Vuelta a casa, el Sol ya estaba a pocos metros de ocultarse y de ahí vendría la noche, por lo que el albino caminó con tranquilidad, a pesar de que debía estar antes de aquel horario que su familia había impuesto. Ni más ni menos, el muchacho comenzó a avanzar por las calles, a pesar de que éstas se habían tornado muy peligrosas, incluso por la Avenida Franklin, por donde deambulaban las bandas y pandillas de delincuentes que estaban dedicadas a la venta de armas, drogas y que se peleaban por el control de los territorios. Pasó por una casa abandonada y que tenía un grafiti con la imagen de una Calavera que decía "Southside Woods Gang" y en la otra podía apreciarse un brazo musculoso que portaba una Pistola 48 MM y una navaja, representando a uno de los tantos rivales, los "Cardinal Kings", pertenecientes a aquella calle ubicada al Este de donde vivían los Loud.

Últimamente, la situación en aquel barrio tampoco era de esperarse que fuera excluida de lo que decía por el Centro y la periferia, sino más bien este primer sitio se hallaba en lo que podía considerarse el "Núcleo" de una zona de guerra. La caída de los negocios y la economía local llevó al incremento del desempleo y muchas personas, entre ellos jóvenes que habían perdido toda esperanza para el Futuro, ahora se habían convertido en pandilleros y pertenecían a los grupos más violentos, incluso a lo que eran considerados como "narcotraficantes". Pero, ¿quién podía vivir sin un Dolar en el bolsillo para morirse de hambre?. Los precios aumentaban cada día, la brecha social empeoraba aún más y no se podía decir lo mismo de la Policía, cuya huelga comenzaba a adquirir mayor preocupación, no solo en el Alcalde Frost, sino también en el ámbito estatal, ya que el propio Gobernador del Estado de Michigan había intentado dialogar con ellos, pero sus ofertas de paz fueron rechazadas una y otra vez.

Lincoln se encontraba caminando por aquellas calles, en donde se respiraba una intensa "calma", a pesar del paso de vehículos, tampoco podía fiarse de ellos y más al enterarse de los tiroteos que se producían desde los autos que iban a máxima velocidad. No podía bajar la guardia y más con el dinero que portaba y los materiales que Luan le había dado, ya que si los perdía o les pasaba algo, tendría que darle una buena respuesta a ella y pagarlo desde su propio bolsillo.

Divisó su casa, avanzó hacia el caminito que se formaba hasta llegar a la entrada, subió por la pequeña terraza y tocó a la puerta, llevando a la espera de unos segundos. Oyó pasos y el cerrojo de la misma se fue abriendo por la llave, mostrando al matrimonio Loud en la entrada, quienes vieron a su hijo albino recién llegado.

- ¡Lincoln!.- Exclamó su madre y lo abrazó.- ¿Por qué tardaste tanto?.- Preguntó la rubia.

- Llegué temprano, encima de la hora.- Respondió el joven con tranquilidad y entró en el domicilio.

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Le recibió el cálido hogar familiar, las personas que lo rodeaban, en especial al ver a sus hermanas allí reunidas, siendo Luan la que se levantó de su asiento y vio que su hermano había tenido un gran día en el trabajo, por lo que ésta caminó hasta él y lo abrazó con ternura, moviendo sus cabellos blancos, además de que el joven le devolvió los materiales para la fiesta que había animado.

- Vaya, mírate: Eres todo un animador.- Mostró ella sus respetos.

- Apenas fue mi primer día, uno que me dejó muy entretenido y a la vez cansado.- Sostuvo el chico y tomó asiento en el sillón, contando el dinero que le habían pagado.- Por cierto, me dieron lo que sobró del pastel de cumpleaños de Michael García, si desean, pueden comerlo después de la cena como postre.- Apuntó el chico y eso fue una gran sorpresa.

