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Naruto ji Jujutsu Kaisen me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.
Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.
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Ella prefería no recordar el rostro de nadie, ocupaba espacio cerebro para información importante para ella.
Por ello recordaba solo el olor.
Cada persona tenía un olor diferente, madres y hijos tenían un similar pero era fácilmente identificable para ella, pero no dejaba el echo que ella no recordaba sus rostros.
Pero Naruto era especial.
Recordaba cada fibra de su cuerpo, su cabello rubio dorado, sus ojos azules eléctricos, su cara ligeramente redondeada pero dejando atrás los rastros del niño que una vez fue.
Ella había sido una maldición nacida del período Asuka, había sido procreada del cúmulo de emociones negativas que los humanos sufrían por el control, una de las primeras maldiciones nacidas del seno del budismo que fue el que había llevado al auge a las maldiciones debido a que este permitía que los humanos rezaran y por ello muchos pensaran una sola cosa al mismo tiempo.
Había nacido en una aldea modesta de poco más de 60 habitantes, el gobernador había tomado la aldea y la gobernaba con puño de hiero y corazón de acero, de aquel cúmulo de odio y sentimientos negativos por el Control, habían dado paso a que ella naciera, su primer nombre, aquel que la primer persona le habia dado habia sido Nayuta, siendo ella la "Maldicion del control".
Ella rápidamente se había apoderado de la aldea, después de todo había sido fácil hacerlo ya que el gobernador de aquella miserable aldea había quedado maravillado por su cuerpo lo que permitió que ella lo controlará fácilmente.
Así vivió durante mucho tiempo, cada mes le era entregada una doncella virgen para calmar su hambre, Makima había aceptado aquellas mujeres de manera generosa y usando su poder les había echo prosperar donde ella fue venerada como un dios.
Pero entonces el periodo Heian había llegado y con ella el auge de los hechiceros, pero incluso así había ya tomado el ikimo de tantas doncellas que su poder por sí sólo ya no tenía comparación, había escuchado de un tal Ryomen pero nunca llego a conocerle, los dos se convitieron el la Maldicion y el Chaman más fuerte de la historia Heian.
Contra ella se necesitaron más de 20 chamanes de alto grado para poder lograr sellarla, antes de morir ella pudo ver saber que la parte de su cuerpo en la que lograron sellarla había sido sus ojos.
Morir no había sido interesante, no había nada, no se oía nada y tampoco podía olfatear nada, era como una piscina de oscuridad donde no te podías mover, simplemente estar estático sin poder pronunciar palabra alguna.
No fue hasta que ella abrió los ojos que pudo sentir la deliciosa luz de la luna de contra su piel, pudo oír los animales aullar y el viento traer olores nuevos.
Pero ella también sintió que había un voto vinculante sobre su alma, frente suyo sintió la conexión de él, su libertad a cambio de una simple pregunta "La vida tiene algún significado, ¿Cuál es el significado de la vida?"
Ella rió, por primera vez en su vida la habían echo reír de manera verdadera, pudo tener el mundo bajo sus pies, pero sin embargó decidió preguntar aquello que ella nunca logró entender tampoco, fue tan hilarante que ella no pudo evitar reir.
Ellos mismos habían echo un pacto aquella fría noche, ella sería de él y él sería de ella, Makima no dejaría que aquel humano tan interesante le fuera arrebatado de sus dedos.
"Ella le entregaría su fidelidad, su amor y cuerpo a cambio él le daría descendencia y vigilaria porque vinieran al mundo"
A diferencia de los humanos ellos habían establecido aquel contrato en sus almas mordiendo la manzana echa por el voto vinculante establecido.
Pronto Makima se adapto a este mundo y su hechicería, aunque la humanidad se había vuelto más débil y patética no pudo negar que su hechicería se había refinado mucho más, los humanos habían encontrado nuevas formas de matarse.
Incluso su dominio.
Incluso en el período Heian las Expansiones de Dominio habían sido una técnica que cualquier hechicero con cierto grado de energía podía llegar a desplegar, era una técnica que cualquiera podía hacer suya si tenía el poder suficiente para hacerlo.
Pero ahora no, los dominios habían sido refinados hasta tal grado de tener grabados en ellos un [Golpe asegurado] o [Muerte instantánea] de manera instantánea, la primer vez que ella enfrento a un hechicero de alto nivel de la era actual la había sorprendido cuando lo que ella pensó que era un Dominio de bajo nivel había logrado superar al suyo de aquella época.
Aunque claramente lo asesino.
Los dominios de su época se necesitaban que se cumpliera requisitos en específico para que el dominio tuvieran alguno de aquellos efectos, si caías en un dominio y te apegabas a sus reglas se podía seguir batallando dentro.
