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Los días siguientes los padres de JungKook al recibir la llamada de la abuela de JungKook que no lo encontró en la casa para ir a la iglesia como todas las mañanas.
Todos buscaban a JungKook durante semanas y nada ni una huella de donde estaba. Había carteles con su rostro por toda la ciudad y uno en la muro de corcho que había en la iglesia de La misericordia donde ponían el cronograma de actividades.
Yoona al enterarse que JungKook estaba desaparecido confeso todo con culpa, y claramente recibió un gran castigo por sus padres, también Yuri y JongIn. Pero no le importaba buscar a JungKook y pegar carteles por toda la cuidad aunque los golpes que habían recibidos en su manos todavía le ardieran, el menor era gran amigo suyo y soportaban perder a otro tan pronto.
Cuando la policía se entero que JungKook se había ido caminado del clud hasta su casa caminando, el oficial Kim SeokJin y el investigador Kim Taehyung centraron su búsqueda en esa zona para encontrar alguna pista. Cuando pasaron por la iglesia de la misericordia preguntaron a todos los que estuvieron en esa noche en la iglesia por JungKook. todos decían igual, él entro asustado, se confeso con el padre Jimin, rezo un rato y a pesar de las insistencias del padre el chico siguió su camino. La iglesia quedo descartada de su búsqueda y siguieron buscando en otros lugares.
Jimin se sentia demasiado afortunado, pero sabía que hacer algo como eso otra vez no le saldría tan perfecto. Ninguna de las monjas ni los monaguillos se dieron cuentas cuando salio después de unos minutos que JungKook y lo llevo con facilidad y ser visto por otra cosa que no sean los ojos de las estatuas de los santos y los vitrales. Agradecía que la iglesia sea tan grande y que su cuarto estaba lo suficiente lejos en una de las pequeñas torres, lejos de las demás habitaciones. Siempre se había quejado en silencio desde que llegó a esa iglesia que le dieran una habitación tan lejana y solitarias a las demás, ahora la amaba con toda su alma.
Nadie aparte de Jimin y el cristo crucificado pegado en la pared de su cuarto escucharon los gritos de JungKook cuando lo tomo por segunda vez, la primera ni siquiera pudo esperar a que despertara para saciar sus sucios deseos. Los gritos del menor a veces eran tan altos en las nochesque se escuchaban muy bajito hasta la habitación mas cercana, lastima que en esa siempre el monaguillo pusiera audífonos con música instrumental para dormir. La balazan de la suerte siempre se inclinabla toda hacia Jimin.
El dolor era desgarrador para JungKook que no entendía nada, Jimin le había tapado los ojos y amarrados las manos, procuraba nunca hablar para que el chico nunca supiera que fue él si es que llegaba a escapar. Pero era casi imposible, Jimin cerraba la puerta después de comer pecado con su cuerpo y dejaba al chico tan a dolorido, cansado, lleno de lágrimas y fluidos que llenaban el ano de JungKook.
Alguien tan inocente que sus padres no le habían explicado como hacer bebés no comprendía las cosas, eso era una desventaja de ser el consentido y hijo único de la casa. No entendía por que esas manos lo tocaban a veces con tanta rudeza que estaba seguro que debaja marcas en su piel, no entendía por que le había quitado la luz tapando sus ojos bien con esa venda y amarrando sus manos a la espalda, le costaba a veces aguantar ir al baño hasta que el que lo tenia cautivo llegara, no podía hacerse en aquella cama, una vez no aguanto la ganas de hacer pipí y esta seguro que sus nalgas debían seguir moradas de tan duro que le pegó. No entendía por que hacia eso y a él, no sabia que había mucho mal en el mundo que no se nota. No entendía por le dejaba desnudo y solo con su rosario en su cuello; Tal vez era una manera de mostrarle que ni Dios le ayudaba en ese momento o tal vez lo abandonó, eso pensaba JungKook. No importaba cuanto rezaba el dolor siempre seguía. JungKook no entendía que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, si un humano se equivoca también él.
