#O8
tw: referencia a sustancias ilícitas.
—RyuJin, entra por la puerta izquierda —le hablaba el teniente por el audífono que tenía puesto, acatando la orden.
Caminó por los pasillos, abriendo levemente las cortinas que estaban en ellas, buscando algún otro sospechoso que tenían ya en la mira.
Sin embargo; lo único que encontró fueron personas drogándose, bebiendo, fumando, vomitando y una que otra teniendo sexo, sin importar el género.
Nada nuevo para un bar/casino fuera de la ciudad.
—No te muevas de aquí —señaló Han a Felix, en la segunda planta.
—¿Por qué me dejas solo? ¡Hyung! —susurró, indignado de que le dejase ahí; el otro simplemente se fue sin responder.
SeungMin se encontraba en la entrada principal, listo para entrar, solo estaba esperando el momento exacto donde los sospechosos entraran al bar.
JiSung bajó las escaleras y se coló entre las demás personas que se encontraban en el lugar, en la pista de baile cerca de la entrada para llegar a la barra y esperar ahí. —El lugar aún está limpio.
La música era muy fuerte, y el retumbar de los beats podía sentirse en todo el cuerpo, al igual que el olor a alcohol y algunas drogas.
Las mesas estaban llenas de personas apostando grandes cantidades de dinero, junto con varios hombres con mujeres semidesnudas a sus lados.
—Están entrando —HyunJin también se escuchó en el auricular, desde afuera.
—Los veo —SeungMin se volteó, esperando que entraran, y cuando fue así comenzó a caminar detrás de ellos. —Van hacia adentro, hyung.
El teniente jugaba con la bebida de su vaso, coca cola, en horas de trabajo, consumir licor no era opción alguna. Por encima de su hombro vió pasar a su compañera cerca suyo, asintiendo con la cabeza, y cuando se quitó, se dejaron ver.
SoonYoung, MingHao y SeokMin, los hombres identificados en aquel bar llegaban al lugar, siendo recibidos por muchos otros, apartándose para que pudieran pasar a gusto.
Y frente a ellos, Choi SeungCheol, el líder de su banda de tráfico de armas, o bueno, al menos aún sospechoso de ser la cabeza de una banda de tráfico armas.
—Felix está en el segundo piso —se volteó para hablar por el auricular. —Ve con él, Seung.
Momento después, lo veía subir las escaleras.
El equipo estaba totalmente listo para poder dar el último paso a tener la prueba más grande de que SungCheol era líder de una banda, la última luego de haber estado detrás de él dos semanas.
Sabían que ese mismo día, en ese lugar y en menos de unos minutos, Choi haría una entrega de armas, ilegales por supuesto, a alguno de sus muchos compradores.
Por ello estaban ahí, para atraparlo en el momento, tener más pruebas y que no se le hiciera posible demostrar lo contrario en la corte.
Únicamente por ello estaban en el bar, a pesar de que sabían que era una gran oportunidad la de atrapar a los tres identificados en la cámara, su objetivo principal era SeungCheol, teniéndolo a él, los tenían a todos.
—Todos dentro —HyunJin avisó por el auricular cuando entró al recinto.
—Bien, esperen la orden —se volteó, siguiendo a las personas con la vista.
Caminaban por el pasillo izquierdo donde RyuJin entró, y ahí, en una puerta entraron, no sin antes fijarse que no hubiese nadie alrededor más que ellos y el guarda que protegía aquella puerta.
—RyuJin, ven conmigo —se levantó, cuando apareció a su lado, y comenzar a caminar en esa misma dirección. —Todos atentos, no hagan nada aún hasta que dé la orden, mantengan el perfil bajo mientras.
El teniente hablaba mientras caminaba con la detective Shin detrás de él, tratando de mantenerse calmado.
En su mente pensaba que si MinHo le viese en su mood de policía, le diría que se ve sexy.