El matrimonio Loud lo miró con asombro, se lo veía muy cambiado, tranquilo, ¿acaso se había ido su depresión? ¿aquella tristeza ya había marcado el punto final?. Tal vez era así, pero debían hablar con él y más ante la presencia de sus hermanas.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaban todos reunidos allí?. Se encaminó hacia el sillón, tomó asiento y vio que sus padres iban al otro, cruzando y escrutando con la mirada al albino y a sus hermanas. Fue entonces que fue Rita la que comenzó a hablar, dirigiendo su mirada hacia sus hijos, cerrando los ojos y respirando profundamente.

- Mama, papa, chicas, ¿qué pasa?.- Preguntó Lincoln a todos ellos, llevando a que fue Lori la que respondiera.

- Dinos tú mismo, Lincoln.- Fue la respuesta que dejó aquella rubia al chico, el cual se encogió de hombros.

- ¿Has estado bien, hijo? ¿Qué tienes?.- Interrogó su padre.

- Sí, es verdad, hermanito, los últimos días te veíamos muy alejado de todo.- Añadió Luna. Leni, al oír aquello sintió como su mente le estuviera hablando.

- "Ohhh, ¿ahora te preocupaste por Lincoln? ¡¿Ahora?!. Puta hipócrita, como todas las demás...Espera...yo también lo soy, no puedo escapar de esto, porque también me metí en ese tema...¡Dios, cómo me gustaría liberarme de esto!".- Pensaba la rubia mayor, apretando los puños y aferrándose con sus uñas a su vestido, atravesando su piel y llevando a que apretara los dientes.

- Yo he estado bien, no tengo nada que decir.- Fue la respuesta sincera que dio Lincoln.

- No nos engañes, Linc, desde que volvimos de aquella convención, tú has estado muy callado, ¿acaso es por el tema de la película?.- Interrogó Lynn y ésta le tomó de la mano al joven.- ¿Es eso lo que te pasa?.- Volvió a preguntar pero el joven bajó la cabeza, haciéndola a un lado, mirando hacia un costado y no dio aquella respuesta que esperaba su hermana.

- Lincoln, hijo, escucha, no te guardes eso, por favor, dilo.- Le animó su padre, pero el chico simplemente volvió la mirada y de ahí dio lo que esperaban.

- Escuchen, se que lo que pasó allí fue algo que yo esperaba que pudiera hacer, pero es de ustedes. Ya está, ¿sí?. Olvídenlo.- Les dijo con tranquilidad en la voz, llevando a que Leni y Lucy intentaran hablar pero ninguna dijo nada, para Lori, él había sido sincero, Lynn tardaría en sacar una respuesta como esa, mientras que para Lola era más que "suficiente" y para las demás, aún quedaba cierto remordimiento que él ocultaba.- Yo estoy bien, ¿acaso me han visto cortarme o algo por el estilo?.- Dijo y aquellas palabras parecían resaltar muy bien con aquel cuadro.

- Si tú lo dices, Lincoln, está bien, te creo.- Le apoyó Luna, mientras que las demás se sumaban y le daban un abrazo al joven.

- Ya todo está perdonado. Tranquilas, ¿sí?.- Finalizó el joven.-

- Bueno, ya que lo dices, dentro de poco vamos a cenar.- Le avisó su madre y él asintió, dirigiéndose hacia la planta alta, siendo observado por Leni y Lucy, las cuales sentían que no podían hablar, como si sus cuerdas vocales estuvieran atadas con algún hierro o cadena que les impidiera decir o exclamar sus palabras hacia él.

- "Linky".- Pensó la gótica, extendiendo su mano pero lo único que tocó fue el aire invisible y nada más.-

- ¿Leni?.- Le llamó Lori y ésta se volteó para verla.- ¿Todo bien?.- Quiso saber pero su hermana tenía la mirada perdida en las escaleras, en la planta alta donde el albino había subido.

