~∆ Capítulo 18∆~
~ Alice Grindelwald~:
-3 días. 3 DIAS!!!!
- He tratado de hablar con Malfoy, pero cada vez que lo intento siempre debe estar alguien cerca.
- Y ni hablar de mi seguridad.
Tengo a Casper siguiendo mi camino a todas horas.
- No puedo salir de la Mansión, ni escribir una carta, nada.
- Hora de arreglarse.
- La boda sería en unas horas.
Sólo han sido invitados personas cercanas al grupo, todos sangres puras.
- Me toma más de 4 horas arreglarme.
Entre el vestido, el maquillaje y el peinado se me va el tiempo volando.
- La boda sería en un lugar privado.
Lejos de la atención pública, más que todo, del ministerio.
Sólo estaría un invitado de la prensa, el resto sólo eran familias con linajes muy importantes.
- Un momento- Grita la señora que me estaba arreglando.
- Lo siento, el señor Grindelwald desea que empiece ahora.
- Me quedo pasmada al ver a la rubia.
Estaba de infiltrada, pero ... ¿Cómo?
Fleur Delacour.
- El banquete ha empezado hace unos minutos - Dice la francesa haciendo señas para que cambie mi cara de asombro.
Sí ella está aquí...
- Listo - la señora guarda sus cosas con ayuda de la varita mágica.
Intenta escoltarme hasta la salida, pero la chica la detiene.
- Yo la llevaré.
- Lo siento, tengo órdenes de llevarla directamente...
- A la sala de reuniones. Hubo un "problemita" - dibuja las comillas en el aire - algunas escobas empezaron a salirse del armario de la casa, por lo que rápidamente se me ordenó llevarla a salvo.
Angelina...
- Dese prisa.
- La rubia toma mi brazo y me lleva directamente a un transportador.
- Fleur ...
- Temo que me confunde con otra persona.
- Miro alrededor, y veo a varios magos que están atentos a mis movimientos.
- Juntas tocamos el pequeño espejo decorado con oro, y nos aparecemos en el lugar de la boda.
- Me siento mareada por un momento, mientras acomodo mi vestido.
- Tengo menos de 5 minutos antes de que alguien me reconozca - me dice en un susurro mientras simula acomodar mi vestido- Debes seguir el plan a toda costa.
- ¿Qué plan?
- ¿No lo sabes?
- Niego.
- Él... ¿Está aquí?
- En mi voz sentía nervios.
Ni siquiera lo estaba por esta boda arreglada, pero quería verlo.
Explicarle todo.
- No.
- Pero mis esperanzas se esfumaron con una simple palabra.
- Señoritas - Casper llega a nuestro lado y visualiza a mi acompañante- ¿La conozco de algún lado?
- Me temo que no, es mi primer trabajo.
- El ayudante decide ignorarla y me escolta junto a Grindelwald.
- Te mereces esto y mucho más.
- Admito que es realmente maravilloso.
Todo está decorado de una forma muy elegante.
Sería algo que no llamaría mucho la atención, pero que mostraría el poder de las dos familias.
- Por si acaso.
- Grindelwald saca su varita aprovechando el descuido de todos y susurra el hechizo.
- Imperio.
- Aguanto las lágrimas que amenazan por dañar mi maquillaje, aferro mis manos al vestido para no gritar.
- Pero yo sí quería hacerlo.
- Mis pies se dirigen solos a la entrada, y mi mano enrosca la de Grindelwald.
Debo ser fuerte.
Debo liberarme.
- Ambos entramos a la sala con aire superficial.
Ninguno de los presentes hablaba, solo se levantaban y hacían reverencias al pasar frente a ellos.
- Draco yacía frente al altar con un vestuario completamente negro que... Realmente le favorecía.
- Parecía mirar nervioso hacia la entrada.
¿Qué le pasa?
- Volteo un poco mi rostro y...
- Allí estaban mis verdaderos padres.
- Andrómeda vestía un conjunto verde que resaltaba su hermoso cabello castaño.
- Edward estaba en un traje negro.
- Y Teddy... mi pequeño monstruo.
Tenía un pequeño trajecito negro, igual al de su abuelo.
Levantaba la mano dando en entender que me saludaba.
- No me odian.