Comía cuando Jimin le daba algo de comida y bebía lo que Jimin le diera de comer, no sabía cuando era de Día o cuando era de noche. Las campanas de la sonaban a cada hora y el sonido llegaba a la habitación de Jimin, JungKook sentía las horas años y los minutos meses. Hablaba y nadie le contestaba, estaba en la oscuridad solo. Ya no vivía por el si no era por Jimin que hacia lo máximo para dejarlo inmóvil y no darle tanta libertad; se sentía como la vieja mascota de Tifanny, un viejo loro ciego y con las alas cortadas dentro de una jaula, al ser ciego no podía ver a donde iba y por eso cortaron sus alas para que no se lastimara chocando y estaba en una jaula para que no se fuera cambiando y chocara también. El era ahora el ave ciega enjaulada de Jimin, lastimosamente no era por su bien o lo sacaban de vez en cuando para que no se sintiera enjaulado.
Entre cada hora preguntando por si lo habían visto y pista fallida por encontrarlo era un hora más de dolor de JungKook, con los días se crearon nuevas cicatrices en su piel y en su alma, los gritos fuero cesando y los pedidos de ayuda también, perdía la esperanza a cada segundo y su mente iba colapsando. Un día se canso de espera a su raptor y si importar el dolor de su cuerpo se sentó en la cama, movía sus manos en su espalda con fuerza para desatar sus manos; si nadie venía por él, saldría de ahí solo. Logro desatarse después que la sangre de sus muñecas alflojaron la cinta de alguna manera llevando sus manos adoloridas a sus ojos quitando la molesta venda. La luz le molesto tanto que tuvo que cerrarlos por unos minutos y abrirlos lento para acostumbrarse a ella después de bastante tiempo. Se quedo en Shock al reconocer esa habitación y su sonrisa por quitarse las vendas calló al darse cuenta de quien lo estaba tocando todas esas noches, se sintió como estúpido y no pudo evitar vomitar un poco del asco que sentía por eso a un lado de la cama. Justo cuando pasaba sus manos por su boca para limpiar los restos de su vómito Jimin entro, sus miradas se unieron unos segundos. JungKook estaba aterrorizado y sentía náuseas horrendas. Como Dios lo iba a ayudar si era alguien que predicaba su palabra le estaba haciendo esas atrocidades, la mente de JungKook era así; la imagen que tenia de Jimin se desmoronó en segundos.
— A... Así.. Que fuiste tu todo este tiempo — logro mencionar JungKook con pavor y repugnancia — Tú me lastimabas todo este tiempo, hyung — ni siquiera pregunto, le recriminaba con odio en su voz
Jimin no sabia que decir en ese momento, eso en definitiva no estaba en sus planes, tenia que pensar rápido en solucionar todo, claro todo apuntaba que la solución más fácil era matar a JungKook y buscar una manera rápida de deshacer el cuerpo. Pero, no quería eso, quería disfrutar más su tiempo junto al menor, tal vez nunca sacar a JungKook de su cuarto no sonaba tan mal ahora, que mal para JungKook. Jimin pensaba soltarlo en unas semanas sin que supiera que era él fue quien lo profano, tal vez en unos años matarlo cuando se aburra de él. Pero, ¿ q
Quién en su sano juicio podría aburrirse con su lindo JungKook al lado?.
— Supongo que esto cambia muchas cosas — Jimin ignoro todo lo que dijo el menor entrando y cerrando la puerta con seguro. — Huele mal, ¿no aguantaste de nuevo ir al baño? Y mira como dejaste tus muñecas, has manchado toda la cama de sangre. Por eso no me gustan las mujeres en estos casos — JungKook estaba asustado de Jimin, pero no podía parar de sentir coraje. Cuando llego el primer golpe a su cama lo tiro al piso de la fuerza con que lo hizo, cayo justo donde había dejado su vomito y no era nada lindo para él. Se sintió aturdido por el golpe y su boca se lleno de sangre estaba seguro que había perdido una muela con ese golpe.
