Capítulo 14
*Un día antes*
El pequeño albina se mantenía en una posición de firmes con la mirada perdida en la pared y una gota de sudor cayendo por su frente. Su madre lo miraba con clara desaprobación soltando un suspiro.
—Eres un príncipe Ban, debes aprender a controlar tus emociones—sus palabras se repitieron en su cabeza durante unos segundos eso ya lo sabía, so mostrar emociones, ser frío y calculador siempre—¿Cómo vas a gobernar el imperio con un carácter tan voluble? —finalmente agachó su cabeza incapaz de responder a eso. Sabía que estuvo mal su arranque de emociones, pero no pudo evitarlo cuando esos hipócritas sólo intentaban hacerlo menos.
*Flashback*
La mesa se mantenía en silencio, había aceptado ir a tomar el té a la casa del duque Erzengel. Su hijo ya se había marchado, pero su padre seguía ahí para hacer negocios con su familia. Llevó la taza de porcelana hasta sus labios para darle una trago hondo y luego suspirar
—Por cierto, duque—en hombre joven volteo a ver a su empleada que tenía una sonrisa sospechosa en el rostro, tanto el emperador como Ban la miraron también—El otro día escuché a su hijo hablar lionesio antiguo, lo domina muy bien—Ban se mantuvo tenso en su lugar y mordió su labio. El duque soltó un risa llena de júbilo y le siguió el juego a la joven mujer
—Es muy amable, no tiene nada de especial. Me apena un poco que se le alabe por algo tan trivial—miró de reojo a Ban que seguía sereno e indiferente a la situación—Es decir, el lionesio antiguo es un talento esencial ¿no crees? —el albino no pudo pasar eso por alto, contuvo la respiración buscando su auto control lo mejor que podía, pero el sentimiento del enojo sólo nublaba su mente impidiéndole pensar. Apretó con fuerza su taza de té
—Por supuesto—respondió la mujer—¿Un noble que no comprende algo tan rudimentario como el lionesio antiguo? Más bien en es un plebeyo—frunció su ceño incapaz de seguir escuchando. No sólo estaban hablando de él, estaban hablando de elizabeth y diciéndole de manera indirecta a su padre que ya sabían que la princesa bastarda era una plebeya y que él no comprendía bien el lionesio antiguo
—Ustedes—murmuró con el tono suficiente para ser escuchado—¡Tontos insolentes! —¡Fiush! De un momento al otro el te caliente en el recipiente de porcelana fue directo hacia la cara del duque que se quejo por ser quemado y al vestido de la empleada terminó mojado mientras ella se alejaba en un grito. El lugar se quedó en un silencio tenso mientras el emperador, la mujer y el aun ligeramente quemado duque miraban incrédulos al príncipe molesto.
* fin flashback*
—¡Ellos sabían que no domino el lionesio antiguo con fluidez y a propósito mencionaron al Marqués estarossa para humillarme! —exclamó sin mencionar la parte de que también habían hablado indirectamente de elizabeth, si le decía que había defendido también el honor de su hermanastra entonces ella se iba a molestar aún más—Si lo hicieron por ignorantes, se merecían una lección. ¡Y si fue adrede, con mayor razón tenía un motivo para castigarlos! —la mujer de cabellos rojos solo soltó un suspiro cansada de esa conversación que consideraba estúpida, se sobo la sien para calmar su jaqueca y miro a su hijo
—Aún así el príncipe de un imperio no debería de reaccionar arrojando el té como cualquier plebeyo—Ban agachó la cabeza regañado y molesto—Dedica un tiempo hoy para reflexionar sobre tus acciones—no tenía otra opción más que acatar órdenes
—Si madre—
*
—Umpff—bufo pateando una roca que se puso en su camino. Nunca antes en su vida estuvo tan molesto como en esos momentos, claro que estaba acostumbrado a eso, pero odiaba que lo compararan y lo hicieran sentir inferior. Entendía a elizabeth sobre cómo se sentía en su día a día—Esos turbios nobles. Me adulan con palabras huecas a la cara, pero se burlan de mi y me ridiculizan a mis espaldas— tomó la misma roca una vez que la alcanzó, la miró con ira en sus hermosos ojos color sangre y la lanzó con fuerza dejando que se fuera lejos de él—¡Despreciables y asquerosos granujas! —
