~∆ Capítulo 23~∆

~ Alice Grinderwald~:

- Los meses pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

- Tuve que realizar terapias a lo largo del año.

- 2001 era un año de sorpresas.

- Sobre todo por la boda de Ginny y Harry.

- Ambos estaban muy nerviosos.

- ¿Y cómo no estarlo?
Todos sus familiares y amigos más cercanos estaban aquí, presenciando el mejor momento de sus vidas.

- Mi pequeño monstruo caminaba con su trajecito.
Para tener 4 años estaba muy elegante y serio.

- Teddy me preocupa - dice mi padre.

- ¿Por qué, Edward?

- Es muy serio a veces, y luego...

- Se convierte en el niño más revoltoso del mundo - me burlo.

- Es igual a ella - decimos al mismo tiempo.

- Yo diría que es una mezcla de ambos - George se une a nuestra conversación trayendo un par de copas- Remus era lo mismo.

- ¿Por qué lo dices?

- Un viejo amigo me lo contó.

- En su rostro se forma una sonrisa, es como si... Recordara algo.

- El vals empieza, cuando el novio baila con su suegra, y la novia con su padre.

- Yo bailo junto a Edward, mientras Andrómeda le enseña a bailar a su nieto.

- Veo a George junto a Ginny luego de unos minutos.

- ¿Por qué baila dos veces?

- No lo sé padre...

- De la nada lo entiendo.

- Lo hacía por otra persona... Por Fred.

- Una pieza sería interpretada por él, y otra por su hermano.

- No lo estaba reemplazando, estaba haciendo lo que a su hermana le hubiera encantado.

- Recuerdo a Fred contarme una anécdota, o mejor dicho, una propuesta.

- Había acordado que el día de la boda de su hermana, lanzaría un sin número de fuegos artificiales en el cielo.

- Cumpliré una de tus metas pequitas.

- Tomo mi varita mientras mis padres me ven confundidos.

- Hago aparecer más de 30 fuegos artificiales en la sala, haciendo que todos aplaudan.

- El último... Le robó lágrimas a los hermanos.

- Había aparecido unas letras, las cuales se unieron formando una frase.

- Feliz boda hermanita... De parte de Fred, tu hermano favorito.

...

- Te cuido desde el cielo mi pequeño tomatito.

- Eso último no lo había hecho yo.

- Ginny sonríe mientras abraza a su hermano, y luego a Harry... Su esposo.

- De pronto corre hacia mí.

- Es el mejor regalo que pudiste darme - le limpio una lágrima.

- Él quería hacerlo... Fred me lo contó esto antes de irse.

- Gracias.

- La pelirroja intenta darse la vuelta, pero se detiene en el camino.

- ¿Cómo sabías de mi apodo? Sólo él me llamaba así.

- Ni siquiera yo lo sabía... Yo no lo había hecho.

- Pero no dañaría su momento.

- Creo que es un don.

_____________________






- Luego de múltiples viajes, conseguí alquilar una casa.

- Inicié un negocio de costurería.

- Hoy sería la inauguración del local en el callejón diagon.

- Me sentía muy nerviosa.

- Todo saldrá bien.

- George me da los ánimos antes de cortar la cinta.
Era una tradición Muggle que quería realizar desde hace mucho.

- Estaba cumpliendo el sueño de Tatiana.

- Veo a muchas brujas entrar al lugar, mientras empiezan a elegir vestuarios.

- Me gusta el vestido que cargas.

- Era el vestido rojo diseñado por Tatiana antes de morir.
Ella había plasmado la idea en su cuaderno de dibujo, y yo los llevaba a la realidad.

- Era el último regalo de su parte, al igual que el vestido blanco.

- ¿Pero sabes qué me gusta más?

- Lo miro confundida.

- No lo sé George...

- Tú.

- Siento mis mejillas arder en ese instante.
Nuestra relación era de amistad, así lo decidimos hace meses atrás.

