Capitulo 9

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Abriéndose paso entre las personas y arrastrando una maleta, llegaba un apuesto peli-gris al aeropuerto de Konoha, con un solo propósito en mente. Conocer a la mujer con la que se comprometió muchos años atrás. Sus parientes, lo trataron de persuadir, para que no viajara, argumentando, que ese compromiso carecía de validez. No los quizo escuchar, no tenían derecho a decirle que hacer y que no, así que arreglo sus pertenencias para buscarla y darle el anillo. Ya había preparado todo para ella y no estaba dispuesto a ser rechazado, no después de haberse enamorado desde que la miró en esas fotografías. Luego la buscó en las redes sociales y aunque ella tenía algunas, no era muy activa pero con lo poco que veía, quedo mas y más prendado.

Atesoró el día, de su encuentro, como un sueño en el que juntos serían felices. Quería que ella lo tratara, estaba seguro que al conocerlo, se iría enamorando del mismo modo que se enamoró el. Sin embargo, no se confió en que todo sería tan fácil, por ese motivo, hizo todos los arreglos correspondientes, para instalarse en esa ciudad, hasta lograr su objetivo. Compro un apartamento y continuaría trabajando en las empresas familiares, para tener mucho que ofrecerle.

—¿A donde lo llevó señor?—preguntó el taxista, que lo esperaba saliendo del aeropuerto.

—A la agencia de vehículos mas cercana—el taxista asintió y después de subir su maleta se dirigieron al lugar acordado. Si pensaba quedarse en la cuidad, necesitaba un auto para desplazarse de un lugar a otro. Una vez se instalará, se pondría en contacto con Hiashi Hyuga, su futuro suegro, para acordar una reunión—Pronto princesa...pronto nos veremos—murmuro en voz baja, mientras el coche, avanzaba entre las concurridas avenidas.


[...]

Tobirama, miraba a la niña, dormida acurrucada en su pecho y no pudo evitar sonreír. La había cansado, después de hacer el amor dos veces en esa noche. Hacia tanto tiempo, que nadie se quedaba con el en esa habitación y ni hablar de la cama, la cual sólo uso el, puesto que la otra en donde durmió con esa traidora, la desechó, para no recordar el lugar donde lo engañó con su amante.

Dejando los amargos recuerdos en el pasado, la apego mas a el y le dio un beso en la frente. Hinata logró derrumbar sus barreras y ahora quería tenerla con el de esa manera todos los días. Con solo pensar en esa idea, su corazón latía con fuerza y su hombría se elevaba de nueva cuenta, pero tampoco quería despertarla para otra ronda, dado que era su primera noche, conociendo los placeres carnales y debía estar adolorida, ya tendría más oportunidades para enseñarle todo.

...

La morena abrió los ojos lentamente y se quedó perdida, por un momento, sin saber donde estaba. Los rayos del sol anunciaban la llegada de un nuevo día y claramente aprecio, que no dormía en su cama. Los brazos del Senju la mantenían pegada a el posesivamente, sin darle la oportunidad de escapar. Luego recordó todo y entró en pánico. Se había quedado a dormir en otra parte y no en su hogar ¿como pudo ser tan descuidada? ¿Ahora que le iba decir a Hanabi? Por lo menos, su padre y Neji no se encontraban en la cuidad, pero de todos modos eso no era correcto. Miró el dorso desnudó de Tobirama, para luego observarlo todo por completo. Su corazón latía desenfrenado, al saberse entre sus brazos. Todavía no podía creer, que hubieran terminado juntos, el era tan perfecto, tan apuesto y la hacía sentir segura.

Trató de deshacer el abrazo, para levantarse y vestirse, pero los brazos que la mantenían pegada a el, la apretaron mas—¿A donde quieres ir?—le pregunto el Senju, con la voz ronca.

—Y-yo...bueno, yo debo irme—le aclaro sonrojada, al sentir la hombría de su amado, entre sus muslos.

—Ni tu padre, ni Neji, se encuentran en la cuidad, así que no tienes de que preocuparte—la beso en la coronilla con cariño.

—Pero, Hanabi, debe estar preocupada—agregó tratando de conservar la calma, por las sensaciones que empezaba a sentir.

