Capítulo X: Antes de la tormenta (Parte I)
Emoción, una sensación de euforia que recorría su cuerpo y alma, alimentando aquellas llamas que se iban avivando cada vez más. Ese fuego de la pasión, su amor hacia el respeto, que la gente lo amara, le aplaudiera como era merecido y dejando atrás los conflictos, las desgracias ocurridas en su familia y en especial con aquella película, ahora se sentía en la cumbre del éxito,la felicidad más pura, el poder al alcance de sus manos, tocándolo, sintiendo ese calor que fluía por todas partes como el Sol o el alimento para los Seres Humanos. No valía deprimirse, ni tampoco llorar, él lo logró, ese éxito que lo llevó por parte de Luan para ocupar el puesto de "Negocios Graciosos", dio sus resultados y ahora empezaba a ponerse más interesante, mientras que se preparaba para animar aquella fiesta de una familia que pedía de sus servicios como payaso animador.
Era Domingo, otra cliente que requería de sus servicios y luego vendría el Lunes, una nueva semana ajetreada, cargada de tareas, pruebas y demás actividades que el chico debía realizar todos los días. Mientras que su familia se hallaba concentrada en el trabajo, para ellas era una vía de escape, una ruta hacia él éxito, sobre todo para Luan y Luna, incluso para Lori, pero, para otras, en este Leni, era un Infierno, uno del cual quería salir a toda prisa del lugar y empezar de cero, volver a ser aquella chica que trabajaba en el Centro Comercial y no una que estaba enfocada en un trabajo, en el cual la maltrataban peor que a un esclavo.
Y nuevamente llegaban los aplausos, las felicitaciones, la gente que se levantaba de sus asientos y estallaba de la emoción, mientras que Lincoln se "alimentaba" de esa muestra de afecto y respeto. Lo amaban, sí, era un "Rey", nadie podía dudarlo, pero tenía que ser alguien listo para aquellos momentos y más al tratarse de que, pronto, iban a llegar momentos más importantes, eventos que superarían la trama y que lo llevarían hacia un puesto mucho más "elevado".
- "Me aman".- Pensó el chico, incluso llegó a ver como un par de padres lloraban de la emoción. - "Sí, este es mi puesto, lo que tanto he anhelado, lo que me puede llevar hacia la cima de la Montaña".-
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Y pronto fue llegando el día Lunes, de vuelta a clases, a la rutina, pero para Leni, ese no iba a ser un gran comienzo de semana, ya que tenía que asistir a la reunión que se estaba llevando a cabo en el Centro Comercial y en su trabajo para la filmación de la película, recordando el día que había salido antes de terminar su horario cuando Lincoln había sido víctima de ese cruento ataque a traición por parte de sus amigos.
Llegó con el resto de sus hermanas al Estudio de Filmación, siendo Luna en ser llamada por la prensa que estaba allí, queriendo saber sobre sus dotes para la música y Lori para el manejo de la historia, dejando a Leni sola en esos momentos. Suspiró pesadamente y se internó en el área para la que trabajaba, la confección de las vestimentas para los actores. Tomó asiento, tras cerrar la puerta y se dispuso con ponerse trabajar, pensando que podría evitar contacto con alguien en ese lugar. Creyó que estaría a salvo, hasta que alguien llamó y pidió que le abrieran, llevando a que se levantara y, temblando de los nervios, avanzó hasta llegar al picaporte, extender su mano y girar la perilla, encontrándose con aquel Guardia de Seguridad.
- Buenos días, Señorita Leni.- Saludó Dan y eso la alegró a la muchacha.
- Oh, Señor Dan, buen...Buenos días.- Respondió ella al saludo y le invitó a pasar.
- ¿Va todo bien?.- Preguntó el hombre de bigotes pero ella negó con la cabeza, presa de un pánico mucho más grande. Estaba por hablar con él, cuando la Secretaria de Stonetalon lo hizo a un lado, casi tirando al Guardia de Seguridad contra una pared. Éste intentó hacerle entender que no tenía derecho con atropellar a los demás como si fueran basuras, pero reconoció que aquella mujer era la persona de mayor confianza que tenía aquel joven.- "Y hablando de la Gestapo en persona, llega la descendiente de Heinrich Müeller"*.- Bufó para sus adentros el hombre y tuvo que mantenerse callado.
