42°
Leigh.
Al llegar al sofá noté que Nicole estaba en la cocina, me preocupé creyendo que estaba desorientada, sin embargo dejé de pensar en eso cuando ella apareció en la entrada de la cocina con una sonrisa, "prepararé las palomitas y el jugo" Murmuró y yo comencé a elegir posibles películas.
Nicole ama las comedias románticas, únicamente porque le gustaba criticarlas, odia las películas del viejo oeste, así que eso ha sido descartado, sorprendentemente le gusta Adam Sandler, y vi la película de "50 first dates", ¿es un juego cruel del destino ponernos a ver eso?
—¿Qué elegiste?—Preguntó ella mientras yo me sobresaltaba algo atorada en mis pensamientos. —Uh, esa es de Adam Sandler. —Murmuró. —Pon esa.
—No creo que sea...—Tragué saliva. —La mejor decisión, además es una comedia de un asunto serio y...
—No la recuerdo, me gustaría verla.—Giró los ojos.—No seas aguafiestas.
—Nicole...
—Leigh Shaw, ¿cuál es la trama tan dramática de la que hablas?—Preguntó quitándome el control remoto.
Suspiré algo cansada de constantemente pensar en como explicarle las cosas, no quiero decir algo que la lastime y me frustra no saber como recibirá mis palabras hasta que ya las he dicho. Joder.
—Él conoce a esta mujer, y luego nota que ella... No recuerda bien, ya sabes, y le toca conquistarla una vez tras otra, recordándole que le gusta y lo que ha sucedido entre ambos.
—Pues te sirve para tomar nota y reconquistarme. —¿Bromeó? Sí, creo que bromeó.
Asentí lentamente mientras ella ponía la película en la pantalla plasma. Supongo que puedo ver ésto... No creo que le haga daño, y de ser así es todo mi maldita culpa, me haré responsable si sucede y...
—¿Por qué siento que en ocasiones estás pensando en todo?—Preguntó burlona.—Relájate, es sólo una película. No debes temerle tanto a todo.
Como si fuese fácil...
—En ocasiones pienso en todo.—Aclaré.—Pero a veces todo es nada.
¿A qué me refiero con nada? A veces cuando voy camino al trabajo observo los árboles que hay en las calles, unos más altos que otros, frondosos o con pocas hojas, de madera linda y gastada, me distrae de la vida pensar en eso, cuando en ocasiones no quiero y a trabajar... Pienso en los árboles de camino al trabajo, los cuento y luego comienzo a relajarme pensando que al final del día llegaré a casa a encontrarme con Nicole jugando un juego de mesa con los niños... Y así es como nada se transforma en todo.
Hay un hermoso paseo lleno de árboles cerca del centro, es realmente lindo y refrescante en verano, pero triste y frío en invierno... Antes de nuestra discusión de navidad... Un hombre se suicidó allí. Nicole no quiso volver a pasar por allí e inventamos una nueva ruta, ella dijo que era porque las calles estaban muy gastadas, yo le creí, pero jamás note ese desgaste... Ni en las calles ni en su salud mental, a veces los gritos de auxilio están allí... Pero no podemos oír bien.
Creo que debí prestar atención a las señales, que aunque no eran tan obvias siempre estuvieron.
Decidí apartar aquellos pensamientos en cuanto noté que la película llevaba buen rato avanzando y yo simplemente no podía concentrarme, logré atraparme en ella hasta que sentí a Nicole apoyarse en mi hombro con suavidad y sentí mi cuerpo ponerse alerta, un sudor frío recorrió mi nuca bajando por mi cuello hasta llegar a mi espalda, podía oír mis latidos mientras que sentía a Nicole relajarse y masticar palomitas a mi lado.
Oh, Dios mío. ¿Qué hago? Bien, Leigh, relájate.
Suspiré.
Mierda. Bien, Leigh, en serio debes relajar...
Tomó mi brazo mientras se recostaba un poco más a mi lado apoyándose nuevamente en mí.
Me relajé lentamente cuando su perfume ingresó en mis fosas nasales, extrañaba tanto su aroma...
Apoyé mi cabeza en la suya y no vi que se apartara o removiera en ningún minuto, eso me relajó bastante e hizo que ese nudo en el estómago desapareciera.
—Me gusta la película.—Murmuró. —Hay cosas que me parecen absurdas, pero...
—"Es Adam Sandler, ¿qué podría esperar?"—Murmuré imitandola. Ella me miró sorprendida.
—¿Lees la mente?—Bromeó.
—Otra de mis asombrosas cualidades, ya sabes.—Me encogí de hombros y ella sonrió.
—¿Crees que deba cortarme el cabello? Está muy largo, y no creo amar el calor.—Murmuró.—¿O sí?
Me generó ternura el hecho de que me preguntara a mí sobre ella... Eso significa que sabe bien que la conozco, es decir, confía... Confía un poco en mí.
—Odias el calor, por eso cortas tu cabello, detestas sentir que está húmedo por sudor y detestas peinarlo, por lo general lo cortas tú, y luego te quejas todo un mes por dos o tres cabellos mal cortados. —Sonreí.
