Capitulo 5
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Ino permaneció en silencio, escuchando la conversación de Shikamaru una vez mas, mientras hablaba de una nueva chica que según él, era la que siempre estuvo esperando y su nombre era Temari.
De una, o de otra forma, ella siempre tenía que ser la confidente del hombre al que amaba, desde mucho tiempo atrás. Hinata y Tenten, le aconsejaron que saliera de ese círculo tóxico, el cual no le traía nada bueno, o de lo contrario, era mejor que de una vez confesara sus sentimientos hacia él.
¡Confesarle sus sentimientos! ¿Como, como podía armarse de valor pare decir todo lo que durante años escondió en su pecho? Por otro lado, las chicas tenían razón, eso era demasiado tóxico y constantemente era ella quien salía herida con el corazón roto.
—¿Me escuchas?—preguntó el Nara al ver a su amiga con la mirada perdida y sin prestarle atención.
—Si, disculpa me distraje un poco ¿que me decías?—le cuestionó aun pensando en la actual situación.
—¿Que opinas...? ¿Crees que debo lanzarme para no dejarla ir?—preguntó a la rubia que siempre le aconsejaba de la mejor manera.
Ino cerró los ojos frustrada. De alguna manera, esa pregunta la lleno de ira y determinación. Ella no tenía porque seguir en algo tan doloroso, no le faltaban invitaciones para salir con hombres y nunca acepto por tener la esperanza de que algún día, Shikamaru la notara, pero al parecer, eso no iba a suceder ¿entonces que sentido tenía continuar? Lo mejor para su salud emocional era dejar de verlo, quizás con el tiempo, terminaría olvidándolo y aprendería a verlo como él a ella, como un simple amigo.
—!La verdad Shikamaru...! Has lo que quieras—respondió sin ánimos—He sido tu confidente durante años, mirando como cambias de novia cada tres meses, notando a todas las chicas, incluso a las que ya tienen novio, a todas, menos a mí. Todo este tiempo he querido que me notaras, que miraras hacia mi y nunca lo conseguí ¿Soy tan invisible? ¿Tan poca cosa ante tus ojos que ni siquiera merecí una sola de tus atenciones?—soltó decidida y sin levantar la voz en ningún momento.
—Ino... yo, yo no tenía idea que tu—el Nara no terminó de hablar, debido a que la rubia aun no se pensaba callar. No lo haría hasta que dijera todo lo que guardo por tanto tiempo.
—Se que no tenías idea de nada, porque como ya dije, nunca te tomaste el tiempo de verme. También se que no estas obligado a sentir algo por mi y es válido, pero también es valido que yo ya no quiera ser parte de esto por mas tiempo—Ino se puso de pie—Esta sera la ultra vez que nos veamos, de verdad te deseo que seas feliz y puedas encontrar en "ella"a la mujer de tu vida... Adiós Shikamaru—sin esperar respuesta, salió del restaurante dejando al Nara sin palabras y con una amenaza de jaqueca. Sin duda, él trataba de analizar los últimos años de su vida, intentaba encontrar la respuesta a lo que le dijo Ino ¿Entonces ella lo veía como algo mas que amigos? ¿Como pudo no notarlo? Él era un genio ¿como algo tan importante pasó desapercibido? Se preguntó con pesadez y lo que resultó aún peor, fue haber perdido la amistad de esa gran mujer. Eso sin dudas era muy problemático.
...
Ino salió llorando todavía con el corazón a punto de estallar. Esta vez necesitaba a sus amigas, ya no pudo ser fuerte, ya no, y menos sabiendo que no lo volvería a ver.
Tomo el celular y les envío unos mensajes para salir a un bar. Era Viernes y se daría el lujo de tomar unos tragos para que le ayudarán con la decepción que la quemaba por dentro.
Apenas unos segundos después, Tenten confirmó en ir al bar, sonrió sabiendo que nunca le fallaban, ahora sólo faltaba Hinata. Lo estuvo pensando y como si la invocará, el celular sonó anunciando su llamada.
—¡Ino...! ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? Yo puedo excusarme para ir por ti—la ojiperla hablo tan rápido que a la rubia le resultó cómico, sobre todo, viniendo de ella.
