#O4

Parte: 1/2
tw: violencia.

Las teclas del teclado de Felix eran de las cosas que más se escuchaban en su habitación, seguido del tic tac del reloj de pared que tenía.

Llevaba más de dos horas revisando los videos de las cámaras de seguridad de la bodega, sin poder encontrar una sola toma donde se le viera la cara o algo parecido que se pudiera identificar.

—Mierda... ¿Por qué no voltea? —seguía tratando de detener el video en el momento exacto con la barra espaciadora, dónde se viera el rostro.

—¿En serio no te has dormido? —YeJi, su roommate, se paró con los ojos entrecerrados y su cabello algo despeinado, en la puerta de su habitación.  —Felix, son las... Dos de la madrugada.

—Gracias por recordármelo, pero estoy en medio de algo importante, noona —la observó levemente, riendo por la imagen que tenía al lado. —Tienes saliva en la mejilla.

La chica rápidamente se limpió el lugar donde el australiano le mencionó. —Primero, deja de decirme así que no tenemos pero ni un año de diferencia, y segundo, ¿Qué es más importante que tengas un poco de descanso?

—Los videos de seguridad de un tiroteo —soltó sin más.

—Cariño, eso puedes verlo luego en el trabajo —llegó a su silla, corriéndola hacia atrás. —Le diré a Chan que sigues despierto, tal vez así buscas la cama.

—No eres tan soplona —rió puesto a que era cierto, dejando correr el video.

—Pero podría hacer la excepción —se sentó en su cama, de brazos cruzados.

—Ya, me iré a dormir si algo- ¡Oh, Dios, ahí hay tres personas, YeJi! ¿Si las ves también, verdad?

En efecto, tres personas más podían observarse en el video. Una de ellas llevaba el rostro cubierto con un cubrebocas y una gorra, en su mano portaba una pistola, muy seguramente la dueña de las balas que se encontraron cerca del cadáver.

Detrás de él, dos personas con sus rostros descubiertos y pistolas en sus manos también aparecían, los tres salían corriendo, y entonces uno de ellos, volteó a la cámara, avisando a los otros dos la presencia de la misma, para correr más rápido, y así, desaparecer.

—¡Sí los viste! —se levantó de su silla, para abrazar a la joven y comenzar a saltar en círculos por la felicidad. —¡Serán maravillosas noticias para JiSung!

La chica estaba tiesa entre los brazos del otro, aún con sueño, pero podía sentir la felicidad de su amigo, entonces lo más que hacía era dejarse abrazar y saltar junto a él.

—Sí, sí, todo muy lindo —se soltó, viendo la sonrisa aún presente del pecoso. —Ahora, a dormir, yo también tengo que ir al bufete mañana a trabajar.

—Llamaré a JiSung primer-

—¿Y tú crees que te va a contestar a esta hora? —se cruzó de brazos nuevamente. —Él seguro está durmiendo, como deberías hacer tú también.

—Claro, claro —asintió, tomando asiento en su cama. —En la mañana le diré.

—Muy bien, ahora duérmete, por favor —llegó a la puerta, para cerrarla. —Descansa, Lix.

—Tú igual, YeJi.

—¡Hyuuuuung!

JiSung sentado en su escritorio, primero en llegar como todos los días, escuchó aquel llamado desde antes de que abrieran la puerta.

Por supuesto que aquella voz no se la confundirá nunca.

Felix entró y por poco tira la puerta, y le cae encima al teniente cuando lo vió sentado en su silla, como cualquier mañana. Este mismo se asustó por la acción del australiano.

—¡Hyung, hyung, hyung!

—Cálmate, aquí estoy, no me voy a ir —fue lo que pudo decirle cuando lo recibió totalmente entusiasmado. —Relájate.

—Okay, okay —respiró un poco agotado por la carrera que dió desde su casa hasta el edificio (que no estaba tan lejos, pero quería llegar temprano para darle las buenas nuevas a su jefe).

—¿Mejor? —el otro asintió, algo más tranquilo. —Muy bien, ahora sí, ¿Qué pasó?

—Anoche —jadeó. —Estaba terminando de revisar los videos de las cámaras de seguridad-

—Felix no puedes llevarte la evidencia a tu casa así como si nada —palmeó su frente.

