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Abrió sus ojos con lentitud. Comenzando a acostumbrar a la poca luz que entraba por su ventana. Miró a su madre dejar su medicina sobre su mesa de noche, la miro a los ojos, y se dio vuelta para volverse a dormir, si es mejor todo el día. 

- Ryujin. -dijo amenazante- 

Cubrió su rostro con la manta y negó. 

- No quiero. 

- Sabes que si no la tomas empeoraras. ¿Quieres regresar al hospital? Sufres mas ahí. 

- Es igual aquí. -susurro- Déjala ahí, cuando tenga ánimos de levantarme la tomaré. -cerró sus ojos.- Estoy muy cansada. 

- ¿Te sientes mal? -se alarmó de inmediato- Levántate, iremos al hospital. -le quito la manta de un jalón- ¡Yoongi! Enciende el auto. -grito-

- ¡Basta! -se sentó en la cama- No me siento mal mama. Deja de alarmarte cuando siquiera te digo que me duele la cabeza. Solo estoy agotada. Y quiero dormir. -suspiro-

Su madre solo la miro con seriedad.

- Lo hago por tu bien. Debemos estar alertas cariño. -acaricio su mejilla, cambiado rápidamente de ánimo, ella solo giro su rostro y volvió a acostarse-

- Déjame dormir... Y llévate esa mierda de mi vista. -le dio la espalda- 

Sabía que su madre ahora estaba hecha un demonio.

- ¡Pues gracias a esa "mierda" está viva Ryujin! ¡Estás aquí con nosotros! 

- giro su rostro- Y cuánto desearía no estarlo, para así dejar de causarte problemas. -su madre no dijo nada- Ahora sal, por favor. 

Su madre dejo ahí sus medicinas, y solo salió del cuarto, cerrando la puerta. 

El grande nudo en la garganta de Ryujin era demasiado. Sintió su cuerpo temblar, y respiro profundamente,  como siempre lo hacía, para no llorar. Debía ser fuerte, aun mas fuerte. 

Le gustaría ir a la universidad, tener amigas, salir a fiestas. Así como lo hacen todas las chicas de su edad, y su hermano mayor. Solo lo escuchaba desde su cuarto decir que iría a una fiesta, o saldría con sus amigos, y a la universidad. El le decía que se quedaría con ella a acompañarla. Pero no quiere "estropear" su juventud, y impedirle salir y conocer chicas. Un chico de su edad ya debería tener pareja. Y su hermano nunca ha tenido una. 

Siempre estaba en su cuarto, se podría decir que es su misma casa. Dentro de él tiene incluso una pequeña nevera, su madre es la que en veces suele llevarle el alimento. Porque ella prefiere que lo haga Yoongi. 

Tampoco tiene la mejor relación con sus padres. Su padre trabaja todo el día para poder seguir pagando el hospital y si ella necesita una intervención quirúrgica o más medicamento. Todo eso, y más los pagos de la casa. Sin duda Ryujin se sentía mal por eso. Se había ofrecido a trabajar y ayudar, siquiera para "pagar" sus propios medicamentos. Pero ni siquiera quieren que salga a la tienda. 

Y su madre. Bueno, ella se la vive detrás de Ryujin, tratando de convencerla para que tome sus medicamentos. Pero Ryujin suele sacarla de sus casillas, pelean, se gritan, discuten, todos los días. Incluso ella ya está acostumbrada. Si le gustaría tener una buena relación con ambos, pero simplemente no se puede. Ninguno pone de su parte, incluso ella. 

- ¡Ve Yoongi! -grito- ¡A mi nisiquiera me mira cuando me habla! ¡Convencela a que tome esos malditos medicamentos! -Ryujin despertó por los gritos de su madre- 

- Mama, no puedo hacer eso. Sabes que ella no quiere, y punto. -escucho a Yoongi responder- 

-suspiro- Bien, entonces no la defiendas. 

Camino apresurada y echando humo por las orejas. Abrió la puerta y nuevamente le quitó la manta de un jalón. 

- ¡Son las nueve de la noche y aun ni siquiera te levantas para comer! -Ryujin la ignoró- Estas acabando con mi sapiencia Min Ryujin. 

- Entonces solo déjeme en paz. Y salga. -apuntó a la puerta.- 

- Ni siquiera has tomado tu medicamento, sigue ahí. -Ryujin rodó los ojos.-

- Ese tema de nuevo. Entienda, no lo tomaré, nunca más. 