La Hyuga por su parte miró el texto y pidió salir al baño, pues tenía plena seguridad que su amiga estaba en problemas, de lo contrario, no le pediría algo así en el horario de clases.
—Estoy bien Hina, no te preocupes—la tranquilizó—Pero si quiero que me hagas compañía esta noche ¿crees que puedas?—inquirió aún sin arrancar el motor de su coche.
—Cuenta conmigo—afirmó Hinata. Ella no pensaba fallarle a Ino, no después de saberla sufriendo sola mientras estuvo lejos, sin poder hacer nada para ayudarla.
—¡Bien, entonces pasó por ti a las nueve!—la morena estuvo de acuerdo y colgaron la llamada para regresar al salón de clase.
[...]
—¿Hablas en serio?—pregunto Mito, al terminar de escuchar lo que Kushina le contó, respecto a su cuñado—No lo puedo creer, eso sería lo mejor que le pudiera ocurrir a Tobirama... pero dime ¿tú crees que ella se sienta atraída por él?—pregunto todavía incrédula.
—Por el tiempo que llevó conociendo a Hinata, te puedo asegurar que ella también esta interesada en él, de hecho, lucen tan lindos juntos—declaró, obteniendo la atención de Minato y Hashirama.
Las dos parejas habían salido a cenar como lo hacían a menudo y entre risas y pláticas, salió a relucir lo que Kushina moría por contarles, pues bien sabía la preocupación de ambos acerca de Tobirama.
—¿Quien es ella?—pregunto Hashirama con mucha curiosidad y sin importarle intervenir en la conversación.
—Es la hija mayor de Hiashi Hyuga—respondió Kushina.
Hashirama frunció el ceño, puesto que hasta donde él sabía, ella apenas tenía unos veinte años y no solo eso, sino que también se comentaba que ya estaba comprometida con un pariente lejano. Fue lo que Madara le contó, pues el azabache era más cercano a los Hyugas.
—¿Estas segura que se trata de ella? Digo, se dice que ya está comprometida—inquirió el castaño.
—¡Por favor! ¿Hinata? Ella no tiene novio y según lo que me contó Karin, nunca antes ha salido con nadie, es demasiado tímida. Si tan sólo la vieras interactuar con tu hermano, te reirías por los nervios que Tobirama ejerce en ella y lo mas desconcertante, es que estoy segura, él lo hace a propósito por el puro gusto de mirarla nerviosa—añadió Kushina.
—Eso definitivamente tendría que verlo. No me imagino a mi inexpresivo hermano haciendo algo así, prácticamente es como si no fuera él, de quien hablas—declaró Hashirama con mas curiosidad.
Minato sonrió de acuerdo con la conversación. También él estaba contento imaginado a Tobirama con la joven. El que se diera la oportunidad de mirar a una chica como ella, era algo serio, considerando que no era una de las mujeres que buscaba sólo para tener relaciones, las cuales no volvía a ver.
[...]
—¿Que planes tienes para esta noche?—cuestionó Hashirama, entrando en la oficina de su hermano menor sin molestarse en tocar la puerta.
Tobirama arqueo una ceja, incluso sin apartar la vista de la computadora—¿A que se debe tu curiosidad?—inquirió con desconfianza.
—¡Bien! ¿Recuerdas el trato que cerramos con la corporación Hatake?—el albino afirmó—Él viene a la ciudad y yo acordé una salida con él para tomar unas copas, pero no quiero dejar sola a Mito—el menor suspiro cansado, sabiendo que sería él quien tendría que encargarse—¿Podrías hacerte cargo?—cuestionó aprensivo.
—¿Tengo otra opción?—Hashirama comenzó a reír, ya consiente que su hermano había aceptado.
—Gracias, me salvaste, ya sabes lo importante que es la asociación que logramos concretar, sin olvidar que Kakashi es un buen amigo—añadió el castaño.
Tobirama lo sabía y no tuvo problemas en aceptar, puesto que conocía bien a Kakashi Hatake de muchos años atrás. El peli-plata vivía en Londres y desde ahí se puso en contacto con ellos para que lo asesorarán en la expansión de su corporación.
—¿Viene sólo?—le preguntó recordando que uno de los Uchihas, era el mejor amigo de Hatake.
—Viene con su socio, Yamato y ambos irán contigo—respondió Hashirama.