Sabia que estaba perdido después de ese golpe, si ya era flacuchento antes de ser encerrado por Jimin, ahora estaba peor que comía poco. No tenia fuerza contra el mayor y lo sabia, solo esperaba una muerte y rápida que lo sacara del dolor. Pero, Jimin solo lo agarro del cabello y lo tiro a la ducha, abriendo el chorro de agua congelada que llegaba hasta sus huesos. Se pregunto si esa agua la traían del ártico para estar tan fria, pensaba que iba a salir pedacitos de hielo también.
— Has lo que tengas que hacer y luego limpiate bien, JungKookie. Hoy quiero jugar por un buen rato y no quiero nada que me moleste o la pasaras mal — ordenó y cerro la puerta de inmediato.
JungKook tenía miedo y mucho dolor en su cuerpo. Su mente se iba cambiando de a poco. Hizo exactamente lo que le pido Jimin, pero toco con miedo sus muñecas que seguían con marcadas y no había tocado ninguna vena por suerte y eran heridas poco profundas pero no evitaba que sangranran un poco. Gasto varios pedazos de limpiando la sangre que salían de ellas, quedarían cicatrices nada bonitas.
Lloraba por que su imagen que de persona que tenia de Jimin, de la iglesia había sido rota. Se preguntaba si Dios cerraba los ojos cuando el mayor le hacia esas cosas, o si lo había abandonado por romper las reglas. Prometía no volver a seguir a Yoona, prometía no escuchar más esa música, prometía olvidar a las pecadoras de Taeyeon y Tifanny, Si Dios lo sacaba de eso. Limpiaba sus lágrimas y callaba sus sollozos.
Jimin abrió la puerta viendo de esa imagen para él no sabía que hacer, no le gusto para nada. Las lágrimas salían de los ojos de JungKook como cataratas y con algo de pepel limpiaba las gotas de sangre que llegaban a sus codos y manchaban algo su cuerpo, el rosario seguía colgando de su pecho blanco y ahora marcado un poco de sus costillas por su delgadez. No dudó en jalarlo y sentarlo en su cama, el chico estaba asustado como un pequeño ratoncito, busco algo de alcohol y una camisa vieja negra que rompió en tiras. Hecho el alcohol en choros en sus muñecas y este gimio del ardor, envolvió sus muñecas en esas tiras sin mucha delicadeza como vendas para tapar sus heridas.
— Si te enfermas por unas heridas como esas, serás un problema. — dijo con completa sinceridad, que le diera gangrena o algo por el estilo no seria bueno para ninguno de los dos.
JungKook por un momento pensó que Jimin sería bueno con él. Pero era obvio que era por su propio beneficio. También no es que Jimin haya curado una herida antes, siempre las monjas se encargaban de eso.
— ¿Por qué?... — dijo con un hilo de voz, muy bajito para que Jimin lo escuchara bien su murmullo. Agarro agarro el mentón del chico y hizo que lo mirara fijamente dándole una mirada severa — ¿Por qué me haces esto? — respondió más alto con sus ojos llenos de lagrimas, antes era capaz de confiar en él con los ojos cerrados. — ¿Por qué, Hyung?¿Yo te he hecho algo malo? ¿Es para que no vuelva a salir en las noches? ¿por qué me tocas de esa manera y metes tu cosa dentro de mi? — Jimin limpio las lágrimas de JungKook y lo acostó debajo de él para acariciar su cuerpo.
JungKook tembló, sabia lo que venia y no le gustaba, menos ahora que sabía quien le hacia esas cosas. Pensó que tal vez fuera sido mejor si nunca se hubiera quitado la venda y esperar que se aburriera para que lo soltara un día, había oído que la curiosidad mato el gato y el era el gato ahora. Un gato recién nacido que temblaba por todo.
