Capitulo 3
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Neji le daba vueltas a Hinata en medio de la pista de baile. Ambos siempre se acoplaban a la perfección desde que eran muy jóvenes y comenzaron a asistir a las aburridas reuniones de negocios del patriarca Hyuga. Sin querer que sus primas se aburrieran, Neji siempre las sacaba a bailar.
La ojiperla se olvidó por un momento de la molestia que le causaba la actitud de su padre y se dejó llevar, sonriendo entre los pasos de baile sin prestar atención a nadie que no fueran ellos dos. Neji por su parte también se sintió complacido y liberado, viendo sonreír a su prima mayor.
Al terminar la pieza los dos pararon para esperar la siguiente, cuando algo llamo la atención de Hinata, haciéndole fruncir el ceño. Su hermana menor estaba siendo abrazada y prácticamente besada por Sasuke.
—¿Me perdí de algo mientras no estuve nii san?—cuestionó sin apartar la mirada de su hermana menor.
—¿Porque lo preguntas?—Neji siguió la mirada de Hinata y de inmediato supo a que se refería. Aunque ese asunto no tenía mas de cuatro meses de estarse exponiendo, a él todavía no le convencía, sino por el contrario, pero Hanabi no era una persona que permitiera a los demás interferir en sus decisiones.
—¿Ellos están saliendo?—inquirió preocupada por el carácter tan volátil que ambos poseían.
—No es algo oficial, pero si, ellos tienen algunos meses saliendo—respondió mirando como la música comenzaba y su pequeña prima bailaba de nuevo con el menor de los Uchihas.
—¿Y padre lo sabe?—preguntó sin poder creerlo.
—Si... y como ya conoces a tu hermana, tampoco tu padre pudo argumentar nada—aclaró Neji, guiándola para bailar de nuevo.
...
Tobirama miró con curiosidad toda la interacción de la Hyuga con el Inuzuka y también con el hijo de los Aburame. Se veía que eran amigos de mucho tiempo, luego todos los que estaban en esa mesa se fueron a bailar.
Neji la movía con destreza y gran agilidad, ambos parecían una pareja de bailarines profesionales, de los que muestran en los concursos televisivos.
Si era sincero consigo mismo, tenía que admitir que verla bailando y sonriendo de esa manera, había sido lo mas bonito que veía desde hace mucho tiempo.
—Es mi oportunidad... vamos a bailar—Karin lo tomo del brazo para llevarlo hacia donde todas las parejas esperaban por la siguiente pieza, mas en específico, en donde se encontraban los Hyugas.
De pronto, también él era parte de todos en el centro del salón y fue por solapar las locuras de Karin. Antes de terminar la música, se sintió arrastrado hasta quedar justo a lado de ellos.
—¡Karin sensei! Que sorpresa—exclamo una dulce voz.
—¡Hinata..!—Karin se acercó a ella y las dos se saludaron con entusiasmo.
—Permítame que le presente a mi primo—en ese momento, la Hyuga vio al acompañante de la pelirroja y se sintió intimidada por la intensa mirada que le estaba dando—Mira nii san, ella es Karin Uzumaki, la sensei de quien te hable y él es Senju-sama—la presentación del albino la hizo sin emociones ya que no tenía mucho que decir de él.
Neji saludo con amabilidad, conservando la postura seria que siempre lo acompañaba y en ese momento, también Hinata saludo al Senju, quien permaneció en completo silencio escuchando la conversación.
—Son los mejores bailando, lo hacen excelente—repuso Karin, adulando a los primos—¿Lo hacen nada mas juntos? ¿O también pueden hacerlo con diferentes parejas?— cuestionó la pelirroja con una idea en mente.
—No lo se... creó que es lo mismo hacerlo con diferentes parejas—recalcó Hinata, pensando en la pregunta y mirado el rostro de su primo.
—¿Que tal si cambiamos, para comprobarlo?—preguntó Karin y en ese momento la música comenzó y sin darles tiempo a pensarlo, Karin se fue con Neji, dejando al Senju y a la morena confundidos.
Hinata bajo el rostro pensando en que lo mejor era regresar a la mesa, antes que tener que interactuar con el antipático varón frente a ella y cuando estaba por darse la vuelta, el albino la tomó de la cintura para comenzar la pieza que para su mala suerte, era lenta.
Tobirama pasó de estar disgustado con su amiga, a estar agradecido al sentir el delicado cuerpo de la ojiperla entre sus brazos. Ella evitó rodearlo por el cuello, como la mayoría de las parejas hicieron en ese tipo de baile y en su lugar, colocó ambas manos en el trabajado pecho masculino.
Tobirama la acercó tanto como pudo y se sintió extasiado con la sensación de tenerla tan pegada a su anatomía.
—No muerdo Hyuga—espetó al no obtener ni una sola mirada de la dulce chica.
