#1O

DLMLU Businesses, House 127, N/S Bureau, TMT Firm, DoReMi Agency, CARAT Company y L&K Corporation son las únicas empresas que por ahora tienen contratos con Japón —le leía Felix a su jefe y compañeros. —CARAT  Company, House 127 y L&K Corporation parecen ser las únicas con una sede secundaria en aquel país también, el resto lo que tiene son solo pequeños kioskos, nada tan grande.

—Podríamos descartar esas, ya que no son grandes empresas puesto a que no tienen un establecimiento más... Amplio —los otros asintieron.

Algo resonó en el fondo de la cabeza de JiSung con uno de los nombres de esas empresas que Felix recién mencionó.

—¿Buscaste quiénes son los CEO's y Presidentes de las empresas? —señaló el teniente.

—Realmente no, sólo me pediste la lista —evitó las miradas. —Pero no me va a llevar menos de diez minutos buscarlos, sólo dame un segundo.

Fueron momentos para que el muchacho llegase a su silla y comenzara a teclear, y para él leer un texto que recién le llegó; de MinHo.

Cinco notificaciones nuevas.

MinHo:

Hannie.
Hannie.
Hannie.
¿Qué haces?
Te extraño.

JiSung:

Holaaaa.
Nos vimos anoche y ya me extrañas,
además, saldremos más tarde.
Y estoy en la oficina.

Dejó su teléfono con una sonrisa, riendo por su lado espontáneo.

No podía dejar de pensar que esa sería una gran cena junto a él, algo le decía que sería memorable.

RyuJin se acercó con su silla, y cuando estuvo a su lado, codeó su costilla levemente, guiñándole el ojo, molestándole porque notó cómo se puso cuando tomó su teléfono, y por supuesto, por la sonrisa boba que tenía mientras escribía en él.

—Teniente Han, lo veo muy alegre —rió. —¿A qué se debe? Si se puede saber...

El mismo tomó unos papeles y aclaró la garganta, tratando de evadirla, dándole la espalda.

—¿Será ese tal MinHo que acaba de enviarte un mensaje? Oh, ahora son dos- ¡Tres! —rápido volvió a su teléfono, dónde efectivamente tenía tres notificaciones de mensaje del mencionado, entonces lo tomó sin decir nada.

—Entonces se llama MinHo el que te da- —la chica le miró mal. —Te da los buenos días, no me dejas terminar —SeungMin rodó los ojos.

—Ajá, míralo cómo se hace el sordo —aún le daba la espalda a la chica.

MinHo:

¿Y? Puedo extrañarte cuando quiera.
Qué aburrido.
Yo en una hora saldré a almorzar, ¿No quieres venir conmigo?

Justo cuando estaba por responderle, sintió la respiración de la peliazul en su nuca, y fue ahí cuando se volteó y cayó sentada de nuevo en la silla, haciendo que no leyó nada (leyó la invitación al almuerzo), para devolverse a su cubículo correspondiente.

—Nos va a llevar a almorzar —la chica hizo una mueca, y con los dedos hizo un "okay" en forma de aprobación.

Felix rió por el comportamiento de sus compañeros, mientras buscaba el último nombre de los CEO's de las compañías.

—¿Quién te va a llevar a almorzar? Porque yo no —se dió la vuelta nuevamente, ahora quedando de frente, así asegurarse de que nadie leyera su respuesta, entonces su mirada pasó al de pecas.  —Y tú sigue con lo que estás haciendo.

La detective cambió su rostro por uno de disgusto, y tomó su celular, para despejarse un rato, Felix siguió tecleando y SeungMin reía internamente.

JiSung:
Gracias, hyung, pero probablemente
almuerce aquí, todavía tengo muchas
cosas por hacer.
Gracias de todas formas ❤️

Envió los mensajes y dejó su teléfono, para prestarle atención al australiano, quien se había levantado ya y había tomado la palabra.

—Eso fue rápido —Kim se recostó en su silla, asintiendo.

—Tampoco es tan difícil ya que son personas importantes —la detective elevó los hombros. —Y Felix es rápido con las teclas.

—Sí, bueno, primero en Carat Company el presidente es Jeon WonWoo y el CEO parece que es... —se acercó más al papel. —Choi SeungCheol.

—A este ya lo conocemos, más que evidente que esté aquí  —el detective Kim frunció el rostro.

—Totalmente —asintió. —Seguro si tiene sede en Japón es para la red de tráfico que tiene.

