#O2
JiSung llegaba al edificio de su trabajo, luego del almuerzo que tuvo con sus viejos colegas, con los cuales mantenía aún una cercanía, a pesar de sólo él haber sido ascendido.
Entró en el ascensor, presionando el botón del piso donde iba, y cuando estuvieron por cerrarse, un chico se metió de golpe.
—Dios, HyunJin —suspiró por el susto. —Te vas a golpear y me vas a matar del susto así.
—Perdón, ya voy tarde y usar las escaleras me haría llegar mañana —se encogió de hombros. —Por cierto, bien por tu ascenso, ahora eres la sensación.
—No digas mentiras —rechistó.
—¡Es verdad! —se recostó en un barandal del ascensor. —En la cafetería no dejaban de hablar de chico que ascendieron de oficial a teniente del nuevo escuadrón.
—Vaya —asintió. —Ojalá también hagan mención de lo guapo que soy.
—Tú sí dices mentiras —rió, contagiando al otro, cuando se abrieron las puertas del ascensor. —¿Cómo te va con el caso?
Ambos salieron del ascensor, se dirigían al mismo lugar casi, por lo que podrían seguir hablando.
Han suspiró. —Es tan conciso y complicado.
Hwang llegó a su cubículo, quitando su chaqueta y dejándola en la silla donde se sentaría, para fruncir su ceño. —¿Por?
—¡No hay nada! —dijo casi obvio porque sabía que él había visto el caso. —No hay fotos, no hay lugares visitados, no hay nada-de-nada —habló separando las palabras. —Es como si fuese un fantasma.
—Oh, vamos Han —se sentó cruzando las piernas y brazos. —Debe de haber algo, fíjate en los detalles, siempre va a haber algo que se le escape. Tú eres bueno encontrando eso.
—Puede ser —se recostó en su cubículo. —Pero es más difícil de lo que pensé, parece una sombra, no, ¡Estoy siguiendo una sombra!
—A ver, primero, cálmate —lo observó, esperando que con esa mirada entendiera que mantuviera la paz. —Es tu primer caso, y si te lo dieron a ti y no al otro equipo, es porque saben que es más posible que lo atrapes tú, que alguien más.
—Pero-
—Además —colocó sus manos en los hombros del contrario. —Eres muy capaz, ¿Sí? Yo confío en ti también, ahora ve y muéstrales quién es el mejor aquí.
El menor suspiró. —Gracias, Hwang.
—No agradezcas aún —volvió a sentarse. —Ahora vete, tengo trabajo de oficial que hacer, teniente.
El chico rió por la ocurrencia del otro, dándose la vuelta para seguir con su camino. —¡Ojalá te asciendan pronto!
—¡Más fuerte, que los de arriba te escuchen!
El cubículo de HyunJin no estaba tan lejos de su oficina, por lo que en un par de pasos ya estaba viendo a sus compañeros de trabajo, que se encontraban ocupados en sus conputadoras.
Llevaban varias horas de trabajo, luego de que hace dos días se les haya entregado el primer caso.
Hasta el momento era una tarea algo difícil; aún no habían fotos, no había mucha información sobre lo que tendrían que estar averiguando.
—Les traje café —sonrió el mayor, mostrando los vasos. —No estoy muy seguro de qué les gusta, así que todos son capuchino, lo siento.
—Hyung —SeungMin se levantó con un papel en manos, mientras el mencionado dejaba los cafés en sus cubículos. —Gracias, eh, tienes que ver esto.
El otro dejó todo en su escritorio y se acercó al del teniente, quien estaba expectante a lo que podría mostrarle.
—Parece que esta semana alguien llamó a la central para reportar un tiroteo cerca de unas bodegas abandonadas —el mayor sonrió, HyunJin tenía razón, siempre había algo que se escapaba.
—Genial, Seung —dijo del mismo modo, palmeando su hombro. —¿Dieron una dirección exacta?
—Pues a lo que describió, eran las bodegas aduaneras.