— ¿El por qué de esto?... Dejame pensarlo — dijo Jimin pasando su lengua por su cuello haciendo que el cuerpo del menor temblara más y respondío después de eso con una sonrisa traviesa en su cara agarrando la cadera del menor — Tal vez sea por que me gusta. Eres tan lindo JungKookie, tan inocente aunque te haya tomado durante todo este tiempo sigues sin saber que lo hago por el placer que me causa tenerte debajo de mi — tocaba su cuerpo con lujuria, pasando su mano por el trasero hasta las piernas y luego volviéndola a subir para aspirar el olor del cuello de JungKook pegándose. Sumergiéndose en el pecado que era tocarlo de esa forma. Jimin pesaban como podía serlo, si se sentía tan bien y llena su corazón de calidez cuando le tenia en sus brazos— por ser tan tímido debajo de mi toque ahora, debí quitarte la venda desde antes. Pero, No seas tímido, sabes que yo no te hago nada malo, Tal vez no debí golpearte esas veces, pero eres un niño malo a veces y me enfureces. — mordió su cuello con fuerza y chupando luego para hacer una marca en ese lugar sacándole un gemido de dolor al menor que trataba de separarse un poco de él — Yo solo quiero tenerte para mi, tocarte donde nadie lo hizo, besarte donde nadie tuvo el valor de hacerlo y marcarte como mio. Siempre me parecía hermosa tu sola presencia, y también me calentaba. Siempre llamándome con esa voz tuya incitandome cada segundo. Solo tome lo que por derecho debe ser mio.
JungKook estaba un poco horrorizado por sus palabras y por sus manos que se dirigían de forma peligrosa a su miembro para jugar con él. Solo cerraba los ojos con fuerza al volver a la oscuridad que lo había acompañado por tanto, que odio y ahora deseaba fundirse en ella para desaparecer entra la oscuridad. Empezaba el juego de Jimin y la tortura de JungKook, pues quien desea ser tocado por alguien contra su voluntad por más guapo que sea. Una vez pensó que Jimin era uno de los chicos más guapos que vio, que era un malgaste que le dedicara la vida a Dios y no a una buena mujer, juraba que si fuera tenido una hermana se la fuera metido hasta por los ojos. Jimin era bueno, comprensivo, amable, cooperativo, desinteresado, se sabia la biblia perfectamente y era inteligente siempre ayudándolo con su tarea; un buen hombre que tal vez podría hacer feliz a una mujer. Deseo con fuerzas ser como él por la gran admiración que sentía. Tal vez Dios tuvo piedad con el haciendolo hijo único para que su hermana no sufriera lo que estaba pasando él y para nada era un demonio como Jimin.
Se removió y mordió su labio con fuerza, Jimin había empezado a jugar con él. Su mano se movia lento por su miembro para nada despierto por que aquello no le causaba otra cosa que asco y miedo, besaba su cuello y con su otra mano apretaba su cadera. A Jimin le molestaba cuando el no sufría de una erección cuando lo tocaba y múltiples mordidas y rasguños en su cuerpo probaban eso. Pero, Jimin siempre lograba que reaccionará después de un rato, aparte que JungKook apenas tenia 17 y la pubertad no hacia lo mejor con sus hormonas haciendo que reaccionara también.
Tal vez debía dejarse llevar por hoy, pensó, todavía le dolía la cara y la encía por el golpe. No había comido y Jimin no lo alimento como siempre hacia antes de tocarlo. La situación lo estaba llevando al limite. Abrió los ojos, Jimin todavía encima de él lamiendo y mordiando su pecho mientras seguía tocando su miembro subiendo y bajando su mano ahora más rápido. Busco con la mirada la mesita de noche y no vio nada encima de ella, buscó al rededor del cuarto y nada con que pudiera darle una salida. Solo se quedo quito mirando al techo, no importo cuando Jimin le abrió las piernas, al menos esta vez de meter sus dedos, tocando adentro de el y estirando su paredes anales para que no doliera tanto cuando metió su miembro. Jimin hacia lo que quería con él en ese momento y el nada más veía al techo gimiendo, estaba perdido en su mundo, se sentía vacío y sin esperanzas. Su mente preguntaba a cada segundo ¿dónde estaba Dios y por qué no lo amaba?.