—Maldito engreído —la detective recordó la vez que se toparon en el bar de mala muerte. —Sigue Felix, antes de que se me quite el hambre.

—Ajá, luego dice que de House 127, el Presidente es Moon TaeIl y el CEO es Kim DongYoung —suspiró. —Por último, en L&K Corporation el Presidente es Kento Yamazaki y su CEO es Lee MinHo.

—Oh, entonces ese es el estúpido jefe de mi novia —comentó la joven, ganándose una rápida mirada de JiSung.

Con razón el nombre de esa firma se le hizo taaan conocida, si era nada más y nada menos que la de su casi novio.

Y entonces se quedó pensando, sobre muchas cosas, más importancia no le tomó, puesto a que sonaba nada más que ridículo, así buscó cómo cambiar de tema.

—¿Estúpido por qué? —preguntó sin querer verse sospechoso.

—Porque el tipo nunca está en su oficina, es cierto que Chae es su segunda secretaria, pero tampoco es para que le recargue de tanto trabajo —se quejó.

MinHo siempre le dijo que pasaba todo el día en la oficina... Eso dolió.

—Um, es trabajo de oficina —SeungMin dijo casi obvio. —Además es una empresa de las grandes, claramente tiene que tener mucha tensión y cosas por hacer, incluso más que nosotros.

—Lo que sea —la joven trató de volver al tema principal. —Ahora que tenemos esto, ¿Qué procede? ¿Ir de CEO en CEO y Presidente en Presidente para ver quién tiene llaveros parecidos a los que DoHyeon describió?

—Eh, sí —le respondió su jefe. —Pero primero hay que sacar perfiles, seguirlos para conocer a sus guardaespaldas y tal.

—Llevará más tiempo así, si vamos todos con uno primero —Felix se cruzó de brazos.

—Aquí es donde la mayor parte de responsabilidad comienza —se levantó el teniente. —Tendremos que dividirnos, y le pediré al Capitán Bang que nos deje incorporar a dos miembros más al escuadrón sólo por esta semana.

—¿A quiénes y por qué HyunJin es uno de los dos? —SeungMin estaba listo para juzgar.

—Porque nos acompañó la vez pasada, además de que tiene todas las cualidades —bufó. —Quizá podamos decirle a-

—Una chica, por favor —pidió la peliazul. —Necesito un poco de hormona femenina entre tanta testosterona.

—¿Y a quién tienes en mente?

—Eh... ¡Oh, ya sé! SoYeon.

Todos cruzaron miradas con la propuesta que la chica había dado.

—¿SoYeon? ¿Jeon SoYeon? ¿La de Crímenes Violentos? —el pecoso parpadeó. Había escuchado sobre ella, lo ruda y temible que era.

—¡Claro que sí! Está capacitada mentalmente, física que ni se diga, ha estado en otros casos y se ha destacado su ayuda, ¿Por qué no? —bufó la joven.

—Bien, SoYeon será —sonrió el joven teniente. —Yo iré a hablar con el Capitán, luego de eso decidiremos quiénes irán con qué empresa.

Así el joven abandonó a su escuadrón, para dirigirse a la oficina del superior, saludando a HyunJin, que parecía estar llegando de un patrullaje de rutina.

Mientras que en el cuartel, Felix aún pensaba.

—¿SoYeon? —lo dejó salir al fin, mientras la peliazul estaba de espaldas sirviéndose algo de café.

—Sí, ¿Qué tiene? —se volteó, mezclando el azúcar de su café con un palito. —¿Acaso te gusta?

—Gracioso es el hecho de que lo creas hetero —SeungMim rió, ganándose una mala mirada de parte del australiano.

—Claro que no, es sólo que-

—¿Te da miedo, Lixie? —le vió ahora com ternura la chica.

—Eh, sí, todavía preguntas —bufó. —Es muy intimidante, a pesar de su estatura, la chica es- ¡Por algo está en la Unidad de Crímenes Violentos!

—Tú te dejas llevar por las apariencias —rió. —Realmente es muy dulce y buena, obvio, no puedo mentir que es muy perfeccionista y exigente, pero si la conoces bien, es un solecito con actitud de niña pequeña —entonces Felix puchereó.

DoHyeon abrió sus ojitos con algo de susto y confusión, pero reconociendo el lugar donde estaba, aquella bodega vieja y abandonada que sabía que su jefe, o ex jefe, frecuentaba cuando trataba con traidores.