Emily caminó hacia donde estaba Leni y ésta se le quedó viendo un rato hasta que articuló unas palabras.
- El Señor Stonetalon quiere verte en su oficina. Ahora.- Dijo con aquel tono de voz serio y frío.
No había más opción, debía obedecer. Para Leni, ese día no podía ser malo, tal vez el Director de la película se iba a disculpar con ella, de que la dejaría ir cuando ocurriera un tipo de emergencias, además de que, incluso, podría salir temprano y ver el tema del Centro Comercial con Fiona y sus demás integrantes. Dan quiso acompañarla, algo temía en su interior y no quería dejar que ella fuera sola hasta allí, pero Emily le impidió avanzar, llevándose a Leni consigo hasta la Oficina de Stonetalon.
- "¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué quiere hablar con ella ahora?".- Se preguntó el Guardia de Seguridad, pero no pudo continuar hasta que Emily se alejara de allí.
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- Oh, ¡Lincoln, hola!.- Se acercó Stella al albino, quien ingresaba a la escuela, justo cuando se topó con aquella filipina de cabellos negros.- ¿Cómo has estado?. Te veo mejor que el Viernes.- Reconoció el cambio que tenía el chico en esos momentos.
Y estaba en lo correcto, no se veía mal, ni deprimido, sino todo lo contrario, se lo notaba más alegre, calmado e incluso más enérgico que antes. Todo eso llamó la atención de la asiática.
- Buenos días, Stella, sí, me encuentro mucho mejor que el Viernes, gracias por preocuparte.- Respondió el joven a ella, quien sonrió y pasó a entrar con él a la escuela.
- Cuánto me alegra, Linky. Este fin de semana estuve muy preocupada por ti, quería llamarte, pero tenía que hacer un montón de cosas, en especial de que fui a visitar a mis abuelos, quienes se van a mudar de Royal Woods junto a mis otros parientes. La situación...- Contó la peli negra y ésta bajó la mirada, llamando la atención del albino.
- ¿Stella?.- Preguntó el chico, pero cuando ella volvió a alzar la mirada, un par de lágrimas bajaron por sus ojos.- ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo?.- Preguntó pero ella negó, aunque estaba mintiendo, sabía bien que algo le estaba molestando.
- El Viernes, el mismo día que te atacaron a traición, mi madre me contó que mis abuelos y mis primos se irán de Royal Woods junto a sus familias, ya no pueden más aquí por la crisis económica. Parece que volverán a Filipinas o se irán a otro Estado.- Le relató aquello y para el joven, eso fue como un puñal contra su alma.
- Pero...Pero...¿y tú?.- Quería saber y ésta solo se encogió de hombros.
- No lo sé, si ellos se van, puede que yo también, pero eso lo decidirán mis padres.- Sostuvo la chica y ésta lo abrazó con fuerza al chico, sin soltarse por un buen rato.- Lo siento, no...no quería arruinarte la mañana.- Ofreció perdón, pero el albino le pasó la mano derecha por su rostro, secando sus lágrimas y mirándola a los ojos.
- Tranquila, no te preocupes por eso, mientras que estés ahora, con nosotros, aquí, no va a pasar nada.- Le tranquilizó el joven, mientras que sonaba la campana de clases.- Bueno, será mejor ir allí, ¿no?.- Propuso y ésta asintió con la cabeza, sintiéndose un poco más tranquila.
Fueron caminando hacia el interior de la escuela, poniendo rumbo por los pasillos hasta que se dirigieron al salón de clases. Allí podía respirarse un aire de "pesadez", algunos de los chicos de la escuela murmuraban por lo bajo al ver entrar a Lincoln allí. El joven no los escuchaba, se hallaba más enfocado en Stella y su posible partida de Royal Woods. Para él, ella era la única amiga que le quedaba, Cristina se había ido, Jordan también. Cuando el barco comenzaba a hundirse, era mejor evacuar y desaparecer de allí antes de que el hundimiento se cumpliera. Ronnie Anne, descartada de sus recuerdos, pensamientos e incluso de momentos pasados, Clyde, lo mismo, incluyendo a sus otros amigos. Y hablando de ellos, los buscó con la mirada, pero no estaban allí, cosa que le dio tranquilidad para sí mismo y que no tendría que lidiar con ellos, sin embargo, al voltearse para ver a Stella, ésta se encontraba con su celular y su expresión parecía ser de una de tranquilidad.