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A unos pocos pasos de extender su mano derecha y abrir la puerta de su habitación, Lincoln comenzó a sentir que una "avalancha" de insultos, provenientes desde lo más profundo de su mente, comenzaba a caer cuesta abajo de esa montaña, llevando a que una "película" se proyectara en su cabeza, mostrando los eventos acaecidos durante aquella "Convención de Cómics" y otros más que ocurrieron en la Casa Loud. ¿Que todo estaba bien? ¿Que todo estaba perdonado?. Menuda estupidez se había inventado el chico para querer dejar todo en calma, pero no, no era así, nada estaba bien, a pesar de que no las odiaba, una punzada de dolor se comenzó a desarrollar en su alma, perforando cual taladro la "superficie" de su cuerpo y comenzaba a avanzar hasta llegar la espina dorsal, a subirle como un ascensor hasta alcanzar la "meta": Su cerebro.

(I have but one Heart, Soundtrack 2 de "El Padrino")

Vaya estupidez había dicho allí abajo, las "voces" de su mente lo estaban bombardeando como si fueran cañones en plena guerra, arrasando con todo a su paso. Se sentía "humillado", así que corrió hasta el picaporte de su puerta, lo abrió y cerró suavemente la misma, evitando llamar la atención. Acto seguido, sintiendo como una "cuchilla" le rebanaba por dentro, se fue deslizando hacia el suelo, llevando sus manos contra el rostro, sintiendo como una mezcla de dolor, odio y otros sentimientos se unían, provocando que comenzara a llorar a más no poder.

Aún lo recordaba aquel día, aún tenía grabado, como si fuera un animal cuando es marcado por el hierro ardiente, el momento en el que le quitaron sus sueños, pero ¿qué podía hacer? ¿acaso iba a lloriquear, a chillar para pedir que se lo devolvieran?. No, no podía, era imposible. No las odiaba a sus hermanas, pero no podía verlas con la misma cara que antes, para él, ellas eran "desconocidas" y había veces en las que deseaba darles una cucharada de su propia medicina. Apretó los dientes con fuerza, mientras que las lágrimas caían en abundancia, igual que una lluvia intensa de Verano.

Sin embargo, no solo estaba ese motivo, el de la "Convención de Cómics", sino que también recordaba otros trágicos y lamentables eventos, como la vez en la que Lori y Leni se habían peleado...si tan solo hubiera intervenido de otra manera, tal vez "apegarse" un poco al "Protocolo" de Lisa, las cosas hubieran sido distintas, lo mismo cuando ocurrió con el tema del vídeo, aunque ahí no tenía otra vía de escape, él se lo había buscado al "lastimar" a sus hermanas con aquella grabación. Tampoco podía sentirse feliz cuando se inculpó por el inodoro tapado y así defender a Lucy, pero no había visto que su hermanita gótica fuera a defenderlo o a decirle que él se merecía ese puesto en la película.

- "¿Qué pasa? ¡¿Por qué no puedo decírselo a ellas?! ¡Me quitaron lo que más amaba!. Yo hubiera dado todo por estar allí!".- Pensó el joven albino, agarrándose la cabeza y sintiendo como la amargura le invadía tras su primer y exitoso día laboral.

Golpeó el suelo alfombrado con su puño una y otra vez hasta sentirlo caliente por los impactos, se detuvo y entonces quedó callado un rato, dejó de llorar y de ahí se recostó contra el borde de su cama. Acto seguido, buscó en su mesa de luz aquella medicación, le sacó la tapa y tomó dos pastillas, las cuales se las tragó sin agua, esperando a sentir aquel efecto, el cual tuvo su unión con el "poder" de aquel placebo y los recuerdos. Tal vez así se sentiría cualquier actor tras haber tenido un mal día, una pésima entrevista o incluso estar involucrado en algún escándalo. Para el albino, en esos momentos, comenzó a sentir los efectos de aquella droga y de cómo lo sumía en ese "Mundo" que tanto amaba, en donde era alabado, felicitado, respetado, con aplausos, incluso donde su familia y amigos estaban allí. Sí, ese sitio era tan perfecto, no podía hacerlo a un lado, pero...oh, allí estaba, otra vez, ¿quién era? ¿Por qué estaba riéndose allí, en ese escenario?. No, no era solamente en aquel "lugar", sino también en su propia habitación.