—Está bien...pasare por ellos a las nueve treinta, sólo necesito la dirección donde se hospeda—el castaño quedó complacido. Siendo su hermano el que acompañaría a los empresarios, él podía quedarse en casa para cualquier cosa que necesitará Mito, no tanto por ella, sino por lo que los niños pudieran llegar hacer en su ausencia.
[...]
Hanabi terminaba de arreglar a su hermana mayor. Ella misma escogió la ropa que vestía Hinata. La castaña optó por unos pantalones negros ajustados, con unas botas de tacón alto que le llegaban por arriba de la rodilla y completó el atuendo con un suéter ajustado de color azul.
—¡Terminé!—exclamó Hanabi cuando rizo el último mechón azulado de la Hyuga mayor. Persuadió a Hinata de dejarla rizarle las puntas del largo cabello, argumentando que se veía mejor con la ropa que usaba—Te ves hermosa Hina...—añadió la menor, mirando como las botas parecían pegadas a los pantalones, haciendo lucir mas sexi a la morena.
—Gracias Hanabi—la ojiperla agradeció, mirando a la castaña usando el celular, mientras mandaba mensajes y sonreía coqueta—¿También vas a salir?— cuestionó preocupada.
—Si, Sasuke me invitó a bailar, de hecho, todos saldremos hoy... Escuche a nii san, hablando con sus amigos y al parecer, también él piensa salir—le respondió despreocupada—Tenemos que aprovechar que papá salió de viaje, así no estará interrogándonos. Las hermanas se despidieron y la morena se montó en el coche de Ino, que ya la esperaba con Tenten.
...
Las tres amigas se sentaron en una de las mesas y después de pedir los tragos, Ino les contó lo sucedido con Shikamaru. Las dos chicas no podían creer que finalmente la rubia se hubiera liberado de la carga que llevó encima por tanto tiempo, pero a la vez, también se preocuparon por ella, ya que la forma en que ingería las bebidas, sólo demostraba lo dolida que se hallaba en esos momentos.
—¡Ino...! Creo que deberías dejar de beber, o de lo contrario, terminaras sin poder moverte—señaló Tenten.
—Tonterías, estamos aquí para divertirnos...¡Vamos a bailar!—la rubia estiró los brazos de las dos amigas y acto seguido, las tres se fueron a la pista de baile, donde había pocas personas bailando. Hinata y Tenten se encogieron de hombros y la siguieron sin protestar.
Algunos hombres se acercaron pero Ino los rechazó, ella no quería lidiar con presencia masculina en ese momento.
[...]
—Espero que les guste el lugar que elegí—les dijo Tobirama a los dos empresarios que llevó tomando el lugar de Hashirama.
—Eso tenlo por seguro—respondió Kakashi, dirigiendo su mirada a una pelirroja que los veía sin parpadear. Yamato puso los ojos en blanco. Kakashi no perdía tiempo de conquistar mujeres donde quiera, que iba. No tenían ni media hora de haber llegado, cuando ya Hatake tenía a la pelirroja sentada literalmente sobre sus piernas. Yamato conversaba con una rubia y Tobirama permaneció en solitario, rechazando a varias chicas que quisieron sentarse con él.
El Senju optó por revisar el celular y mirar los alrededores del lugar. Se sorprendió al vislumbrar a Neji Hyuga, con dos de los Uchihas, Itachi y Shisui, los tres bebían muy concentrados en la platica que mantenían. Mas tardé, observo la pista de baile y en ese instante, su corazón dio un vuelco enfocando a la joven que no había abandonado su cerebro los últimos meses... Hinata Hyuga.
Bailaba con sus amigas atrayendo la atención de muchos hombres, mismos que las veían con lujuria y admiración. Las tres declinaron a todos los varones que se acercaron y continuaron solas hasta que la música terminó y regresaron a una de las mesas cercanas a la suya. La silla de la morena quedó a escasa distancia de la que ocupaba él, permitiendo así, sentir la fragancia de la chica. Sonrió pensando en la reacción que tendría cuando finalmente lo notará tan cerca de ella, tanto, que hasta podía tocarla.
No parecía haber llegado con Neji, puesto que el castaño ni siquiera las noto, ademas de permanecer en mesas muy distantes y sabiendo la fama sobre protectora del chico, lo mas probable, era que ninguno de los dos supieran que estaban en el mismo sitio.