—Lo sé, por eso hice una copia —mostró la llave maya. —Como te decía, los estaba revisando y, ¡Adivina qué!

El otro ya comenzaba a entusiasmarse con solo ver la sonrisa del pecoso, que irradiaba felicidad en todos los idiomas. —¿Qué, qué? Pero dime, ¿Qué?

—¡Aparecen tres personas más! —se levantó para chillar.

—¿¡De verdad?! —lo abrazó para brincar en círculos con él, mientras el pecoso asentía.

La rubia, que venía entrando con un café frío en la mano, su chaqueta y bolso en el otro brazo, se paró en seco en la entrada, viendo aquella escena.

JiSung la observó, le quitó lo que estaba cargando y lo dejó en su escritorio, para luego llevarla donde estaba con Felix, y darle la noticia. —¡Aparecen tres personas más en los videos de las cámaras de seguridad!

—¡¿Qué?! ¡¿En serio?! —los dos chicos asintieron, y los tres volvieron a saltar en círculos, por la felicidad.

SeungMin entró luego de unos segundos, con un sándwich en su mano y su típico café de todas las mañanas en la otra, y miró aquella escena.

Esta vez fue la rubia quien se acercó dónde estaba, para tratar de quitarle las cosas que tenía en las manos. —Que ni se te ocurra quitarme mi sándwich.

—Ay, no seas amargado —aún así le quitó su desayuno y lo dejó junto al café en su escritorio. —Adivina qué.

—¿Qué? —respondió neutral.

—¡Aparecen tres personas más en los videos de las cámaras! —chilló dando saltitos.

—¿Y ya los identificaron? —elevó las cejas.

—... No —respondió ahora Felix.

—¿Y qué esperamos? —tomó nuevamente su desayuno, para sentarse a comer y encender su computador.

Sí, a veces SeungMin era el neutral de los cuatro, lo cual era bueno, a su manera.

De nuevo, los otros tres buscaron sus asientos, principalmente Felix, quien era el que mejor sabía hacer los reconocimientos faciales, ya que era él el clasificado como “hacker”.

Rápidamente las teclas se escucharon de nuevo en el computadora del australiano, metiendo aquellas caras en el sistema que se había establecido para el reconocimiento.

—Puede que lleve unas horas —se recostó en el asiento. —Más sabiendo que sólo se reconocerán dos, una de ellas va con mascarilla y gorra.

—Tener una es mejor a no tener nada —aseguró RyuJin.

—Además, con una que tengamos podremos rastrearlo, arrestarlo y sacarle información —Han se levantó, SeungMin concordaba con lo que decía.

—Luego de todo, sería un sospechoso de un crimen menor con armamento ilegal —añadió el mismo.

—¿Hoy no íbamos a hacer trabajo de campo? —recordó la chica.

—Cierto —señaló el teniente. —Iré contigo y SeungMin. Lix, tú termina de revisar esos videos, las fechas y los datos que sean necesarios, ¿Sí? —el menor asintió.

Los tres se levantaron de sus asientos, SeungMin volvió a tomar el café y el sándwich que llevaba, lo mismo con RyuJin, solo que ella ya estaba terminando el café.

JiSung por su lado tomó el abrigo que llevaba, y de ella cayó la tarjeta de presentación de MinHo.

Sonrió suavemente con el recuerdo, entonces la tomó y la introdujo en su bolsillo de nuevo, mientras que los dos oficiales le esperaban afuera, y así caminaron juntos hasta pasar por el cubículo de HyunJin, que estaba ahí, concentrado en su computador.

Ni siquiera hizo amago de desconcentrarlo, y siguieron caminando.

—¿Y qué se supone que haremos en trabajo de campo si no tenemos caras reconocidas aún ni tampoco localidades?

—Ayer RyuJin me pasó la lista de las bandas que trafican esas armas —entraron al elevador. —La lista está porque ya se han arrestado en más de una ocasión a integrantes que portaban y llevaban para traficar armas como las que se identificaron ayer.

—Ajá —se cruzó de brazos. —¿Y tú quieres ir a buscarlas?

