos, trabajaban o se habían mudado a la ciudad para ir a una universidad. Hoseok era uno de los pocos que se había quedado en Gwangju trabajando en vez de irse y, aunque no tuviera esa intención antes, lo agradecía porque así había podido conocer a Taehyung. Estaba seguro que no hubiera podido conocerlo en otro lugar que no fuera ese.
- Te estás ganando un castigo... -advirtió Hoseok, apretando la nariz de Taehyung mientras este se removía y le daba un palmazo a su mano con la que tenía libre-. No me golpees, ten más respeto con tus mayores.
- Tranquilízate, anciano -se burló Taehyung, sonriendo tanto que su boca se había vuelto un cuadrado encantador donde sus comisuras se levantaban, viéndose parte de sus encías y sus perlados dientes. Se mordió el labio inferior, Hoseok disfrutando de ese gesto suyo travieso que tanto le gustaba que hiciera-. Sé bueno conmigo si no quieres que te deje abandonado en algún lugar de la ciudad.
- ¿Crees que eso me detendrá a darte un castigo? -volvió a decir Hoseok malicioso, acercándose mucho más a su rostro y punzando con su dedo índice la mejilla de Taehyung-. Inténtalo y verás.
Taehyung trató de morder su dedo y Hoseok lo quitó entre risas mientras ambos seguían caminando hacia la carretera. De repente, Hoseok se detiene como si alguien lo hubiera jalado hacia atrás haciendo que Taehyung también se detenga mirándolo con confusión.
- ¿Qué pasa? -preguntó, al ver como Hoseok se pegaba un palmazo en la cara como si hubiera olvidado algo importante.
- Se me ha olvidado la canasta... y decirle a mis tíos que iré contigo a la ciudad, sino les aviso de seguro que le dicen a mis hermanas y ellas vienen exclusivamente a Seúl para asesinarme.
- Aún no me puedo creer que tienes seis hermanas, hyung -dijo Taehyung asombrado, mientras volvían a caminar por donde habían venido. En cierto momento donde estaban en el río lo había comentado, cuando Taehyung le preguntó quién le había enseñado a cocinar tan bien, obviamente había sido Yuna.
- Y yo aún no puedo creer que tengas un abuelo que sea capaz de crear lentillas cambia color -manifestó admirado ante la idea. Hoseok era nefasto en ello, apenas sabía como arreglar la televisión, el radio cassete de la casa o el reproductor de DVD del salón, o cuando se cortaba la luz por algún sobrevoltaje-, es decir, ¿Cómo es eso posible? Ah, la tecnología avanza tan rápido que empieza a marearme.
Taehyung sonrió, sin soltar la mano de Hoseok mientras se subía algunas piedras y pisaba algunas ramas tambaleándose de un lado a otro.
- Gwangju es un pueblo que se ha quedado bastante atrasado a diferencia de otros como Busan, incluso hay un tren bala ahí, creo que en Gwangju aún no lo habilitan.
- Sí, tal vez es porque la mayoría son ancianos o niños pequeños -razonó Hoseok, afirmando el agarre en la mano de Taehyung, alerta a sus movimientos porque veía que en cualquier momento podría resbalarse o tropezarse-, pero es muy bonito, deberías acompañarme alguna vez.
- ¿Me estás invitando a tu casa? -se detuvo Taehyung sonriendo con ilusión, parándose encima de una rama cortada. Hoseok siguió caminando, tirando con suavidad de él hacia la casa que empezaba a divisarse.
- Sólo si aceptas.
- Acepto -contestó con rapidez y tan entusiasmado que Hoseok ya estaba pensando en el día el cual pudiesen ir-, ¡Claro que acepto! Y más aún si vuelves a hacer un pastel.
- Tú sólo viniste a verme por el pastel, ¿Verdad? -bromeó Hoseok, picando las costillas del Omega quien se retorció alejándose un poco. Taehyung había alabado tanto su pastel que ya se sentía celoso de lo que había hecho.
- Debo aceptar que una gran parte fue por el pastel -confesó, mirando hacia donde pisaba mientras balanceaba sus manos unidas de atrás hacia delante. Hoseok jamás pensó que ese tipo de tacto pudiese sentirse tan natural con alguien a quien apenas conocía-, pero, no todos los días conoces a alguien que no quiere tus servicios.
Hoseok suspiró súbitamente, haciendo que Taehyung lo mirara sorprendido. Aún no podía creerse tampoco que ese chico tan adorable vendiera su cuerpo por dinero, ¿De verdad era tan pobre?, es decir, se notaba un poco por la chaqueta de jeans rota o su camiseta rasgada y sus pantalones un poco sucios, pero todo eso pasaba desapercibido ante él. Tal vez se debía a que Hoseok sólo podía mirar sus ojos, su rostro, sentir su aroma, y lo demás le importaba muy poco.
- ¿En serio das servicios sexuales? Es que... no te imagino haciendo eso con nadie, es decir, no te ves...
