Capítulo 5
—El emperador ha llegado al recinto—una voz fuerte de hombre sonó por todo el lugar empezando a crear muestras de afecto, aplausos, gritos, ovaciones que todo el pueblo plebeyo que había podido asistir a la ocasión le regalaba a la familia real y elizabeth solo pudo rodar los ojos incomoda. Mantenía a meliodas contra su pecho mientras esté observaba a todos con detenimiento, para la gente era solo un dragón de mascota, pero la dama de la princesa, la albina y él hada en su hombro sabían perfectamente que era más que solo eso. Podía sentir lo incomoda que la oji azul estaba pero no podía evitar preguntarse en porque
Para la albina era más que obvio, las miradas de todos alabandola ciegamente sólo por tener una corona y un traje caro en su cuerpo, solo por eso ya era lo mejor y todas las niñas querían ser como ella. Le entristeció ver lo superficiales que eran en la nobleza pero ahora estaba atrapada en esa máscara de interés frío hacia la gente que la quería como una muñequita de porcelana. Una vez terminado el recorrido se apartó de toda la gente esperando su turno mirando a la familia real seguir caminando hacia el trono en las afueras, ante esto meliodas gruñó
—¿Por qué no vas con ellos? —
—Me ordenaron solo caminar el primer tramo a su lado—añadió indiferente a la situación acariciando la espalda del animal
—¿Por qué? Tú también eres de la familia real y mereces estar ahí—elizabeth ignoro lo dicho y solo soltó una risa, meliodas hizo un puchero y miró con cierto recelo a el resto de la familia real caminar, no lo entendía, ¿por qué no la incluían? ¿Qué la hacía diferente? El pasado de la chica que lo mantenía en sus brazos sólo le intrigada más e incluso pensaba si hacía bien en confiar en ella...negó rápidamente, no, no confiaba en los humanos él no confiaba en esa niña arrogante, solo la utilizaba para conseguir comida para zeldris y divertirse un poco. Cada vez su resistencia iba cayendo más.
—¡Qué la competencia empiece! —el grito del emperador ya sentado en su elegante trono de oro despertó aún más los gritos de la multitud, el viento tenía un aroma a perfumes fuertes de los nobles y el aire era perforado por la velocidad de las flechas al ser disparadas. Muchas cosas a la vez como para que la pequeña bestia pudiera comprenderlo, su corazón latía con rapidez de la emoción. Había plebeyos que incluso estaba compitiendo por dinero y se apoyaban entre ellos, los nobles estaban en su propia competencia usando su posición para declararse a ciertas damas de la corte ganando el primer puesto.
—¡Mira meliodas están disparando! —señaló la pequeña hada a su lado señalando a varias personas disparando al aire, supo lo que hacían cuando un ganso cayó desde el cielo y el ganador lo tomaba de las patas con una sonrisa. El color se fue de su rostro, bajo un poco y luego se sostuvo la boca con asco, al parecer esa imagen lo dejó tramado—Que asco—pero el dragón no le estaba prestando atención, estaba fascinado, nunca había visto las armas desde cerca y aunque sabía que no le hacían nada de daño no podía evitar sentirse atraído por ellas, tan innovadoras, él sólo tenía su fuerza, su magia y sus garras para defenderse. Los humanos eran débiles y le costaba admitir que habían sido inteligentes al crear armas para fortalecerse, pero no era lo único que lo mantenía con la boca abierta y los ojos entrecerrados, estaba ella.
