14°
26 de diciembre de 2023; 17:20
Nicole.
—¿Qué sucedió?—Preguntó mamá frente a mí.
Suspiré secando las lágrimas que no habían mojado mi rostro desde temprano.
—Nada...—Susurré. —Estoy cansada y ya.
—¿Qué te hizo, Leigh?—Preguntó Cassie.
Suspiré.
—No es que me haya hecho algo, últimamente discutimos más de lo que deberíamos, ella todo el tiempo habla sobre Matt, más que antes y siento tanta presión, creí que... Podía con ella y su obsesión por su ex muerto, pero aparentemente Matt, incluso cinco años bajo tierra consigue alborotar a mi novia. Estoy cansada de todo, de ella, de las peleas, de ver la estúpida cara de Matt en cada lugar donde Leigh está.
—Cariño, ella lo quiso mucho y...
—Y ni siquiera quiere casarse conmigo, porque ya se casó una vez... Con Matt... —Dije amargamente. —El único e increíble Matt Greer.
—Cariño, ella te ama más que a nada en el mundo, hace tres semanas...
—Hace dos meses no hacemos el amor. —Dije molesta. —Hace dos meses no deja que la toque, cada beso que doy en su piel pareciera quemarla y eso me quema a mí, siento que le doy asco, siento que... —Ahogué un sollozo. —Siento que me doy asco.
—No, basta. —Me detuvo Cassie. —No puedo creer que voy a decirte ésto, pero... Nicole, estás ahogándote por una mujer que si no sabe lo que quiere, no lo vale.
—Leigh vale muchas cosas. —Murmuré. —Pero no estoy dispuesta a pasar por más... Es suficiente.
Sequé mis lágrimas. Mi pequeño de dos años me dedicó una sonrisa. Michael acababa de despertar.
—¿Mami? —Preguntó con su voz suave. Me dedicó la misma sonrisa de su madre antes de esconderse entre las almohadas. Su cabello engominado era adorable.
—Hey, amor. Hola. —Sonreí acariciando su rostro. —¿Cómo estás, Pickle?
El pequeño bostezó y volvió a dedicarme una sonrisa. Aparentemente él no es un amargado como Leigh.
—¿Quieres comer algo?
—Shi. —Dijo intentando bajar de la cama. Sonreí.
Bajó los pies al suelo y se quejó. A Leigh tampoco le gusta pisar el suelo descalza.
—Mami. —Se quejó estirando sus brazos para que lo levante. Lo tomé y se aferró a mi cuello. —Fio.
—Sí, amor. El suelo está frío.
—No guta. —Se quejó.
Besé su mejilla y lo sentí bostezar nuevamente.
—Mami Li. —Murmuró y sonreí.
—Mami Leigh está con la abuela.
—Vamo' mami Li.–Murmuró señalando la salida mientas bajábamos las escaleras.
—No, cariño. No podemos ir.
Hizo un leve puchero cruzándose de brazos.
—Mami Li. —Insistió.
—Eres tan terco como ella. —Gruñí y él decidió lamer mi mejilla.
—Mami Li. —Insistió.
—No iremos con mami Leigh, así que conformate con...
—No. —Contestó molesto. Volvió a lamer mi mejilla y solté una risita.
Es adorable cuando se molesta me recuerda mucho a su madre, Amy suele repetir lo parecido que es Michael a Leigh, tanto físicamente como en personalidad, él definitivamente tiene el mismo humor de perros que su madre, sólo que con algo de caramelos y amor, se le olvida.
A Leigh no le sucede así.
Dejé a Michael en el sofá donde Henry jugaba vídeo juegos. Besé la mejilla de mi hijo mayor y él me dedicó una sonrisa antes de acercarse a besar la mejilla de su hermano.
—Mami Li. —Insistió Michael observando a Henry.
—De seguro mañana la vemos. No te preocupes. —Murmuró Henry sin apartar la mirada de la pantalla.
Pickle asintió quitándose los calcetines y jugando con sus pies. Le gustan mucho sus pies, son su mayor distracción, supongo que es adorable que aún con dos años disfrute más eso que los juguetes.
Caminé hasta la ventana y vi el auto de Leigh estacionarse fuera. Suspiré.
Le pedí que no viniera y es lo primero que hace, le pedí que respete mi espacio y mis limites, pero prefiere seguir su estúpido pensamiento de que sabe como actuar incluso cuando está siendo solamente una egoísta impulsiva y terca.
—Esperen aquí. —Murmuré y salí dispuesta a enfrentarla.
Me paré de brazos cruzados frente a su auto, ella salió y me dedicó una mirada llena de arrepentimiento.
—Mi amor...
Negué rápidamente y ella se calló.
—Te pedí espacio, debiste respetarlo.
Ella suspiró.
—Necesitaba verte... –Dijo con la voz rota. —Necesitaba saber si aún me amas...
Suspiré intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir. Levanté la mirada y la vi a los ojos. La mirada de cachorro triste jamás se irá de Leigh.
Jamás la haré tan feliz como él.
—Yo sí. –Dije molesta. —Yo sí te amo, pero no puedo competir con un hombre muerto para siempre. —Dije de forma dura. —Y estoy cansada de constantemente querer reinventarme para ser mejor que él.
—Jamás....
—Estoy harta.—La interrumpí.
—Jamás te pedí que seas mejor que él o como él.—Dijo Leigh intentando acercarse. Di dos pasos atrás y ella suspiró. —Nicole...
—Pues constantemente pareciera que intentas que yo sea Matt o sea como él, constantemente intentas que...
—¡No quiero que seas como Matt!—Gritó.—¡Me importa una mierda Matt, tú me importas!—Me observó molesta. —¡Date cuenta, Nicole!
Me quedé en silencio. Otra vez me estaba consumiendo la tristeza, no sé que decir.
No entiendo de que habla.
Ella se acercó a paso lento, la vi frente a mí, tan alta, oliendo bien... Tan bonita. Apoyé mi cabeza en su pecho y ella me rodeó con sus brazos.
—Te odio tanto... Estoy tan cansada de ti.—Murmuré comenzando a sollozar. Los últimos meses las lágrimas han sido mis mejores amigos.
Ella me abrazó con fuerza y la sentí besar mi cabello, no entiendo nada, realmente me duele.
Me duele no ser Matt. Me duele saber que jamás me amará como a él y que todo el tiempo me lo recordará si decido seguir con ella.
No puedo ser Matt.
Jamás le haré bien.
—No... —Me separé. —Jamás será él. No puedo ser él.
—Nicole... No quiero que seas él... —Murmuró Leigh. —Te quiero a ti, quiero que seas tú... Mi mandona novia, la madre más linda que Michael podría tener. Ayer bebí, no es excusa, pero me hizo confesarte que estoy agotada de algunas actitudes, llevamos tanto peleando, simplemente ya no lo soporto, eso no significa que no te ame. Nicole ti eres el amor de mi vida... —Murmuró y sentí que me sonrojaba.
Quiero ser feliz ante eso, anhelaba oírlo, sin embargo... Por mi cabeza ya pasaron situaciones que me dejan claras las mil formas en as que ésto podría salir mal.
Y me duele tanto.
Me duele tanto temer que Leigh no me ame, me duele tanto no saber si ser feliz o no.
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