Dubitativo, no tenía ni idea de qué más decir. Simplemente, le hervía un poco la sangre pensar en Taehyung, ese chico, haciendo esas cosas con alguien... que no fuera él. Tenía que ser sincero, Hoseok se moría de ganas por meterse dentro de su piel, ir a una habitación y hacerlo suyo cuantas veces quisiera, ver sus distintas expresiones, someterlo a cuantas posiciones pasaran por su mente y hacerle gemir su nombre y sólo su nombre hasta que esté seguro que sólo piensa en él, pero sabía que eso no estaba bien. Por lo menos, no para alguien como él que jamás había besado a nadie sin conocerlo primero o, al menos, tener una primera cita que lo valiera. Hoseok no era de los que besaba y se iba, al menos, jamás había sido el primero en hacerlo, tal vez por eso sus relaciones terminaban luego de una tarde de celo con la que en ese entonces era su pareja de un mes. La relatividad del tiempo en sus antiguas relaciones siempre había sido diferente.
- ¿No me veo cómo? -instó Taehyung, arrugando el entrecejo-. No deberías imaginarme así con alguien, deberías imaginarme contigo -se detuvo, acortando la distancia con Hoseok hasta sólo quedar un paso por delante de él, mientras ladeaba la cabeza para buscar la mirada de Hoseok que se había perdido entre las hojas de otoño en el suelo-. ¿Te molesta que trabaje en eso?, ¿Crees que es inmoral?
- Me molesta que los Alfas te traten mal, como ese tipo -respondió distante. No podía evitarlo, volver a recordar a ese tipo en el suelo la primera vez que vio a Taehyung, le hacía pensar en que había tenido la oportunidad de hacer lo que quisiese con Taehyung y más encima, tratarlo pésimo. Tan sólo pensarlo le enfurecía-. Y no creo que sea inmoral mientras lo disfrutes, ¿No? es decir, puede ser inmoral para varias personas, pero si tú quieres y eso está bien para ti...
Podía sentir como Taehyung se ponía más decaído, en el ambiente que los envolvía, en el hecho de que la mano de Taehyung había dejado de apretar tanto la suya.
- ¿Y si no quiero, pero tengo que hacerlo?
Hoseok volvió a afirmar el agarre entre sus manos. Encajaban tan bien una con la otra que no quería deshacerlo.
- Pueden haber otras opciones, sólo... tienes que pensar en ellas. Las hay, incluso yo podría ayudarte a buscarlas.
- Siempre es fácil decir esas cosas, pero cuando las buscas... nunca aparecen -suspiró decaído, tratando de verse lo más desinteresado posible, pero Hoseok se daba cuenta que era un tema delicado para él al sentir como se tensaba-. O no están. Simplemente, la vida a veces es bastante injusta con algunas personas, es lo que te toca, como una ruleta.
Hoseok empezó acariciar la mano de Taehyung con su pulgar, queriendo transmitir calidez y comprensión. Tal vez fue las feromonas que transmitió, no tenía ni idea, pero Taehyung se relajó al instante apretando suavemente su mano en respuesta.
Siguieron caminando hasta que quedaron detrás de la casa, donde Hoseok solo se detuvo cuando Taehyung soltó su mano como si no pudiera cruzar ese límite. Su mano alejada de la suya se sintió más fría, vacía, como si le faltara otro dedo.
- ¿Me acompañas? -preguntó Hoseok, señalando hacia la casa y tocando su mano vacía. ¿Cómo un simple toque podía sentirse tan bien?-. Puedo presentarte a Namjoon y a mis tíos, Marie también está en casa y...
- No, prefiero esperarte aquí -negó Taehyung, para la decepción de Hoseok quien carraspeo algo incómodo mientras se rascaba la nuca. No tenía idea de porqué lo dijo, pero salió tan natural de sus labios que ni siquiera se arrepintió.
- ¿No te vas a ir?
Taehyung sonrió, negando con la cabeza mientras se apoyaba de espaldas en un árbol. Las hojas caían a su alrededor como una lluvia de otoño y Hoseok de verdad deseo que Taehyung no fuera obra de su mente.
- No, me quedaré esperando a que vuelvas a encontrarme.
Aunque lo decía con cierto tono alegre, sabía que hablaba en serio. Tal vez Taehyung no sabía lo que quería decirle realmente, cuando Hoseok le dijo juguetón << No me dejes >> y lo señaló en advertencia, Taehyung negando como respuesta con una risa melodiosa. Hoseok tampoco lo sabía en ese instante, pero ese << No me dejes >> había sonado tan familiar que cuando se dio la vuelta para ir a la casa, no pudo evitar darse la vuelta para ver si Taehyung seguía allí.
[...]
Cuando volvió a salir de la casa luego de decirle a Yoongi y Jimin que iba a salir con un amigo que había conocido y le prestaron un celular por si acaso necesitaba algo, Hoseok esperaba no encontrar a Taehyung y un sentimiento de desasosiego le había embargado de repente.
Hasta que sintió su aroma y alguien que le hacía cosquillas en los costados de su abdomen detrás de él.
- ¡Ah, Taehyung! - exclamó Hoseok asustado, sosteniéndose el pecho.
Taehyung reía travieso, avanzando entre los árboles como un cachorro juguetón mientras Hoseok gruñía y hacia ademán de seguirlo.
No sabía porqué, pero el << No me dejes >> emitido de sus labios seguía resonando dentro de él y en el gran bosque a su alrededor.
[...]
Nota: Se cambió una parte de la historia, Yoongi será tío de Hoseok, no Jimin xD ya lo cambié. Yoongi es hermanastro menor del padre de Hoseok, por eso es Min porque mantuvo el apellido de su madre más no de su padre que es Jung.
En el próximo se viene el desmadre :3 lxs amo ♥
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