- Nos quedamos, lograron conseguir empleo.- Le anunció la filipina sobre aquella situación por la que pasaba su familia, todo bajo un susurro y de ahí tranquilizó al chico.
Cerró los puños con alegría, qué mejor noticia para empezar el día. Fue entonces que fue llegando la hora de comenzar las clases y se prepararon para el momento de iniciar la misma.
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¿Cómo describirías ese momento en el que no sabes si tu hijo está diciendo la verdad?. Una madre reconocería ese tema en un segundo, sin dudar, preguntaría que le estaba pasando, pero Lincoln no parecía mostrar signo alguno de tristeza, abatimiento o dolor, sino que, desde aquel día del evento, solo se limitó a permanecer alejado de su familia, de sus hermanas, hablando poco y ni metiéndose para ver una película o algo por el estilo. Todo lo contrario, el albino se había distanciado, igual que un marginal por la sociedad y se encerró en la habitación, evitando todo contacto posible. Sus dedos tanteaban con nervios sobre el escritorio de madera, intentando averiguar qué podía descubrir de todo ello.
El sonido de una llamada a su teléfono la sacó de sus pensamientos y lo tomó, viendo que el número era el de su padre, Albert Loud, así que atendió la llamada y comenzó a hablar.
- Oh, hola, papa, ¿qué tal todo? ¿Cómo estás?.- Saludó su hija al anciano de cabello y bigote blanco.
- Hola, hija, estoy bien, no te preocupes. Estuve haciendo ejercicio, este cuerpo de Soldado se debe mantener.- Le habló aquel sujeto con ese tono enérgico en su voz, a pesar de que ya estaba transitando por ese momento en el que el físico comienza a jugarle en contra.
- Papa, tú sabes bien que debes cuidarte, no estés sobre-explotando tu cuerpo.- Intentó Rita en convencerlo, pero era imposible para ella, ya que él quería mantenerse en buen estado.
- Jejejeje, tranquila, hija, que estoy. Por cierto, ¿qué te parece si concretamos un encuentro en el Asilo para que nos volvamos a ver?.- Propuso éste y ella bajó la mirada.- Hace mucho que no vienen Lincoln y las niñas aquí.
- Bueno...yo.- Un momento, ¿qué podía llegar a hacer?. Sabía bien que, por el trabajo que tenían sus hijas, hacía mucho que dejaron de visitar a Albert "Pop Pop" Loud y no quería lastimar su corazón. Un alma tan caritativa y buena como su padre, quien y a pesar de que se lo veía "bien", "normal", bajo esa "máscara" yacía la tristeza y el dolor por el fallecimiento de su esposa unos años atrás.- Sí, sería un gran reencuentro. Dime qué fecha quieres y nos encontraremos.- Propuso Rita, rendida en esos momentos.
- ¡Genial! ¿Qué te parece en el próximo fin de semana?".- Propuso el anciano y ella asintió con la cabeza.
- Perfecto, así será.- Aceptó la rubia.
- Muy bien, cuídate, hija, te llamo luego y ten cuidado a la hora de volver. Cada día se está poniendo muy brava la calle. Nos vemos y saludos a la familia.- Finalizó la llamada y de ahí ella colgó la misma, sumiendo todo el lugar en silencio.
Respiró profundamente y sus ojos comenzaron a humedecerse, producto del dolor y éstas bajaron por sus mejillas hasta dar contra el escritorio, cerrando el puño y hundiendo su cabeza contra sus brazos. Llorando a más no poder, evitando llamar la atención de su Jefe y más al tratarse de que estaba trabajando, pero el saber que su padre había quedado, nuevamente, solo, le destrozaba el alma.
