3°
1 de enero de 2020, 14:50
Leigh.
-Te dije que no debíamos detenernos a comprar galletas.
-Ésto comenzaba a la una, son casi las tres. - Se quejó acomodando su camisa. - Mi hermana va a matarme. Al menos llevo un De Martino.
Solté una risita mientras ingresabamos a la casa por la parte trasera. No tengo ni idea sobre vinos, no puedo opinar de ellos y Drew se empeñó en recordarme que es de buena calidad.
-¿No es ilegal ésto? - Pregunté y él se encogió de hombros.
-La casa es grande, fingiremos que ya habíamos llegado. - Murmuró. - Así Nora no va a matarme.
-Espero que lo haga. - Murmuré observandolo divertida. Él gruñó tomando el vino que venía dentro de una bolsa para vinos, así la llamamos. - Hay ruido en el salón. - Murmuré y caminamos hasta encontrar una mesa en donde sentarnos en silencio, sin embargo todos estaban en un ambiente festivo.
Levanté la mirada buscando la atracción de la fiesta y noté comi tres mujeres bailaban. Tres mujeres rubias.
-Sandra, Nicole y Cassie. - Murmuró mi mejor amigo. Observé a la mujer de cabello corto y rubio. Su sonrisa mientras bailaban y cantaban.
Las tres están dando un espectáculo. Mi mejor amigo hablaba y sin embargo dejé de prestarle atención en cuanto dijo Cassie.
-¿Es ella? - Pregunté observando a la mujer de cabello corto quien seguía sonriendo y gozando de ese baile como si fuese el momento más feliz de su vida.
-Nicole es la de cabello corto, en efecto. - Murmuró Drew tomando botanas de otra mesa y llevándolas a la nuestra. - ¿Por? - Enarcó una ceja.
Lo observé rápidamente antes de ver como el espectáculo acababa. La rubia comenzó a caminar hasta nosotros, mi corazón comenzó a latir rápidamente, su perfume inundó mis fosas nasales, mis manos comenzaron a sudar. Nora pasó junto a nosotros saludando a Drew y a mí, mis ojos conectaron con los de la rubia y nos dedicó una sonrisa antes de seguir. Sentí que mi respiración volvió a ser normal al verla pasar junto a nosotros seguida por Nora.
La seguí con la mirada y dejé caer mi mandíbula. ¿Es real? Es... Es... ¡Es como ver un ángel! Ella es hermosa, es malditamente hermosa, y es una mierda, porque estoy harta de ver ángeles, tengo suficiente con Matt aún molestandome luego de dos años muerto, pero... Ella realmente parece un ángel. Joder.
Me giré hasta Drew y él me observó extrañado mientras bebía de su copa.
-¿Ésto es jugo? No parece tener alcohol. ¿Por qué lo sirven en copa? - Preguntó y lo ignoré.
-¿Ella es Nicole Barber?
-Ryder. - Me corrigió. - No le digas Barber, ésta fiesta es para festejar que ya no es Barber. No seas irrespetuosa. - Se burló y lo ignoré nuevamente.
-¿Qué edad tiene? - Pregunté.
-Creo que treina o treina y uno. - Murmuró. - ¿Ya probaste ésto? Es una delicia. - Insistió bebiendo de su copa. - Pero no tiene alcohol, que lástima.
-¿Tiene hijos? - Pregunté.
-Uno, con su ex. Creo que se llama Harry Barber, no... Era Henry. - Murmuró con la lengua algo pesada. - Hanry. - Bromeó comenzando a reír por lo bajo. - Soy tan gracioso.
Vi las cinco copas vacías en la mesa. Medité que me sucedía y noté las ganas enormes de hablar con ella que tengo.
-Si traía alcohol. - Murmuré. - ¿Y está soltera, no? - Insistí girando mi mirada hacía donde había desaparecido junto a Nora.
-¿Por? - Preguntó Drew tomando otra copa.
-Deja eso. - Murmuré. Tomé la bolsa del vino. - Ya vuelvo, no bebas más.
-Oki doki, mamá. - Bromeó y siguió bebiendo. Giré mis ojos caminando en busca de la rubia.
Seguí mi instinto y pensé "Si es su fiesta, ha de estar en la cocina" y en efecto, la vi allí, de pie... Con una camisa negra con detalles en flores, pantalón blanco y un reloj del mismo color en la muñeca, observé sus manos libre de anillo de matrimonio y tuve que tomar el valor suficiente para acercarme a ella. Ni siquiera sé que estoy haciendo, no me detuve a pensar en que hacía, simplemente tomé el vino y ya, ¿qué cojones hago?
-Iré dentro y te avisaré si viene por Henry. - Murmuró Nora. - Hey, Leigh. - Murmuró sonriente al girarse y notarme. Observó el vino y sonrió. - Nick. - La llamó y la rubia se giró observandome algo despistada. - Traen algo para ti.
Nora salió de la cocina no sin antes pasar por mi lado y presionar mi hombro dandome ánimos, probablemente ella no lo notó, sin embargo me reconfortó sentir ese apretón en mi hombro.
-Hola. - Murmuré.
-Hey. - Sonrió Nicole levemente.
-Felicitaciones. - Murmuré. - Es decir, yo... Uh... - Estiré la bolsa. - Es para ti, no sé que se dice en éstos casos. Jamás vine a una fiesta de divorcio y me parece... Uh... - Detuve mi sinceridad por primera vez. No quiero cagarla.
-Una fiesta estúpida y extraña. - Murmuró burlona y sacó el vino. - Wow, tienes buen ojo para los vinos. - Sonrió.