Sus manos estaban atadas detrás de la silla, igual que sus pies, unidos por cinta, aún así, sin un solo rastro golpe o forcejeo, él sabía que por haber hecho lo que hizo, era cuestión de tiempo para que eso llegara a suceder.

Solo no creyó que fuera tan pronto.

—De todos menos de ti lo esperé —MinHo apareció frente a él, para sentarse en una silla y detrás suyo, como siempre estaba ChangBin, cruzado de brazos.

—Tú eres él... —susurró.

—Es raro que tu hermano nunca te haya hablado de mi —sonrió. —Siempre fue uno de los mejores, de los más confiables —bajó su cabeza.

—DongYeon hyung procuró querer agradarte y hacer bien su trabajo —suspiró.

—Y así fue hasta el final —sintió la palmada de ChangBin en su hombro. —DoHyeon-i, debes entender que yo también estoy muy, muy molesto con lo que pasó con tu hermano; sin embargo, no puedo hacer nada, no es tan fácil solo ir y... matar a la persona que lo hizo.

—Lo sé, pero hyung-

—Déjame terminar —pidió. —Claro está que sé quién fue, no pienso revelártelo. No puedo hacer nada puesto a que eso implicaría comenzar una guerra con otra banda grande, y es muy peligroso tanto para nosotros como para los ciudadanos que están allá afuera, viviendo sus vidas normales, ¿Entiendes? La policía tampoco puede hacer nada, lo único que has hecho es poner en peligro mucho de lo que junto con tu hermano, hemos construido.

—¿Y qué harás conmigo entonces, hyung? —trataba de no mirarle a la cara.

—¿Alguna vez supiste por qué DongYeon entró en este mundo? ¿Te lo dijo? —el joven negó. —Primero, mírame a los ojos cuando esté hablándote.

Al levantar su vista, los ojos ya vidriosos se encontraron con los suyos, en una mirada penetrante, que robó su aliento y casi sus lágrimas.

—No tienes por qué tenerme miedo —se levantó. —Él quería sacarte adelante, quería que estudiaras y no terminaras en un lugar como el de él. Su sueño era que pudieras estudiar fuera del país, en una de las mejores universidades de Estados Unidos, para que te convirtieras en un profesional; por eso vino a mi. Repentinamente, tú entraste luego de él, y ahí su sueño se vino abajo.

Luego de haber dado tantas vueltas frente al joven, volvió a quedar frente a él, para sacar un pañuelo y limpiar sus lágrimas.

—Al principio pensé en hacer lo mismo que hago con todos los traidores; pero, DoHyeon-i, eres muy joven aún para todas estas cosas, así que en su vez, cumpliremos ambos el sueño que DongYeon siempre quiso para ti.

—¿Entonces n-no vas a matarme? —hipó.

Negó. —Esa palabra es fuerte, ¿Sabes? —rió. —Para mi las segundas oportunidades no existen para nadie, pero de alguna manera hiciste cambiara de opinión, dándote una.

El chico terminó de entender a lo que MinHo se refería con lo que le estaba hablando, y por dentro pudo respirar.

—Mañana temprano sale tu vuelo a Boston —miró a ChangBin acercarse para comenzar a cortar la cinta que estaba en sus piernas. —DongYeon me contó lo mucho que querías ser médico... —El menor comenzaba a llorar un poco más fuerte mientras escuchaba a MinHo hablar. —Sin embargo, hey, debes tener tres cosas en mente: nunca más hablar con la policía sobre esto, debes terminar esa carrera y por último, mantente en contacto cada que puedas. ¿Entendido?

Asintió y cuando ChangBin desató el nudo que había en sus manos, corrió a abrazar al mafioso, sin siquiera importarle nada, pero este lo detuvo con un simple movimiento de mano.

—Gracias —agachó su cabeza. —Sé que en dónde quiera que esté, mi hermano te lo agradece.

Inesperadamente, el mayor se acercó y lo tomó entre sus brazos, así poder susurrarle al oído. —Recuerda que es tu segunda oportunidad, luego de esto no hay más que el mismo destino de un traidor, DoHyeon.

El chico se separó y levantó una mano a la altura de su pecho. —Prometo jamás cobrarte una consulta médica.

—Sí, sí, como desees, ahora vete que tienes que hacer maletas —le entregó el boleto y su pasaporte. —De ahora en más debes vivir como Kim Samuel. Vamos a cumplirle el sueño a tu hermano, así que no nos defraudes, ¿De acuerdo?