La albina se mantenía sería y distante a la mirada de las demás personas, alzaba el arma humana con una gracia que parecía estar bailando, estiró la cuerda con fuerza sosteniendo la firme y segura, pero meliodas podía leer bien su rostro y sintió unas fuertes ganas de abrazarla que reprimió con el orgullo que poseía. Estaba nerviosa y asustada, sus rodilla estaban juntas y eso lo hacía cuando tenía miedo, una gota de sudor frío cayó por su frente reflejando su nerviosismo, el aire hacia volar sus cabellos plateados de un lado a otro y aunque se veía realmente hermosa, él sabía perfectamente que no estaba cómoda
"Fiush"
Se escucho el deparó de la flecha de la princesa perforar el viento y luego clavarse justo en el blanco. Los aplausos tenues por parte de los nobles y gritos por parte de los plebeyos se escucharon de inmediato. La albina dejó su arco dando media vuelta, dio una reverencia hacia su público agradeciendo sus alabanzas y salió de ahí lo más rápido que podía para volver al fondo de el público
No se atrevía a voltear y ver a el emperador dedicándole esos fríos ojos grises y a sus hermanastro burlándose de ella, aunque no entendía la razón. Tomó a meliodas algo brusco abrazándolo para calmarse, dejó que king se levantará de su hombro para evitar sacudirlo y luego se alejo hasta estar cerca de él jardín real. Solo hasta ese momento se dejó caer en la sombra de un árbol suspirando
—Los humanos son tan crueles—habló el castaño cruzandose de brazos—Mataron a unos pobres gansos—
—Bueno, tal vez se convierta en la cena del joven cazador—
—La...cena—esta vez no pudo contenerse, se cubrió la boca con ambas manos, salió volando como alma que lleva el diablo hasta el arbusto más cercano y se inclino para regresar el alimento de su mañana, por suerte ambos niños no vieron eso pero alcanzaron a escuchar al ser mágico quejándose en bajo. Elizabeth no evitó reírse levemente, ese sonido sólo hizo que la cara de bobo en el niño se hiciera más notoria, era un sonido tan encantador y o puro, el aire a su alrededor se llenaba con su aroma de calidez y pureza acelerando su corazón. Era tan única, todos esos humanos tenían ambiciones y ella parecía sólo querer lo más simple, no aspiraba a nada, solo a vivir. Aclaro su garganta llamando la atención de la princesa
—¿Por qué los humanos hacen cosas como estas? —
—¿A qué te refieres? ¿A a hacer armas? —
—No, a disparar al blanco o matar animales—la albina se quedó en silencio analizando sus palabras en su joven mente y lo pensó, coloco su dedo índice en su barbilla haciendo una cara adorable
—Pues supongo que por diversión, meliodas—
—Pero es algo estúpido matar por matar, no hay ninguna guerra—
—Es como cuando juegas con ese juguete que chilla—el dragón sintió su cuerpo arder de la vergüenza y apartó la mirada, la ojiazul empezó a reírse por su infantil actitud haciéndolo sentir aún más miserable—Lo haces por diversión aunque a mi me parece un poco raro o tonto—
—Eso piensas porque aun no vez como juego con víctimas, juego mejor con mis presas que con ese tonto juguete—elizabeth le dedico una mirada incrédula que acabo con la resistencia del menor
—Aja—
—Es verdad, ¿sabias que nosotros usamos nuestras garras para despellejar a nuestras víctimas y partir las en pedazos? —intento verse imponente extendiendo sus alas negras, pero consiguió el efecto contrario pues elizabeth soltó una larga y sonora carcajada que lleno el silencioso viento y no se dio cuenta de las hojas verdes que caían en su pelo
—Palabras aterradoras para una voz tan bonita—
—¡Oye! —se quejo con un puchero y luego le dio la espalda desanimado—No para asustar sirvo—murmuró en bajo, la albina lo escucho por completo
—¿Qué dijiste? —intento hacer que lo vuelva a decir que este solo gruñó molesto
—Que no sirves para entender la grandeza de las bestias divinas—mintió de inmediato queriendo evitar el tema. Elizabeth se sintió mal en el acto así que dispuesta a hacerlo sentir mejor lo tomó entre sus brazos y empezó a caminar hacia el bosque. King los siguió desde cerca aún ligeramente consternado pero sin perderlos de vista—¿A donde vamos?—
—A ver los árboles—el animal se retorcio un poco
—¿Por qué? ¿Qué tienen de interesantes? —
—¿Prefieres ver la competencia? —el niño sólo bufo un poco
—¡No! Por favor la competencia ya no, king ya no quiere ver eso—habló el hada en primera persona sobre si mismo y contuvo su confundido estómago para no regresar jugos gástricos. Elizabeth lo tomó entre sus brazos para subirlo a su hombro y luego le dio un pequeño golpe en su cabeza
—Es verdad, es más interesante ver árboles que a humanos jugando—comentó orgulloso, elizabeth solo rodó los ojos acostumbrada a su actitud arrogante y siguió su camino. A decir verdad ella tampoco quería regresar a ver como estaban las cosas, las miradas sobre ella la aturdian.