Por detrás del hombre que cuidaba la puerta, RyuJin dió un golpe en su cuello, luego tapándole la boca y finalmente volviendo a darle en un punto suave en la nuca para que cayera inconsciente y su quejido no se escuchara, dejando la entrada libre.
—Eres increíble —sonrió con orgullo su jefe.
Ella elevó los hombros, de igual manera.
Suavemente abrieron la puerta y se adentraron en un cuarto con otras dos puertas libres y sin algún guarda.
—¿Todo bien allá? —escucharon a Felix.
—Sí, descuida —susurró la peliazul.
El teniente acercó la oreja hasta la primera puerta, y no escuchó nada, entonces con pasos suaves llegó a la otra, rogando por esperar oír algo.
Y así fue, ruido y voces de personas eran apenas audibles, pero jamás podría no reconocer cuando una persona estaba en medio de un lío.
Asintió hasta la detective, que se acercó y abrió la puerta hasta un punto dónde pudiese ver apenas, sin que se notara que estaban espiando.
—Tres hombres, parecen desarmados —susurraba por el auricular para que los demás pudieran escucharla. —Están todos aquí; parece que están hablando de un negocio.
—¿Tres? —cuestionó SeungMin. —¿Quiénes? Se supone que son cuatro y los compradores.
—SooYeon y SeokMin... El otro no lo reconozco —frunció el ceño. —Aquí hay algo extra-
—Es una trampa, RyuJin —se alarmó al caer en cuenta de ello. —Cierra la puerta, saben que estamos aquí, cierra antes de-
—¿De que me dé cuenta que están están aquí? —la voz de SeungCheol se escuchó detrás de ellos, mientras RyuJin aún estaba de espaldas.
Los otros agentes que se encontraban afuera escuchando por el auricular, y no dudaron ni dos segundos en socorrer a su compañera y a su jefe.
Felix, por su lado, recordó lo que el teniente había dicho: “Si algo sucede, tienen todo el permiso de llamar por refuerzos”, y eso fue exactamente lo que hizo.
JiSung y RyuJin estaban inmutos, se movían despacio para no armar algún malentendido o hacer un gran revuelo.
Detrás de SeungCheol, estaba MingHao con una maleta grande, que dejó en el suelo.
—Oficiales, no tengo ni idea de qué hacen aquí, pero están en medio de un negocio de mi trabajo-
—¿Una venta ilegal de armas? —cuestionó sin pensarlo.
—Ehh, no —señaló, caminando de un lado a otro. —Trato de llegar a un acuerdo aduanero con otra compañía.
—¿Y el maletín? —preguntó esta vez la chica.
JiSung pudo ver a SeungMin por el hueco que habían dejado en la puerta, y al otro lado, HyunJin. Al menos sabía que su equipo ya estaba allí.
—Es parte de la confidencialidad del trato, no puedo revelarlo, teniente —comenzaron a escucharse sirenas policiacas. —Son temas de negocios.
—¿Y por qué en un lugar de mala muerte como este?
—Yo no escogí el lugar, fue algo de emergencia —elevó los hombros. “No me dicen Lee Know”, pensó. —No había necesidad de llamar refuerzos, tenien-
—Déjame ver el maletín, SeungCheol —ordenó. —Y les diré que se vayan, así mismo lo haremos nosotros dos.
El hombre frente a él guardó sus manos en los bolsillos, y se volteó, indicándole a MingHao que les mostrara qué había allí.
El mismo asintió, y antes de ello lo vió con confusión; nadie además de Choi sabía lo que había dentro de maletín, por lo tanto, confiar en él era el recurso que estaba a la mano, y eso fue exactamente lo que hizo.
Frente a JiSung, había una gran maleta llena de dinero, y estaba consciente de que podría, o no, ser dinero sucio, sin embargo; no tenía pruebas, no tenía nada que pudiera probarlo, así que se dispuso únicamente a dejarle ir.
La tarea que tenían para esa tarde se había ido a la mierda, llenándose de molestia por eso, puesto a que tenía por seguro que estaría un paso más cerca de poder atrapar a una cabeza de tráfico.
