49°
Nicole.
—¡Basta, Leigh!—Dije riéndome. La castaña continuaba paseando sus dedos por mi abdomen buscando la forma de hacerme cosquillas.
Su camisa color café con la que he comenzado a dormir estaba abierta y ella no dejaba de picar mi abdomen sin piedad alguna.
—¿Me vas a dar un besito al menos?—Preguntó extendiendo sus labios en un puchero adorable.
—No te lo haz ganado, además aquella chica dijo que tenías lindos ojos, y tu le haz dicho "son para verte mejor"—Fingí molestia al saber que ella comenzaría a reír.
Hemos ido a ver caperucita roja en títeres por la tarde, a Michael le han dado miedo y la chica encargada de caperucita se ha acercado a enseñarle como no pasaba nada por tener un títere cerca, ya que el pequeño se ha refugiado en Leigh toda la obra. La muchacha castaña le ha dicho a Leigh mediante el títere "Que lindos ojos tienes" y ella ha contestado "son para verte mejor" con el afán de hacer reír a nuestro pequeño, lo ha conseguido y le hemos comprado un títere. Ha sido lindo.
Ella tomó mi cintura y comenzó a besar mi cuello sabiendo sus manos por mi abdomen y tomando mis costados antes de lentamente subir sobre mi cuerpo dejando besos suaves en mi cuello.
—Sabes que bromeaba.
—Contigo no sé muchas cosas.—Me quejé acariciando su espalda con suavidad. —Rachel dijo que deberíamos ir con calma y estamos casi sin ropa por quita vez en el día, Leigh.
Me quejé y cerré mi camisa molesta. No con ella, molesta contigo por estar molesta.
—Claro, cariño. Tienes razón. Iré a prepararte un baño.—Dijo levantándose.
Suspiré. Leigh es demasiado dulce para éste mundo, y en ocasiones me siento una estúpida por enfadarme por cosas que realmente no me molestan, pero la ira es un efecto de las pastillas y de la pérdida de memoria, va acompañada de la confusión, no puedo evitarlo aunque lo intente.
—Te quiero.—Murmuré y la sentí murmurar un "yo también". Ella me quiere, y mientras ella me quiera, sé que lo demás pesa un poquito menos.
La vi desaparecer en dirección al baño, mi cuerpo duele un poco, tengo los músculos tensos y creo que es debido a toda la actividad sexual que he tenido las últimas semanas, tan así que hace dos días en pleno apogeo de amor, he tenido que parar, me he agobiado y creí que me daría un infarto, por suerte no ha sucedido y Leigh me ha contenido maravillosamente, la adoro por eso.
Rachel me ha dicho que debo cuidar de mi salud física tanto como de la mental, y mentalmente jamás estuve tan bien como ahora, no logro explicar... Bueno, tal vez debido a que claramente estoy más feliz que antes, porque le encontré un sentido diferente al hallarme dentro de todo lo perdida que pude o puedo estar.
—¿Nicole?—Preguntó Leigh volviendo a la habitación. —¿Prefieres que hoy vuelva a la otra habitación? Ya sabes, para que puedas descansar a gusto. —Sonrió y yo negué.—¿Segura?
—Me gusta compartir la cama, evita que haga frío por las noches.—Sonreí y me levanté cerrando su camisa.—Ya no me acostumbro a cerrar esto.—Me quejé avergonzada. Ella sonrió levemente caminando hasta mí.
—Te ves muy bonita con mis camisas en ti, antes las usabas más.—Murmuró y yo sonreí.—Tu baño de espuma esta listo.
—¿Vienes conmigo?—Pregunté y ella asintió.
—En un momento.
Caminé hasta el baño despojándome de toda mi ropa, toqué el agua con la punta de mi pie y al sentir lo temperada que estaba me adentré en la tina llena de espuma. Leigh en serio sabe preparar buenos baños de espuma.
La castaña llegó con su camisa celeste entreabierta, podía ver su sujetador negro con encaje y un pequeño tatuaje en su costilla, los lunares en su abdomen y la manera en que se le formaba un pequeño bulto en el abdomen al sentarse. Es muy linda, y .
—Traje una toalla, podré ayudarte a salir.—Murmuró sentándose en el borde del jacuzzi del baño.