Pero pelear sin cumplir requisitos con tu técnica a máximo rendimiento había sido algo que Makima había agradecido a los humanos por refinarla, ahora su dominio no tenía tal fallo incorregible y peligroso pudiendo refinar aquella técnica.
Pero ahora si caías en un dominio completo no había escapatoria, tendrías que luchar con una desventaja clara al menos que tuvieras un dominio el cual desplegar eh incluso así habían expansiones que una vez dentro no podrías desplegar el tuyo propio.
Un ejemplo fue Satoru Gojo, su Expansión de Dominio [Vacío Infinito], ya que según fuentes confiables aquella Expansión territorial sobrecargaba tu sistema cerebral de tanta información que Makima sabía que seria letal en cuestión de segundos.
El hombre no lo ocultaba como muchos con su hechicería, después de todo el llamado más fuerte no tenía porque ocultar nada, su hechicería era tal que incluso sabiendo como funcionaba no podías hacer nada salvo recibir cada golpe.
"Has cambiado de colonia"
La voz de aquel muchacho rubio hablo de manera tranquila sentado al borde del edificio de donde estaban.
Makima varios pasos quedando a su lado, con un movimiento suave y fluido se sentó al lado de Naruto.
-Pensé que no lo notarias, después de todo los humanos no tienen un sentido del olfato como los perros-Hablo Makima com una sonrisa calmada viendo la cuidad abajo de ellos.
Ella amaba más tratar con los perros que con los mismos humanos, después de todo los humanos eran la raza más vil que ella había conocido, estúpidos, avariciosos y llenos de violencia, eran un cáncer que acababa poco a poco con la tierra.
Aunque no veía que Naruto de tal modo.
Naruto para Makima era como su perro Creampuff, testarudo y orgulloso, cuando ella le pedía ir a la derecha Creampuff iba a la izquierda, por ello era que aquel Husky era su preferido entre el resto.
Entre todos los animales los perros eran los preferidos por Makima, no se debía a su fuerza, agilidad o inteligencia ya que los perros eran un poco tontos, lo que hacía a los perros tan especiales a los ojos de Makima era su fidelidad y amor.
Tu podías pegarle a tu perro que el a los 10 minutos te estaría moviendo su cola y brincando de alegría al verte.
El perro no amaba a su humano por ser fuerte o poderoso, el perro amaba a su humano porque era su humano, te defendería con su vida con tal de protegerte.
Era la única raza que lo haría.
Pero incluso con Creampuff, Naruto era su perro más amado.
Solo que él no lo sabía.
-Recuerdo cada cosa que provenga de ti, después de todo eres la única mujer a la que eh tenido el impulso de golpear y a la vez tener sexo salvaje-Hablo Naruto mientras que veía de reojo a la responsable.
Era cierto, todo en Makima destilaba sex-apple, cada movimiento de su cuerpo estaba destinado a que quisiera ver más y más, sus ojos tenían un brillo sexy en ellos mientras que sus labios eran carnosos ligeramente entrecerrados mostrándose apetitosos para besar.
Su vestimenta también era destinada para ello, no mostraba piel como diferentes vestimentas que ahora se usaban, ella era una manzana prohibida que muchos soñaría con desnudar y hacer suya.
Incluso su forma de moverse mostrado diferentes ángulos de su cuerpo parecido al de una diosa descendida de los cielos.
La mujer se inclinó para adelante dejando ver un nuevo ángulo de su cuerpo mientras que sus ojos ganaban diversión ante aquellas palabras.
-No se si sentirme alagado o ofendida por tus palabras, pero intentaré buscar información si lo que te agrada es dominar, en lo personal no creo que me moleste ser golpeaba por una fusca de caballo-Hablo Makima ya que Japón tenía un estricto control sobre tales informaciones, aunque podría mover algunos contactos para encontrar la información necesaria.
Naruto lanzó un suspiro al ver que Makima no bromeaba, la mujer tenía un brillo de curiosidad por conocer sus fetiches sexuales un poco incómodo para él.
Naruto había logrado aceptar que Makima y él tuvieran descendientes cuando el cumpliera 18 años, Makima había preguntado el porqué y decidió responderle.
Le contó un poco de su historia a Makima, más concretamente su pasado, no quería traer a un descendientes sin antes tener el suficiente dinero para que no tuvieran que vender su cuerpo o cayeran en manos de alguien que lo hiciera.
Makima no vio lógica en ello, después de todo el gobierno de Japón le pagaba a ella suficiente para lograrlo, pero decidió para más comidad en su vínculo aceptar la propuesta.
-Bicho raro-Murmuro Naruto mientras que Makima sonreía tranquilamente.
Hoy Gojo estaba entrenando a Itadori, Megumi y a Kugisaki en un edificio abandonado, lo había excluido debido a que podría barrer con todas las maldiciones de aquel lugar en cuestión de segundos.