Más cerca de atrapar a su fantasma...
JiSung salió, con RyuJin algo molesta detrás de él, topándose con su equipo.
—Díganle a los refuerzos que se vayan —dijo, sonando arisco y en un tono un poco golpeado, para comenzar a caminar fuera del recinto, con una idea ya procesando en su cabeza.
Sentado, en su escritorio, JiSung bebía su café, algo serio.
Sus compañeros estaban en la hora de la merienda, por lo que se encontraban en el comedor, mientras que él decidió tener dicha bebida como tiempo de comida pero en su cuartel.
De verdad que se preguntaba cómo demonios se dió cuenta SeungCheol que ellos estarían ahí, siendo prueba de un posible intercambio de armas.
—Cuánta seriedad —la pelinegra entró sin cuidado alguno, causándole un susto. —Ups, lo siento.
—Descuida, noona —trató de poner su mejor cara.
—Basta, tenemos el mismo rango y hemos sido amigos desde que llevamos entrenamiento —frunció el ceño. —Sin formalidades, Sung.
—Lo sé, solo me gusta molestarte —rió.
La joven acercó una silla hasta donde él, y le dió un paquete de galletas.
—Cuéntame el porqué de tu cara larga —abrió su envoltorio. —Que parecía que querías matar a alguien hace un rato.
—Es que quiero, pero no puedo —tomó un sorbo de café.
—¿A quién? —llevó un mordisco a su boca. —Cuéntame bien el chisme.
—Es que hoy se supone que le pondríamos fin a un sospechoso de traficante de armas, pero parece que caímos en su trampa y no pudimos hacerlo, literalmente se nos cayó una investigación de dos semanas de seguimiento —suspiró, abriendo su paquete de galletas.
La joven dejó las galletas en el escritorio del teniente. —Ya estás creyendo que hay un infiltrado, ¿No es así?
—¿Es que de qué otra manera se iría a dar cuenta que llegaríamos? —suspiró. —Todo se habló en total privacidad sin dejar salir un detalle fuera de estas puertas.
—¿Alguien de afuera trabajó con ustedes?
—HyunJin, pero se le avisó cuando ya nos íbamos por ende ni su teléfono pudo ver puesto a que se decomisan, y estuvo conmigo todo el tiempo —dejó caer su cabeza en el respaldar.
—¿Seguro?
—Claro que sí, Hyun es de fiar.
La chica achicó los ojos. —Algo se te está pasando, lo presiento.
Han volvió a acomodarse en la silla, dejando la idea que tuvo en ma tarde surgir. —¿Y si sí hubo un intercambio, pero nosotros nos fuimos en la trampa? Es decir, el intercambio sí sucedió, pero no allí, sino que en otro lado.
—Es una buena teoría, pero ya es tarde para averiguar eso, ya seguro se dió —volvió a tomar sus galletas.
—Qué gran ayuda, en serio —le miró mal.
—Bueno, no sé qué es peor, eso o que haya escogido las de coco —la pelicorta volvió a morder la segunda galleta con algo de tristeza. JiSung la miró mal.
—Cambiemos —le quitó su galleta y se la intercambió por la suya, que era de chocolate.
—Gracias —sonrió feliz. —¿Y qué tal, cómo te va tratando la vida de teniente? ¿Cuántas veces te echaron la culpa ya?
—Ninguna, por ahora —mordió la galleta. —Mis chicos son increíbles realmente, no tengo quejas. ¿Y tú, cómo vas en la de Crímenes Violentos?
—Aburrido, somos como el reemplazo de la primera división, solo por ser segunda —suspiró. —Hubiese preferido entrar a Narcóticos.
—Uhh, esa unidad es maravillosa, ¡SuHo es increíble! —rió. —¿Recuerdas cuánto lo admirabamos en los entrenamientos?
—Por supuesto que sí, todo su equipo lo es —terminó su merienda y revisó su reloj. —Por eso me hubiese encantado clasificar.
—A mí también, pero necesitaban un teniente para el nuevo escuadrón —elevó los hombros, votando la basura de sus envoltorios.