—Siempre y cuando me prometas que harás algo con la persona que asesinó a DongYeon, sino el que acepte será en vano.

—No puedo prometerte nada, pero intentaré hacerle la vida imposible al tipo.

ChangBin observaba solamente. Estaba de acuerdo de que su jefe ahora era un blando, como que algo lo estaba volviendo menos frío y controlador de lo que ya era.

Claro, ese "algo" tenía nombre y apellido, todo había pasado luego de la aparición de Han JiSung.

Solo esperaba que eso no los hiciera pasar una mala vuelta.

Luego de que DoHyeon/Samuel se fuera, con algo de dolor en el pecho por prácticamente dejar lo que queda de su hermano por salvar su vida, el guardaespaldas esperaba de brazos cruzados a su jefe fuera de la bodega.

—Ni siquiera comentaré nada —resignado comenzó a caminar cuando el otro llegó a su lado.

—¿De qué?

—Ese chico nos traicionó, nos vendió, y tú —tocó el pecho contrario. —Lo dejaste ir así sin más, ni una advertencia ni nada.

—Él no sabe que igual mandé a alguien para que lo siga y lo vigile, y que en Estados Unidos tengo gente —elevó los hombros.

—¡¿Y?! No quita el que nos haya traicionado.

—Es un niño, ChangBin, un joven dolido y con sed de venganza contra SeungCheol —negó. —Lo mejor es enviarlo lejos de nosotros, donde pueda salir adelante y enfocarse en otros temas que no sean asesinatos, tráficos de armas y todo su campo semántico, a esa edad.

El guardaespaldas suspiró, incrédulo por lo que su jefe había dicho, porque sabe que el de hace unos meses habría salido de esa bodega dejando el cuerpo de un traidor en espera de ser limpiado, sin importar su edad.

—No pienso discutirlo, vámonos que en unas horas debo estar en el hotel para mi cita con JiSung.

"El colmo", pensó Seo.

Han le rogó al universo que por favor le tocase seguir al CEO de L&K Corporation, pero al final terminó (junto con HyunJin) detrás de SeungCheol y WonWoo.

Ambas féminas fueron asignadas para seguir a DoYoung y TaeIl, así finalmente dejarle el más "fácil" —según ambas mujeres— a SeungMin y Felix, quienes iban detrás de MinHo y únicamente él, puesto a que Kento estaba en Japón.

JiSung quería ser asignado al de MinHo, así conocería un poco mejor los lugares que le gustaban y que sus compañeros no se dieran cuenta de su amorío, no porque quería saber dónde iba y dónde no, claro.

Y muy en el fondo, quitarse aquel mal sabor que le dejaba el que el chico estuviese en esa lista de sospechosos.

Se sentía raro el que su casi novio estuviese ahí; ahora tendría que controlarse más, ya que sabrían rápido lo que había entre ambos, pero más allá de ello, actuar como si nada cuando estuviese con él.

MinHo no podía ser un mafioso traficante de armas ilegales, no.

Ni siquiera tenía la cara, o bueno, eso pensó JiSung.

Y ahora, terminando de arreglarse, se vió frente al espejo, dándose unos cuantos cumplidos a sí mismo.

Cómo en el correo que había leído, llevaba sus Converse habituales (a pesar de que el CEO mencionó que era un hotel de playa), shorts de mezclilla y una camisa blanca, y por el frío una suéter de mezclilla también.

Su cabello estaba rebelde porque recién había salido de la ducha, pero aún así trató de hacer lo mejor posible para acomodar ciertos mechones sueltos.

Su teléfono vibró, indicando que habían dos notificaciones.

Nuevo mensaje.

MinHo:

Hannie, estoy afueraaa

JiSung:

Ahora salgooo

Sonrió al espejo una última vez, tomó su teléfono y el presente que tenía para el pelinegro, así corrió hasta el recibidor, despidiéndose de Bbama con una caricia en su peluda cabecita, e indicándola que regresaría pronto.

Cuando salió y cerró, ya no se le hacía extraño ver algún auto caro o deportivo fuera de su hogar; esta vez era un Jeep Sport S de color negro que traía un muy atractivo piloto, quien se bajó a recibir al muchacho.

Por dentro cayó a sus pies con esa camisa de rayas y los jeans que llevaba, pero trató de mantener la compostura.

