La vida adulta siendo padre, viudo y empresario, sin duda era una soga al cuello que no cualquiera podría mantener teniendo en cuenta el montón de lacras en su contra. Un omega que lideraba más allá de un hogar destrozado a causa de la muerte de un esposo era algo de temer. No cualquiera era capaz de tolerar tal agonía.

Tras la pérdida de su alfa hace más de nueve meses, TaeHyung llevaba una vida solitaria en compañía de su cachorro. En su poder tenía el futuro de su hijo, en cada paso se reconstruía más rápido y aceleraba el proceso para encargarse de aquellos implicados en el proceso de destronarlo del lugar, que por ley, siempre merecerá, volviéndose un rival invencible para la oposición a su liderazgo.

JungKook es un joven estudiante como cualquier otro, un alfa que se convirtió en el padre de su propio hermano desde temprana edad. Carismático. Un completo As para ingeniárselas en dónde quiera que estuviera; mas, cuando es contratado como conductor y guardaespaldas personal por la glacial presencia de Jung TaeHyung, debe arreglárselas para mantener a raya el constante instinto de territorialidad ante su omega predestinado.

¿Qué clase de límites debía asegurar como desestabilizar para mínimamente obtener una reacción, no imparcial, de su guapo jefe?