Estalló en una serie de carcajadas, ¿acaso se había acordado de algún chiste muy gracioso que había oído en el Pasado?. Se agarraba con fuerza el estómago, no podía parar, se sentía "hipnotizado" o más bien "poseído" por aquella oleada cómica. Si alguien lo viera, tal vez lo tildaría de que estaba loco o se uniría a su risa, ya que alguien había dicho que aquello alargaba la vida, que te hacía sentir mejor y alejaba los malos momentos...Hasta que se calmó, dejó de reírse y se levantó de su sitio para ver aquel papel que le había dado ese hombre y así charla sobre el asunto de animar la fiesta de esa persona; así que marcó el número por teléfono y procedió a recostarse en su cama para hablar.

- "Buenas noches".- Saludó una voz masculina proveniente del teléfono.

- Buenas noches, Señor. Soy Lincoln Loud, usted me dio aquel papel con su número telefónico para hablar sobre el tema de aquella fiesta para el próximo fin de semana.- Habló el albino y el sujeto asintió con la cabeza.

- "Ahh, sí, sí, eso, justo lo iba a llamar para eso. Bueno, cuénteme, soy todo oídos".- Dijo aquel padre de familia y el joven empezó a relatarle lo que hacía para el entretenimiento y sobre el tema del precio por su servicios como payaso animador para la fiesta.

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Mientras tanto, en la planta baja, Lucy permanecía callada y enfocada en sus poemas, pero no decía ni una palabra a las demás. Miraba a las demás hermanas, ocupadas en sus otros asuntos, pero no corría mucho rumor. ¿Acaso había sido producto de que Lincoln no estaba enojado con ellas?. Podía ser eso, aunque debía indagar, rebuscar un poco más hondo en aquel "pozo" y así llegar a la verdad sobre el tema en cuestión. Tanteaba con sus dedos la situación, sabía bien que la culpa la estaba carcomiendo por dentro, pero no podía hacer nada para remediarlo, solo esperar, pero ¿a qué?.

- "¡Eres una tonta, Lucy! ¡¿Cómo pudiste traicionar así a tu hermano?! ¡A TU PROPIO HERMANO! ¡NO ERES DIGNA DE NADA, NI SIQUIERA DE SER UNA GÓTICA! ¡¿A TI QUÉ TANTO TE LLAMA LA ATENCIÓN DIRIGIR UNA INMUNDA PELÍCULA?! ¡NI SIQUIERA TE GUSTA ESE GÉNERO FÍLMICO!".- Le culpaba su conciencia por lo que había hecho, llevando a que se aferrara con fuerza a los bordes del sillón.- "Eres tan miserable como las demás, más te vale pensar en algo que evite que seas rechazada por el Mundo o de lo contrario, bien, puedes ir buscando algún lugar en las pútridas calles donde vivir, tal vez bajo un puente o en el Cementerio".- Siguió con ese "bombardeo mental", mientras que la gótica solo sentía un profundo vacío que se extendía ante ella, igual que una llanura.

En ese mismo momento, Leni se dirigía hacia la planta alta, con su celular en mano, algo no parecía estar yendo bien para aquella rubia.

- "Leni, esta es la última vez que te lo digo: El Lunes te quiero ver en el Centro Comercial y si te echan de esa estúpida filmación, mejor, nuestra VERDADERA fuente laboral corre peligro de quebrar y tú estás perdiendo el tiempo".- Decía aquel mensaje que Fiona le había enviado y seguía sonando bastante hostil y severo para la chica.

- "Pobre Leni, ¿así debería sentirme yo por Lincoln?...Sí, así debería ser".- Pensó la peli negra, levantándose de allí y buscando un sitio donde estar sola, alejada de todo ese conflicto interno.

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Suspiró profundamente, encerrándose en su habitación y de ahí tomó coraje para marcar el número de celular de Fiona. Llegó el tono de espera y de ahí, tras unos pocos minutos, escuchó la voz de aquella castaña, la cual se hallaba en su hogar.

