27°

29 de noviembre, 2021

Nicole.

La última semana ha sido estresante, he conseguido trabajo en una nueva productora, me va bastante bien y la demanda contra mi ex jefe y el poco cuidado emocional de él hacía sus trabajadores está procediendo. Leigh me convenció de demandar, la verdad había extrañado muchísimo trabajar, y ahora tengo una jefa agradable que respeta mis tiempos, procesos y además disfruta preguntando y aconsejando sobre mi parto, sin embargo he tenido dos lecturas de acuerdos esta semana que han sido extensas y con la mala suerte de tener contracciones constantes debido al tamaño de mi hijo y su insistencia en salir antes de diciembre.

—¿Otra contracción?—Preguntó mi novia sentándose a mi lado con toallas húmedas y tibias que pondría en mi espalda.

—Sí. —Dije cortamente acomodándome para que ella acomode las toallas. —Ya son cada tres minutos, deberíamos ir al hospital, y quizá sean cada dos minutos.

—¿No vas a querer esperar?—Preguntó al ver que por primera vez no discutía por mi bebé queriendo huir de mis paredes uterinas. Negué. —¿Estás bien, Nicole?—Insistió.

—Cariño, sólo quiero que las contracciones se detengan, tomarme dos días y volver al trabajo.—Dije rápidamente y ella me miró molesta.

—Nicole, lo hemos hablado y concuerdo en que debes retomar...—Se levantó acomodando un mechón de cabello tras su oreja.—Tus actividades, trabajo, reuniones y vida social en general, pero no creo que debas ir tan rápido,  debes tomar tus meses correspondientes y...

—No tendré esta conversación otra vez, soy una mujer sana y... —Otra contracción me hizo doblegarme.—Mierda... Leigh, no me hagas enojar.

Mi novia me miró extrañada, sin embargo no refutó. Con el embarazo, Leigh aprendió a no discutir conmigo, algo que sería difícil de ver conociendo a Leigh Shaw, empero lo intenta para que yo no me frustre ni pase malos ratos.

Me levanté y Leigh observó el suelo, luego a mí, luego el suelo otra vez y mordió su labio inferior.

—Cambiaremos la alfombra. —Murmuró y yo bajé la mirada encontrándome con mi pantalón húmedo. —¿No sientes que se te esté saliendo nuestro hijo, cierto?—Preguntó y la miré indignada. —Estoy preguntando, subiré por las cosas e iré al auto.

Asentí ignorando el hecho de que las contracciones se detuvieron por dos segundos y según mi experiencia eso significa que volverán con mas fuerza y si no llego al hospital rápidamente probablemente mi bebé saldrá en el auto.

                             (•••)

—¿Entonces?—Preguntó Leigh mientras yo pujaba otto poco.

—¡¿Podemos hablarlo luego?!—Pregunté molesta antes de soltar otro quejido.

—¡Puja otro poco, aún no veo la cabeza!—Dijo la doctora.

Leigh acarició mi mano y yo presioné la suya con fuerza al sentir que aunque pujara mi bebé no parecía poder salir.

Pujé con todas mis fuerzas sintiendo aquellas estúpidas contracciones que no parecían querer dejarme en paz.

—Tendremos que hacer cesárea. —Dijo la doctora.

Negué rápidamente.

—El bebé no puede salir y rompiste fuente, no puedo dejarlo ahí más tiempo. —Murmuró. —O estará en riesgo su vida y la tuya.

Leigh me observó espantada. Acepté todo sin pensarlo mucho más, me lastima tanto que nada esté saliendo bien últimamente.

No tengo tiempo para detenerme a pensar incluso si sé que hay mas soluciones. Sólo quiero que mi bebé esté sano y salvo, quiero poder criarlo y que Leigh me siga amando.

                            (•••)

Abrí los ojos y sentí que la luz de la habitación me molestaba. El sol fuera no pegaba mucho, sin embargo no me sentía del todo bien. Mis piernas se sentían hinchadas, pero estaban iguales que antes.

