Ricochet
Colt abrió la puerta del taller encontrándose con Jessie, Carl y Ricochet. No había salido ninguna idea de la cabeza de la pelirroja por el corto tiempo que tuvo para pensar.
El alto pelirrojo se les quedó mirando con la boca abierta y ojos entrecerrados, en su mano derecha llevaba una botella casi vacía que Carl había registrado en bebidas alcohólicas. El sheriff recién volvía del bar de Barley. Cuando comenzó a reírse de repente se confirmaba que estaba pasado de copas.
– ¡Ah jajajaja! ¿¡Desde cuándo Carl creció!? – sin poder ver bien las figuras comenzó a reírse como loco señalando a los tres delante suyo como si fuera lo más gracioso del mundo por más que no estuvieran haciendo nada. Ni por la mirada de odio de Carl dejó de reír.
– ¿¡Disculpa!? ¡Ya verás! – antes de que se lanzara a por Colt, Jessie lo golpea en la pierna, en la parte de atrás a la altura de la rodilla, haciendo que el pequeño robot caiga con una patada – ¿¡Qué haces!? – mira furioso a la pelirroja y esta lo mira seriamente con un dedo sobre sus labios, pidiendo silencio.
– ¿Tengo permiso de destruir a este humano? – dice Ricochet a Jessie sin dejar de mirar a colt que aun reía a todo pulmón.
– No, él es mi hermano. – suspiró cansada y se acercó a Colt que estaba de a poco deteniendo su risa y balanceándose de un lado a otro. – ¡Vamos, Colt! – molesta, toma al más alto de la muñeca y lo lleva casi arrastrando a su habitación.
– ¿Eh? ¿A dónde vamos? – pregunta el pelirrojo.
– Te llevo a tu cama. Mañana te la verás con mamá. ¡Esta es la última vez que vuelves así! –
– ¡Noooo, no le digas a mamá! ¡No me dejará salir con Shelly y Poco de nuevo! –
Antes de seguir escuchando los gritos de ambos pelirrojos Carl prefiere cerrar la puerta. Volvió a mirar al otro brawler que quedaba junto a él en el taller con una sonrisa fingida, quería dar una buena imagen a su futuro ayudante antes de ser registrado como una amenaza.
– Bueno, ahora que estamos solamente tu y yo, permíteme presentarme. – llevó una mano al pecho con orgullo – Mi nombre es Carl, amo la geología y soy uno de los mejores brawlers que te podrás encontrar aquí. Para tu suerte, seré tu compañero de batallas. – mira con una sonrisa confiada al otro robot.
– Soy Ricochet o así me llaman, me da igual. Adoro destruir a los demás y no siento pena por ello. Si no gano las batallas ten por asegurado de que haré a mis enemigos sufrir durante todo el evento. –
– Nyeh, eso me agrada. Algo me dice que nos llevaremos bien. – dice intentando ocultar lo mucho que le gustaron sus palabras preocupado por como el otro lo vería – Me encantaría ver tu potencial ahora mismo pero no puedes quedarte aquí. Tu solo sígueme en silencio. Apaga tu voz si es necesario. –
Al no escuchar pasos en el pasillo, salió del taller seguido por Ricochet. Pam llegaría en cualquier momento por lo que tendría que apresurarse. Llevó al otro robot a la mina donde trabajaba y lo dejó allí aclarándole que mañana se verían de nuevo. No tardó mucho en volver a su casa. La gran pelirroja no estaba. Otra vez, todo salía como quería. Se dirigió a su dormitorio y se acostó en su cama tapándose solo para calentar sus circuitos en la fría noche. Lentamente, inició el proceso para dormir, o mejor dicho, disimularlo. Lo único que odiaba de su modelo era lo avanzado que estaba, comparado con otros, lo habían hecho lo más humano posible. Solo esperaba ver a su nuevo compañero al siguiente día y con eso en su mente durmió.
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