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Se hallaba recostada contra la cama, pensativa, mirando hacia el techo y desde hacía unos días que la misma pregunta le azotaba la mente, igual que un látigo al lacerar la carne de una persona, si era verdad, si era cierto, si podía tratarse de algo injusto...Un momento, ¿cómo pensar así si lo que había hecho fue horrible?. Le carcomía por dentro la culpa por lo que hizo, el ayudar a Clyde y a la banda para que golpearan al albino y luego volver como si nada a su ciudad la había dejado totalmente a la deriva.
- "Eres una tonta, Ronnie Anne, Lincoln era una persona amable, a pesar de que te había tildado de monstruo, se disculpó contigo...¡incluso te besó! ¡¿Y así lo tratas?! ¡Me cuesta creer que tu familia aún no se dio cuenta o tal vez ya lo sepan!".- Le habló su conciencia de lo que había hecho.
- "Cállate, ¿qué vas a saber?. De seguro no lo saben, con todo lo que está pasando, ellos están inmersos en una fantasía".- Le ordenó la peli negra de que guardara silencio.
- "¿En serio?. Quiero verlo. Ya vas a ver, caerás bajo tu propio peso. Tal vez tengas razón y no te descubran, pero...tarde o temprano, la realidad golpeará a tu puerta, no vas ni a poder dormir".- Le advirtió aquella conciencia y eso fue como un impacto contra su lógica.
Podía estar en lo correcto, podría tratarse de que, en verdad, las cosas le estarían jugando en contra a Ronnie Anne. Sin embargo, para ella, pronto terminó por ganarle, por el momento, su lado serio, por lo que salió de su habitación y se fue preparando para ir a la escuela.
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El timbre sonó, la primera parte de la clase terminaba y ahora daba por comenzado el almuerzo, un buen momento para descansar, comer y reponer energías tras su uso en la enseñanza. Los chicos fueron dejando el salón y partieron hacia la cafetería, pero solo dos quedaron allí. Stella fue una de esas personas, quien vio que el albino estaba sacando un pequeño frasco con pastillas y se dirigía hacia el docente, al cual le mostró un papel firmado por la doctora que le había atendido aquella semana anterior y que le dijo que debía tomar dicho medicamento para enfrentar y paliar los dolores tras la golpiza. Esa persona asintió y le dio una palmadita en la espalda, comprendiendo el mensaje y saliendo de allí, cosa que llamó la atención de la filipina de cabello negro.
- Lincoln, ¿pasa algo?.- Preguntó la joven y ambos salieron de allí, llevando a que el chico le hiciera un gesto para que lo discutieran en voz baja.
- Esta medicación la debo tomar por dos semanas y así se irá todo el daño que sufrí aquel día, no quería decirlo ahora, por precaución.- Le contó y ella lo recordó.
- Ohhh, tienes razón. Bueno, ¿quieres que vaya a la cafetería y...?.- Fue la pregunta que hizo, pero, en ese momento, el joven le tomó, inconscientemente, su mano y la miró a los ojos.
- No...Esto...¿Podrías esperarme hasta que salga del baño?.- Preguntó el chico y eso dejó sorprendida a la chica, cuyos ojos se agrandaron como los de una lechuza.
- Sí...Sí, claro.- Comprendió y de ahí llegaron hasta aquel lugar. Lincoln ingresó y ella se quedó esperando.- "Pobre, me cuesta creer que hayan sido esos malditos".- Pensó Stella y apretó los puños al rebobinar dicha "película".- "Cómo me hubiera gustado estar allí y darles su merecido...Clyde...Chandler, todos ustedes...más les vale no venir por aquí y me importa una mierda si me acusan de "racista" o de pegarle a un mocoso millonario, juro que les haré pagar por lo que han hecho o será el mismo destino quien se ocupe de ustedes".- Prometió y tuvo que reprimir esa rabia interna.