—De sobra sabes, que esa chiquilla rebelde, durmió con el Uchiha, de lo contrario, ya te hubiera llamado y hasta me atrevo a pensar, que lo llevó a dormir en tu casa—en el tiempo que llevaba saliendo con Hinata, pudo conocer a la hermana menor en las ocasiones, en que la visitaba en la academia, o bien, cuando su misma niña, le hablaba de ella y se dio cuenta, que los caracteres entre ambas, era totalmente opuestos. La mocosa le agradaba, aunque no lo admitiera. Ella hacía, lo que le venía en gana, con el Uchiha y no tenía miedo a las represalias del patriarca Hyuga, todo lo opuesto, con su delicada princesa, la cual no era capaz de lastimar a nadie con su comportamiento.

—Hanabi, no sería capaz de...—se quedó callada, sabiendo que Tobirama, tenía razón. Su hermanita, posiblemente llevó a Sasuke con ella a la mansión Hyuga, sin importarle quien se enterara y para estas horas, todavía debían estar durmiendo en la habitación.

—Lo ves, no tienes que irte todavía...Es mas, quedemos aquí todo el día—Hinata se sonrojó, por la sugerencia.

Tobirama, se colocó encima de ella y comenzó a restregarle su endurecida ereccion, para que sintiera la forma en que lo dejaba. Después de todo, no pensaba desaprovechar, la oportunidad de tenerla desnuda sin poseerla, de diferentes maneras , tal y como deseo por tanto tiempo.

—Yo, debo preparar el desayuno y quizás, lo piense—trató de levantarse, pero el Senju se llevó uno de los senos a la boca, logrando que un gemido saliera de su boca.

—Se mía otra vez y después, lo prepararemos juntos—de una sola embestida, el albino se introdujo dentro de la ojiperla, comenzando un frenético vaivén entre ambos. Continuó del mismo modo, por unos mínimos, hasta que giró con ella, dejándola arriba de el, para enseñarle esa posición. Su diosa se movía ayudada por el, haciendo que los tentadores senos, también hicieran lo mismo, convirtiendo la imagen, de esa mujer, en la más sensual y seductora, que hubiera visto en su vida.

El Senju no aguantó mirar tanta tentación y se incorporó para poder besar, chupar y tocar toda esa zona, que lo estaba enloqueciendo. Aun con uno de los rosados botones en su boca, la ayudó a moverse mas y mas rápido, según se intensificaban los gemidos de su mujer.

Ella permaneció en el mas grande éxtasis en que hubiera podido imaginar. Tobirama era tan intenso y verlo con el ceño fruncido, tratando de contener algo, la puso mas exitada. Sus miradas se encontraron y el albino la beso en los labios, con mucho deseo. Hinata lo abrazó más hacia ella, sintiendo su interior apretarse, al rededor del pene.

La sensación en su vientre, la hizo abandonar los labios masculinos, para aferrarse mas a los plateados cabellos y fuertes hombros del Senju...Echando la cabeza hacia atrás, llego a su límite, soltando lágrimas, acompañadas de un sonoro gemido.

Tobirama sintió que el orgazmo de Hinata estaba por llegar y eso le bastó, para también el liberar el suyo, junto con ella. Para la ojiperla, los varoniles jadeos de su novio, eran lo mas sexy que pudiera haber escuchado, eso era como un catalizador, para no contener todas las emociones, que se formaban en su interior ¿que tenía ese hombre que lograba ponerla así, con tan solo su voz? Eso sin contar la imponente y seductora anatomía y la forma en la la veía. Todo el era perfecto, su forma de ser,  de tratarla, todos esos detalles, lograron enamorarla.

Para el, no era diferente, pues los suaves gemidos, lo enloquecían de sobre manera. Tenerla sobre su pecho aún temblando por el intenso orgazmo, que le propinó, lo llenaba de orgullo y a la vez ternura. No podía estar mas agradecido de haberse encontrado con ella, dado que desde que llegó, cambio todo a su paso y lleno su vida de esperanza, para un mejor futuro juntos. Su objetivo era hacerla feliz y tenerla contenta junto a el.

—¡Hinata!—la llamó retirandole el cabello de su rostro—Quiero que hablemos con tu padre—decreto y la sintió tensarse en sus brazos.

—P-pero aun no terminó mi carrera y no se que pueda pasar—confesó haciendo círculos en el pecho masculino, en forma nerviosa.