—¿A tu café le hacía falta azúcar o es que no te dieron duro anoche? —se quejó la chica del joven oficial a su lado.

—Shh, tranquilos —se interpuso entre ambos el teniente. —No, Seung, en los archivos de la policía están las bases de esas bandas, sin embargo, siempre están en movimiento, entonces iremos a donde se vieron por última vez, con suerte veremos a alguien o algo.

—Lo que digas, yo solo te sigo —el joven fue el primero en salir del elevador. —Vamos.

Los tres salieron del edificio y caminaron en busca del auto de JiSung, que para suerte de los otros dos, no estaba lejos.

Ahora sólo tenían que dedicar la mayor parte de su tarde mantener los ojos bien abiertos para la búsqueda de objetos, personas o cualquier otra pista que diera indicios de las bandas traficantes de armas.

En aquella abandonada bodega de las afuera de Seúl, el sol ya comenzaba a caer, igual que las rodillas del chico frente a MinHo, que tocaron el cemento del suelo, tan fuerte como pudo.

ChangBin levantó el rostro del chico frente a él, y dió otro puñetazo limpio en su mejilla, dejándole el rostro volteado, escupiendo su propia sangre.

Nuevamente le tomó de la barbilla, y en vez de un puñetazo, dejó una cachetada, que podía ser poco, pero para la fuerza y la pesada mano del guardaespaldas, era casi lo mismo que un buen golpe.

—Déjalo, ya —MinHo se acercó y le agarró del hombro, para que parara. —Todavía quiero que sufra por la traición que cometió.

—¡Te juro que- que no fui yo, Mi- MinHo —hablaba entre balbuceos, dado a que su boca estaba ya hinchada y con sangre debido a los golpes que recibió.

El mismo ignoró lo que el otro decía, puesto a que sabía con claridad que eran maneras para liberarse de lo que le esperaba.

—Yuta, SungChan... Oh, y tú muy preciadísimo, TaeYong estuvieron en todo momento en el tratabas de traicionarme y cometer actos sin permiso alguno, MinSeo* —el jefe sacó su arma, bailándola en sus manos. —Sabes muy bien lo que pasa con los traidores, igual que conoces que no tengo piedad por nadie.

La pistola giraba en su dedo índice, hasta que MinHo se agachó a la altura del joven golpeado, y arrastró el cañón del silenciador alrededor de su quijada, delineando la mayor parte de ella.

MinSeo sudaba, casi lloraba, arrepintiéndose de los actos que había cometido.

—¿Tú crees que yo no sé que ya tienes un plan montado para poder acabar conmigo? —rió irónico, llegando a sonar sádico. —¿De verdad crees que soy tan idiota como para mandarte a traer mis armas junto con JungHwan*, tu maldito cómplice traidor?

A su lado, yacía el el cuerpo sin vida del mencionado, con varios golpes en su rostro, cabeza y abdomen, todos ellos dados por el guardaespaldas y MinHo, quien lo había dejado morir por las heridas que había hecho en su pecho, para que esté muriera desangrando y por el dolor.

—Lo siento... —susurraba MinSeo ya entre llanto. —Perdóname, por favor...

—Sabes —colocó su propia pistola en su barbilla, descansando apenas su cabeza en ella. —Ya lo hice —el otro lo miró incrédulo cuando sonrió cínico. —Sé que has estado traicionándome desde hace más de un mes, y lo dejé pasar porque te tenía aprecio, puesto a que te conozco hace varios años... Pensé que ibas a recapacitar... Bueno, quizá sí fui idiota como para pensar eso —suspiró.

—Si me dejas explicar-

Lee rodó los ojos, un poco harto tal vez. —Ay, que no hay nada que necesitas explicarme, no pierdas lo poco que te queda de vida tratando de hacerme cambiar de opinión, porque no va a pasar, ¿Okay? —goleó levemente su cabeza con el cañón del silenciador, levantándose.

Le hizo señas a ChangBin, para que este se acerca a él y dejara otro puñetazo en limpio en su rostro, volviendo a escupir su sangre, y así dos más.

—En vez de eso —hablaba MinHo de espaldas al chico ahora. —Vamos a usarlo de una manera eficiente —sonrió cuando se dió la vuelta. —Pero a mí manera, ya debes saber cómo funciona esto.