—¡Claro! ¿Qué mejor que un lugar amplio y con acceso limitado? —se recostó con alivio en su silla. —Tenemos que ir.
—¿Qué? ¿Ya?
—¿Y entonces cuando? —se levantó, diciendo casi obvio. —RyuJin, ven también, necesitaré que alguien pregunte por las cámaras de seguridad; Felix, te llamaré si encontramos algo para que investigues desde aquí, ¿Bien? Iremos en mi auto.
El chico de pecas asintió a la orden de su jefe, mientras que la rubia se levantó para seguir al teniente que salía con SeungMin detrás.
HyunJin los observó salir, curioso; sin embargo, lo vió tan apurado que no quiso preguntar.
Los tres oficiales tomaron el elevador que les llevaría hasta la salida del lugar, y una vez allí, se dirigieron al auto de JiSung, como había propuesto.
Algo dentro de él le daba tanta esperanza de poder encontrar algo en ese lugar, alguna pista, un cabo suelto, aunque sea la mínima grabación de una cámara de seguridad que le ayudara a llegar al objetivo.
Para su suerte, aquellas bodegas no estaban tan lejos, simplemente tenían que pasar unas cuantas cuadras luego del puente del río Han, y estarían en el lugar.
—Okay, haremos lo siguiente —hablaba Han, mientras llegaban al lugar, buscando donde aparcar el auto. —RyuJin, tú ve a administración, a recepción, o donde sea y trata de conseguir el video de seguridad de esta semana, para revisarlo luego; Seung, tú y yo inspeccionaremos el lugar, buscaremos algo que grite pista, ¿Sí?
—Entendido —respondieron los dos casi al mismo tiempo.
Los tres se bajaron del vehículo, la rubia separándose de los dos para ir hacia la administración del lugar.
Si bien no tenían una orden que les permitiera entrar, por lo que el acceso era casi nulo a las bodegas, así que solo podían revisar desde afuera, en la calle.
—¡Ay qué emoción! —chilló SeungMin, ganándose una mirada de confusión de Han. —Lo siento, muy pocas veces, por no decir nunca, hacía estas cosas mientras era patrullero.
El mayor rió. —Muy probablemente tendremos que hacer estas cosas seguido, este campo es muy poco de oficinista.
—Lo sé —enfocó su vista a los alrededores, buscando señales y pistas del día del tiroteo en ese lugar. —Por eso me gusta, aunque será tedioso, cómo con este caso.
—Tienes razón, pero si trabajamos en equipo, estoy seguro que tendremos éxito —se incorporó, caminando en el lugar contrario.
—Sigo sin entender por qué nos asignan un caso del que hay prácticamente nada de información —bufó.
—Debe haber una razón, mucho más allá del que nos estén poniendo a prueba... —acercándose un poco más a una de las esquinas del lugar, dónde la basura adornaba, encontró dos balas. —¡Seung, Seung!
El joven llegó a su lado, notando lo que el otro estaba viendo, alzando sus esperanzas de igual manera.
—Ehh, ¿Tienes algún pañuelo o una servilleta?
El chico se revisó los bolsillos del pantalón, afortunadamente encontrando un pedazo de pañuelo que llevaba. Él sabía que de algo iba a servirle.
—Con esto podremos encontrar el tipo de arma que usaron, de dónde fue traída y quizá con ello lleguemos alguno de los compradores —SeungMin sonrió feliz por encontrar alguna pista.
El teniente guardó las balas en el pañuelo que le dió el chico, y lo metió en su bolsillo (a falta de alguna bolsa en qué guardarlo) cuando sintió su teléfono vibrar. Era RyuJin.
—Dame buenas noticias, por favor —pidió cuando contestó. —¿Qué encontraste, RyuJin?
Habían quedado en usar la formalidad de “Oficial”, solo cuando fuese en el caso verdaderamente necesario.
—Parece que las cámaras captaron a un sujeto huyendo mientras disparaba y recargaba —confirmó, atando el cabo de las balas. —Igualmente pediré los videos de las cámaras, ¿Ustedes encontraron algo?