—No quiero que te preocupes por nada, yo no te voy a dejar sola...ahora eres mía y como tal, es mi deber, dar la cara por ti—ella se conmovió por lo dicho, pero los nervios de enfrentar a su progenitor, no desaparecieron—En cuanto regresé de su viaje, ire a tu casa, para contarle lo nuestro y de una vez, pedir su aprobación.

—No-no espere a que yo lo haga primero—la joven entró en pánico—Deme solo unos días—le suplicó, sabiendo que su padre podía reaccionar de mala manera. Después de todo, el no volvió a ser el mismo con ella, desde que entró en la academia de gastronomía y lo que menos quería, era exponer a Tobirama a las críticas de su progenitor.

—¡Mi vida! Ahora eres mía y quiero gritarlo a los cuatro vientos...quiero que todos incluyendo a tu padre, sepan sobre los nuestro—le dijo, mirándola a los ojos.

—Lo se, también yo quiero que todos lo sepan—se sonrojó mirando la pulsera en su muñeca—Quiero que todas las chicas, sepan que usted está conmigo—le confesó apenada, pero diciendo la verdad, pues no le gustaba la forma en que todas las mujeres lo miraban, tan descaradamente, sin importarles que este con ella.

—¿Acaso mi pequeña está celosa?—preguntó tomándola de las mejillas, sonriendo por los celos de su niña. La verdad es que ella nunca demostró estar molesta, a diferencia de el y ahora le soltaba que sentía celos. Eso sin duda le gustó.

Hinata se puso muy apenada y después de un rato hablando, ambos se bañaron y se dirigieron hacia la cocina, para hacer algo de comer. Tobirama aceptó, darle un poco mas de tiempo, antes de ir el personalmente hablar con Hiashi.

[...]

La ojiperla llegó a la mansión Hyuga en la noche. No encontró a nadie y se dirigió hacia su habitación, para evitar que alguien la viera y comenzaran hacer preguntas.

A la mañana siguiente, se despertó temprano y después de ducharse, se dirigió a preparar el desayuno. No había pasado media hora, cuando cierto Uchiha, se hizo presente, vistiendo pijamas. El joven, no se había percatado de su presencia, hasta el momento en que ella lo llamó.

—¡Buenos días!—el Uchiha dio un salto, frente al refrigerador, dejando caer la botella de agua que había sacado, para aminorar la sed, ya que Hanabi y el estuvieron bebiendo la noche anterior.

—Si continúas asustando a Sasuke, de esa manera, me dejaras sin novio Hina—Hanabi también entró en la cocina, vistiendo ropa de cama, sin mostrar ningún pudor por ser descubierta por ella. Definitivamente, Tobirama tenía razón, su hermana no la llamó, por estar con su novio, aprovechando la ausencia del patriarca. Hinata no podía creer, como su hermana podía estar tan tranquila, sabiendo que Neji y su padre llegaban esa misma tarde.

—¡Hinata...! Esto no es lo que parece—Sasuke, trató de excusarse sin ningún éxito, pues su ropa y la de su linda novia decían lo contrario, eso sin contar, los chupetones, en el cuello de ambos.

—Esta bien Sasuke—le restó importancia aguantando la risa—Mejor tomen asiento, el desayuno ya está listo—el Uchiha se dirigió hacia la mesa, sin argumentar nada, pues fue agarrado, casi, con las manos en la masa, o mas bien, en Hanabi.

—Que bueno, porque muero de hambre—le dijo Hanabi, sentándose junto al azabache. Los tres comieron en silencio, para luego dar paso, a una buena conversación entre los tres.

Pasado un tiempo, la pareja regresó a la habitación, para vestirse y que el joven Uchiha, pudiera marcharse. Hinata, admiraba la determinación de su hermana, pues ella se sentía más nerviosa por la presencia del joven, que la misma Hyuga menor.

[...]

Tobirama, resistió las ganas de rodar los ojos, ante el pedido de su hermano. Ahora se encontraban juntos en el centro comercial, para comprar un regalo para Mito. El albino, no entendió porque tenía que acompañarlo, pero Hashirama insistió tanto, que no le quedó otra opción.

—¿Crees que a Mito le guste esta bolsa?—de nuevo el Senju menor, se quedó negando con la cabeza. Su hermano era tan despistado.

—¿Acaso no conoces sus gustos?—preguntó irritado.