- Diga.- Oyó aquella voz seria, cosa que alertó a Leni de que su amiga y compañera laboral no estaba de buen humor.

- ...Ho...Ho...Hola...Fi...Fiona, ¿cómo estás?. Recibí tu mensaje.- Balbuceó la rubia, por unos segundos, presa del pánico y de ahí dio aquella respuesta.

- Qué bien, qué bien.- Respondió la chica del otro lado de la línea telefónica.- Como puedo ver, ya te enteraste de lo que pasó.-

- Más...o menos...¿cómo es que el negocio de ropa va a quebrar?.- Quiso saber la hermana mayor de los Loud.

- Mira, Leni, no quiero renegar contigo, ni tampoco discutirlo, pero te lo haré corto: La Señorita Carmichael está pasando por un momento muy complicado en términos económicos y más por la Inflación y los impuestos que son un verdadero robo, ha estado tomando medidas serias al respecto y que van desde la reducción de sueldos o de cerrar y mudar la tienda al Centro de la Ciudad, pero ni yo ni las demás queremos irnos allí. El Centro de Royal Woods es un verdadero calvario y la delincuencia ha empeorado más allí, junto con las otras zonas, así que te lo vuelvo a decir: El Lunes vas a estar en esta reunión con o sin excusas, ¿quedó entendido?.- No estaba de buen humor aquella chica castaña, se la notaba muy enfurecida. Nadie quería perder su puesto laboral y más en esos tiempos, pero para la rubia, intentar convencer a su compañera del trabajo iba a resultar muy difícil, así que tomó aire y suspiró.

- Haré todo lo posible por salir temprano de allí, de los "Estudios de Filmación" e ir allí, Fiona.- Prometió pero eso no dejó satisfecha a la otra.

- ¡¿Me estás tomando el pelo?! ¡NO! ¡No te vas a los estudios, te vienes directamente al Centro Comercial y punto! ¡Hazlo o date por despedida!.- Finalizó la castaña, colgó y el cuerpo de la rubia entró en un estado de pánico absoluto, mientras que se deslizaba contra la pared hasta tocar el piso, escondiendo su cabeza contra sus piernas y llorando en silencio.

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Por su parte, Lincoln se hallaba en conversación con aquella persona tras la línea telefónica, en donde asentía con la cabeza, sellando los últimos "cabos sueltos" y en especial con lo que le pedía el padre de familia para que animara la fiesta de cumpleaños de su hija. El joven tomaba nota en una pequeña libreta y en ésta decía "malabarismo", "bromas", un "baile" e incluso el famoso truco de la "Moneda Mágica", además de que le pagarían muy bien por sus servicios. Una vez que la charla terminó, Lincoln agradeció y colgó la llamada, para recostarse en su cama y descansar un buen rato.

El próximo fin de semana iba a ser otro día de trabajo.

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Nuevo capítulo, pero tenemos "tormenta a la vista", como diría Chen Cerveza de Trueno en el "Warcraft III Reforged", porque, a partir del capítulo que viene y los demás, iremos entrando, de a poco, en lo que será la transformación de Lincoln en "El Joker".

Así que, amigos míos, prepárense y síganme...hacia el Abismo cuando llegue el momento en el que todo para nuestro albino haya colapsado por completo.

Mando saludos y agradecimientos para: Guest, El Caballero de las Antorchas, Banghg, Ficlover93, RCurrent, LeoneEpsilon, Plagahood, eltíorob95, Jugger Ops, Dark-Mask-Uzumaki, Deadly Ice 88, Lancerot2000, J0nas Nagera, andres888, Relm_Whitman, Alquimistaarcano77, Luís Carlos, Luz sin Vida, Caballero del Viento, Hisworld39, 2020 fin, BettyMars516, AnonimousReader98 y LucasAbad0.

Cuídense, amigos, nos estamos viendo y buen comienzo de día Domingo para todos ustedes.

Próximo capítulo: "Antes de la tormenta (Parte I)".