—Esta bien, no volveremos, de todas formas nadie me extraña—añadió indiferente a su comentario, meliodas se quedó en silencio observandola. Su cabello ondeaba llamando la atención de las mariposas silvestres, su cuerpo era lo más brillante de entre colores e incluso las flores más bellas se pusieron celosas de su hermosura. Decidió ver hacia los árboles con tal de no llamar más a su mente confundida y frunció su ceño, no es que siempre estuviera de mal humor, solo que era su mente la que contradecía sus acciones y eso lo frustrada—¡Mira mel!—lo llamo en un grito—Esas hormigas están escalando el árbol—
—¿Y eso qué? —preguntó, no le encontraba algo especial a animales tan diminutos
—Esta regresando a su casa, el hogar es lo más importante—
—Hogar—pensó para sus adentros. Los pájaros salieron espantados de sus nidos, la pequeña hada se agachó al sentir algo viniendo hacia ella, meliodas escucho el silbido del viento advirtiéndoles cuando...
"Zaas"
—¡Kyaaaa! —cayó asustada al sentir húmeda su mejilla y luego un ardor en esta, abrazo fuerte a meliodas que se quedó estático mirando a su atacante. Una flecha le había cortado su perfecta piel ¿como se atrevían? Su corazón latió con fuerza de la rabia y sus pupilas se volvió una fina línea
—¡Jajajajaja! Miren quien está ahí—habló el niño de cabellos albinos y ojos rojos—Eres tu elizabeth—
—Ban...—murmuro, meliodas se aferro fuerte a la ropa de la susodicha clavando sus garras que luchaban por salir y se quedó temblando, estaba cayendo en una posesiva oscuridad
—Te ves tan andrajosa que te confundí con un animal—se rio a carcajadas. Los ojos azules de la princesa se llenaron de lágrimas peligrosas y mordió su labio, entonces el dragón la vio, sus bellos zarcos aguados por el miedo, no podía permitir que alguien osara hacerla sentir mal, se quedó pensando por segundos que parecieron minutos y la risa de aquel niño solía aumentaba su ira. ¿Por qué la protegía? ¿Por qué odiaba verla desanimada por sus idioteces? La respuesta era clara, él...él...—Awwww ¿quieres llorar? Jajaja ¡gyaaaaaa! —soltó un gran grito cuando el cachorro de dragón se le aventó encima, cayó al suelo molesto de ser ensuciado por un simple animal, pero todo cambió cuando en vez de tener un pequeño cuerpo sobre él, un pie lo estaba pisando con fuerza impidiéndole respirar, se quedó temblando debajo de él niño de mirada asesina, incluso había colmillo en su boca presionando su pecho—N-No me mates—
—Tú...—Soltó un gruñido de animal—¿Cómo te atreves? Sucio pedazo de...—apretó su puño sin dejar de mirar de forma fulminante al humano al ver la gema verde en su frente un pavor del infierno recorrió el cuerpo de Ban que solo empezó a temblar con miedo. Todos a su alrededor se ponía oscuro por la falta de aire, no podía desviar la mirada pues lo obligaba a verlo presionando su pie contra su cuerpo
—S-Sueltame—
—¿Cómo se atreve un insignificante humano como tú a tocar lo que es MÍO?—grito la última palabra con furia sin percatarse de la mirada anonadada de elizabeth y king. Parecía poseído por un demonio, sus ojos eran feroces con sed de sangre y solo parecía presionar aun más al albino de ojos camines—¿Sabes lo débiles que son ustedes los humanos? Les das con una flecha y se mueren—cambio su pie hasta presionar su cuello y entonces Ban pudo sentir a la muerte riéndose a su lado—Aún así decidiste dispararle una a elizabeth y arruinar su bello rostro—