—Escuche que pediste cambiarte a otro palacio—una voz que no era la de su mente llegó hasta sus oídos, una las suave y dulce que no escuchaba mucho, pero que le causaba una gran curiosidad. Se asomo por la pared para poder ver y escuchar mejor confirmando que sus sospechas eran ciertas. Era la da de compañía de elizabeth, elaine fairy—No lo comprendo, ¿pasó algo?. Clara, la princesa ha sido muy amable contigo—la otra mujer desvío la mirada incapaz de luchar contra los ámbar de la rubia—¿Recuerdas cuando rompiste su taza favorita? No te regaño como lo habrían hecho los otros dos príncipes, además, siempre te da dulces para que se los lleves a tus hermanos menores. Ban entrecerro los ojos cruzandose de brazos
—Ya entiendo lo que pasa— se meto nuevamente en su cabeza— Los sirvientes se clasifican según la posición de la persona para la que trabajan. Si tomamos en cuenta la posición de Elizabeth en la familia real, es lógico que la doncella quiera trabajar en otro sitio—solo miro como la mujer de cabellos cafés se dio media vuelta ignorando a elaine que la miró desilusionada
—Lo siento, pero ya lo decidí señorita fairy y le recomendaría pedir un cambio también—y se fue dejando a la rubia sola con su cara llena de tristeza. El albino al ver la conversación terminada solo pudo darse media vuelta también yéndose por la misma dirección por la que había venido
—Los sirvientes son igual a los nobles, solo están contigo para aprovecharse de ti y te traicionan cuando ya no pueden sacarte más provecho—
—¿Por qué? —se dio media vuelta al escuchar un sollozo suave y sintió su corazón quebrarse al ver a la niña soltando lágrimas amargas por la desilusión que acababa de vivir. Siguiendo con su máscara de príncipe excepcional decidió ignorar su llanto incapaz de comprenderla
¿Acaso no se daba cuenta que la anomalía era ella? ¿Cómo es que podía seguir siendo leal a su hermana que no tenía poder político ni autoridad?
*
En la comida real Ban levantó su mirada sin dejar de masticar la carne perfectamente cocinada del cocinero mirando fijamente a la dirección de la albina de ojos azules. Siempre tan neutra y delicada al momento de mostrarse en público, siempre cubriendo con maquillaje sus ojeras y esa extraña marca de nacimiento con la que había nacido. Esa espiral...ese sol negro en el área de su cuello le causó escalofrío cuando la vio y no podía olvidar lo que la juzgo al verla. Sus ojos carmines se desviaron hacia su lado derecho mirando a la bella niña de cabellos rubios detrás de Elizabeth. No evitó pensar nuevamente en ella.
Elaine fairy, dama de compañía de la princesa rechazada, hija de la decadente familia fairy. Lo único que puede ofrecerle a Elizabeth era su integridad, lealtad.
Ban suspiro al notar como esos ojos mieles y puros se habían alzado hasta verlo, había captado su mirada y la había respondido con confusión
—Tiene una cara bonita—al darse cuenta de lo que estaba pensando solo desvío la mirada con un rubor furioso sobre sus mejillas y comió con más rapidez creando un sonido fuerte cada que sus cubiertos chocaban contra el plato de vidrio—¿¡En que estoy pensando!?—
Por su parte, elaine sólo soltó un pequeña risa al notar su acción y ver sus mejillas coloradas. No entendía porque la miraba ni el porque se había puesto tan desesperado cuando ella descubrió su mirada roja sobre su cara, pero le pareció divertido viniendo de alguien tan poderoso como el príncipe heredero al trono.
*
Suspiro por quinta vez consecutiva mirando al techo, ya estaba con su pijama, estaba recostado en su suave cama, la luz de la luna y las estrellas era lo único que iluminaba su alcoba, pero aún así no podía conciliar el sueño. Su mente seguía trabajando sin descanso en la bella niña que siempre acompañaba a su hermana mayor
—Se mueve con una gracia sutil, siempre tiene una sonrisa dulce en sus labios, la forma en la que baja la mirada cuando se dirige a mí, el príncipe—suspiró por sexta vez si entiendo sus pómulos calientes como si estuviera bajo un sol ardiente de verano—Elaine fairy— Cerro su puño sobre su camisa a la altura de su corazón sintiendo ese mismo órgano palpitando con velocidad con sólo pensar y visualizar a la niña. Al darse cuenta de todo eso se levantó con rapidez de la cama y empezó a dar vueltas por la oscura habitación haciendo una rabieta como la de un bebé—¡Maldición! No puedo estar con alguien como ella. ¡No puedo enamorarme de ella! —jalo sus cabellos albinos con desesperación y se acercó hasta la ventana, la abrió de golpe dejando que el aire fresco limpiará su mente confundida y le diera un poco de paz.