- Quería salir.
Quitar mi brazo, correr hacia ellos y decirles que todo iba a estar bien.
Llorar en sus brazos y decirles que lo lamentaba.
- Pero no podía.
El maleficio no me permitía moverme a mi gusto, estaba obligada a seguir adelante y dejar de mirar a mi pequeño, aunque solo pude darle una sonrisa.
- Con mucha elegancia, Grindelwald me deja al frente.
- Al otro lado estaban los Malfoy.
Lucius estaba tenso.
Y Narcisa no dejaba de ver a su hermana.
- Me pareció ver que susurro algo para mí, porque solo movió los labios.
Soyez libre.
- Sígueme la corriente y no hagas ninguna tontería.
- Aquellas palabras de Draco me dejaron más confundida de lo que ya estaba.
- El cura empieza a hablar mientras mi mente imagina cada tipo de escenario.
- Si salía huyendo, mis padres saldrían lastimados.
- No entendía que hacía Fleur aquí, y me sorprendí al ver a Angelina y Ron mezclados entre los camareros.
- Acepto...
- Draco había hablado.
Lo dudó un momento, pero lo hizo al mirar a su padre.
- Alice ___ Grindelwald... ¿Aceptas como esposo a Draco Lucius Malfoy?
- Mi vista se dirige a Grindelwald.
Estaba esperando una respuesta.
- Luego veo a mis padres, los cuales estaban muy atentos a todo.
- Por último, veo a Draco.
- Yo ...
- Una explosión sacude la sala, asustando a todos.
- Como acto de reflejo tomo mi varita, la cuál estaba escondida en medio de una flores.
Angelina...
- Por eso había pasado justo aquí.
- El humo rojo se estaba tomando el lugar.
- Era mi oportunidad para huir.
Pero ... ¿A dónde?
- Mis padres tenían al niño, y una mano se posa junto a la mía.
- Hora de irnos - empiezan a jalar de mí.
- George...
- No iba a dejar que te cases. Si lo harías... Sería conmigo.
- Lo seguía sin dudarlo.
Debía apresurarme.
- Pero un hechizo toca mi espalda.
- No irás a ningún lado.
- No podía moverme.
La Maldición era más fuerte esta vez.
- Tenía que salir de aquí.
- La mirada de George se posaba en frente de mí.
- Suelto su mano como acto de cobardía.
- Luchaba conmigo misma.
Quiero ir con él.
- El dolor que sentía mi cuerpo era inmenso.
- Pero ya huí una vez, no lo volvería a hacer.
No cometeré el mismo error de nuevo.
- Stupefy - Ataco a Grindelwald.
- Logra esquivar con éxito cada uno de mis hechizos.
- Tus hechizos ya no funcionan en mí Grindelwald.
- Ahora yo estaba evitando los hechizos.
El mago atacaba a diestra y siniestra con mucha agilidad.
- Los presentes miraban el duelo con total incertidumbre.
- ¡No eres nadie para decidir mi futuro!
- George se había sumado al duelo.
2 contra 1.
- ¡Aurores! - grita Casper alertando al sujeto.
- Uno a uno iban apareciendo.
No le convenía que lo vieran.
Todos sabían que era el responsable de la muerte de muchos muggles y magos.
- Y así como los mortífagos desaparecían, él lo hizo.
- George aprovecha la distracción para llevarme corriendo al otro lado del lugar.
- Allí también estaba Draco con... ¿Astoria?
- Vámonos ahora Weasley.
- Y allí entendí todo.
Por eso Draco salió corriendo directamente.
- Aunque creí que también me llevaría.
- Pero es Draco Malfoy, su ego no le permite pensar en los demás.
- Los pasos de otras personas me ponen en alerta.
- Dense prisa.
- Pero... Ronald...
- Estaremos bien - Responde Angelina- pero el ministro también te está dando caza Alice.
- Ellos están bien -Responde Ron.
- Los cuatro tomamos una copa de champagne y ésta empieza a brillar.
- Todo vuelve a dar vueltas, y caemos en una especie de playa.
- ¿Qué es esto? - La voz de Astoria mostraba inseguridad.
- A un costado, veo una casa.
- Y en una montaña... Había una especie de lápida.