Observé la habitación y vi a Leigh sonriéndome. Un pequeño bebé de cabello castaño en sus brazos.

—Hey, Michael. Mami despertó al fin... —Murmuró ella y vi la emoción en su rostro. Sonreí por inercia, intenté sentarme y sentí el dolor en mi abdomen, noté una sonda conectada a mi entrepierna.—Han pasado ocho horas desde que nació, debieron hacerlo para que no hubiese problemas con tu vegija. —Contestó ella y yo asentí bastante aturdida.

Una cesárea...

Un corte en mi abdomen, no quiero verlo, prefiero ignorarlo, no pasa nada... Lo importante es que mi hijo y yo estamos bien... Estamos vivos....

Leigh me entregó al bebé y no pude evitar sentir algunas lágrimas caer por mis mejillas al verlo. Envuelto en un pequeño conjunto azul, bostezó y acaricié su rostro.

—Hola, Michael Shaw. —Saludé al pequeño. Leigh me observó extrañada y soltó una risita nerviosa.

—¿Shaw?—Preguntó. —Creí que sería Ryder Shaw.

—Me gusta Shaw Ryder.—Murmuré besando la mejilla de mi pequeño.

Él rió levemente y Leigh mordió su labio inferior tratando de no llorar.

—Michael Shaw impone respeto, si vamos a decirle Pickle al menos que su nombre real imponga. —Bromeé y ella comenzó a reír antes de acercarse a mí y besar mi cabello.

—Pequeño Pickle...—Murmuró acariciando mi hombro. —Te amo más que a nada, Nicole.

—También te amo. —Murmuré y ella sonrió.

—Tengo noticias. —Comenzó y la observé mientras me ponía a amamantar a mi pequeño.—Ganaste el juicio, tienes una cifra millonaria camino a tu cuenta, además de dos años enteros de sueldo asegurados a partir del año siguiente, y deben pagarte lo que dejaron de pagar al despedirte y estos meses. —Sonrió. —Felicidades.

Oh, Dios.

—¿Qué tan millonaria es esa cifra?—Pregunté y Leigh me enseñó su móvil con un correo en ella.

Mis ojos casi se salieron de sus cuencas al ver aquella cifra.

Podré crear mi propia productora...

—¿Pondrás la productora que tanto deseas?—Preguntó con una sonrisa y asentí sintiendo que incluso la marca de mi abdomen que cargaría para siempre... Dolía menos.


—Michael tiene tu nariz. —Murmuré acariciando el pequeño puntito en el rostro de mi hijo. —Además de tu boca. —Insistí delineando su rostro.

Leigh lo observó.

—Es rosado y gordo. —Murmuró ella comenzando a reír. —Mamá dijo que te llamaría a la noche, quiere saber como vas y recomendarte cremas por... —La detuve. No quiero que mencione la cesárea. —Puedo decirle que me de los nombres, los escribo y los dejo en una carta, así no hablamos más del tema y sólo tu sabrás, yo no vi nada.

Cubrió sus ojos con sus manos y separó sus dedos dejando ver uno de sus grandes ojos verdes. Sonreí sintiendo ternura.

—Por favor. —Murmuré y ella asintió.

Leigh se acercó a nuestro pequeño besando su pequeña mano.

—Te amo mucho, pequeño Pickle. Serás un niño muy amado, y tu hermano está muy feliz de...

—¿Dónde está Henry?—La interrumpí sabiendo que mi madre debía pasar a buscarlo donde Charlie.

—Está con Sandra en la sala de espera, le diré que venga.

Asentí más tranquila. Mi novia salió de la habitación y caí en cuenta de que ésto realmente está ocurriendo.

Soy tan feliz, soy tan afortunada de tenerlos...

Nota de autor:

Quedan pocos capítulos del pasado ª.

Nos leemos en dyr.

-Codex.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top