—Te diré todo lo que quieras, pero-

—Ah, será más fácil entonces, gracias —volvió frente a él. —Bien, por cada cosa que no quieras decirme, será una hermosa herida en alguna parte de tu cuerpo, o una uña menos, ¿Bien? Yo nunca hubiese querido llegar a estos términos contigo, Min, pero tú no me dejaste más elección —se arrodilló frente a él, para poder susurrale. —Ahora dime, ¿Con quién me cambiaste?

El chico apretó los labios, a pesar de que le dijo que diría todo lo que él preguntaste, específicamente, esa no podía responderla.

—¿No vas a hablar? —elevó sus cejas al verlo negar. —Okay, sólo porque eres tú trataré de... Preguntártelo de otra forma.

—De verdad le tienes cariño —rió el guardaespaldas, mientras MinHo asentía.

El CEO colocó la pistola en dirección al miembro del joven que estaba de rodillas frente a él. —No vas a querer que esto sea lo primero que pierdas, ¿Verdad? —el otro negó efusivamente. —Entonces responde, ¿Qué te ofreció SungCheol de todo lo que no tuviste conmigo?

Nuevamente, el joven no respondió, y en su vez, abrió en grande sus ojos, sorprendido.

—Lo siento, MinSeo, sabes que mi paciencia es poca —la bala impactó en uno de sus testículos, haciéndolo gritar, entonces ChangBin tapó su boca con un pañuelo para que este no fuese tan audible.

—Shhh —ChangBin amarraba el pañuelo, en forma de mordaza, detrás de su boca. —Más bien está siendo generoso.

—Tiene razón —asintió con pesadez. —No sé si lo recuerdas, seguro que sí, pero, yo te saqué de esa vida que me dijiste que tanto odiabas, porque si mal no estoy, vender tu cuerpo nunca fue algo que te gustó, que las mujeres y hombres hicieran de ti lo que les plazca, no es un bonito recuerdo —el otro lloriqueaba, debido al dolor y los flashbacks que tenía con lo que MinHo le decía. —¿Y quién fue que te ayudó a salir de ahí? No fue SeungCheol, ¿O sí? ¡Fui yo! Y tú me pagas de esta manera... Traté de ayudarte, te pagué la universidad, porque no eras más que un niñato que quería estudiar, y te ayudé, sin pedirte nada a cambio, y estás consciente de que odio hechar en cara los favores que hago cuando me salen del corazón... Y tú a mis espaldas buscabas como meterme una daga por la yugular, ¡Qué increíble! —rió irónico.

ChangBin había traído una silla, dónde en la medida que pudo, sentó al joven ahí, quien se dejó caer, dejando totalmente su espalda en el respaldar, y enfrentar a MinHo.

—Sí fui idiota, pero por creer una vez más que no serías igual al resto y te quedarías a mi lado —esta vez, la bala impactó en su frente, terminando con el sufrimiento del muchacho.

—¿Qué? —ahora el de la impresión fue ChangBin. —¿No es que “quiero que sufra”? —imitó su voz mientras formaba las comillas.

—Cállate —guardó la pistola. —Sí quería, pero algo dentro de mi le tenía cariño, y no pude.

—Aw, tú tan amoroso —rió el guardaespaldas.

—No es eso, también tengo algo que se llaman sentimientos —suspiró. —En fin, llama a HoongJoon, él mejor que nadie sabe cómo limpiar esto.

—Claro, lo que digas —tomó su teléfono, para marcar al mencionado.

MinHo nunca fue alguien malo.

Es decir, en el sentido de guardar rencor, sus sentimientos y aquellas emociones que tenía, nunca fueron malas, ni nunca tenían malas intenciones.

Podía ser el líder de una banda de tráfico de armas, pudo haber asesinado a personas por jugarles sucio, pero fuera de eso, nunca fue una mala persona, puesto a que su madre siempre le crío a él y su hermano, para que tuviesen un corazón puro y sincero.

Para que supieran perdonar y amar, y hasta el momento, JooHyun jamás ha dudado de que hizo un buen trabajo con sus dos hijos.