Los ojos de su madre se llenaron de lágrimas, tristeza y coraje. Camino a la mesa de noche, tomó los medicamentos y tomó con brusquedad a Ryujin, haciéndola asustar.

- ¿Que hace? -trato de alejarse-  

- Tómalas. -tomo las pastillas y las acercó a su rostro-

- ¡Basta! -logró zafarse de su agarre y se paró lado a la cama- Basta. 

- ¿Basta que Ryujin? ¿Que no ves que esto es por tu salud? -sus ojos se llenaron de lágrimas- 

Yoongi se interpuso.

- Mama, solo dejemosla, vamonos. 

- Déjanos solas Yoongi. -la miró con tristeza- Ella no entiende que no quiero que muera. 

- ¡Ya no quiero! 

- ¡Tienes que hacerlo! Y lo harás, ya no pienso seguir discutiendo con lo mismo. -ahora habló la madre-

- Pues yo si. ¿Que edad tengo mama? -también sus ojos se llenaron de lágrimas- Dieciocho. No puedes seguir eligiendo en mi vida. 

-negó- Un día entenderás que todo lo hago por ti. 

Apretó sus puños y bajo su cabeza. La manera en la que lograba controlarse, era respirando profundamente. 

- Váyanse. 

- Ryu... -Yoongi la miro-

- Tu también, váyanse. 


[...]


La señora Min estaba sentada en el sofá, escondía su rostro entre sus manos, y lloraba en silencio. Yoongi solo estaba sentado frente a ella en el sofá. Tampoco le gustaba escuchar a su hermana llorar. 

Su llanto era tan fuerte y lleno de dolor, que quien la escuchara, seguro sentiría tristeza. 

- Iré con ella. -se levantó, pero su madre la detuvo- No me gusta verla así. -cerró sus ojos con fuerza al sentir sus ojos picar- 

- ¿Crees que a mi si hijo? -se puso de pie- Pero ella no pone de su parte.

-negó- Tu.. No la entiendes. 

Subió y tocó la puerta del cuarto de su hermana. 

- Ryujin... 

- Solo vete Yoongi. -lloro- No quiero ver a nadie. -dijo tras la puerta-

- Vamos. Ábreme, ¿si? -dijo con calma, de una manera, la cual solo es con ella-

 Escucho su llanto parar, abrió la puerta, y enseguida lo abrazo. Yoongi respondió su abrazo. La rodeo con sus brazos y quiso transmitirle paz. Amaba tanto a su hermana, el seria capaz de dar todo por ella. Odiaba verla llorar y sufrir. El era el único que la entendía. 

- Ya no quiero Yoongi. -sollozo-

- Tranquila. -acaricio su cabello- Ven... 

Se separaron, cerró la puerta y se sentaron en su cama. 

- Dime algo... -ella solo asintió mientras secaba sus lágrimas- ¿Porque ya no quieres seguir con el medicamento? 

Ella se quedó callada por unos largos segundos, incluso Yoongi pensó que no le respondería. 

- Dime tu algo. -lo miro- ¿Si sabes que lo que haces no te hace feliz?... Y quieres serlo. ¿Lo seguirías haciendo? ¿Incluso sabiendo que puedes morir? -sus lágrimas volvieron a resbalar por sus mejillas- 

Yoongi bajo su cabeza, y dejo de verla a los ojos. 

-negó- No me hagas responder. -evitó que ella lo mirase a la cara, sabía que rompería en llanto si la veía- 

- Solo quiero que me entiendan. Que respeten mi decisión. -busco su mirada- Yoongi. 

-la miro- No quiero perderte Ryujin... -limpio un de sus lagrimas- Eres mi hermanita. Debo protegerte. 

-sonrió levemente- No me perderás. Solo debes entender que quiero ser feliz. Siquiera  porque son mis últimos días. 

- No digas eso. -volvió a abrazarla- Estarás bien. ¿Si? Mejor duerme. 

Se pusieron de pie. Ella se acostó, y Yoongi lo hizo lado a ella. 

- ¿Recuerdas cuando eramos niños? 

- Solías quedarte conmigo hasta que durmiera. -lo abrazo y recostó su cabeza en su pecho- Tenía miedo, y tu siempre estabas ahí para mi. 

- Estoy. -corrigió, haciéndola sonreír- Solo quiero decirte que así siempre será. 

- Soy afortunada, de tener un hermano como tu. -cerró sus ojos- 

- Duerme Ryujin. -acaricio su cabeza- 



ig. jimhyomin

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