Pronto escuchó las voces de RyuJin y Felix acercarse, venían riéndose de un meme que la peliazul se encontró en internet.
La teniente se levantó a recibirlos, logrando que quedaran estáticos con su presencia.
—Chicos, ella es JiHyo, ya la deben conocer —asintió. —Teniente d-
—Teniente de la segunda división de Crímenes Violentos —RyuJin no dudó en acercarse y tomar su mano para saludarla. —Es un verdadero placer.
—El placer es mío —sonrió. —Yo ya tengo que irme, así que los dejaré con este individuo que ustedes llaman jefe.
La joven se dirigía hasta la puerta, que fue abierta por Felix, ya que se encontraba más cerca de esta.
—Cuídense mucho, ¿Sí? —se volteó. —Y no le pierdan el ojo a Han, que anda con ganas de matar a alguien.
El joven rió, observando cómo la teniente salía del cuarto.
—¿La conoces?
El joven volvió a tomar asiento, esperando ser atacado con las preguntas de RyuJin.
—¿Desde cuánto eres tan social?
—No soy social, JiHyo es mi amiga desde que comencé entrenamiento —elevó los hombros.
—Es increíble —Felix se dirigió hasta su asiento.
—Oigan, ¿Y SeungMin? —JiSung reaccionó cuando notó que habían 3/4 en la habitación.
—Lo escuché hablando lor teléfono con un tal ChangMin, ChangBin, algo así —la peliazul corrió su silla para tomar asiento. —Quizá sea el futuro.
El teniente rió bajo, y tres notificaciones llegaron a su teléfono.
Tres mensajes nuevos de MinHo:
Hannieeeee!!!!
Terminé más temprano con todo el
papeleo que tenía aquí
¿Nos vemos en la noche?
Cómo contestar que no, con una hermosa y brillante sonrisa en sus labios.
Quizá la presencia de MinHo lo haría despejarse de todo el trabajo
Quizá.
Muchos pueden pensar que por qué fueron a ese lugar sin órdenes de arresto contra alguno de los acompañantes de SeungCheol.
La razón era meramente obvia; primero debían acechar antes de atacar, por lo que el único objetivo que tenía esa misión, era conseguir más pruebas de que SeungCheol era líder de una banda de tráfico de armas y podría considerarse cómo sospechoso del homicidio de DongYeon.
Lo que lo hacía darle tantas vueltas al asunto, es que, ¿Cómo supieron que estaban allí? O, ¿También fue todo un montaje para que ellos cayeran en su trampa?
Tenía muchas preguntas que discutir con su equipo, muchas.
Pero el olor a un infiltrado ya comenzaba a llegar a su nariz...
—Estás muy serio y eso asusta —MinHo se acercó a él, con una soda en su mano, acercándole otra a JiSung, en la casa del teniente.
El chico llevó sus ojos desde la bebida, hasta el hermoso hombre frente a él, que me miraba con el entrecejo fruncido y algo de curiosidad.
—Es el trabajo, lo siento, MinHo, trato de desconcentrarme de eso, pero te juro que no lo logro —pasó su mano por todo su rostro.
—... ¿Quieres ayuda? —sonrió coqueto.
JiSung simplemente rió por aquello, sin querer verle porque notaría el sonrojo que sus palabras causaron.
—Bromeo, bromeo —rió y luego aclaró su garganta. —Ehh, Sung, um, quisiera hablarte de algo.
El menor puso su atención en él. —Soy todo oídos para ti.
MinHo sonrió, cálido. —Bueno, no sé por dónde empezar, pero trataré de no hacer idas y vueltas, ¿Si? —frente a él, luego de haber dado un sorbo, asintió. —Dejando de lado el hecho de convivo con pocas personas, quiero que sepas que eres especial para mí, muy especial-
—No me estarás invitando a salir, ¿O sí? —se apoyó en la mesa, dejando caer su mandíbula en su mano.