Jimin toco ese punto dentro de él que lo hizo abrazarlo y chillar un poco. Se preguntaba ¿si esa iba hacer su vida para siempre?. Se sorprendió cuando Jimin salio de él y lo vio extrañado, nunca había hecho eso sin antes llenarlo de sus fluidos antes. Se sentó en la cama acariciando un poco su miembro y con su otra mano sentó al menor también en la cama.
— Sienta en mi miembro y aunque sea pon cara de disfrute — ordeno jadeando y un poco molesto. JungKook dudó por que no quiera hacerlo y no sabia que hacer exactamente, Jimin siempre lo tomaba de aquella manera o boca abajo. Pero no quería mas dolor.
— No se como hacerlo, no entiendo a que te refieres — ni siquiera sabia a que se refería con miembro. Sus padres lo habían criado demasiado puro.
Jimin sonrió un poco, al menos el menor obligado a los golpes se disponía a coperar un poco. Aunque no sabía nada del tema, siempre lo tomaba sin hablar y que sus padres no le hablaran del tema no le pareció raro. Hasta le pareció sexy y le calentó más su ignorancia sobre el sexo. Agarro al menor y tomo su cintura sentándolo en su miembro bajándolo lentamente, disfruto como el menor se abrazaba al el y soltó un pequeño gemido.
— Eso que entro en ti es mi miembro — Susurro en el oído del menor cuando termino de bajarlo, se quedo quieto disfrutando de ese momento por completo.
— Termina con esto rápido, por favor — pidió casi en suplica y con voz bajita. No estaba agusto con la situación.
— Él que puede terminar todo aquí eres tú, si mueves tus caderas y haces que termine en ti. Eso es lo mejor de esta posición. Todo el trabajo te toca a ti, bueno mayormente — dijo riendo y besando la mejilla del menor.
— Jimin... Estoy cansado y mi condición física no es lo mejor para moverme — dijo quejándose un poco y recibió una nalgada del mayor.
— Ya sabes que hacer — dijo mientras agarraba la cintura del menor empezando hacerlo subir y bajar.
Jimin gemia con libertad y JungKook se agarraba de los hombros de Jimin para moverse con mayor facilidad con las mejillas sonrojadas. Mientras más rápido terminara eso mejor. El mayor hechaba su cabeza hacia atrás y gemía cada vez que sentía la entrada del menor contraerse y escuchaba sus pequeños gemidos. JungKook sólo trataba de soportar todo y hacer lo mejor posible con lo poco que sabía. Jimin tocaba su miembro para lograr que el también se corriera, JungKook de vez en cuando trataba de alejar esa mano de ahí recibiendo un aprento que le dolió mucho y dejo al mayor en paz, no seria buena idea molestarlo más.
Jimin gemía cada vez más alto y no tardó en correrse en la entrada de JungKook, haciendo que el menor gimiera por es fluido cálido llenándolo. Se paro rápido como pudo y de acostó rápido abrazando la almohada. No había llegado a correrse y eso pisaba el ego de Jimin. Mejor era hacerse el dormido y listo que lo dejara en paz. Si no comia no importaba, la idea de la muerte no le sonaba mal hoy.
— JungKook — siseo molesto Jimin y paso su mano por las piernas del menor. — Deja de huir de lo que te gusta y no seas tímido con eso
— Hyung... Estoy cansado, hoy vomite, no he comido, me duelen las muñecas y ya me llenaste de ti. Ya basta por hoy, ¿no tiene nada que hacer en la iglesia a esta hora? — dijo tratando de sonar lindo para convencerlo
— Por unos minutos que llegue tarde no hay problema — Jimin toco justo lo que buscaba en su cuerpo.
Tal vez tenía que poner mayor esfuerzo de su parte si quería que el mayor desapareciera de su vista.
Es día la cordura de JungKook empezó a caer de a poco.
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