~∆ Capitulo 19~∆
~ Narrador omnisciente~:
- La noticia de la huida de los jóvenes era noticia pública.
- A Grindelwald no le gustó nada, se había arruinado una faceta de su plan, el cual estaba perdido en cierta parte.
- Mientras que en la Madriguera...
- ¡Ronald Weasley! - Gritó Molly- ¡Cómo te atreves a ocultar lo sucedido.
- Ron estaba totalmente rojo, ni siquiera era por su madre, sino por lo que le diría Hermione luego.
- Me siento indignada - Se queja Ginny- Yo debía saberlo.
- Pero calla al ver a su madre furiosa.
- Mentira mami - dice nerviosa.
- En la madriguera también estaba Harry.
- ¿A dónde se han ido?
- Nadie lo sabe Harry.
- Sabes que puedes tener problemas con el ministerio, estamos con los Aurores y ...
- Lo sé Harry - Dice estresado- Pero George me pidió el favor...
- Yo soy tu madre, y exijo una justificación.
- Molly... - interrumpe Arthur- ya está hecho, no se puede hacer nada.
- ¿Por qué solo me ofendes a mí? - opinó Ron con enojo- Angelina también participó.
- Pero ella no es un familiar cercano a la familia - Dijo indignada al bruja.
- ¿Y Fleur? Oh, claro, todo es culpa de Ron - toma si chaqueta para irse a otro lado- Todo Ron...
- Ronald...
- El joven pelirrojo simplemente sale del lugar dando un portazo.
- En el fondo, Hermione estaba preocupada por su amiga, pero a la vez estaba enojada con Ronald por no contarle nada.
- George había confiado en su hermano, tal cuál lo hacía Fred en vida.
- Si Fred lo hacía... Él también lo haría.
___________________
- Mientras eso sucedía, en la casa de la playa, Alice tenía un mal sueño.
- Intentó dormir esa noche, pero todo era en vano.
- Un pasillo... Una puerta... Y un cuadro.
- Aquella mujer del cuadro le sonreía.
- Mi pequeña niña...
- Alice intenta tocarla, pero la señora era un fantasma.
- Volvía a señalar aquel cuadro.
- Alice...
- Alice...
- La chica se despierta de golpe.
El pelirrojo había acudido al lugar al escuchar los constantes quejidos de la chica.
- ¿Mejor?
- Ella asiente, necesitaba a alguien en quien confiar.
Y quién mejor que él.
- Alice abraza tomándolo desprevenido.
- Yo... Lamento todo.
- No fue tu culpa -. El chico intentaba consolarla.
- Sí George - se separa de él- Debí contarte todo... O darte una justificación válida.
- Lo entiendo Alice.
- No, no lo haces, crees saberlo, porque tienes una falsa idea de mí.
- George la mira a los ojos.
Aunque lo niegue, había extrañado aquellos ojos avellana que tanto le encantaban...
Su piel delicada ...
Sus labios...
- ¿Qué soñaste?
- La chica da un largo suspiro.
- Todo es raro... Yo ... Estaba de nuevo en esa habitación y...
- Debo ver ese cuadro.
- El chico queda más confundido de lo que ya estaba.
- ¿Qué cuadro?
- No lo sé, pero debo abrirlo...
- No vas a ir... No sola.
- Ambos hacen contacto visual después de mucho tiempo de espera.
El miedo estaba en ambos, así como la valentía.
- No puedes venir pero...
- ¿Pero?
- Quizás tenga un plan.
___________________
- La mañana siguiente fue muy extraña para los 4 chicos.
- No sólo por los nuevos ataques, sinó porque había un mal presentimiento en todos.
- ¿Todo listo? - pregunta la chica.
- ¿Estás segura de todo Alice? - Adquiere Astoria.
- Todo está bien planeado.
Muy bien... Cada quien sabe lo que debe hacer.
- Astoria y yo daremos la alerta al Ministerio - Dijo el joven Draco.
