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Las miradas llenas de curiosidad de los habitantes japoneses, no tardaron en posarse sobre el lujoso carruaje que se hacía paso entre la multitud, mientras se escuchaba a la gente murmurar al reconocer el escudo de la nación coreana.

Dentro de este medio de transporte que solo la realeza o la nobleza podrían utilizar, se encontraba el rey Min, quien había aceptado la propuesta del emperador una semana después de que llegara la carta y que se diera el debido tiempo de analizarla.

Si bien aquel trozo de papel no decía el motivo en específico por el cual se reunirían, Yoongi ya tenía una noción de lo que se avecinaba. Por supuesto, nada bueno.

El viaje había sido largo y pesado, pero finalmente estaba siendo recibido en las afueras del palacio real, mientras que sus guardias lo ayudaban a descender del carruaje.

Sus manos se juntaron a la altura de su abdomen y fueron rápidamente cubiertas por las largas mangas de su hanbok*; su porte era elegante e imponente, aquellos que dirigían su mirada hacia él, quedaban estupefactos ante lo que veían sus ojos. Ese no podía ser el dichoso rey de Corea.

Nada contrastaba con los rumores que existían sobre Min Yoongi.

Según historias, decían que su personalidad era tan fría como su semblante, siendo catalogado como un arrogante y alguien que infundia miedo con su sola presencia. Además, las historias que se contaban no le hacían honor a la cicatriz que se extendía por su ojo derecho, era simplemente impresionante verlo en persona; y su cabello rubio, tan extraño como hermoso, parecía brillar con la luz del sol en su máximo esplendor.

— Bienvenido sea, joven Min -expresó el emperador con falsa alegría, mientras terminaba de bajar los escalones que daban entrada al palacio- Es un gran honor para mí poder recibirle en mi humilde morada

— Me encantaría evitar el dramatismo inicial e ir al grano, ¿A qué debo el motivo de su llamado? -preguntó directo, sin detenerse a pensar bien en sus palabras, tomando por sorpresa al hombre mayor frente a él, quien al instante sonrió relajado, tomando una posición más firme que antes-

— Veo que es un rey bastante directo y en cierto punto lo agradezco, así me evita muchas cosas -murmuró lo suficientemente alto como para que solo Yoongi pudiese escucharlo- Sígame, necesito hablar con usted en un lugar más privado

Ante su petición, el rey no tuvo más opción que asentir, si quería terminar con esa visita pronto, lo mejor sería comenzar a hablar seriamente desde el principio. Ambos gobernantes caminaron a través de los jardines del palacio, al parecer la oficina de trabajo del emperador estaba en una parte bastante escondida.

— Es una lastima no poder darle el recorrido que se merece, pero supongo que tiene algo de prisa, ¿No es así? -preguntó aquel hombre, mientras miraba por sobre su hombro, ya que iba unos pasos adelante de Yoongi, guiandolo-

Min estaba apunto de responder de mala gana, pero algo o más bien alguien robó su total atención.

A lo lejos en el jardín, un poco apartado de todos, se podía ver a un chico de cabellos negros, sentado a la orilla de una pequeña fuente, mientras leía un libro de contenido extraño que en ese momento era lo que menos llamaba la atención del rey, quien admiraba la belleza inigualable que poseía aquel muchacho.

— ¿Quién es él? -la pregunta salió sin detenerse, como si su cerebro se hubiese encargado de formular aquel cuestionamiento, debido a la intriga que lo invadió de repente-

— Oh, ¿Dónde están mis modales? -murmuró para si mismo, volteandose para mirar en dirección del misterioso chico, por el que moría saber su nombre- ¡Seokjin, ven aquí, hijo mío!

El llamado fue atendido de inmediato por el joven japonés, cerrando su libro y llevándolo hacia su pecho, se acercó hacia ellos, irradiando belleza por dónde le mirasen. Su cuerpo era de ensueño y sus rasgos faciales se veían aún más perfectos cuando se le tenía cerca, Yoongi agradecía poder tener esa oportunidad, ya que la sonrisa que le dedicó fue una de las más hermosas que había visto en su corta vida.

— Él es mi hijo, mi único heredero, mi orgullo -expresó el emperador, viéndose tan vulnerable cuando se trataba de su hijo, le miraba con un cariño paternal que Min no terminaba por entender, ya que su padre rara vez le dirigía siquiera la palabra- Seokjin, él es Min Yoongi, el rey del que todos hablan

El semblante de Jin se tornó en uno lleno de sorpresa y rápidamente se inclinó, haciendo una cordial reverencia, sintiéndose avergonzado por no haberlo hecho antes.

— Lo lamento, no lo sabía, le pido que perdone mi falta tan grande de respeto -habló el príncipe por primera vez, haciendo que el cuerpo del rey reaccionara ante la armoniosa voz que poseía el chico, ¿Acaso había algo que no tuviera? Parecía un ser perfecto en todos los ámbitos-

— No hay porque disculparse, es normal que por estos rumbos nadie conozca mi apariencia -respondió calmado, sin dejar de apreciar las tiernas reacciones que el rostro de Jin demostraba cada vez que hablaba-

Con discreción, el príncipe admiraba las delicadas facciones que el rey tenía, nunca había visto a un habitante coreano y ciertamente le sorprendía el hecho de que no eran tan diferentes como solían pintarlos en los libros de su biblioteca, tenían tantos rasgos en común, pero a la vez eran tan distintos. Eso emocionó al joven japonés y apenas pudo ocultar el sonrojo en sus mejillas cuando fue descubierto observándolo.

Sus ojos conectaron con aquellos más profundos, pero a la vez tan hermosos y atrayentes; ambos se dedicaron una pequeña sonrisa, antes de tener que despedirse para que el emperador siguiera guiandolos hacia su oficina. 

Mientras tanto, Yoongi solo podía pensar en que al fin y al cabo su visita no fue en vano, había obtenido un valioso dato y conocido a la persona correcta en el momento correcto.

Tal vez las cosas no saldrían del todo mal si alguien como Seokjin estaba en el centro.










Hanbok: Es el vestido tradicional coreano. A menudo, se caracteriza por tener colores llamativos y ser de líneas simples sin bolsillos.

¡Por fin apareció Jinnie!

La verdad solo tengo que decir que aún están a tiempo de retirarse de la historia si es que hasta este punto algo les ha parecido incómodo, ya que se vienen cosas peores.

Ah, espero que no se vayan, pero aún así no puedo obligar a nadie a leer algo que puede ser bastante cruel; las cosas no comienzan en el siguiente capítulo, pero si será como el boom para empezar con el verdadero drama.

Vuelvo a repetir que lean bajo su propia responsabilidad. Disfruten este pequeño maratón y una disculpa por los posibles errores ortográficos. Lxs amo 💖

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