- Pero eso no era suficiente.

- El pelirrojo une nuestros labios ante la mirada de todos.
Un beso que necesitaba... Que me torturaba.
Me sentía en una especie de limbo.
Envuelvo mis manos sobre su cuello mientras él las ubica en mi cintura.

- Las manos dónde las vea Weasley.

- La voz de Edward nos asusta, obligándo a qué nos separemos rápidamente.

- Tu también fuiste joven una vez Ted - le reclamó Andrómeda.

- El niño solo hizo una mueca de asco.

- Ya te veré algún día Teddy.

- Lo dudo Tita.

- Ajá.

- A lo lejos veo a Astoria junto a Draco. Ambos admiraban el lugar, o al menos Malfoy lo intentaba.
Mientras la chica buscaba un vestido que le gustara.
Tenía 4 en mano, mientras Draco los llevaba todos con tal de cumplir sus caprichos.

- Esa misma noche, Draco le propondrá matrimonio.

- ¿Cómo lo sé?
Lo interrogué.

- Al inicio no quería contarme, así que puse un poco de Veritaserum.

- Pero creo que me pasé con el líquido.

- ¿Aceptas venir mañana? - George me interrumpe de mis pensamientos.

- Claro.

______________________




- El mes de Noviembre llegaba a su fin.

- Hola pequitas.

- Había vuelto al cementerio.

- Te tengo una noticia.

- Con mis dedos formo un corazón en la lápida.

- Adivina qué... ¡Me voy a casar!

- Debes estar bailando junto a mi hermana - Sonrío imaginando a ambos gritando de la emoción.

- Así es pequitas... Cumplí mi promesa.

- Descanzo la mano mostrando el anillo.

- Gracias por cuidarme siempre... A ambos.

- Inconscientemente miro a unas lapidas más atrás.

- He logrado cuidar a Teddy... Tengo mi propio negocio de ropa... Tengo una familia... Lo tengo todo...

- Sin embargo, me faltas tú.

- Con mucho cuidado me levanto y me dirijo a la salida limpiando mis lágrimas.

- Volveré luego pequitas.

- Vuelvo a la tumba de Nymphadora y Remus, también me despido de ellos, recordándoles que podían descanzar en paz, porque yo cuidaba a Teddy.
Ya no había una guerra.

- Sin embargo, muy lejos de ellos, una tumba llamó mi atención.

- A paso seguro camino hacia allí.

- Queenie Goldstein.

- George me ayudó a investigar sobre ella, aunque en gran parte le debía el favor a Hermione.

- Mi madre biológica era la hermana de la Aurora Porpentina Goldstein, esposa del magizoologo Newt Scamander.

- No pude creerlo al inicio, y aún dudaba de ello.

- ¿Alice?

- Una anciana me toma del hombro de forma delicada.
Estaba junto a otro hombre.

- No puedo creerlo - me llevo las manos a la boca por el asombro.

- Ni nosotros.

- Soy una gran amante de su trabajo señor Scamander - le doy mi mano, la cuál recibe un poco nervioso.

- Maldigo por lo bajo.
Siempre suelo cargar una libreta para anotar cualquier cosa.
Y yo quería su autógrafo.

- No te preocupes, nos veremos más seguido.

- Los miro de forma curiosa.

- No creerá que...

- ¿Puedo?

- Ni siquiera sé que van a hacer, pero asiento.

- La mujer toma mi rostro y lo examina con mucha delicadeza.

- Eres igual a ella.

- Con mucho respeto señora Porpentina... Lo dudo mucho, yo...

- ¿Lo dices por tu heterocromía, o por tu físico?

- No solo por eso...

- Reconocería a mi hermana en cualquier circunstancia... Y eres igual a ella.
No en lo físico, me refiero en actitud y gestos.

- ¿Creen que es real?

- ¿Cómo saber que es real y que no Alice? -me pregunta Newt.

- Yo ... No lo sé.