—Te ves simplemente genial —lo tomó entre sus brazos, sintiendo todo aquel perfume Armani de JiSung.

—Tú no te quedas atrás —de imprevisto, el menor atrapó sus labios rápidamente cuando se separó del abrazo, dejándolo sorprendido.

—¿Nos vamos? —como si nada, el teniente comenzó a caminar.

Luego de reaccionar, el mayor tuvo que correr un poco para alcanzarlo antes de que se subiera al auto. —Hannie, espera, espera —llamó la atención del contrario. —¿Alguna vez has conducido un Jeep?

—Oh, no, no y no, que ni se te ocurra, luego algo sucede y me sentiría culpable de arruinar tu hermoso Jee-

—Shh, cállate y conduce —le extendió las llaves. —Toma.

Suspiró profundamente y tomó las llaves. Es decir, es más que evidente que sí quería conducir ese auto, por supuesto, pero si la más mínima rayita llegaba a pasarle, jamás se lo perdonaría.

Sabía que ese auto era más caro que toda su carrera universitaria.

Cuando estuvo en el asiento del conductor, los nervios llegaron, y es que con algunos de los controles que no conocía, pensó que sería su fin.

Buscando disimular, se colocó el cinturón de seguridad y observó que MinHo tuviese el suyo de igual modo, y así era.

—El conducirlo es lo mismo, Hannie —el mayor notó sus nervios, dado que veía todos los botones que había. —Hay algunas cosas que son para acciones específicas, por ejemplo, este de aquí, quita el esto —tocó el techo del auto. —Este otro hace que los asientos de atrás se aflojen y podamos quitarlos para hacerlo más espacioso...

Muchas cosas pasaron por la mente de ambos, muchas.

—Muy bien, entonces tú dirígeme —arrancó el motor con el botón de encendido. —Sé mi guía.

El mayor asintió. —Dobla a la izquierda para salir de nuevo a la calle.

La decoración del lugar era hermoso, más allá de estar bajo las estrellas y la luz de luna, las pocas lámparas que habían en el lugar, así como las velas y unos cuantos pétalos de rosas hacían que el restaurante se viera como en un cuento de hadas, un sueño.

A su vez que MinHo, en cada que podía, buscaba cómo sacarle una sonrisa, una manera de escucharle reír.

La comida fue muy buena también; en conclusión, la noche estuvo simplemente hermosa e inolvidable, justo como había pensado que sería.

Ahora caminaban por la orilla de la playa, sintiendo el agua tocar sus pies descalzos con cada ola que llegaba y sus manos se rozaban de vez en cuando, causando uno que otro nervio en sus estómagos.

Todo era simplemente mágico.

—¿Tienes algo para hacer el próximo fin de semana? —preguntó de la nada el detective.

—Uhm, tendría que preguntarle a mi secretario a ver si no tengo algún viaje de negocios, pero creo que no —lo miró de reojo. —¿Por qué?

—No, por nada —pateó un poco de arena hacia el frente, dejando al pelinegro por detrás. —Sólo que quería llevarte a conocer a alguien.

El mayor llegó rápido a su lado de nuevo. —¿Ah sí? ¿A quién?

—Alguien importante nada más, no te diré quién —rió.

El CEO rió por la incógnita que le dejaba, pero aún así se lo dejó pasar. —El lunes le preguntaré a JeongIn o a Chae, aunque creo que no tengo nada que hacer.

—Perfecto, espero sea así —sonrió y luego sacó aquel pequeño sobre de su bolsillo.—Oh, antes de que se me olvide, esto es para ti.

El pelinegro tomó aquella bolsita que el teniente le extendía, con una sonrisa de innata felicidad.

Sacó un precioso brazalete fino de plata con un dije de luna. Estaba más que sorprendido por aquel presente, lo que hizo su corazón agitarse rápidamente.

Lo que estaba sintiendo en ese momento era inefable, porque a pesar de que era algo sencillo, el hecho de que viniera de la persona que vivía en su cabeza, lo hacía infinitamente especial.

—Es simplemente hermosa, Hannie —su mueca seguía ahí. —Dios, es preciosa, en serio gracias.

—No hay de qué —se acercó a él, tomando su muñeca. —Te ayudo a ponértela.

MinHo observaba el rostro del chico frente a él, apenas iluminado por la luna llena (muy cliché); era hermoso, todo su ser, lo era.