...
—¡Otra ronda!—ordenó Ino al mesero. El chico asistió y se fue a traer lo que pidieron.
—Creo que ya bebimos demasiado—se quejó Hinata al sentirse mareada y feliz.
—Estoy de acuerdo contigo...Mira que ya le mande muchos mensajes a Deidara y juró que fue sin proponérmelo—añadió Tenten, sonrojada por el alcohol.
—Ni lo digan, vinimos a eso, así que no me dejen sola—las reprendió Ino, quien de las tres, era la que mas descompuesta se veía, al grado de casi estar llorando. Sus amigas pensaban que ella volvía a recordar el último encuentro con Shikamaru.
—Ya está bien Ino, es mejor que...—Tenten no termino de hablar debido a que la rubia se puso de pie para ir al tocador—Iré con ella Hinata, espéranos aquí—la castaña no espero respuesta y se dirigió hacia donde se había ido Ino, temiendo que cayera entre las personas.
La Hyuga las siguió con la mirada y cuando las dejó de ver en su dirección, se encontró con los ojos rojizos del Senju, quien hasta ese momento la estuvo mirando sin que ella lo notara.
—Que coincidencia Hyuga—le dijo el albino mientras acercaba la silla junto a ella—¿Noche de tragos?—preguntó sin apartar la mirada de Hinata.
—B-buenas noches Senju-san—saludó sonrojándose por el acercamiento entre ambos.
El Senju miró que Kakashi y Yamato, salían cada uno con una de las chicas con las que estuvieron conversando. Se despidieron de él y dieron las gracias por llevarlos, pero para lo que seguía ya no lo necesitaban mas. Pensó en retirarse, no obstante, miró a la Hyuga sola y no se pudo contener ante el gusto de sentarse con ella, antes que algún buitre viniera a querer molestarla. Después de todo ¿quien, podía resistir semejante belleza? Parecía una diosa vestida de esa forma.
[...]
Dentro del baño, Ino casi cae, de no ser por Tenten, que logró sostenerla a tiempo.
—Creo que debemos irnos Ino—le sugirió la castaña, preocupada por la Yamanaka.
—Estoy bien, no exageres—soltó con seguridad. Tenten la esperó hasta que terminó de lavarse las manos y juntas regresaban hacia la mesa. Eso pensaban, dado que la rubia chocó de frente con alguien y al no estar preparada, cayó al piso sin que la castaña pudiera hacer nada.
—¡Ino! ¿Estas bien?—Tenten trataba de levantarla, sin embargo, también ella se había pasado de tragos, haciendo mas difícil la tarea.
—Lo siento mucho—ambas escucharon una voz conocida, en el mismo instante que con los fuertes brazos ponía a la rubia de pie—¿Te encuentras bien?—le preguntó Itachi, una vez estuvo frente a ellas.
—Si, no fue nada—respondió apenada por la escena frente al estoico y correcto hombre.
El azabache saludo a Tenten y sin decir nada mas abrazó a Ino para ayudarla a caminar. La castaña los seguía sonriendo, hasta el momento en que un rubio la interceptó.
—Estas ebria hn—le soltó Deidara algo preocupado. Él no tenía pensado salir, no obstante, comenzaron a llegarle mensajes de Tenten, donde lo invitaba a unirse a ella y otros mas, subidos de tono. Sin pensarlo dos veces, se puso en marcha sabiendo que ella estaba pasada de tragos, de lo contrario, no hubiera hecho lo que hizo—Despídete ahora mismo, te vas conmigo hn—ordenó sin dar lugar a las protestas.
—¡Espera! Debemos avisarle a Hinata, ella nos espera en la mesa—argumentó la castaña, obteniendo la aprobación del rubio—¡Itachi...! ¿Podría cuidar de Ino mientras regresó con Hina?—preguntó al azabache.
—Las tres bebieron y no podrán conducir, será mejor que yo me lleve el auto en que vinieron—propuso el Uchiha. Deidara pensó que esa era la mejor idea debido al estado en el que ya estaba Ino.
Momentos después, Itachi salió sosteniendo a la rubia y Deidara aseguró llevar a la Hyuga, como también a la castaña a sus respectivos hogares.
