~∆ Capítulo 12 ∆~

~Alice~:

- Está de más decir que no pude dormir en toda la noche.

-Le pedí a George que se quedara a mi lado. Por ese momento me sentía en calma, pero mi propia burbuja de felicidad tuvo que explotar.

-El ministro de Magia me pidió que siguiera los planes de Grinderwald si llegaba a buscarme, ya que sería muy obvio poner varios magos como guardaespaldas en el hospital.

- Tatiana estaba mal. En su rostro y brazos había moretones y cortes.

-Ya me encargaría de Daniel más adelante.

-Vamos a estar bien -le acaricio su mano. El doctor me dijo que sería un milagro si sobrevive, pero tengo esperanza.

- Sonrío al sentir como su mano apreta la mía. - Descansa, estoy bien.

-Milagrosamente salió del coma, ¿Cómo? Nadie tiene idea. Pero yo si tengo sospechas.

-Señorita, la hora de visita ya terminó -me avisa la enfermera.

-Vuelvo pronto -beso su frente.

-Camino hacia el baño. Me apoyo en el lavamanos y lloro. No soporto ver a Tatiana así.

-Recuerdo que George me espera afuera y limpio mi rostro.

- Sabía que te encontraría...hija mía.

-Volteo mi cuerpo hacia la voz. Y allí estaba él. Cabello plateado y piel blanca. Ojos de diferentes colores y postura seria. Era mi padre... Gellert Grinderwald... O eso supongo.

-Intento gritar, no sabía de qué era capaz. Pero su ayudante me silencia.



-Pequeña Alice -dice por primera vez. -Sin intentas algo, tu familia va a sufrir.

-Su ayudante me suelta.

- No tengo familia.

-Tal vez no como tú crees. -Tira unas fotos en el lavamanos.- Andrómeda Black, Edward Tonks y Edward Lupin, Ginny Weasley, Tatiana London y... George Weasley.

- Déjalos por fuera de esto. -Le digo.

- Casper, las otras fotos. -Ordena Grindelwald.

-Su ayudante tira las otras fotos. -Pero también tienes enemigos. Pansy Parkinson, Daniel Renner...

-¿A dónde quieres llegar con esto?.

-Te ofrezco la oportunidad de vengarte. De todos y cada uno de los que te hicieron daño. -Me pasa otra foto- Daniel acaba de ser encontrado en Dinamarca. ¿No crees que es hora de cumplir tus metas?.

-Sin tanto te preocupo ¿Por qué me abandonaste?. -debo buscar la manera de sacarle información.

- Eso es otro punto. Ahora, irás a despedirte de todos, dirás qué te vas por tu propia voluntad, y vendrás conmigo a esta dirección-me da un papel.- Te doy una semana.

-Su tono fue de demanda, ni siquiera sonó como una petición.

-¿Y si me niego?.

-Casper...

-No me da tiempo de reaccionar. Casper me ataca -confundus-.

-Es hora de volver a casa...hija.

_________________________

-Las palabras de Grindelwald siguen en mi mente. Tengo la oportunidad de vengarme de todos ...de hacerlos pagar por todo el daño que me han hecho.
Pero...¿A qué costo?

-El plazo estaba llegando a su fin. No quería despedirme de mi familia...de mi novio.

-Hola Fred -Pongo el ramo de flores al lado de su tumba. -No sabes la falta que me haces.

-Suspiro- Creo que todo se acabó. No sabes cómo desearía que estuvieras a mi lado, que me dieras chocolate y me consolaras.

-Todo fue hermoso -sonrío- han sido los mejores meses de mi vida. Y por eso quiero que me perdones, por no cumplir mi promesa.

-No sé cómo terminar mi relación con George sin que ambos salgamos lastimado, yo...lo quiero, pero debo alejarlo de mí, evitar que sufra por mi culpa.

-Toco la lápida formando un corazón- Te extraño pequitas.

________________

~Narrador omnisciente~:

Nuestra chica pensó mil forma de alejar a George del peligro, pero en ninguna terminaba bien.