—Meliodas...—
—¡N-No sabía que era elizabeth! ¡Kgh! —un suave risa tenebrosa salió de los labios del niño rubio que pareció burlarse de su excusa. Entonces elizabeth sintió algo de miedo, antes solía bromear con que era capaz de matarla pero sonaba tan adorable que no lo creía, su voz linda y dulce no era la que estaba usando con su hermano menor
—No sabias, claro, por supuesto, quizá no tenías idea—luego se hirguió haciendo ancha su sonrisa, se veía como un jodido psicópata, como un asesino admirando a una persona muerta. El albino entrecerro los ojos dejando de mover su cuerpo de forma violenta, empezaba a ver borroso y el aire abandonaba sus pulmones—¿Te digo algo? Yo tampoco se cuanta fuerza necesito para romperte el cuello ¿así es suficiente? —presionó escuchando un crujido y viendo las lágrimas de el de ojos rojos caer —¿O tal vez más? —
—¡Meliodas basta lo vas a matar! —grito desesperada la princesa poniéndose de pie y luego jalando al niño, sorpresiva mente su cuerpo era demasiado duro y no logró moverlo de su lugar. Gruñendo, el de ojos esmeralda dejó de presionar y vio como el príncipe empezó a toser sintiendo como la vida volvía a su cuerpo y miraba a la bestia divina con miedo. Aun lleno de enojo se agachó hasta quedar en el piso al lado del de ojos camines y acercó sus labios hasta su oreja. El viento soplo fuerte al mismo tiempo que su boca se movió y el aire de llevó el mensaje entre sus dedos impidiéndole a elizabeth escuchar
—Elizabeth me pertenece, un inteligente miembro de la familia real debe de entender eso ¿no? —
—¡S-Si! —sobo su cuello con dolor y se arrastró para alejarse del blondo
—¡No lo perdones meliodas! ¡Lastimó a elizabeth y también mató a un ganso! ¡Yo lo vi! —interrumpió king pidiendo que no perdonará la vida del príncipe pero al ver la cara tan espantada y pálida de elizabeth se retracto. Sus ojos temblaban sin saber que hacer, estaba temblando fuertemente y en su mente solo podía ver los días en el que el tabernero la golpeaba y pisaba. Meliodas había hecho lo mismo, había pisado a Ban como una inútil basura y aunque estaba molesta por dispararle, no podía permitir que alguien sufriera lo que ella sufrió
—Por favor—meliodas dirigió sus hermosos ojos verdes a ella y abrió sus labios sorprendido al ver como derramaba lágrimas, se sintió tan miserable al saber que él era el que las había causado y se acercó hasta acariciar su mejilla sana, seguía sangrando, no podía verla de esa forma y saber que era el culpable de eso—Por favor ya no le hagas daño...por favor, no en mi presencia—
—¿Tienes miedo? ¿Quieres que pare? —elizabeth asintió con la cabeza aun entumida por el pavor. Inhalo fuerte para controlarse, limpio sus lágrimas y luego se dio media vuelta, al ver eso Ban abrió sus ojos sorprendido y la vio partir hacia la puerta del interior del castillo
—Solo golpealo donde no se vean sus moretones, no quiero estar presente cuando lo hagas—alcanzo a pronunciar sin que su voz se rompiera. Tenía miedo por los recuerdos, tenía miedo por ver la sed sanguinaria en esos ojos adorables, había desconocido a su querido amigo y sintió miedo al pensar que Ban había muerto. No quería más problemas en su espalda
Meliodas le dedico una última mirada al príncipe que se encontraba rezando internamente porque no lo tocará, se burló de lo patético que se veía y empezó a caminar para acompañar de cerca a la princesa.