Ella comenzó a reír y se giró.
—¿Veíamos películas antes?—Preguntó y negué.
—Pocas veces... Al inicio éramos aquella pareja a la que netflix debía preguntarle si seguíamos aquí.—Bromeé y ella se sonrojó con fuerza antes de comenzar a reír. —Y luego... Tú no tenías tiempo, y yo... Debía ocuparme de nuestros hijos, ya sabes, bueno, tu hijo y nuestro hijo, pero Henry es como un hijo más para mí, nos amamos bastante y...
—¿Te di la atención suficiente?—Preguntó interrumpiendo.—¿O estaba obsesionada con el trabajo?
Suspiré.
Nicole estaba algo... Molesta conmigo y prefería quedarse trabajando, se iba temprano y volvía en horarios en los que yo dormía, su ausencia en la cama la sentía siempre.
—No estábamos en nuestro mejor momento... Últimamente compartíamos poco la cama. —Admití. —Pero siempre fuiste una buena novia, sólo nos descuidamos y nos dejamos... Pasar, ya está. —Murmuré.
—¿En qué momento?—Insistió ella dejando sus ansias por la película de lado y centrándose en mí de forma total.
—Nicole, no creo que sea momento de hablar sobre esto... Además culparnos ahora por...
—¿Sentías que ya no te amaba?—Preguntó y observé un rincón de la casa algo paniqueada.—Leigh, sé sincera, estoy harta de esta vida a medias.
—Sí, Nicole. —Dije sincera. —Y últimamente ya ni siquiera dormíamos en la misma cama, dormías con Henry o yo en el sofá.
La castaña me observó entristecida, sentía el hielo formarse entre ambas separandonos lentamente, sin embargo de forma sorpresiva me abrazó sollozante.
—Lo siento tanto... —Murmuró.—Eres maravillosa, yo no habría querido lastimarte... Leigh.—Dijo ahogada.
Me asusté tanto de imaginar que este nuevo descubrimiento pudiese traerle nuevamente tristeza que sólo atiné a contenerla en un abrazo igual de fuerte que el que ella me propinaba.
La rodeé con mis brazos y escondí mi rostro en su cuello anhelando no perderme nuevamente en su aroma que me recordaba aquellos días en que fue mía, realmente no quiero que me suelte más, es desesperante.
Nos quedamos en silencio y nos separamos lentamente, algo nerviosas, algo ansiosas... Mi rostro se giró para observarla y ella también intentó girarse... Nuestras respiraciones se mezclaron mientras que su nariz rozó la mía, mis labios acariciaron los suyos sin pegarse, sólo un roce. No estoy pensando...
Ella se inclinó sobre mi cuerpo uniendo nuestros labios. Cerré los ojos ante aquél contacto dulce y noté que realmente estaba ocurriendo. Ella me besó.
Su lengua rozó la mía y se apartó de golpe cubriendo su boca, la película seguía rodando y ella se veía espantada.
—¡Lo siento, lo siento!—Gritó.—No quería, yo... —Dijo alarmada.
Auch.
—Nicole, está bien, yo...
—¡No está bien!—Dijo rápidamente. —No quiero que confundamos las cosas... Yo... Lo siento.
—Nicole... Somos pareja. —Insistí desesperada.
—¡Pero no nos gustamos!—Gritó.
—Oh... —Dije dolida.—Bien... Yo...—Apagué el televisor. —Bien...
Se levantó y subió las escaleras rápidamente. Duele mucho.
¿Qué mierda acaba de pasar? ¿Ella me besó y me rechazó?
Observé mi reflejo viejo y gastado en el televisor, los años me han lastimado tanto que me pone triste ver mi reflejo.
Suspiré jalando mi cabello con tristeza antes de que las lágrimas comenzaran a caer, siempre es un paso adelante y tres atrás...
[•••]
Nicole.
Me escondí en la cama, frustrada.
La besé. Me dejé llevar y la besé... Lo peor que pude hacer fue besarla, porque no sentí nada.
No sentí absolutamente nada... Creí que me pasarían algo con Leigh, nada... Frío, un beso y ya.
Me gustan las mujeres y lo sé, porque me descubrí viendo el escote de la linda chica que vende periódicos cerca de la tienda de donas, se llama Lexi y es pelirroja, pero el punto es que aunque me gusten... No me pasa con Leigh, no me gusta Leigh y... No debí besarla, porque eso la lastimará...
Soy una estúpida.
Soy tan tonta, debí detenerme, pero pensé que por la tensión del momento debíamos besarnos, para saber que sentimos, y yo no sentí nada, no siento nada por ella.
¿De qué sirve recordar? Jamás volveré a amarla.
Me mareé algo agotada de tantos cambios de ánimo, últimamente los mareos y dolores de cabeza aumentaron, estoy cansada de vivir así... Pero de seguro me lo merezco.
Merezco todo lo malo que me ha sucedido, porque no supe amar a la mujer que más me amó, y jamás podré volver a amarla. Soy lo peor.
A veces pienso que estoy maldita.
Nota de autor:
¡Hey! ¿Qué tal? Tengan buena noche, mañana otro capitulo aquí.
-Codex.
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