Él ya sabía que pequeñas cosas como esas, ponían nervioso a MinHo.
—Eh, sí y no —rascó su nuca, evitando la mirada. —Sí porque realmente me gustaría salir contigo; y no porque me encantaría tratar de hacer esa cursilerías que van antes de, uh, hacerlo oficial, ya sabes, tener citas, ver los atardeceres, y sobretodo, preguntarte de una manera más formal o especial, como tú te lo mereces, ¿Me entiendes?
—... Es la manera más larga que has usado para decir que te gusto —sonrió.
—Bien —rió. —Me atrapaste, no quería que sonara tan seco o cursi con un simple me gustas y quiero intentar conquistar tu corazón.
—Ya lo hiciste —elevó los hombros. —Es decir, ¿No te has dado cuenta? Soy amante de las pequeñas cosas, cosas que tú ya has hecho; tener una cita en casa y cocinar juntos, ver una película y pasar la noche así, por ejemplo. MinHo, te ganaste mi corazón hace un tiempo.
El CEO tomó su teléfono y simuló una llamada. —ChangBin, llévate el Mustang de regreso a la agencia.
—¿Qué? ¿Cómo? —se alarmó, abriendo sus ojos de par en par.
MinHo comenzó a reír, dejando su teléfono; por su lado, el teniente se inclinó hacia el frente únicamente para golpear suave el hombre del mayor, por la broma que le había hecho.
—Tampoco era tan en serio —se cruzó de brazos.
—Lo siento —ahora él se apoyó en la mesa, dejando sus manos juntas. —Entonces... ¿Puedo primero hacer todas esas cosas cursis antes de poder invitarte a salir formalmente?
—Sólo si prometes no tardar tanto —lo miró. —Dos semanas.
—Lo que pidas, te lo concedo —se levantó para llegar frente a él y apoyarse en la mesa. —Así que comienzo aquí, ¿Te parece bien?
El chico asintió, y tan pronto como lo hizo, sintió la calidez de los labios de MinHo sobre los suyos, con sabor a estar queriendo que eso sucediera desde hace un tiempo.
Entonces lo levantó, quedando ambos de pie.
—¿Qué estás haciendo? —reía suave abrazándolo cuando sintió la respiración del castaño en su cuello, ahora suspirando pesado.
—Haciendo cosas cursis —dejaba besos en su cuello, haciéndolo darse la vuelta, ahora JiSung apoyado en la mesa, todavía frente a él.
—Es más caliente que cursi por si no te habías dado cuenta —involutariamente, dejó ir su cuello hacia atrás, para que el otro pudiera encontrar más comodidad.
—Significa que voy por buen camino —rió, ahora subiendo a buscar los ojos del menor, quien estaba expectante.
Sin esperar más, el chico volvió a juntar sus labios en un beso un poco más rápido, acariciando el cabello de la nuca del mayor, y el otro descansando sus manos en la cintura del contrario.
Habían caricias de por medio, mucho cariño que se notaba. —Mejor una semana —pudo apenas hablar entre aquel beso.
MinHo logró correr el vaso con soda que JiSung estaba tomando, y para así alzarlo y sentarlo sobre la mesa, y poder meterse entre sus piernas, continuando con el apasionado beso.
Se apartó un momento. —¿Me permites? —jaló suave la camisa del menor, recibiendo un asentimiento y uno que otro jadeo.
Luego de haberle quitado su camisa y dejar al descubierto lo trabajado de su tren superior, hizo lo mismo con la suya, para que ambos tuvieran un poco más de contacto el uno con el otro.
Y se quedaron ahí, en medio de risas, jadeos, y un beso que deseaban no tuviera fin.
HOLA, VOLVÍ, REVIVÍ
pónganle cond0n a don't blame me, que se vienen actualizaciones
ya prometo ser más seria, KFKFKAK, aaay, los extrañé T-T
nos vemos el... cuándo era 🧍🏼♀️
sábado, viernes¿
no sé, pero nos vemos, los quiero mucho<33
perdón la esperaaa
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top