—Bueno, parece que al sujeto de la cámara se le cayeron unas cuántas balas en lo que huía —sonrió con orgullo. —Buen trabajo, RyuJin, te esperaremos aquí.
—Okaay —fue lo último que dijo para colgar la llamada.
Con eso tenían ya dos pasos más en el caso, ya habían avanzado un poco a encontrar a la cabeza de la red de tráfico de armas.
Realmente esperaba que el caso no le llevara todo su tiempo, y lograran atrapar al tipo para ponerlo tras las rejas.
—Creo que aquí hay algo más, hyung —SeungMin estaba siguiendo un rastro que había encontrado en el suelo, hasta que llegó al lugar. —Oh, Dios... ¡No puede ser!
Corriendo, JiSung llegó hasta donde se encontraba el chico, para también toparse con la sorpresa. En un pilar de basura, entre todas las bolsas, el cuerpo de una persona sin vida se encontraba ahí.
Tenía un impacto de bala en el pecho, lo que significaba que había muerto desangrado, y no por el disparo.
Se encontraba en un punto muerto, ya que la cámara que se encontraba cerca del lugar, no llegaba hasta allí.
Con ello, las esperanzas de tener un testigo y un posible sospechoso, e incluso, el poder tener más pistas, se fueron a la basura, con la felicidad de JiSung.
—¡Mierda! —dejó salir al aire sin alguna preocupación, sobando su entrecejo. —Dios, hay que llamar a los forenses, y a la estación.
—Llamaré yo —se alejó de aquel cadáver. —No quiero ver esto, me da náuseas.
El sentimiento de haber vuelto al inicio lo inundó, queriendo golpear lo primero que se le ponía en frente.
Así después se acercó hasta el cuerpo, para tratar de inspeccionarlo, con cuidado de no tocarlo para no dañar la ahora, evidencia.
—Hola, sí, soy el Oficial Kim, de anti tráfico, mjm, encontramos un cadáver —el chico daba la espalda su jefe, en verdad no quería ver el cuerpo. —En las bodegas aduaneras.
JiSung observaba el rostro de aquella persona, esperando realmente que no sea la persona que aparece en el video.
—No, en el basurero, en la parte de atrás, correcto —el otro seguía en la línea. —Muy bien, no nos iremos de aquí, gracias.
RyuJin no tardó en llegar, y tampoco las autoridades para el levantamiento del cuerpo y su debida inspección.
Luego de haber salido de su trabajo, Han se estacionó frente a una tienda, para poder comprar un par de cosas que le hacían falta en la alacena de su hogar.
Antes de salir, apoyó su frente en el volante. De verdad que tuvo un día duro, y esperanzador al principio, hasta que hicieron aquel hallazgo, que le dejó todos las posibilidades de algo en el suelo.
Luego del levantamiento, dejaron las evidencias encontradas en el lugar para sacar toda la información posible de ella, Felix se encargó de eso, al igual que con el cuerpo, y el video, pero este último se lo dejaron ellos para revisarlo.
Esperando que el sujeto que aparecía en él, no fuese el mismo que estaba entre las bolsas de la basura.
Su teléfono vibró, entonces lo sacó del bolsillo de su chaqueta, y del mismo modo que se encontraba, contestó, cansado. —¿Hola?
—Hyung —la voz de Felix llegó a su oído. —Dejaste unas llaves aquí, ¿Quieres que te las vaya a dejar?
—No, no, le pediré a la señora Kwak que me dé las de repuesto —cerró sus ojos; ¿Qué más le faltaba? —Felix, vete a casa, descansa.
—Es que el Capitán Bang dejó unos papeles en mi escritorio que eran para ti, entonces te los están dejando ahí, pero ya me iba —suspiró. —Tú también debes descansar, hyung, fue un día largo.
—Tienes razón, Lix —hizo lo mismo que el otro. —Ten cuidado, ¿Sí?