—Ve por ella mientras traigo el auto—ordenó el rubio y la chica se dirigió hacia donde dejaron a la ojiperla.
Llegó hasta ella, encontrándola muy bien acompañada y no pudo evitar sonreír con satisfacción.
—¡Hina, debemos irnos!—la morena se sorprendió cuando escuchó a Tenten, quien estaba frente a ella sin Ino.
—¿Pasa algo?—cuestionó asustada. Tenten le contó todo lo que pasó y por último, le dijo que Deidara las esperaba, pero antes que la Hyuga pudiera responder, Tobirama tomo la palabra.
—Yo me responsabilizo de llevarla segura a su casa—la ojiperla se sonrojó y quiso negarse.
—¡Bien, en ese caso hablamos mañana!—afirmo la castaña, guiñándole un ojo y sin darle tiempo a responder nada, se fue hacia la salida, dejándole a solas con el Senju.
Tobirama sonrió por el comportamiento que mostró la chiquilla. Parecía estar asustada, como si le fuera hacer algo malo—¿Te molesto quedarte conmigo?—le preguntó con una voz tan seductora, que logró bajar las defensas de la ojiperla.
—N-no se trata de eso...es solo que no quiero darle molestias—respondió con voz baja.
—No me las estás dando... Fui yo quien se ofreció a llevarte, así que no te sientas apenada—espetó el albino con una pequeña sonrisa, que terminó hipnotizado a la pobre chica.
Mas tardé, el Senju pidió unas bebidas para ambos y ya con mas confianza, la Hyuga se relajó junto al apuesto hombre.
No supo cuántos tragos sabor naranja se tomó, pero su razonamiento ya no era el mismo. Sin estar acostumbrada al alcohol, empezó a portarse mas abierta al actuar.
—Quiero bailar—soltó poniéndose de pie, con algo de dificultad. El Senju observó que ni el primo, ni los dos Uchihas estaban en el lugar y se levantó pagando los tragos, para ir tras ella y llevarla a su casa.
Hinata bailó sin reservas, sola sintiéndose muy contenta y sin avergonzarse, como le sucedía a menudo—Es un desperdicio que una belleza como tu, baile sin un compañero—le dijo un pelirrojo muy guapo, el cual se acercó, tomándole de la cintura para bailar juntos.
—P-prefiero hacerlo sola—argumentó tratando de sacarse del agarre y sintiendo miedo por la mirada depredadora del hombre, que la mantenía sujeta.
—Es solo una, no pasa nada—el tipo la apretó con mas fuerza, sin prestar atención a los forcejeos que hacía la morena por liberarse.
—¡Suélteme!—exigió entrando en pánico.
—Quítale las manos de encima, o lo lamentarás—ordenó Tobirama, en un tono de amenaza.
Muy a regañadientes, el pelirrojo se alejó de ella, no sin antes mostrar una mirada desafiante hacia el Senju. Hinata sin pensarlo, se lanzó a sus brazos buscando protección, ya que nunca antes le había sucedido algo similar y terminó muy asustada.
—¿Estás bien?—le preguntó levantándole la barbilla con delicadeza, encontrado las hermosas perlas llorosas y con miedo. El albino apretó la mandíbula con furia, quería partirle la cara al miserable que se atrevió a ponerla en ese estado.
—E-Estoy bien...gracias a usted—le aseguro queriendo sonreírle para demostrar su agradecimiento. El Senju la abrazó contra su pecho, despertando en él, algo que nunca antes sintió. Ella logró estremecerlo, creando un cóctel de emociones que ni él mismo, supo existían dentro de su consciencia y el mas evidente, fue el instinto de protección hacia ella.
—Todo estará bien, no te volveré a dejar sola—le aseguro con ternura—Bailemos esta pieza antes de irnos—le animo tratando que olvidara el incidente y rodeándola de la pequeña cintura. Ella asintió y se dejó llevar por la calidez que ese hombre emanaba.
Se permitió rodearlo del cuello para bailar lento, siguiendo la melodía romántica sin dejar de verse a los ojos.
Lentamente, Tobirama acortó la distancia entre ambos labios, con la intención de degustar esa carnosa boca que lo provocaba al grado del delirio. Ella lo recibió dejándole tomar su primer beso, el primero de muchos que estaban por venir.
Continuara.
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