El había intentado encontrar su billetera y su celular pero le fue imposible, la concursante había mentido sobre su carta de presentación, no existía Ayaka Agatsuchi en los registros, bueno no una que se pareciera a la muchacha que presenro el examen.
Tenía la noche libre, Gojo mañana les tendría un entrenamiento diferente donde le dijo que sería de ayuda.
Ser Rango especial en la escuela apestaba debido a que los maestros no podían enseñarte nada útil salvo pocas cosas de control y siendo el uso de armas lo único en lo que podrían profundizar.
Los Rango especial eran seres que solo eran humanos de nombre, seres que tenían tanta energía maldita que si una maldición lograba comerse de ellos aunque fuera un dedo pasaría a ser de primer rango con facilidad.
Por ello cuando morían la misión principal de los hechiceros reunidos era destruir tu cadáver sin dejar rastro alguno.
-Porque lo sería, después de tuya este cuerpo y esta alma son tuyas, tu me trajiste de nuevo de mi sello y me diste este cuerpo, sin embargo no pediste mi carne como pago, simplemente que no matará a humanos inocentes incluso cuando lograste derrotarme-Habló Makima ya que Naruto era su superior pero incluso así la trataba como una igual.
Nunca lograría entenderlo.
La mente de Naruto estaba lejos de su comprensión, era como un libro abierto pero al mismo tiempo como la más segura caja fuerte.
-No creo que ningún humano hubiera pedido tu carne-Hablo Naruto mientras que Makima simplemente negó.
Makima recostó su cabeza sobre el pecho de Naruto, pudo oír su palpitar una prueba más que él era de ella todavía, la sinfonía de su corazón hacía que estar aquí en este edificio fuera relajante.
-Le das mucho mérito a los humanos Naruto, estúpidos y débiles eso siempre ha caracterizado a la humanidad desde hace mucho mi amado perro...-Sonrió Makima mientras que disfrutaba el gruñido de Naruto rezonar en el pecho del mismo.
Era al único hombre que ella podría tratar así, el resto no eran más que peones para ella, piezas reemplazable en el juego por el control de los corderos.
-Pero antes tenían unas gotas de decencia en ellos, todos hoy en día tienen una máscara sobre su rostro, los hombres somos guiados por la lujuria y la codicia, mientras que las mujeres por la vanidad y el miedo, todos están bajo el control de algo, ningún humano se resiste a pedir lo que su corazón dicta cuando el trato es inquebrantable, por ello este cuerpo adoptó esta forma, yo encarnó [El control y la conquista] puedo fácilmente ir donde un hombre y hacer que se arranque sus ojos si lo pido-Hablo Makima ya que la lujuria era un método de control.
Los hombres eran primitivos, los seres masculinos eran poco evolucionados a comparación con las mujeres, tontos eh ignorantes dejando que las mujeres guiarán su vida por algo tan estúpido como la lujuria que sentía.
-No hables más de lo que puedes masticar-Habló Naruto en tono enojado al oír a Makima decirle estupido.
-Aunque claro hay excepciones, tu eres un caso especial, incluso ese Gojo no se salva de caer en ello, su codicia por poder es tanta que incluso puedo saborearla, incluso teniendo el mundo a sus pies su codicia no es saciada...-Habló Makima ya que Satoru Gojo era un hombre codicioso, no en riqueza sino a nivel de ego.
Pero entonces los ojos de Naruto chocaron con los anillado de Makima cuando en un movimiento está misma se quedó sentada a horcadas.
Las manos de Naruto instintivamente tomaron el trasero de la mujer quien dio un ligero ronroneo de aceptación ante aquella acción.
-Pero tu eres diferente a todos, sientes lujuria pero puedes reprimirla sin problema hasta volverla inexistente, no codicias nada ya que no tienes sueños solo metas, no te controla nadie, eres tú y nadie más que tú, por ello es que te permito tocarme, por ello firme mi contrato contigo, yo perdí ante ti, mi poder, aquel que pensé que era omnipresente en todos encontró a un hombre en el que no puedo entrar-Habló Makima viendo directamente a los ojos.
Naruto no podía negar que Makima era intimidante con su racionalidad, en una batalla Naruto sabía que tenía que hacerse la idea de entregar un brazo para poder derrotarla.
-Pensar que me tienes tanta estima-Hablo Naruto en tono burlón mientras que Makima sonreía.
Lentamente la mujer se inclinó mientras que besaba a Naruto quien abrió los ojos se sopresa ante aquel beso pero no la detuvo.
Makima se separo después de unos segundos mientras que disfrutaba el sabor dulce que ofrecían los labios de Naruto, no era un misterio el porqué debido a que siempre pasaba comiendo dulces.
Esto se debía a que la energía maldita tendía a afectar la psique del hechicero a largo plazo volviéndolo loco si no llevaba ciertos hábitos.
