Amor

Ya había pasado unos pocos días desde que decidió seguir los consejos de Jessie. No quiso ni pudo analizar que era el amor, no le interesaba descubrirlo solo. Quería que el robot más alto con bandana morada lo ayudara a entender.

Esa misma mañana había sido despertado por Pam que le entregó una carta que habían dejado para él. Notó a la mujer cortante, preocupada y feliz al mismo tiempo. Para cuando tenía la carta en sus manos la grande pelirroja lo dejó para ir a la habitación de Jessie.
Mientras leía la carta no pudo contener una sonrisa enamorada. Tenía que ver a Ricochet donde le indicaba.

Por primera vez le surgió despedirse de su familia. Colt no se encontraba en casa así que fue directo a por las mecánicas. Mientras más cerca estaba del living, más fuerte se escuchaba la discusión. La pelirroja quería ir a visitar a su novia pero su madre la había detenido.

¡No tendrías que haberlo hecho sin mi permiso! ¿Qué hubieras hecho si no salía como esperabas? ¿Y si lo dañabas? – hablaba molesta la adulta.

¡Tuve cuidado! ¡Sé lo que hice y salió como quise! ¡Deberías de felicitarme por lograr algo que tu no fuiste capaz! – respondió con el mismo tono la joven mecánica.

En la entrada al living vieron al pequeño robot que las observaba confundido y dejaron de discutir.

Ve a tu habitación. Lo hablaremos luego. – dijo Pam pero Jessie no obedeció. No siguió pidiéndoselo y giró hacia su hijo adoptado – ¿Sucede algo, hijo? –habló con un tono dulce.

Solo quería despedirme y avisar que iría a ver a Ricochet. – tardó en contestar afectado por la discusión de su madre y hermana.

¿Irás con tu amigo?

Si, iré con un amigo. – sonrió sin saber que Pam había descubierto ya hace tiempo que sucedía entre ambos robots.

Ve con cuidado y no regreses tarde. – se despidió de Carl dándole un beso  en la frente por más que lo avergonzara.

Carl se despidió de Jessie y abandonó la sala dejándolas solas. Recién ahí fue cuando la joven obedeció y caminó a su cuarto.

El pequeño robot apresuró sus pasos evitando todo brawlers que no quisiera ver en ese momento. Sentía que estaba llegando tarde pero fue el primero en llegar a la plaza. Buscó uno de los bancos de madera desocupados, se sentó y se apoyó en el respaldar esperando al otro robot.

Pasaron unos minutos y aún no llegaba.
Tiempo suficiente como para que empezara a cuestionar sus sentimientos.
Una parte de él se decía que no debería de estar allí, que se marchara antes de que fuera tarde, no necesitaba a nadie, solo estaba bien.
Otra parte decía que esperara, quería a Ricochet casi tanto como a sí mismo. Harían una bonita pareja tanto en los eventos como fuera de estos. Podría conocer más a fondo lo que es el amor. Cerca de él se sentía vivo.

Lo siento, llego tarde. – la voz robótica sacó a Carl de sus pensamientos – Me perdí. –

Si, llegas tarde. – soltó una pequeña risita – Si te hubiera enseñado el pueblo antes no te hubieras perdido.

En realidad fue porque no dejaba de pensar en ti. – se sentó al lado del más bajo y observó a su alrededor encontrando a Rico y Piper –Terminé distrayéndome y Piper tuvo que buscarme. – avergonzado miró al suelo sin notar que el más bajo dejó de sonreír.

También estuve distraído pensando en ti. – hablar del tema lo ponía nervioso, algo estaba mal en su sistema como para quererlo – Estoy así desde que nos conocemos. No llego a entenderlo todavía.

Tampoco entiendo demasiado lo que estoy sintiendo pero sé que quiero protegerte, estar contigo y hacerte feliz. Más allá de lo que sería una amistad. Aunque no sé si tu quieres eso.

¡Si quiero! – grita interrumpiendo y aturdiéndolo – ¡No, no quiero! – dijo rápidamente arrepintiéndose – No, si me gustaría estar contigo pero en realidad no sé. No lo sé.

El de un ojo lo observó confundido. Junto a su mirada sentía la de otros brawlers sobre él. Estaba sobrecalentándose de vergüenza. Ahora que estaba donde quería no sabía como reaccionar y mucho menos que responder.

¿Carl, estas bien? – preguntó confundido y preocupado por el más bajo.

No sé. Esto es extraño. – miró a otro lado avergonzado – Ni siquiera puedo hablar de esto. – tímidamente volvió su mirada a Ricochet que lo observaba con ternura – ¡Deja de mirarme así, es vergonzoso!

Puede que lo sea pero estas siendo tu mismo y es lo que me gusta. Te amo y con todos tus defectos incluidos, aunque no sean muchos.

Mientras más hablaba el de voz robótica le era más difícil hablar a él. Al no responder dejó a ambos en un incomodo silencio. El más alto esperaba una respuesta y no sabía como dársela. Hasta que se le ocurrió actuar y, como había visto a Penny y Jessie una vez, apoyó su cabeza en el hombro del más alto a la vez que tímidamente tomaba una de sus manos.

El de bandana morada se sorprendió del tacto, comprendió que el minero no podía expresarse con palabras, quedó en silencio entrelazando sus dedos.
A lo lejos notó a Rico observándolo orgulloso ya Piper felicitándolo con señas alegremente. Ya teniendo a Carl con él, los ignora y disfruta el pequeño momento en silencio juntos por más que otros los miraran raro.

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