Se veía tan tierno, tan precioso concentrado tratando de colocarle el regalo que le había dado con mucha delicadeza, como si su muñeca fuese a romperse.

No podía esconderlo más, estaba enamorado.

Enamorado del teniente que tenía que encargarse de esposarlo, y no precisamente a una cama, sino de enviarlo a la cárcel.

Era como un amor prohibido, pero ni así podía sacar al menor de su cabeza.

—Listo —sonrió viéndolo ya donde debía ir. —Te queda un poco floja, pero creo que no se cae fáci-

—Hannie —le llamó nuevamente la atención, haciendo que levantara la cabeza y buscara sus ojos.

El joven se acercó y juntó sus labios con los propios, tomándolo por la cintura, y hundiéndose en el momento con él, sintiendo cómo las manos del joven llegaron a sus mejillas y acariciarlas de la manera más delicada.

—Escucha —tomó su barbilla cuando se separaron, así evitaría que lo deje de ver. —No tienes pero ni idea de lo mucho que me gustas, es que no sabes, de verdad.

—Creo que ya me has mostrado cuánto- —MinHo colocó su dedo índice sobre sus labios, callándolo.

—No, para nada —rió. —Muchas de las cosas que te he enseñado es porque seguimos en el campo de ser amigos... Amigos especiales.

Aquí venían los nervios de parte ambos, los corazones latiendo fuertemente, las respiraciones comenzando a agitarse y sobre todo, las ganas del uno por el otro creciendo.

MinHo no podía culparse, el amor por JiSung lo volvía loco.

Entre la oscuridad, el CEO encontró un palo, que muy probablemente el agua del mar haya llevado hasta allí, lo tomó y para evitar que las olas se llevaran lo que estaría por hacer, caminó hacia el contrario de ellas, seguido del castaño.

Comenzó a dibujar la mitad de un corazón, que a pesar de que sí estaba oscuro, lo único que necesitaba eran fuerte luz de la luna que se encontraba sobre ellos, brillando para ambas almas.

Luego le acercó la madera al otro joven, quién la tomó con algo de confusión.

—Si completas el corazón, aceptas salir conmigo, completar mi vida, llenar mis momentos de soledad y sobre todas las cosas, permitirme amarte en la manera en que te mereces, con todo el sentimiento, dejando que me entregue con mi alma, que te ama intensamente —suspiró.

Inmuto estaba con las palabras que recién había escuchado, porque a pesar de que él esperó, sí, que fuesen cursis y especiales, jamás creyó que ese tipo de cosas serían para él.

No dudó ni dos segundos en completar su parte del corazón, y luego abrazar a MinHo, para terminar por besar sus labios, quienes en ningún momento se negaron a recibirlo.

—Te quiero, Hannie —acarició su cabeza. —Y espero que me ames con todo lo mío, con mis cosas buenas y malas, así como lo hago yo contigo.

—Descuida, Honnie, prometo estar para ti y contigo en las buenas y en las malas —entrelazó sus dedos. —Porque tú también me vas a dejar amarte y entregarme a ti.

El pelinegro sonrió, y de imprevisto lo tomó entre sus brazos, cargándolo, haciendo que el teniente se aferrase a él, dejando el corazón detrás, y corriendo hasta las olas.

—¡No, no me tires, no me tires, no sé nadar! —rogaba aferrándose a él, como si su vida dependiera de ello.

—No voy a soltarte, tranquilo —reía hacía (finalmente) su novio.

Terminó por bajarlo, y entonces JiSung, en plan de venganza le salpicó agua a su chico, haciéndose este el ofendido.

—No lo hiciste... —entrecerró sus ojos.

—Oh, claro que s- —y ahí sintió las frías gotas de agua en su rostro, siendo salpicado por el CEO.

Entonces comenzaron una guerra de agua salada, en medio de risas, de momentos que quedarían únicamente para ambos, tachando una fecha que marcaba el inicio de su relación.

Queriendo que fuese una duradera y sincera, donde estén el uno para el otro hasta en los momentos más difíciles.

al fiN
cómo costó que esos dos salieran, pero ya, ya está

anyways, la actualización de hoy tiene una dedicatoria especial a mi mejor amiga, que realmente me ha venido ayudado a aclarar ideas, y es la que me escucha hablar de ello, gracias cielito 💘💘💘💘

espero no tardar tanto actualizando porque los extrañoooo
nos vemos, cuídense y se les quiere <3

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