El mismo capitán del que hablaban anteriormente se encontraba en el umbral de la puerta, esperado por el pecoso para llevarlo a casa, entonces le sonrió. —Lo tendré, no te preocupes. ¡Descansa!
—Tu igual —y lo último que escuchó fueron los pitidos que anunciaban el final de aquella llamada.
Suspiró una vez más, para levantar su cabeza y salir del vehículo finalmente.
Era algo tarde, faltaba una hora para que fuese la media noche, para su suerte, las tiendas de conveniencia 24hrs existían.
Tomó una canasta de las que se encontraban en la entrada, y se dirigió primero al pasillo donde estaban las diferentes marcas y estilos de ramen, seguro que esa sería su cena.
Echó varios de ellos, algunas frutas después, otros productos como su shampoo y unas mascarillas para su rutina de skincare nocturna, para llegar al final a su pasillo favorito: la sección de cafés en bolsa.
Sí, de esos que sólo tenían que agregarse a los vasos con hielo y estaban listos para tomarse.
Mucha gente le decía que el café en la noche le daría insomnio (más del que ya), pero a él no le causaba ese efecto, por lo que cuando llegó, trató de escoger uno.
Por supuesto que iba a llevarse esa última bolsa de Americano que había.
Sin embargo, cuando la tomó, alguien más la agarró con él, sorprendiéndolo con aquella escena tan cliché.
A su lado, un chico de tez blanca, cabello castaño, no tan alto, le observaba ya, por haber tomado el mismo producto que él.
—Eh, yo lo ví primero —forcejeó el detective.
—Nadie está diciendo que no —respondió el otro. —Pero yo lo quiero, tuve un largo día de trabajo.
—Yo también, probablemente más largo que el tuyo —frunció el ceño.
—¿En serio? —el chico asintió. —Veamos, ¿Cuánto quieres? ¿Mil wones, diez?
El chico se ofendió porque el contrario estuviese tratando de comprarlo a él, para dejarse la bolsa de café.
Él no era así, no señor.
—No necesito tu dinero —ambos aún seguían con la mano en el café. —Sólo quiero que sueltes la bolsa, porque yo la tomé primero.
El mayor simplemente lo miró, sin decirle una palabra más, y suspirando fuertemente, soltó el producto, caminando hacia el frente, donde una de las empleadas llegaba para dejar más de aquel café.
El joven tomó dos, sorprendiendo al otro. —Todo tuyo entonces —sonrió satisfecho con la compra.
Por su lado, el oficial rodó los ojos, aceptando lo arrogante que fue el tipo con él.
Iba a darle dinero a cambio de una bolsa de café Americano.
El chico siguió la compra, tomando un vaso con hielo de la cámara que se encontraba casi al lado del estante con los otros productos de café instantáneo.
—¿También vas a tomar el mismo que yo? —lo vió aparecer a su lado nuevamente. —Aquí hay varios vasos que puedes elegir, además del que agarraré yo.
—Lo sé —lo observó. —Ya no te molestes, al final te quedaste tú con ese café.
JiSung solo le miró mal, mientras tomaba un vaso.
El castaño a su lado hizo afán de tomar el mismo vaso que él, pero sólo era para molestarlo, ya que agarró el que estaba al lado de ese.
Una vez hecho eso, el oficial se dió la vuelta, y caminó al lado contrario de dónde estaba el tipo, así llegar a la caja, pagar y sentarse a preparar su ramen para cenar.
Dejó todas las cosas en el mostrador, la chica cobró y él pagó, mientras que el otro chico también llegaba detrás suyo para hacer lo mismo.
Se volteó y fue a preparar su ramen, esperando a que el otro ya se haya ido también.
—¿También vas a cenar aquí? —lo escuchó llegar a su lado, entonces sólo suspiró.
—¿Estás buscando mi atención o me estás siguiendo? —colocó ambas manos en la mesa, mientras ponía el agua en el envase y los minutos al microondas.
—Probablemente sea coincidencia —elevó sus hombros. —No tengo motivos para llamar tu atención, mucho menos para seguirte.