—Planeaba que te metieras conmigo, no sé. —Murmuré y ella pareció meditarlo algo sonrojada.—Si no quieres no.
—Quiero.—Dijo antes de quitarse la camiseta y el sujetador.
Me eché hacía delante antes de sentir que se metió al jacuzzi tras de mí. Me recosté en su pecho y sentí sus senos tras de mí. Leigh cerró los ojos y echó su cabeza hacía atrás.
—Me duele todo el cuerpo.—Admití y ella se acomodó mejor tomando mi cintura con sus manos delicadas. Está algo agotada, no la juzgo, es de noche y ha estado todo el día pendiente de mi y nuestros hijos, bueno, nuestro hijo y mi hijo.
Ella besó suavemente mi nuca un par de veces antes de suspirar de forma sonora.
—Debes descansar más, tal vez un masaje ayude. —Dijo ella de forma ronca.—Te daré uno al salir, compré aceites en una farmacia naturista, ya sabes, de esos que usan en los bebés pero para adultos.
Comencé a reír.
—¿Leigh?—Pregunté y ella abrió los ojos lentamente.—¿No serán aceites para masajes eróticos, no?—Pregunté burlona y ella se sonrojó.
—No... No lo sé, no lo creo.—Contestó sincera.—¿Cuál es la diferencia?
Sonreí y me hundí un poco mas en el agua sintiendo el roce de su entrepierna con mi trasero. La castaña apartó la mirada tratando de controlarse sin notar que podía notar sus expresiones faciales y la forma en la que mordía su labio a través del espejo.
—¿Inquieta, Shaw?—Pregunté y ella suspiró.
—No, estoy bien.
—Ya lo creo.—Me burlé.
[•••]
—¿Por qué hemos salido a caminar a éstas horas?—Preguntó Leigh quejándose.—Es decir, no quiero que lo tomes como queja, pero que podíamos quedarnos en casa y dormir, llevamos bastante sin dormir mucho.—Murmuró.
—Porque la noche está bastante fresca, nos dimos un gran baño y quería despejarme. La psicóloga me ha dicho que me haría excelente tomar caminatas nocturnas por el barrio, además tenemos un monitor en la habitación de los niños.—Me encogí de hombros.—¿No salíamos a caminar?
—Nunca.—Giró los ojos. —Odiabas cada actividad física que no fuese para conseguir algo que querías.—Dijo haciéndose énfasis en lo del odio.—Jamás te habrías levantado a caminar a las tres de la mañana.
—Tengo el horario cambiado.—Me burlé.
—Ha de ser eso. No tiene sentido que estemos aquí ahora de la nada. Nicole Ryder odia caminar, mi Nicole Ryder al menos.—Murmuró estirándose para apoyar sus manos en su espalda baja.
—¿Dijiste "mi"?—Pregunté con una sonrisa y ella me observo extrañada.
—Creo que no.
—Dijiste "Mi Nicole Ryder"—Tomé su cuello con suavidad parándome delante suya.
—No, lo recordaría. No lo dije.—Insistió y giré los ojos.
—Me llamaste así, acéptalo.
—No eres mía.—Murmuró.—No eres un objeto.—Tosió levemente y yo mordí mi labio inferior antes de unir nuestros labios cortamente.
—Te quiero, Leigh.
—¿Cómo no vas a quererme? —Preguntó engreída y yo giré los ojos. —Soy bastante agradable, mi cuerpo está algo poco entrenado desde que dejé las clases en la academia, pero...
—Tu pancita es adorable.—Murmuré tomando su cintura. Ella sonrió.
—¿Ves que tengo un poco? Me gusta, ya tengo varios años, me dejaré estar.—Siguió bromeando y tomó mi mano para seguir caminando.
—A veces extraño recordar bien a mis hijos.—Admití cambiando de tema.—No recuerdo los últimos años de Henry, pero lo siento mío... Cosa que con Michael no me pasa.
Leigh asintió lentamente.
—A veces creo que él llega a notar que no lo recuerdas.—Admitió y suspiré. —Pero te ama incluso más que a mí, no le importa siempre y cuando lo ames tan lindo como sólo la hermosa, maravillosa y fantástica Nicole Ryder puede.
Me hizo girar de una forma muy dramática y luego volvió a tomar mi mano con entusiasmo.