En ese momento ella levantó su rostro para que ambas orbes quedaran conectadas. Los dos sintieron una corriente eléctrica viajando por todo el cuerpo y el tiempo pareció congelarse, sintiéndose dentro de una burbuja que los mantuvo aislados de todos a su alrededor.
Estaban tan conectados, que Tobirama ni siquiera prestó atención cuando en una de las vueltas, ambos coincidieron con Izuna y Henare, quienes pasaron justó a su lado sin dejar de mirarlos con cierto recelo a él y a la morena que parecía encajar a la perfección con su cuerpo.
Hacia mucho tiempo que su corazón no latía de la manera que lo estaba haciendo y eso en cierta forma, le asustó por lo que le había pasado años atrás.
Hinata notó como muchos de los presentes los veían y eso la puso insegura, a ella nunca le gustaba ser el centro de atención en ninguna circunstancia y para agregar mas inseguridad, esos ojos rojizos parecían ver a través de su alma. Le resultó casi imposible apartar su visión de ese hombre tan increíblemente apuesto, parecía un dios griego, perfecto en toda la extensión de la palabra—¿pero porque tenía que verla de esa manera?—pensaba la morena algo confundida.
La pieza terminó y contrario a lo que la ojiperla pensaba, el Senju no la soltó.
—¿Te molestaría continuar? Ya te dije que no muerdo—soltó, sacando una tímida sonrisa de la joven.
—L-lo se... yo... si, podemos continuar—se regaño mentalmente por tartamudear y por no poder responder con precisión. Mientras continuaron, la morena finalmente se relajó estando al lado del Senju. El hombre ya no le parecía tan agrio, como cuando lo conoció.
—Es hora de un cambio —declaro Naruto, acercándose con Kushina para bailar con Hinata.
—¡Kushina sensei Naruto!—exclamo la morena con una genuina sonrisa.
—¡Vamos!—el rubio se llevó a Hinata lejos de Tobirama, perdiéndose entre las personas que también bailaban—Te libere de donde te dejo la loca de Karin—declaró sonriendo orgulloso, pensando que la Hyuga era demasiado considerada para dejar a Tobirama, aunque estuviera incómoda con su presencia.
Kushina y el Senju regresaron a sus lugares, donde también estaba Minato conversando con Jiraya.
El baile continuó sin ningún contratiempo. La ojiperla había bailado con todos sus amigos, incluyendo a Itachi y a Shisui, quienes también bailaron con Ino y Tenten, hasta que las personas comenzaron a marcharse.
Hiashi se puso de pie para salir, no sin antes dirigirse a Hanabi y a Neji, para que informaran a la hija mayor, que debía irse con ellos hasta la salida. Sólo se trataba de formalidades, dado que podían encontrarse con algunos invitados, con los que no se hubieran saludado dentro del salón.
Se despidieron de los Uchihas, quienes también se preparaban para abandonar el evento. Hiashi, Hanabi y Neji, fueron los primeros en caminar hacia la salida, mientras que Hinata los seguía en medio de Ino y Tenten.
El patriarca Hyuga estuvo a punto de rodar los ojos al ver que en la salida se encontraba, Tobirama Senju, el cual le caía muy mal, pues según su criterio, a diferencia de Hashirama, el Senju menor era un arrogante y engreído. Casi colapsa momentos atrás cuando su hija bailaba con él, tal como si fueran conocidos o amigos.
—¡Hyuga-san! Buenas noches—saludo Tobirama con cortesía.
En ese instante, Ino le dio un codazo a Hinata, seguido de una sonrisa—Wow que hombre tan atractivo ¿verdad Hina?—murmuró para que solo ellas pudieran escuchar.
—Buenas noches Senju-san... que sorpresa verlo en este tipo de lugares—remarcó Hiashi, ya que realmente era raro no mirar a Hashirama y verlo a él.
—Mi hermano esta de viaje y fui yo quien tuvo que asistir—respondió sin inmutarse y acto seguido, saludo a Neji con la cabeza, pues ya se habían saludado, lo mismo hizo con Hanbi y con las tres chicas que estaban atrás, Ino, Hinata y Tenten—Con permiso, ya no les quitó su tiempo—se despidió el albino mirando a Hinata, quien también lo veía a él con timidez.
Regresaron a la mansión Hyuga de la misma manera en que llegaron a la cena, de ese modo, Ino y Tenten interrogaron a la morena acerca del apuesto hombre con el que bailó.
—Shino y Kiba quieren que vayamos a comer con ellos mañana, especialmente tu Hinata, quieren ponerse al día con todo lo relacionado a tu ausencia—informó Ino.