-Un De Martino. - Murmuré sin tener idea. Ella asintió. - Y sí, estas fiestas son... Estúpidas, pero si las disfrutas, es lo importante.
-Celebré mi matrimonio y hoy celebro mi divorcio, no me parece bien, pero Nora es mi amiga, y me ayudó. No puedo negarme. - Murmuró. - ¿Te llamas Leigh? - Preguntó y asení rápidamente sintiendo que su voz era de las cosas más lindas que había oído en meses.
-Dilo otra vez... - Murmuré y me arrepentí de inmediato. - Es decir, tú... Eres Nicole Barber, ¿no? - Pregunté y ella hizo una mueca.
-Ryder de hecho. - Murmuró. - Para eso es la fiesta, que se conozca mi apellido de soltera.
Suspiré.
-Mierda. Lo siento, tienes razón, mala mía. - Murmuré y ella soltó una risita.
-Relájate, no eres la primera en cometer ese error.
Sonreí y la vi voltearse intentando alcanzar la repisa para poner el vino.
-Déjame ayudarte. - Murmuré tomando el vino y rozando su mano. Ella se giró levemente y se apartó antes de dedicarme una sonrisa. Dejé el vino en su lugar y le sonreí. - Listo.
Ella tomó una bandeja con aperitivos y comenzó a comer un poco.
-¿Quieres? - Preguntó y negué. - Oh, vamos. Están ricos.
No quiero avergonzarme, parezco un animal comiendo todo el tiempo y realmente no sé comer sin ensuciarme.
-No, gracias. Ya he comido.
Ella asintió lentamente y siguió comiendo de aquellas fresas con chocolate.
-¿Eres amiga de Nora? - Preguntó y negué.
-Amiga de su hermanito, y ella le ha dicho que venga y él a mí... - Dije avergonzada. - No sé que hago aquí. Debería irme. - Murmuré. - Nos vemos.
-Hey, no. Quédate. - Dijo rápidamente. - Hay mucha comida y realmente casi todos están ebrios, incluso Nora. - Se burló. - Es bueno tener con quien charlar, ¿estás sobria, no?
-Sí, por lo general así me veo. - Bromeé y ella comenzó a reír. Su risa es linda.
Oh, joder. Ella realmente se convirtió en algo así como mi nuevo amor platónico. Drew va a molestarme tanto con ésto.
-Te entiendo, soy madre y no me da mucho tiempo para producirme como hoy, y ni siquiera estoy tan producida.
-Oh, basta. Date algo de crédito. Te ves increíble. - Admití. - Esa camisa resalta tus ojos y realmente te luce.
-Gracias, Leigh. - Murmuró sonriente. Escuchamos dentro como la música sonaba bastante alta. - Deben estar bailando. ¿Drew es tu novio? - Preguntó volteandose al mueble. - ¿Quieres café?
-Por favor. - Murmuré y ella comenzó a prepararlo. - Y contestando a tu pregunta, no. Drew es mi mejor amigo y tiene un esposo. - Murmuré.
-Oh, entiendo. - Sonrió levemente y me entregó el café. - Creí que tú eras Drew.
-¿Qué? - Pregunté risueña. - No, ni cerca. - ¿No es nombre de niño? - Pregunté.
-No, existe Drew Barrymore. - Murmuró y asentí lentamente. - Además que eso de nombre de niño o niña, está obsoleto.
-Muy cierto. - Murmuré. - Mi ex esposo y yo queríamos llamar a nuestro bebé Pickle. - Mencioné antes de beber café.
-¿Divorciada por el nombre? - Bromeó comenzando a reír.
-Soy viuda. - Admití generando un silencio que creí que sería incómodo.
-Mi ex me deseó la muerte. - Murmuró ella sin detener la conversación. - Fue nuestra última discusión, desde allí los hombres dejaron de hacerse atractivos para mí. - Hizo una mueca y yo reí levemente. Me siento cómoda hablando de ésto por primera vez, ella no se compadeció. - ¿Cómo se llamaba?
-Matt Greer. - Murmuré.
-Leigh Greer sonaba bien. - Murmuró ella.
-Ahora sólo soy Leigh Shaw.
-Uh, eso suena lindo también. ¿Cómo hiciste para que tu nombre sea tan poco común y lindo? El mio es Nicole y conozco una cada dos cuadras. - Bromeó y continué riendo.
-Mamá es así. Mi hermana se llama Jules. - Mencioné.
-La mía es Cassandra, le decimos Cassie todo el tiempo.
Comenzamos a beber el café en silencio. Sin embargo no es incómodo, se siente bien.
Ni siquiera sé en que momento ésto se transformó en una charla, hace dos segundos estaba entrando por la puerta y de pronto estoy aquí con la mujer más linda que han podido ver mis ojos, charlando sobre nombres.
-¿Tu hijo se llama Henry, no? - Pregunté y asintió. - Ese nombre es lindo.
-Pickle es lindo como apodo. - Mencionó ella. - Tal vez Michael queda bien como para llamarlo Pickle.
Asentí lentamente.
-Quizá algún día tenga un Michael. - Murmuré. Ella sonrió levemente. - Tu café es delicioso.
-Gracias, no es por presumir, pero... Realmente es un don. - Murmuró y luego puso su mano junto a su boca como si me contara un secreto. - Cucharada y media de café, tres de azúcar y el agua bien caliente.
Me guiñó el ojo y le sonreí.
-Lo tendré en cuenta.
Nota de autor:
Lo más lindo es que me las imagino re lindas ª ahí hablando ahre
-Codex.
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