—Claro que los conozco, pero quería una segunda opinión—respondió ofendido. Tobirama comenzó a pasear por el lugar y se acercó a las joyas. De pronto un hermoso anillo de compromiso llamó toda su atención, dejando de escuchar el parloteó de su hermano. Sin mucho esperar, la empleada, lo colocó en una cajita, feliz, por hacer la venta del dia, dado que la comisión por esa costosa joya, sería muy alta.

—Es una excelente elección señor—el anillo consistía en oro con un diamante de buen tamaño. Era un poco llamativo, pero esa era la idea que cualquiera que mirara la delicada mano de su futura esposa, supiera que ya pertenece a alguien mas.

—¿Piensas dar el siguiente paso hermanito?—Hashirama, sonreía feliz, mirando a su hermano tan enamorado de la joven Hyuga.

—Si...en unos días, se lo pienso pedir, lo único que me faltaba era el anillo—respondió con una pequeña sonrisa.

—Ya lo ves, todo me lo debes a mí—el menor puso los ojos en blanco—Te dije que debías acompañarme—aclaro orgulloso de si mismo—Aunque, creo que es algo excéntrico, para lo que he visto usar a Hinata—el mayor ya le había empezada tomar mucho aprecio a la joven, al igual que Mito y ni hablar de sus hijos, ellos la adoraban. Sin embargo, no pudo pasar por alto el comportamiento exagerado de su hermano hacia ella. Lo cual no era necesario, ya que Hinata era bastante sencilla y no requería de objetos con alto valor. Mito hacia referencia, sobre la chica, diciendo que lo mismo le daba usar un bolso de marca, muy costosa y reconocida, que usar uno de los que venden en el súper mercado. Hinata era todo lo opuesto a Henare y Tobirama, parecía no haberlo descubierto.

—Mejor cierra la boca y sigue buscando el regalo de tu esposa...y asegúrate que sea algo de su agrado, de lo contrario, dormiras en el sofa, el resto del embarazo—Hashirama, tragó pesado, imaginando a su mujer molesta, y mejor se apresuró a buscar algo. Luego de casi dos horas ambos hermanos salieron del lugar.

—Organice una pequeña reunión en mi casa, para el Sábado en la noche, debido al avanzado estado del embarazo, Mito se siente cansada, así que te espero, y no olvides llevar a Hinata—el menor asintió y no pudo evitar pensar en lo mucho que le gustaría ver a su Hinata, embarazada, sin embargo no creía que ella pensara lo mismo, debido a su edad y la carrera a punto de terminar. El día que le hizo el amor, no usaron protección y terminó dentro, sin recibir ninguna reprimenda, hasta que la misma ojiperla, le contó que se encontraba en los días seguros. Lo hizo para tranquilizarlo, pensando que era el, quien debía estar preocupado por no dejarla embarazada. En ese momento, no tuvo el valor para hablar sobre el tema y aunque no le gustara, debía respetar su decisión, porque independientemente, de todo, la amaba a ella, sin importar nada mas.

[...]

Hiashi, se encontraba en su oficina, cuando la secretaria llegó anunciando que tenía una visita.

—¿Dijo de quien se trata?—preguntó sin mucho interés y sin retirar la vista de los archivos que veía.

—Lo único que dijo, es que usted se pondrá feliz de verlo—el Hyuga frunció el ceño y dirigió la mirada hacia la puerta.

—Hazlo pasar—ordenó con curiosidad.

—Si señor—la secretaria se marchó y segundos después, abrió la puerta, para dejar pasar al visitante.

—Buen día, Hyuga-san—el patriarca Hyuga, no tuvo necesidad de preguntar, el nombre del muchacho frente a el, puesto que sus rasgos físicos, no dejaban margen de equivocación, sobre su descendencia—¿Supongo que sabe, el motivo de mi visita?—preguntó con amabilidad.

—¿Como está Otsutsuki-san?—saludó contrariado, recordando a Kaguya. Esa mujer, seguramente no aclaró nada con el chico y ahora le dejaba todo a el—Yo deje ese asunto claro, con su tía, pero quizás ella no lo puso al tanto de lo último—soltó en modo serio.

—Mi tía comentó sobre su último encuentro con usted, pero no creo que ella pueda opinar al respecto, pues es con usted y con mi prometida, con las personas que debo hablar—espetó sin perder la compostura.