- Me acerco con cuidado mientras los otros 3 se adentran a la casa.
- " Aquí yace Dobby,
Un elfo libre"
- La lápida estaba un poco descuidada.
- Con mi varita aparezco un ramo de flores blancas y las pongo a su lado.
- Somos libres Dobby.
- Sonrío al ver un par de medias en un costado.
- Con mucha dificultad camino hacia la playa.
- Paso al menos media hora analizando lo que hemos hecho.
¿Estarán bien?
¿Habré hecho lo correcto al revelarme?
- Alice...
- Hola...
- Astoria llega a mi lado con un poco de nervios.
- ¿Te ayudo?
- Lo que más quiero es sacarme este vestido.
- Ella sacude su varita y cambia mi atuendo.
- Llevo un vestido cómodo.
- Gracias...
- Vamos a entrar, o podríamos enfermar.
- Asiento siguiendo su paso.
- Los nervios me atacan al ver al pelirrojo.
- Te ayudo con eso.
- Sonrío al ver cómo se le dificulta cocinar.
- Con mucha agilidad empiezo a mover las cosas, mientras los otros me miran sorprendidos.
- Enciendo el horno, limpio la carne y hago una ensalada.
No había muchas cosas, pero era lo suficiente para comer por unos días.
...
- La cena transcurría en completo silencio.
- Pero de pronto... Siento un dolor en mi pecho.
- Alice....
- Estoy bien George.
- Te puedo ayudar, yo... Tomé unos cursos en San Mungo.
- No es nada malo Astoria...
- Podía sentir el enojo de Grindelwald.
Así se sentía Harry Potter.
- ¿Cuántos giratiempos hay en la mansión? - de la nada le pregunto a Draco.
- Ninguno.
- Todos han sidos eliminados por órdenes del ministerio Alice.
- Mi pregunta debía ser respondida.
- Entiendo que Grindelwald está aquí por un giratiempos, pero... ¿Y yo?
- Hay que avisar.
- No sabemos nada Alice.
- Draco, he visto un giratiempos en la habitación de Grindelwald.
- Los demás dejan de comer con miedo.
- Y aquí entendí algo...
Yo nunca podré ser feliz.
- Mi deber era salvarlos, aunque me cueste lo poco que le logrado.
- Debemos volver.
- No Alice...
- Debemos pararlo, ahora o nunca.
- ¡Alice! - grita George- Esto es algo de lo cual nosotros no podemos hacer nada.
- Exacto, ustedes no harán nada.
- ¿A qué te refieres?
- Debo volver.
- ¡A dónde! ¡No voy a dejarte!
- Lamento lo que voy a decir Alice, pero por primera vez en mi vida concuerdo con un Weasley.
- Miro a Draco confundida, mientras Astoria prefiere estar fuera de esta conversación.
- Ambos sabemos de lo que es capaz.
- ¡No soy de este tiempo!
- Ahora Astoria presta atención a mis palabras.
- ¿No les parece extraño todo esto? - me levanto- para ser su hija... Debería tener al menos la edad de sus padres.
- Tienes razón. - Opina la chica ganándose una mala mirada de Draco.
- Nadie sabe cómo carajos llegué a casa de los Renner, todos están muertos , no puedo preguntarlo, ¡NADIE LO SABE!
- Va a matarte - opina George con miedo.
- Por primera vez en todos estos meses vuelvo a ver sus ojos negros.
Desafiantes... Pero llenos de miedo.
- Entonces así será - una lágrima sale de mi ojo- Voy a cuidar de Teddy a toda costa.
- Se lo prometí a Nynphadora y a Remus en su tumba, les dije... Qué cuidaría a su hijo, y que nada iba a impedir que crezca en un mundo libre de guerras.
- También le hice una promesa a Fred, pero no podía cumplirla.
No por ahora pequitas.
- No podía hablar más. Simplemente dejo la mesa y me adentro a una habitación.
- Lloro por frustración... Por miedo.
- La historia volvía a repetirse.
- Debo volver a la mansión Malfoy.
Debo acabar con él.
- Tal vez me baste con encontrar ese giratiempos, y saldría absuelta por el ministerio... Después de todo, yo ayudé a Grinderwald a matar
- No de forma consciente, pero no hice...
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