—Dijo que venía en seguida —se acercó a él.

—Bien —suspiró, dejando la escena atrás. —Vámonos, quiero buscar a JiSung.

—¿Para qué? —frunció el ceño.

—No sé, la verdad, sólo quiero verlo, aunque sea de lejos —caminó, detrás suyo venía ChangBin, asegurándose de que no viniera nadie, para cerrar la bodega. —Y no quiero volver al trabajo, me tomaré la tarde libre.

—¡Al fin! —elevó los brazos hacia arriba, agradeciendo al cielo. —¿Y qué haremos? ¿Sólo iremos a ver al ofi-?

—Teniente —le corrigió, así como el mismo había hecho con él una vez. —Es teniente, no oficial.

Antes de llegar al auto, ChangBin elevó sus cejas, impactado por la respuesta de su jefe. Estaba casi seguro de que el... Teniente, le había encantado o algo.

—Discúlpame —exclamó de una manera sarcástica, subiendo al conductor, y notando que ya el de HoongJoon llegaba al lugar, acompañado de MinGi, SeongHwa y WooYoung, simplemente le hizo un cambio de luces. —Entonces, ¿Qué haremos luego de eso?

—Pues, yo iré a dormir a mi casa, mañana tengo que ir temprano en la mañana a traer a Yamazaki junto a mamá —se acomodó en el asiento.

—Eso significa que yo también iré a dormir —arrancó el motor, luego de darle un vistazo a su jefe.

—Creí haberte escuchado decir que te reunirías con el chico que conociste hace unos días —elevó una de sus cejas. —Digo, con el oficial Kim.

Cuando comenzó a conducir trató de evadir la mirada de MinHo, que sabía que tenía encima.

—¿Qué? ¿Yo? —se señaló a sí mismo, haciéndose que no era con él.

—No, tú hermano —rodó los ojos. —Cuéntame, ya que tenemos un poco de tiempo antes de llegar donde JiSung.

—Te juro que fue antes de saber que era policía, y que estaba llevando caso con Han —dobló para llegar al semáforo. —¿Recuerdas el día que fui por café y había una fila extraordinariamente larga? —el mayor asintió, viendo por la ventana mientras lo escuchaba hablar. —Ese día lo conocí, tuve que ayudarle con un asunto con la chica de la caja, porque como estaba tan lleno, ella decía que él no había pagado, y sí lo había hecho, y desde ahí nos seguimos encontrando.

—Qué historia tan romántica —rió suave. —¿Cómo se lo vas a contar a tus hijo? —lo miró. —Sí, yo solo estaba comprando café y terminé ayudando a su papá en un restaurante.

—Shh, no molestes —le goleó levemente en el hombro con la mano libre que llevaba. —Yo no te molesto con tu crush por el Teniente Han.

—¿Quién dice que tengo un crush por él? —ahora el que frunció el ceño fue él.

—Ehh, hace dos minutos dijiste: “Quiero buscar a JiSung” —imitó con su voz. —Ah, y no te olvides de que me corregiste porque le dije Oficial y no Teniente —tomó una rotonda para entrar a Seúl de nuevo.

—Bueno, quizá, pero —evitó las miradas que el chófer le estaba dando. —No puede pasar nada entre ambos, él es el bueno, yo el malo, ya sabes.

—Como si eso te importara —rodó los ojos.

—¡Es la verdad! —se cruzó de brazos. —Ninguno dejaría su puesto de trabajo por un romance, tú lo sabes.

—Claaaro, sí, lo que digas —asintió. —¿Y como se supone que lo vas a ver ahora?

—Intentaré llamarlo, aunque las probabilidades de que conteste son nulas —encendió su teléfono, buscando el contacto que había agendado como “Han”.

Con ello esperaba que los números negativos fueran por ahora uno positivo de que tomase el teléfono y contestara.

heyyy, tanto tiempo, vine a desempolvar el fic y mi perfil, habían varias telarañas
dea

bueno, solo para recalcar que los nombres que puse con un asterisco (*), no hacen referencia a personas famosas u idols, y así con el resto de nombre que aparezcan con esto mismo

cuídense mucho ~~
los quierooo

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