El patriarca Hyuga, suspiró cansado, sabiendo que terminaría con una aguda migraña, después de terminar la conversación.

Sin darle rodeos al tema, le contó todo sobre su hija y sobre la negativa de querer acatar el compromiso. Incluso le reveló la profesión que su primogénita, decidió estudiar tratando así, de persuadir el muchacho, pero al parecer, sucedió todo lo contrario, ya que el joven se veía más interesado en Hinata—Lo lamentó mucho, pero como vera, no puedo obligar a mi hija, a un compromiso arreglado—se disculpó Hiashi, creyendo que eso sería suficiente, para terminar con esa conversación.

—Quiero conocerla...quiero que ella también me vea, estoy seguro que Hinata se enamorara de mí, si comienza a tratarme—Hiashi pensó argumentar, pero el joven continuó—Eso es lo único que le pido, deje que nos conozcamos, sin que su hija sepa quien soy en realidad y si después de eso, ella aún no me acepta, entenderé y ya no los molestare ¿que me dice?—preguntó mirando al mayor.

Hiashi tuvo que admitir, la buena impresión, que le causó el muchacho. Definitivamente no tenía nada que perder, si aceptaba la propuesta y con un poco de suerte, su ahora rebelde hija, se enamoraba del joven frena el—Aceptó su idea, pero como usted mismo lo dijo, si ella no quiere nada, usted deberá entender y ya no insistir—quizo aclarar, antes de continuar con los siguientes puntos.

—Así es...si su hija me rechaza, yo entenderé—el Otsutsuki, sonrió para sus adentros. Cada vez estaba más cerca de la mujer que se robó su corazón—¿Cuando cree que la pueda conocer?—preguntó entusiasmado con la idea.

—No sabría darle un día en particular, dado que ella asiste la mayor parte del dia a la academia gastronómica Senju y los fines de semana se reúne con sus pocas amistades—informó el mayor.

—En ese caso, yo mismo buscaré un encuentro casual—Hiashi estuvo de acuerdo con el muchacho, después de todo, Hinata no tenía ninguna relación amorosa y no le sería difícil, fijarse en el joven, de esa manera todo pasaría casualmente y no la estaría forzando, ya que a esa probabilidad, renunció tiempo atrás—Ahora me retiro...fue un verdadero placer conocerlo en persona.

—Lo mismo digo y si necesita algo, no dude en hacérmelo saber—los dos hombres se despidieron y el patriarca Hyuga, suspiró con alivio, puesto que, según lo dicho por Kaguya, el joven no entendía razones y eso lo tenía algo estresado, pero ahora que pudo tratarlo, le pareció una persona muy civilizada, logrando así, apaciguar sus inquietudes, por el bienestar de Hinata.

[...]

Ino, Hinata y Tenten, se reunieron a cenar en un lugar tranquilo. La idea era ponerse al corriente, con todo puesto que por motivos de estudio y principalmente por motivos de amoríos, no se habían estado viendo como ellas quisieran. La idea surgió de la Yamanaka, argumentando, que tenía algo que contar y si no lo hacía, pensó que iba a explotar, según sus propias frases.

—¿Pasa algo malo Ino?—la ojiperla, tuvo miedo que la  llamada de Ino, se debiera a algo grave.

—No se preocupen, no es algo malo, al menos para mí, aunque no puedo decir lo mismo de las demás chicas—confesó con fingida pena.

—Ya Ino, suéltalo de una vez, me tienes con los nervios de punta—la reprendió Tenten, pues su amiga, no se daba prisa.

—Itachi, me pidió ser oficialmente su novia y ya hasta me llevó a cenar con su familia—les dijo con las mejillas sonrojadas, pero con una auténtica sonrisa, que mostraba toda la felicidad que llevaba dentro.

Las dos amigas la felicitaron, emocionadas por ella. Después de lo sucedido con Shikamaru, pensaron que la rubia caería en deprecion o algo así y no pudieron estar mas equivocadas, ya que, ese incidente, dio paso al tempestuoso romance, que se dio entre el Uchiha y ella. También fue ese mismo dia, en que Hinata comenzó su historia con Tobirama. Y por último Tenten regresó con Deidara. Definitivamente, esa había sido, una muy buena salida, para las tres chicas.

Continuara.

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