Se puso a pensar en voz alta sin importarle si alguien pasaba y escuchaba
—Ya estoy bajo la amenaza constante de liz, es obvio que quiere convertirse en emperatriz—golpeó el borde de la ventana y chillo por el dolor, no había pensado en que era tan débil como para que le doliera eso—Tengo que estas con alguien que tenga poder y la influencia que me ayuden a asegurar el trono—volvió a su cama un poco más tranquilo y con su mano punzando y se recostó desanimado—Después de todo, para la realeza el matrimonio es solo una carta para sacar en la mesa de negociación—
* actualidad*
Olvidando el tema de que la princesa iba a besar la mejilla de la bestia y tratando de ignorar su mirada verde que pedía a gritos una repuesta, la bella rubia chocó las palmas de sus manos llamando la atención de todos y abrió su boca con gran emoción en su expresión
—Oí que pronto habrá una competencia de equitación — afirmó, el aun manchado de glaseado king se sentó sobre la cabeza de elaine que quedó ligeramente embarrada de betún rosa, lejos de molestarse sólo soltó una risilla
—¿Qué es equitación? —preguntó
—¿Una competencia? —preguntó la princesa. Elaine se quedó estática con su sonrisa aún en su cara, al parecer ni la princesa sabía de aquella competencia. Decidió primero contestarle a la hada que seguía pensativa
—La equitación es el "arte" de saber controlar a los caballos, sus modos de manejarlo y sus formas de cuidados. La competencia será ver quienes llegan primero a la meta, quienes hacen los mejores trucos y quienes tienen a los mejores caballos—
—Oh—el haza movió sus alas levemente para que estas se limpiaran del betún y le permitieran volar con normalidad
—¿Te gusta montar a caballo princesa? —la albina lo dudo un poco y bajo la mirada, meliodas se acercó más a ella al ver esa expresión
—No estoy segura, nunca lo he hecho así que...—el resto de su frase no fue necesario que la dijera para aclararlo.
—Hay un lugar aquí cerca donde se práctica, ¿quiere ir a verlo? —los ojos de la princesa mayor brillaron con fuerza, asintió varias veces poniéndose de pie y empezó a doblar el mantel para que todo quedara en orden. Elaine la siguió guardando los pastelillos que quedaban para cambiarse de lugar y meliodas paso a su forma animal para seguirlas desde el aire y no tener que caminar, seguía algo adormilado por su larga siesta que se le hacía más fácil volar que tener que mover sus piernas.
*
Ban hacia que su cabaño se moviera con lentitud, estaba disfrutando un poco de la pista que no estaba llena de caballos y lo ayudaba a pensar. Su mente se seguía proyectando a el día anterior en el que no había dejado de pensar en la dama de compañía de su hermana
—¡Guau! —
—¿Eh? —se volteo al escuchar gritos femeninos, casi pierde el control de su animal cuando vio esa cabellera rubia con una mancha rosada arriba viéndolo a él y a todo el lugar. No sólo estaba ella, estaba su hermana y esa bestia divina que acababa de aterrizar a su lado. Se volteo sonrojado sintiendo esa mirada amarilla sobre él—¿Qué hace aquí? —murmuró incapaz de saber si se acercaba a saludar o si fingía no haberlas visto
—La gente se va tan elegante cuando va a caballo—habló la rubiecita
—Es verdad —le siguió la princesa. Dejó de prestarle atención a su aliga cuando escucho un gruñido de alguien que siempre estaba de mal humor, vio como meliodas tenía su ceño fruncido y su cuerpo escamudo estaba tenso
—¿Qué tiene de increíble? No es nada especial—las risas de todos se vieron venir cuando terminó de decir aquello. Rápidamente la rubia salió a defender aquel deporte sin dejar de ser amable y sin dejar su sonrisa de lado
—¿De verdad piensas eso? En realidad es muy especial y elegante—
—¿Eso te impresiona? Solo te subes al lomo de un caballo y lo lastimas para que corra rápido—elaine se quedó callada, bueno, viéndolo de ese lado si que no era tan impresionante como se veía nada más.
