51°
Nicole.
Llegué a casa y noté que todas las luces estaban apagadas. Me he tardado yendo a mi estudio para ver como iban los trabajadores que Leigh asegura me aman en secreto, hay un becario, él parece realmente hipnotizado cada vez que le hablo, se llama Clark, ¿no es loco? Como superman, y cuando se lo he dicho se ha reído como un demente. Tampoco es una gran broma.
—Y de pronto el lobo sopló, y sopló, pero no pudo derribar la casa del tercer cerdito. Volvió a soplar con todas sus fuerzas.—Escuché a Leigh hablar desde el salón.
Caminé hasta allí y vi muchas mantas formando una carpa entre las sillas que han traído del comedor.
—¡Tiempo, tiempo!—La detuvo Henry.—¿Hablamos del cerdito trabajador, no?
—Shi, eshe.—Dijo Michael mientras se acurrucaba contra Leigh.
Está en ropa interior mientras su madre le acaricia el abdomen. Él ama su desnudez, no me sorprende realmente, pero es bastante tierno.
—Bueno, entonces el cerdito...—Comenzó y sin embargo levantó la mirada encontrándose conmigo.—Hey, llegó mamá, muchachos.
Mis dos hijos se apresuraron a salir corriendo de su carpa para abrazarme. Me agaché para recibirlos y sonreí muy feliz de tanto amor, ellos realmente hacen mi día una completa maravilla.
Por su parte Leigh nos observó con una sonrisa, una sonrisa tan hermosa que me hubiese gustado poder guardarla entre mis mejores recuerdos. Si hay algo de lo que me arrepiento es de haber olvidado el rostro de Leigh y espero que nunca más vuelve borrarse. Espero no tener que guardarlo más como un recuerdo, quiero poder tenerla diario para poder verla sonreír así. Tan sincera.
—¿Leigh?—Llamé a la castaña quien recién salía de su refugio. —¿No me darás un beso?—Preguntó y Henry comenzó a reír.
—Vamos, Pickle. Se darán besos de mamás, eso no me gusta.—Dijo tomando a su hermanito de la mano.
Pickle lo siguió emocionado. Ellos realmente se aman mucho, me hace pensar que Leigh y yo hemos hecho un gran trabajo de crianza con ambos niños.
—Bienvenida a casa, bonita.—Dijo Leigh besándome. Cerré los ojos y me dejé llevar entre sus brazos, la castaña tomó mi cintura y su lengua tocó la mía. Me separé lentamente y ella hizo un puchero.—¿No más besito?
—No por ahora, quiero hablar contigo sobre algo...—Comencé.—Conseguí un fin de semana en Milán, iremos a un parque de atracciones allí y disfrutaremos de eso, porque mi psicóloga me ha dado una semana y media de receso, para ver que tal voy.
Ella asintió lentamente y sonrió.
—¿Milán? Me gusta, mi padre habla maravillas de Milán, aunque jamás he ido.
—Ni yo, pero... Noté que tengo una cuenta de banco con dinero que no sabía que tenía y... No pareciera que lo tengo.
Ella comenzó a reír.
—Siempre haz sido muy simple, cuando comenzaste a ganar fama en tu rubro decidiste guardarlo, decías que ya lo tenías todo, tenías una casa hermosa, dos hijos hermosos y una novia que te amaba.
—Y que es hermosa.—Sonreí. —Entonces tendremos tiempo en familia, nos hace falta y espero que eso ayude a que me relaje, últimamente me he sentido ansiosa.
—¿Hay algo que pueda hacer por ti?—Preguntó preocupada. —¿Te he agobiado?
—No, para nada... Es más...—Tomaré valor para preguntárselo. —¿Te gusto?—Ella asintió. —¿Así como soy ahora?
—Si no me gustaras no viviría contigo, ni siquiera somos novias.—Murmuró ella extrañada por mi comportamiento. Asentí lentamente y tomé su mano para ponerla en mi mejilla y cerrar mis ojos bajo su tacto.—Me gustas y te amo, Nicole.
Sonreí. Me deja algo más tranquila.
—Me enamoré de ti hace mucho.—Insistió.
Y allí acabó mi seguridad. Joder.
[•••]
Leigh.
—¿Cuántas horas de viajes son?—Pregunté mientras Nicole se acomodaba a mi lado en el avión.
—Siete horas y cuarenta y cinco minutos.—Murmuró la castaña mientras dejaba a nuestro pequeño de tres años sentarse en su propio asiento.
Henry iba a mi lado dormido.
—¿Y debo estar despierta?
—Puedes dormir si quieres, yo dormiré en cuanto Michael tenga sueño.
—Si necesitas hacer cambio podemos.—Murmuré y ella asintió.—Me despiertas para eso.
—Lo haré.
Cerré los ojos y tomé su mano. Los vuelos me ponen algo ansiosa. Nicole besó mis nudillos y abrí los ojos nuevamente, tomé su nuca y dejé un apasionado beso en sus labios.
Nunca es mal momento para sorprenderla.
La castaña mordió levemente mi labio inferior antes de que Michael decidiera separarnos porque aparentemente el hecho de que tenía un moco en su dedo era mucho más interesante.
—Oh, bien.—Dijo Nicole antes de sacar un pañuelo de su cartera y comenzar a limpiar a nuestro pequeño. Cerré los ojos y me rendí ante el sueño, la verdad estoy algo cansada, el vuelo salía a las ocho de la mañana y anoche no he dormido mucho, estuve ocupada con Nicole jugando cartas.
Al fin podré descansar.
[•••]
Me desperté porque la castaña se había apoyado contra mi pecho, la gente dormía plácidamente y el avión estaba en completa oscuridad, sólo se veían las luces de aquellos botones de emergencia.
—¿Estás bien?—Pregunté y ella asintió pasando mi brazo por su hombro.
—Sólo quería que me abraces, no logro conciliar el sueño.—Murmuró.—Henry lleva hora y media dormido, y aún quedan cinco horas de vuelo.
Asentí lentamente y besé su cabello, ella levantó la mirada uniendo nuestros labios cortamente un par de veces, es realmente adictivo.
La felicidad es algo que he tenido pocas veces en los últimos meses, con Nicole me acostumbré a sentirme feliz y cuando luego no pude tenerla para mí, todo fue horrible. Hoy estoy feliz, he estado feliz desde que Nicole apareció en mi casa pidiéndome una oportunidad, pero el problema aquí es que se vuelve adictivo, mucha gente que da charlas motivacionales dice "Si te acostumbras a ser feliz dejarás de valorarlo" eso es mentira, si te acostumbras a ser feliz deseas que así sea siempre, y claro que no serás feliz siempre, y eso está bien, no debemos ser felices siempre, eso no es real, pero a mi me arrebataron todo de golpe dos veces... Claramente temo que me vuelvan a arrebatar esto.
—Estás tensa.—Susurró Nicole besando mi mentón.—¿Te sientes bien?
La observé a los ojos y asentí. No le puedo decir que cada vez que me pierdo en su mirada estoy sintiendo que en el momento en el que vuelva a dejarme voy a rendirme con todo, no puedo depender de ella y juro que no lo hago, pero... Sinceramente no quiero volver a enamorarme otra vez. Este amor es al que aspiré siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top