- Yo buscaré la forma de distraer a Casper mientras tú... - Habla el joven George.
- Yo me adentraré a la habitación y tomaré el giratiempos.
- Todo esto me parece muy fácil... ¿No lo crees?
- No Astoria, a las 10 am, Grindelwald debe atacar Berlín, lo recuerdo claramente, estaba en aquel mapa.
Casper se queda siempre en la mansión vigilando que nadie entre o salga sin su permiso.
- ¿Todos tienen activados los relojes?
- Confirmado Weasley.
- Sólo tenemos 10 minutos antes de que se den cuenta.
- Alice mira a sus compañeros de casa.
No los conocía a todos de la forma que acostumbraba a hacerlo, pero esta vez debía confiar.
- Astoria estaba nerviosa.
Sin embargo, Draco estaba con ella, ambos irían juntos, y vendrían juntos.
- George por su parte no dejó de mirar a la chica... Su chica.
- Alice cierra los ojos, y todos hace el conteo.
- 3...
- 2...
- 1...
- Los veo en 10 minutos chicos.
- Cada uno toma su propio rumbo.
Todo era a ciegas, pues el plan había sido armado esa misma mañana.
- No podían dejar que el tiempo avanzara, eso implicaría más muertes.
- Una seña alertaba a la chica, era su momento de entrar a la mansión.
- George había realizado un hechizo aturdidor a la mano derecha de Grindelwald.
- Alice corre sigilosamente al segundo piso.
Todos los cuartos estaban allí.
- ¿Debería ser considerada como una Traidora?
- Lo dudo, y que nadie te escuche, puedes ser el próximo ejecutado.
- La chica logra esconderse justo a tiempo de dos antigüos mortífagos, estaban saliendo.
- La campana que marcaba la hora del desayuno estaba sonando, y era la oportunidad perfecta de tumbar la puerta.
- Al entrar ... Todo era distinto.
- Mierda...
- Todo había cambiado de lugar.
La estantería estaba a un lado de la ventana.
Los cuadros seguían iguales pero...
El cuadro de la rubia ya no estaba.
- Empieza a mover cada gaveta de forma inmediata, buscando al pequeño objeto.
- Unos pasos la hacen alerta, mira el reloj y... Sólo le quedan 5 minutos.
- Collar... Collar...
- Sin querer mueve un libro.
De éste cae la foto de la mujer.
- Ella lo toma con la esperanza de que suceda lo mismo que su sueño, y se sorprende al ver un pequeño frasco dentro del mismo.
- Un recuerdo...
- La chica rebusca nuevamente. Si hay un recuerdo... Debe hacer un pensadero.
- Logra visualizarlo, rápidamente vierte el líquido en el agua.
- La chica respira profundo y... Se sumerge.
- La misma mujer aparecía con una chica pelinegra.
Tina...
La aurora estaba en una especie de duelo, varios magos estaban huyendo, y Grindelwald... Estaba en el centro de una tarima.
Una llama azul separaba a todo aquel del resto.
A un lado ve a los hermanos Scamander, Newt y Teseo.
Al otro... Alguien que no reconocía claramente.
La rubia se adentra al fuego, aún con lágrimas en los ojos.
- La escena vuelve a cambiar.
Ahora estaban en una lujosa mansión, pero la rubia no estaba sola... Tenía una niña.
Ojos avellanas... Y un lunar en la mejilla, justo al lado de sus labios... Al igual que ella.
Mi pequeña Alice...
- Nuevamente todo da vueltas, pero la escena la deja perpleja.
La bebé lloraba mientras la madre corría... Estaban huyendo.
No te atrevas a tocarla.
Ella es mi arma - decía Grindelwald.
¡Es una niña! - esquiva un hechizo.
Es mí hija.
- Otra vez hay un cambio.
Quennie estaba tratando de calmar a la pequeña.
Vamos a estar bien pequeña...
Ella saca de su pecho un collar... Un giratiempos.
Le da varias vueltas, alterando el tiempo.