El joven suspiró nuevamente. —Muy bien, pero, trata de hablar menos, ¿Sí? De verdad tuve un día pesado.
—Como diga, oficial... —el mismo bajó la cabeza, notando que aún tenía puesto el gafete. —Oficial Han-
—Teniente —corrigió, sintiéndose orgulloso de ello, mientras sacaba el ramen del microondas. —Teniente Han.
—Uy, perdón —rió, ahora introduciendo él su envase. —¿Debería sentirme más seguro?
—Qué molesto eres —lo dejó ahí, se retiró para finalmente sentarse a comer.
El otro solo lo observó, dejando que se fuera, esperando también a que el microondas terminase con su labor.
El oficial nuevamente rezaba a algún ser superior para que escuchara las súplicas de que él tipo no se sentara con él a comer, solo quería cenar tranquilo antes de llegar a su departamento.
Lo cual resultó casi imposible, puesto a que el otro dejó el envase a su lado, para sentarse luego. JiSung lo miró, esperando que fuese una broma, y rió con sarcasmo a su suerte de ese día.
—Me agradas —sonrió, sentándose en dirección a él.
—A mí no —respondió sin más, prosiguiendo con su comida, a mitad de envase.
—Seguro tuviste un día largo, agotador y por eso estás de malas —decía el otro mientras movía los fideos con los palillos. —Te vas a acostumbrar, créeme, también pasé por ahí.
—¿Alguien también molestó mucho mientras tratabas de cenar tranquilo? —soltó sin observarlo.
—Auch —tocó su pecho, dolido. —Y sí, más de uno, de hecho.
El chico no respondió, sino que terminó de comer su cena lo más rápido posible, para levantarse, y botar el envase.
Recogió las demás cosas que tenía en la mesa, para ya abandonar el lugar, sin siquiera despedirse del otro.
Por ello chocó contra un tipo más musculoso que venía entrando, pero no le puso ni atención, simplemente llegó a su auto, y a como pudo, se marchó.
El otro le observaba casi huir de él desde la ventana donde se encontraba comiendo tranquilamente su cena, con una sonrisa de satisfacción en sus labios, moviendo los fideos con los palillos.
—Casi me lo llevo a mi casa —el otro que le acompañaba, llegó a sentarse a su lado. —¿Dijo algo? ¿Te reconoció? ¿Pasó algo-?
—ChangBin —el otro lo miró, con serenidad y seriedad. —Me ves aquí aún sentado, no pasó nada —suspiró volviendo a tomar otro bocado.
—Tienes razón —hizo una mueca. —Es que no me gusta dejarte solo, mucho menos ahora.
—Vamos a estar bien —terminó lo que quedaba en el envase. —¿Pusiste el rastreador?
—Oh, sí —sacó su teléfono, mostrándole el trabajo que había hecho. —Hay que darle un momento, para que llegue a casa y tener así la dirección.
—Muy bien, ChangBin —se levantó a botar aquello. —Vamos, quiero llegar a casa.
Ambos jóvenes caminaron fuera del local, llegando al auto. —¿Le dijiste tu nombre?
—No —abrió la puerta del copiloto. —Quizá en el próximo encuentro, aunque...
ChangBin entró al conductor, abrochando su cinturón, el otro hizo lo mismo con el suyo. —¿Aunque qué?
—Tal parece que el caso que tiene está incompleto.
—¿Incompleto?
—HyunJin dijo que no había una foto, tampoco un nombre —escuchó que ChangBin encendió el motor. —Seguro tiene que empezar de cero, buscar lugares, testigos...
—... ¿Crees que habrá que meter otro infiltrado?
—Por ahora no —sonrió, colocando una mano en sus labios, mientras observaba cómo entraban ya a las calles para dirigirse a su hogar. —Quizá alguien me ayudará con eso.
ChangBin lo miró un momento asistiendo, él confiaba en MinHo.
bueno, oficialmente comenzamos con esto, que emocióooon
espero en verdad les guste que me lleve buenos días tratando de hacer que todo calce 💀
los quiero muchooo <3
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