—Oye príncipe, si decides vengarte de ellie por lo que paso hoy, ese será tu último día en este planeta ¿entendido? —
Ban se quedó ahí en el suelo, el miedo de casi morir lo tenía tan consternado como para poder moverse y se arrepentía de cada humillación que le había hecho a elizabeth desde el día en que llegó. Ahora tenía miedo de volver a hacerlo y se prometió a sí mismo respetar su sangre sucia de plebeya si es que apreciaba su vida.
*
Los papales se habían invertido, el blondo limpiaba la sangre que brotaba de la mejilla de la albina con unos ojos concentrados y una cara que no demostraba emoción alguna, acariciaba su piel con delicadeza sintiendo su suavidad. Elizabeth estaba sonrojada, la calidez y suavidad con la que la estaba tratando nunca la había mostrado antes ¿Cómo es posible que como dragón tuviera una personalidad y como humano otra? Orgulloso, despreocupado e infantil como animal, pero sereno, misterioso, atrevido y vanidoso como humano. Era extraño, pero de alguna forma le encantaba
—Ya—murmuró al ver que ya no sangraba, retiro el pañuelo pintado de rojo y lo deposito sobre la mesa. Se quedaron en un silencio tenso durante varios minutos, el sonido el tintineo de las alas del hada era lo único que llenaba el espacio e incluso el color rosado en las paredes de su cuarto no podían alegrarla
—Se que estuvo mal lo que hizo—elizabeth rompió el silencio y aunque meliodas no la miró sabía que estaba escuchando—Pero no era tan grave como para matarlo, estuvo bien que le dieras una lección pero...—se quedó callada sin saber que más decir, para ese momento el blondo ya la estaba observando con la misma cara insensible. El de ojos jade suspiro un poco y se acercó hasta ella, sus caras estaban tan cerca que sus respiraciones se juntaron durante unos segundos, meliodas desvío sus ojos hasta su mejilla lastimada y luego sacó su lengua para darle un pequeño lengüetaso, luego la beso una, dos, tres veces y cuando pudo ver su cara de sorpresa y nerviosismo soltó una pequeña risa. Al fin su cara cambió y la dulzura que vio en sus ojos aceleró el pequeño corazón de la princesa
—No me tengas miedo ellie, soy tu linda pequeña bestia ¿no? —asintió incapaz de formar palabra
—T-Te veías genial amenazando a Ban, pero fue mucha violencia para mis ojos—desvío la mirada de aquellos esmeralda penetrantes que no parpadearon en ningún momento. El miento que sacudió sus cabellos supo de dónde provenía y en un momento ya tuvo a el pequeño dragón sobre su regazo hecho bolita
—Soy muy bueno en esas cosas, la próxima vez lo haré mejor—elizabeth palidecio y tembló un poco, no quería estar presente y si es que podía evitar que Ban y meliodas se vieran lo haría—He peleado con muchas bestias divinas, aunque nunca con un humano—empezó a acariciar la espalda del animal que mantenía sus ojos cerrados descansando, no fue hasta que su estómago gruño y esté abrió sus ojos con pereza —Ellie, tengo hambre—
—Vayamos a comer entonces—sonrió, tal vez podría pedirle al cocinero que le hiciera algo a ella en lo que los demás estaban en la competencia de tiro con arco
*
Ufff meliodas descubrió algo ¿que sera? 🤔 Lo vimos molesto, Ban aprendió la lección, pero no se quedara de brazos cruzados 0_0
Es todo lo que puedo decir. Si tienen alguna duda sobre la historia o algo más pueden preguntarmelo
Disculpen faltas de ortografía, ¿que les pareció? ¿Les gustó? Espero que si, trataré de escribir el otro capítulo pronto pero con mi tarea pues ya veré jaja ✨^^
Sin más que decir los dejo con una imagen de regalo y nos veremos en otro capítulo ✨💕
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