El opio era una fuente natural de contrarrestar los daños debido al uso regular de la energía maldita en la época antigua, pero como aquello fue prohibido por el gobierno los hechiceros tras una investigación se dieron cuenta que las cosas cargadas de azúcar eran tambiente otra fuente de estimular el cerebro y así evitar su desgaste.
Ella al ser una maldición con el cuerpo de un humano le afectaba también aquella enfermedad, pero debió a un contrato establecido por ella y el Primer Ministro de Japón todo aquel daño acumulado era depositado en una persona civil aleatoria básicamente ahorrandole esa molestia.
-Por supuesto que lo haría, después de todo tu eres mío por derecho de nacimiento, si hubiera sido aburrido te hubiera desechado, pero supongo que eso nunca sucedera-Hablo Makima mientras que se acomodaba para estar más cómoda sentada a horcadas en Naruto.
Naruto suspiro ya que nunca podría entender a Makima, no entendía como ella lo veía ya que era tan confuso acaso era un perro, un subordinado, un igual o un humano, o simonemente un peón más en su juego retorcido.
-Necesito que hagas algo...-Habló Naruto mientras que Makima entonces sonreía ligeramente.
-Un favor, es muy raro viniendo de ti-Habló Makima ya que Naruto nunca había pedido un favor a nadie.
-Verás, tengo un hechicero que es problemático, si su inquilo se sale de control y estas cerca debe morir, le di una oportunidad al muchacho, no le daré otra-Habló Naruto ya que aunque interesante Itadori no era nada del otro mundo, es más debió morir en el momento que tomó la decisión de ingerir al sello.
Ellos eran hechiceros no héroes.
Si querías ser un héroe era mejor que fueras policía o bomberos, la vida de un hechicero nunca sería feliz ni agradable, siempre estarías tomado se la mano de la muerte y si te descuidabas un segundo esta te arrojaría a la profunda piscina a morir.
Por ello era que tenían que pelear incluso para que su muerte fuera digna.
-¿Te refieres al recipiente de Sukuna?-Habló Makima mientras que Naruto asentía ante aquello.
-Así que lo sabes, ¿Como lo hiciste?-Pregunto Naruto ya que Makima siempre pareja saberlo todo, nunca había pillado a la Ejecutora del Gobierno sin información.
-Una cucaracha me lo ha dicho-Hablo Makima ya que había una cucaracha cuando Sukuna quedó en libertad.
Naruto asoció aquello con una fuga de información en los altos mandos, de verdad que incluso para guardar información los anciano ya eran unos inservibles.
-Ya veo, pero si, aunque interesante Itadori no deja de ser una piedra si Sukuna decide tomar su cuerpo y completar su alma, débil como esta no es una leyenda del período Heain por nada-Hablo Naruto ya que seria muy molesto tener una maldición por ahí matando humanos para comerlos.
Ryomen siendo humano era caníbal, según los escritos le gustaba comerse el Ikimo de las personas ubicado en el hígado de los mismos, pero sus estimados, narices y cerebros también era sus preferidos debido a que con ellos podía aumentar su poder al asimilar la energía maldita de otros.
Cuando fue asesinado y se convirtió en maldición sus hábitos caníbales no le dejaron llegando ser incluso más retorcidos ahora centrándose en mujeres y niños solamente ya que su carne era más tierna a la hora de disfrutar.
-Lo haré, pero me deberás un favor que cobraré cuando yo quiera-Hablo Mikama con una sonrisa tranquila en su rostro.
Naruto no sopo porque pero sintió que caminaba a la boca del lobo con una sonrisa, al menos no había pedido un voto vinculante por lo que contra de su voluntad no sería.
-No veo el problema, después de todo me ahorras dolores de cabeza del tener que cazar a una maldición con complejos we superioridad-Hablo Naruto mientras que Makima asintió tranquilamente.
Makima sintió las manos de Naruto navegar debajo de su pantalón y jugar con su ropa interior metiéndose debajo de la misma para sentir su piel, inconscientemente resalto su trasero aceptando aquella caricia.
Ambos tenían deseos que saciar después de todo.
Makima se había acostumbrado ya a este cuerpo, sin duda lo que encontraba más fascinante era tener sexo.
Naruto tampoco se quejaba.
Ambos acordaron no tener hijos hasta que Naruto cumpliera 18 años, no dijeron nada de no tener sexo, Naruto al tener [Ritual de energía inversa] y Makima al poder pasar su fatiga a alguien de Japón hacia que sus sesiones fueran largas y sobre todo muy ruidosas.
Makima no se quejaba ya que ella siempre iba a intentar poner a Naruto bajo su control, verlo debajo de ella retorciéndose de placer viéndole como su ama era una de sus metas, pero también sabía que era un sueño, algo que nunca cumpliría.
Además el placer por intentarlo no era un mal premio de consolación.
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Fin del capítulo.
Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.
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