- Todo dependerá de lo que tú creas.
Porque muchos pueden decir estupideces, pero el corazón nunca miente.

- Las palabras de la señora me dejan perpleja.

- ¿Has considerado...

- No quiero causar más problemas.

- Sé lo que trataba de insinuar.
Muchas veces pensé en volver al pasado, mirarla aunque sea una vez.
No podía alterar la línea temporal, por eso no lo hice.
Si ella quiso dejarme aquí, era por mi seguridad.
Violó una ley, pero salvó mi vida.
Murió en manos de Grindelwald, pero yo acabé con esa escoria de una vez por todas.

- Leí su diario - digo de la nada.

- Ambos me miran confundido.

- Grindelwald en sus reuniones hablaba de un arma... Siempre pensé que se trataba de algo físico.

- ¿El giratiempos? - pregunta la mujer.

- Yo.

- Él sabía, o mejor dicho, intuía que Queenie me llevaría lejos de ese lugar. Se llevó una gran sorpresa al verla con un giratiempos.

- Ambos prestaban mucha atención a mis palabras.

- Yo era su arma. Fue gracias a mí que logro viajar en este tiempo, porque realizó muchos saltos temporales antes de buscarme.

- Pero... ¿Por qué ahora? ¿Por qué no lo hizo con el-que-no-debía-ser-nombrado?

- Si lo analiza, ambos pudieron ganar, pero Gellert quería un mundo para él solo.

- Así que esperó a que no existiera...

- Para buscarme.

- Aún hay algo que no alcanzo a entender... ¿Por qué te haría casar con Malfoy?

- Todo era una distracción - Bajo la mirada- Sabía muy bien que una boda despistaría a todos, y le daría el tiempo suficiente para actuar ...
Me mataría al igual que ella, porque le haría estorbo.

- Y todo eso.... ¿Lo encontraste en su diario? - preguntó el señor Scamander.

- Era una especie de libreta diría yo. Allí tenía escrito todo su plan.
Desde la conquista de los muggles, hasta la de todo el mundo mágico.

- Ninguno sabía que decir.

- Por seguridad, ésta fue destruida. Ya vivimos una situación bastante parecida hace algunos años, y no volvería a ocurrir.

- Me refería al diario de Tom Riddle.

- Una de mis mejores amigas sufrió a su causa. Ginny.

- Éramos muy pequeñas cuando todo eso pasó.
No pude salvarla cuando me di cuenta de lo ocurrido, porque Harry lo había hecho.

- Debemos irnos - toma mi mano de forma desprevenido y me devuelve el saludo- Eres bienvenida en nuestro hogar.

- Gracias señora...

- Tina.
No me llames señora, sé que estoy vieja, pero no es para tanto.

- Me río de su comentario.

- Espero verlos pronto.

...

- Camino de vuelta a casa.

- Mi mente imaginaba cómo sería mi vida si Queenie no me hubiese cambiado de tiempo.
¿ Estaría viva?
¿Estaría... Casada?

- Estaba un poco cansada por los pedidos de la tienda. Tal vez por eso mi imaginación volaba.

- Era temporada de fiestas, y eso demandaba más trabajo.

- Sin embargo, tenía la ayuda de Molly.
A ella le encantaba tejer, y se ofreció a ayudarme algunos días.

- Buenas tardes Molly.

- ¿Lista para una larga jornada de trabajo?

- Me temo que sí.

- Angelina y Fleur se ofrecieron como modelos, al menos hasta que cada una volviera a sus trabajos.

- Angelina jugaba en el equipo de Quidditch de Polonia.

- Fleur consiguió un puesto en el mismo trabajo que Bill, rompe-maldiciones.

- Harry y Ron habían terminado sus pruebas y ahora eran Aurores calificados.

- Y Hermione estaba muy cerca del puesto de ministra.

- Si lo lograba... Sería la primer ministra de magia nacida de Muggles.

- Y yo sé que lo logrará.

- Confío en ella.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top