-Asi que ambos deciden verse en un parque. Pasaron una hermosa tarde como pareja, lo que no pensaba el pelirrojo, es que sería la última.

-Te noto rara, ¿Pasa algo?.

-Alice lo toma de la mano y se alejan caminando despacio a la fuente. Era de noche.

-Quiso hablar, pero no pudo. Su padre la había hechizado para que no dijera nada. Ella lloraba en su hombro.

-Ey, estamos bien. -le dice inocentemente el pelirrojo.

-Debemos terminar. -dice la chica intentando sonar segura.

-George se sorprende por la petición de su chica. Ese era el momento que más temía.
No quería volver a perder a alguien.

-No me parece una buena broma. -dice temeroso.

-No es una broma. -la chica se separa.

-¿Es por algo que hice? -suspira- No se que habré hecho, pero puedo evitarlo. Yo...

-No eres tú, soy yo.

-Alice, por favor...-toma su mano.- Si es por lo de la otra noche, puedo practicar mis hechizos... Yo sé que puedo ...

-Todo pasó esa noche. Quería decirle todo. Pero su padre la había hechizado. Quería decirle que lo amaba, proponerle huir juntos al otro lado del mundo...pero no podía, debía proteger a sus seres queridos...a él.

La lluvia había empezado, ocultando las lágrimas de ambos.

-Por favor, no te alejes de mi -le dice el pelirrojo.-

-Ya no te ...

-No lo digas.

-George yo ...

-Si vas a decirlo, quiero que me mires a los ojos. -el chico toma su mentón, obligándola a mirarlo.

-Alice no dice nada. Evita su mirada quitando su mano. Sabe que su futuro lo ha decidido su padre, y no puede oponerse, por la seguridad de George.

-Te lo ruego..... No me dejes solo -y esas palabras fueron suficientes para el último beso bajo de lluvia.

Un beso que dolía a ambos.

-Al separarse, ella toma camino hacia la dirección del papel. Mientras el pelirrojo maldice por lo bajo.

-El chico decepcionado consigo mismo, camina hacia su casa, pensando en todo lo que la había querido, y en como desperdició su tiempo.

-¡George! -Se topa con el señor Edward.

-El hombre estaba preocupado. Tenía una carta en su mano. Era la despedida de su hija.

-Por favor, dime qué es una broma. -le enseña la carta.

-Me temo que no.

...

-Alice corrió hacia el lugar propuesto por Grindelwald. Se odiaba a sí misma por haber abandonado a sus seres queridos.

-La vida exige sacrificio, hija mía. -Le dice.

-Ella lloraba, lo había perdido todo.

-Por amor, hacemos cualquier cosa.

-Y era cierto. Pero ambos tenían diferentes definiciones...

-Alice había apartados a todos los que quería con el fin de evitar que su padre les hiciera daño... Los amaba a ellos.

- Grindelwald había matado a su esposa para tener a su hija como arma... Por amor a sí mismo.

____________

-Padre e hija caminaban juntos por las calles. Grindelwald le había comprado ropa con el fin de evitar miradas imprevistas.

Pero sobre todo, debía mostrar la superioridad de su apellido.

-Ella vestía una larga capa negra que mostraba seguridad, digna del apellido. El cabello recogido completamente en un moño y cubierto por un sombrero elegante.

-¿A dónde vamos? -le pregunta a su padre.

- Al lugar donde siempre debiste estar.- Él la guía hacia una gran mansión alejada de todo.

- Había una gran red que separaba el entorno. Pavos reales como mascotas en el gran jardín, y una M gigante fuera de la mansión. En cada puerta había diamantes, innecesarios para la vista de la chica, pero completamente bueno para la vista del mandatario.

-Gellert, sabía que vendrías -le saluda un hombre alto, de piel blanca y cabello rubio...

- Detrás de él venía su esposa, una mujer de cabello negro con mechones blancos, y su hijo, un chico de aproximadamente 19 años...

Estaban en "La Mansión Malfoy."

-Mierda-maldijeron ambos chicos al verse.

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