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(Here comes the King, Steve Karmen, OST de "El Joker")
Destapó aquel frasco y sacó una pastilla, la cual bajó de un trago con agua. Esperó unos minutos para que hiciera su efecto y de ahí sentía como el placebo tomaba "forma" y comenzaba a desarrollar ese "Mundo" que tanto anhelaba. Podía extender sus manos, tocarlo, sentir su "aire", respirarlo, gozar de que merecía tener al alcance de sus manos y mucho más. Se veía así mismo, en aquel escenario, haciendo una hermosa reverencia, como todo actor que agradecer al público por haber disfrutado de la obra y una risa, ohhh, aquella misma que se había producido tiempo atrás, volvía a surtir su efecto. Acto seguido, el muchacho se levantó del inodoro en el que estaba sentado y caminó hasta el espejo, en donde vio su reflejo y una expresión triste, por lo que llevó a que llevara sus dedos índice a su rostro, extendiendo las facciones de su boca y formando una sonrisa.
Un Rey, así debía sentirse cualquier Monarca del Pasado que haya sido coronado y la gente mostraba sus respetos. Caminando, saludando, sintiéndose orgulloso de luchar por su pueblo, de hacerlos sentir felices y que cumpliera como era debido, en especial con su deber como líder político. Podía verse yendo hacia aquel escenario y con una orquesta que tocaba para él uno de sus temas favoritos, la gente que se ponía de pie e incluso muchos que lloraban de la emoción ante ese "Rey". Luego de eso, el muchacho saludaba al público e incluso acompañaba a la música con un canto.
- Todo el Mundo debe reír alguna vez en la vida.- Se decía el joven, lanzando una frase que, tal vez, habría escuchado por alguna parte y que golpeaba las puertas de su mente para que la dejara salir. Y allí estaban esas palabras y ese dulce momento en el que se sentía como en la cima del Mundo.
Una vez que se sintió "satisfecho", salió del baño y fue con Stella a la cafetería para almorzar.
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Mientras tanto, en los "Estudios de Filmación", Leni se encontraba sentada frente al escritorio de James Stonetalon, pero no había señal alguna de aquel Director de Cine. Miraba para todas partes, a su celular, el cual marcaba las 12:00 AM, tendría que ser rápido si quería llegar a tiempo para el Centro Comercial, en especial antes de que Fiona estallara de la rabia. Sus dedos se movían sobre su vestido, no sabía qué decir ni qué era lo que quería hablar ese joven con ella, hasta que la puerta se abrió y apareció en el umbral, llevando a que Leni suspirara profundamente y se preparara para un posible "bombardeo".
Oyó sus pasos en dirección hacia el escritorio, hizo a un lado su silla y tomó asiento.
- Buenos días, Leni.- Saludó Stonetalon a ella, tomándola por sorpresa en ese momento, sin estar enojado o expresando otra emoción negativa que la hiciera temblar.
Pronto, unos nubarrones comenzaron a aparecer en la lejanía. Una mala señal de que algo peligroso estaba por acontecer allí, en Royal Woods y que sería el principio de un "terremoto".
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Y la tormenta está a la vista, pero se irá expandiendo más a partir de la segunda parte de este capítulo. Hemos vuelto a ver a Ronnie Anne y también tuvo su parte Rita, al igual que Albert Loud, a quien volveremos a verlo nuevamente, pero para más adelante. Mientras que Lincoln y Stella disfrutan su momento de tranquilidad, Leni está ante las puertas de las dudas y más por Stonetalon y misterioso "cambio de humor", pero esto es señal de peligro. Solo eso diré.
Mando saludos y agradecimientos para Franco y Pupiescritoresfanfic (muchas gracias, amigo y buena suerte con tu proyecto), El Caballero de las Antorchas, My life matters, Guest, Shadow 13 (Lo siento, pero ese pedido que me has hecho de que Lincoln sea adoptado, lo lamento, pero no lo pondré), RCurrent, LeoneEpsilon, LucasAbad0, BettyMars516, vhcbn, Banghg, Deadly Ice 88, AndresTLH, Hisworld39, J0nas Nagera, Ficlover93, Alquimistaarcano77, Plagahood, AnonimousReader98, Caballero del Viento, Lancerot2000, Jugger Ops, Dark-Mask-Uzumaki. Luz sin Vida, eltíorob95 y los demás.
Cuídense, amigos y nos estamos viendo. Buen inicio de día Martes para todos ustedes.
P.S: Los que lleguen a preguntar por el personaje de mi avatar: Se llama Phizar, antagonista de la película argentina del 2000 llamada "Cóndor Crux".
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