Reaccionó cuando el dragón se alzó en el aire una vez más la miró fijamente, sus miradas esmeralda y ámbar chocaron durante segundos que se les hicieron eternos y tras volver a la realidad había un brillo en el de ambos. Elizabeth sintió su pecho doler y desvío la mirada
—¿Quieres ver algo impresionante? Mira esto—y sin previo aviso empezó a dar vueltas en el aire, soltaba fuego por el hocico creando un aro de fuego y luego pasaba en medio de este mismo. La rubia le aplaudió sin poder evitar la risa que surgía desde su garganta y el sentimiento más honesto sin fingir nada—¿Ves? Moverte con alas es mucho más impresionante que en cuatro patas—
—Tienes razón meliodas, eres muy impresionante—Elaine lo halago, viéndose complacido meliodas volvió al sueño con el ego subido y más energía que con la que había llegado a aquel lugar tan grande y lleno de cosas para entrenar
—Claro que lo soy—elizabeth se quedó seria ante esto, había sido divertido claro que se había reído, sin embargo no podía soportar lo que sentía. ¿Qué era? ¿Acaso eran celos? ¿Cómo podía ser posible? Meliodas era su mejor amigo u era digno de una princesa compartir, ella se sentía feliz de que elaine y king se llevarán bien con su querida bestia divina, pero...
Suspiro
—Meliodas quiere impresionar a elaine de verdad...— pensó desanimada al ver cómo estos dos seguían platicando animadamente ignorandola, desvío sus ojos hasta la cola escamuda de el blondo. Se movía de un lado a otro demostrando su emoción y felicidad, ¿por qué con ella no se movía así? ¿Por qué cuando lo abrazaba la empujaba? ¿Por qué a ella no trataba de impresionarla de esa forma? Negó varias veces. No quería ser envidiosa, no quería ser celosa con alguien que solo era su mejor amigo, no quería ser como liz y toda la bola de nobles que creían tener posesión sobre todo. Ignoro su mente confundida como un nudo que no se deshacía por más que jalaba de sus hebras y sonrió al notar la mirada de meliodas y king en ella, la pequeña hada había leído cada pensamiento en su mente, pero por su sonrisa cálida de apoyo y su discreción sabía que no iba a decir nada.
—Vamonos de aquí, les puedo enseñar más trucos en la habitación de ellie—habló el de ojos esmeralda volviendo a volar para quedar a la altura de ambas féminas que lo observaron. Las amigas se miraron indecisas y nuevamente fue elaine quien abrió su boca para objetar
—Buen, vinimos aquí ya que la princesa quería ver si podía practicar equitación ¿no? —luego volteo a ver a la albina nuevamente que le sostuvo la mirada. Sus ojos azules estaban un poco opacos, su piel pálida sin el rubor característico de ella, pero pese a eso sus labios estaban curveados en una sonrisa sencilla y natural que resaltaba la belleza de una princesa de cuentos. Decidió ignorarlo, tal vez se sentía un poco mal, tal vez le tenía miedo a los caballos y por eso estaba así de pálida o tal vez simplemente estaba cansada y quería ir a descansar. Lo más amable que podía hacer era preguntarle y no tomar decisiones por ella—¿Desea irse a su alcoba lady elizabeth o prefiere quedarse? —la princesa lo pensó un poco depositando su dedo índice sobre su mentón
—Pues...—
—¡¡¡Aaarghhh!!! —el grito en la lejanía fue suficiente para que ambas mujeres se pudieran tensas y elizabeth fuera incapaz de tomar una decisión. Se miraron una vez y tomaron una decisión en silencio como si se comunicaran telepáticamente, salieron corriendo dejando a meliodas ahí que las siguió de cerca.
*
El banleine, los celos, meliodas con sentimientos hacia elaine...o tal vez no *_*✨
¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Espero que si, lamento la tardanza mis días han sido algo confusos y atareados jaja ^^❤️
En otras cosas. ¡Ya estamos muy cerca de que sean adultos! \*w*/!!
Sin más que decir nos veremos en Belle🌹 o en meliodas
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