Extrañaba tener una sensación tan familiar, pero cuando estoy con Leigh realmente me siento en casa, como si ya la conociera, irónico sabiendo que lo hago pero no lo recuerdo.
[•••]
Leigh.
Me senté en el comedor de mamá mientras veía a Jules ir hasta el salón, porque Michael la llamaba con ansias para ver caricaturas juntos. Michael ama a su tía Jules.
—¿Leigh?—Habló mi madre delante mío. —¿Sabes por qué Nicole no ha llegado aún?
—Está con Rachel, ha avanzado bastante, y por lo mismo han aumentado las sesiones, de hecho esta semana tiene tres más.—Murmuré con una sonrisa.—Ya puede recordar más cosas diariamente, sus estados de confusión disminuyen y aunque no recuerda nada de los últimos años, puede recordar las cosas que desea hacer más de dos días seguidos, eso es asombroso.
Mamá me dedicó una mirada orgullosa y caminó hasta mí envolviéndome en un abrazo que necesitaba, no porque esté triste, últimamente estoy muy feliz, es sólo que... El accidente de Nicole me acercó mucho más a mi familia, me hizo notar que aquella Leigh que discutía con ellas todo el tiempo por cualquier mínimo comentario o roce, era una pérdida de tiempo, algún día podría despertar y ya no tenerlas, y eso fue algo que me hizo entender la pérdida de memoria de Nicole... Irónico es que ni siquiera la pérdida de la vida de Matt me haya hecho entrar en razón.
Necesitaba que alguien me aterrizara y siento que como siempre... Nicole es mi cable a tierra, Nicole logró que cada cosa absurda que a aquella Leigh viuda le preocupa, se esfumara, y ahora sou diferente, por ella, por su recuperación y por mí, mi salud mental me agradece querer tener paz... Cuando estas enojada con el mundo... Todo se ve tan jodidamente oscuro que ni siquiera puedes entender donde acaba tu oscuridad y comienza la del mundo, porque claro, la gente vuelve el mundo un lugar lleno de odio... Pero cuando tú también lo derramas... La vida pierde un sentido razonable, y de por sí es costoso de encontrar.
—También te amo si es lo que tratas de decir.—Murmuré.
—Leigh, estoy muy orgullosa de ti.—Dijo tomando mi mano.—Ayudaste a Nicole con tanta constancia, no la dejaste en ningún momento, no te rendiste y... —Mamá acarició mi mejilla logrando que cierre los ojos ante su tacto suave.—En serio eres una mujer maravillosa y Nicole tiene suerte de tenerte.
Me detuve a meditar sus palabras sintiendo como mi pecho ardía en orgullo ante eso, al fin puedo decir que también estoy orgullosa de mí.
—Los juegos de memoria ayudaron bastante, los juegos de mesa y tal... Cualquier motivación leve que haga que Nicole pudiese entrenar su mente... Para mi era importante. —Sonreí.
La puerta fue abierta con rapidez, vi a la rubia aparecer emocionada dentro de la cocina. Mamá la observó.
—¿Estás bien?—Preguntó al ver las lágrimas en las mejillas de la rubia quien ya no debía usarme de chofer puesto que podía conducir sin restricciones.
—¡Recordé el nacimiento completo de Michael!—Gritó emocionada y me levanté sorprendida.—¡Hicimos una regresión y lo recuerdo!—Insistió.
Corrí hasta ella tomando su cintura y ella se colgó de mi cuello frenada por las ansias que tenia, se dejó ir contra mi pecho sollozando como una niña pequeña. Mis ojos se humedecieron también, la emoción me consumía y notaba como ella simplemente no dejaba de tratar de aferrarse a mí con fuerzas escasas.
—Bien hecho, cariño.—Murmuré besando su cabello.
—¡Jules ven aquí!—Llamó mamá emocionada. Mi hermana apareció con mi pequeño tras ella.
Nicole se puso de rodillas y abrió los brazos para recibir a nuestro hijo quien inmediatamente corrió a los brazos de su madre. Es verdaderamente un triunfo y avance enorme para ella, sé cuanto anhelaba recordarlo.
—Te amo, Pickle.—Sollozó la castaña mientras Jules observaba todo en silencio.
Oh, Dios.
Nota de autor:
¡Hey! ¿Qué tal?
-Codex.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top