1981.
La rubia vuelve a correr, tropezando con su propio vestido, pero cubriendo con todas sus fuerzas a la nena.
Visualiza una casa.
La casa de los Renner.
Todo parecía estar en paz. Daniel bailaba junto a Tatiana.
- La rubia usa su varita para aparecer una especie de cuna.
Muchas lágrimas corren por su mejilla.
Volveré por ti amor.
Aunque la bebé dormía, ella besa su frente en forma de despedida.
Deja una carta en la puerta, toca y sale corriendo.
Lo último que ve es a dos esposos mirar a la pequeña.
Hasta pronto mi pequeña Alice.
- Una última escena aparece.
¡Maldita seas Queenie! - le gritó Grindelwald golpeando su mejilla- ¿Dónde la has dejado?
En un mejor lugar... Lejos de ti.
El mago vuelve a golpear a la rubia. Logrando aparecer hematomas en su hermoso rostro.
Sabes que la voy a buscar de todas formas.
¡No!
Avada Kedavra.
El cuerpo de la mujer cae inerte en el suelo, tal cual lo hace una piedra, de forma firme.
Grindelwald toma el giratiempos y empieza a darle vueltas.
- Alice se agita al terminar de ver esos recuerdos.
- No es cierto...
- Mira el reloj y... Se ha pasado más de 15 minutos de lo acordado.
- El grito de una mujer hace que los vellos de la piel se le suban.
- ¡Narcisa!
- La joven olvida todo el plan al escuchar a la señora gritar.
- ¡Para!
- Sin embargo, Grindelwald no la iba a dejar en paz.
- Apunta con su varita a la mujer y...
- ¡Ha dicho que pares!
- Valla valla, miren quién a vuelto, la traidora de mi hija.
- Cierra la boca maldito inútil.
- Cuida tus palabras... Hija.
- Alice corre hacia Narcisa y se interpone en su camino.
- Vete- le susurra.
- No Alice...
- Ésto es entre mi padre y yo.
- Haz caso Cissy, no querrás sufrir el mismo destino que tu hermana.
- Un nuevo duelo empieza.
Padre e hija se debaten por su propia vida y libertad.
- Por lo que se puede apreciar, Lucius no estaba en el lugar.
Y Grindelwald se aprovechó de eso.
- Hijo de puta - Alice exclama esquivando una Maldición- Te atreviste a golpearla...
- Un pequeño sacrificio... Al igual que Tatiana.
- Grindelwald estaba logrando su cometido, hacerla enojar.
Sabía que sí Alice llegaba a cierto punto de enojo, todo se desbordaría para ella.
- Alice contraataca haciendo retroceder a su padre.
- Mientras que los otros 3 chicos estaban junto al Ministro la llegada de la joven.
- Está tardando...
- La matará - Grita el prisionero, era Casper- Por ser una maldita.
- Sin embargo, recibe un golpe por parte de Draco.
- Vamos ahora.
- Kingsley da la orden, y un grupo de aurores se aparece en la Mansión Malfoy.
Entre ellos estaban Ronald, Harry, Hermione y Ginny.
Aunque estas últimas no formaban parte del equipo, habían insistido en ir.
- Cómo no pueden aparecerse dentro del lugar, les toca caminar un poco.
- A lo lejos ven que se ha formado un duelo, las luces rojas, verdes y azules se toman el lugar.
- ¡Alice!
- George es el primero en entrar al lugar, y los demás hacen el resto, desarmando a todo aquel que se interponía en su camino.
- Aunque eso hizo que la joven bruja se distrajera, situación que Grindelwald supo aprovechar.
- Esquivando todo tipo de hechizos, se acerca a su hija y...
- ¡No! - gritaron los hermanos a la vez.
- Adiós...
- Esa fue la última palabra de Alice Grindelwald para ellos.
El mago oscuro la había tomado de la muñeca y juntos se aparecen en otro lugar.
- Alemania... Dónde todo había iniciado.
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