—Te vi contenta bailando con Shikamaru Nara ¿todavía te gusta ese perezoso?— preguntó Tenten, haciendo que Ino se sonrojara. La rubia había estado muy interesada en el Nara, pero el chico nunca demostró nada mas que una amistad hacia ella. Tuvo que tragarse sus celos al verlo con otras chicas, a las que sacaba a citas sin poder hacer nada. Eso había sido muy doloroso para ella y lo pasó casi sola, debido a que Hinata estaba fuera de la cuidad y Tenten, no hacía mas que proyectos universitarios que no le dejaban tiempo para nada. Ino sabía que siempre pudo contar con ellas y que con solo una llamada, hubieran estado para apoyarla, pero se negó a aceptar que sufría por el bagó Nara.
—Claro que no... ni que yo fuera de las personas que disfrutan sufrir—respondió ofendida.
—Ino ¿tu y él? Quiero decir ¿ a ti te gustaba?—preguntó Hinata ajena al tema, puesto que nunca le dijeron nada mientras no estuvo con ellas.
—Fue en el pasado Hina, no te preocupes, eso es algo que no merece importancia—respondió con tristeza, misma que no pasó desapercibida por la ojiperla.
—De verdad siento mucho no haber estado aquí contigo Ino—la Hyuga se sintió la peor de las amigas, al saber que la rubia sufrió y ella no pudo hacer nada por ayudarla.
—Tampoco me confío nada ami—murmuro Tenten.
—¿Querías que te molestara con todo el trabajo que tenias? Ademas, en en ese tiempo era cuando andabas de novia con Deidara y todo para darle celos a Rock Lee—soltó Ino, dejando en silencio a Tenten y a la morena con la boca abierta.
—¿Deidara... es rubio de ojos azules?—preguntó Hinata con curiosidad.
—Si, de hecho, su cabello es casi tan largo como el mío ¿porque lo preguntas Hina?
—Él es uno de mis compañeros en la academia de gastronomía—afirmó sorprendida, pensando en la coincidencia.
—¡Ha! ¿En serio..? Esos dos vivieron unos meses de acalorado, he incluso explosivo romance—se burló Ino, haciendo que Tenten se encogiera de hombros avergonzada—Comenzaron como un simple juego y terminaron en calientes secciones de sexo desenfrenado.
Hinata abrió la boca, sin poder creer lo que estaba escuchando, pues de sus dos amigas, la castaña era la mas recatada, mientras que Ino, siempre fue la menos cohibida, en lo que a hombres se refería y ahora resulta que todo estaba invertido.
Las dos chicas pasaron parte de lo que aún quedaba de la noche, poniendo al tanto a la morena sobre todo lo que había sucedido en ese tiempo que ella estuvo fuera.
La castaña le contó cómo creyó estar enamorada de Rock Lee, un compañero de universidad, pero este nunca se enteró y en una noche de copas dentro de un club nocturno, conoció a Deidara y los dos congeniaron de inmediato, comenzando con intercambiar los números telefónicos y saliendo ocasionalmente, hasta tener mucha confianza entre ambos.
El rubio se ofreció voluntariamente para dar celos al chico de grandes cejas y Tenten aceptó. Luego de un tiempo, los besos se fueron subiendo de nivel, pasando a caricias, terminando en la cama con apasionados encuentros, que ambos disfrutaban, hasta que Rock Lee, pareció notar a Tenten. Esto llenó de confusión y decepción a Deidara, quien ya no quiso seguir dentro del juego. Terminaron en muy malos términos y el rubio bloqueó a la castaña de todos los lugares donde podían contactarse. Lo peor de todo, fue que la castaña, con el tiempo se dio cuenta que ya no sentía nada por Rock Lee y quizás nunca lo había sentido, no obstante, se quedó sin tener la oportunidad de poder disculparse con Deidara.
A diferencia de Tenten, Ino se había manteniendo con la esperanza de algún día ser tomada en cuenta por Shikamaru, cerrándose a cualquier oportunidad de encontrar a alguien mas. Para ella no fue fácil, contando con únicamente su padre, el cual era doctor y poco se veían, como para molestarle con sus problemas. A esas alturas, llevaba ya muchos meses en los que no se veía con él, siendo esa noche la primera en mucho tiempo.
La ojiperla por su parte, les comentó acerca del supuesto compromiso al que su padre la quería someter y al que obviamente, ella se había negando, no dándole opciones al patriarca Hyuga, ni para pensar en realizar la supuesta boda con un perfecto desconocido. Las tres continuaron contando todo acerca de sus vidas, hasta que finalmente el sueño las venció.
[...]
El Domingo había pasado y las tres chicas se fueron a comer con Kiba y Shino, quienes también se pusieron al día con los últimos acontecimientos.
Kiba trabajaba como veterinario en una de las clínicas pertenecientes a los Inuzuka y Shino trabajaba de profesor universitario en biología. Ninguno de los dos tenía una relación seria con ninguna chica, solo encuentros ocasionales con algunas compañeras de trabajo.
Hinata los invito a pasar por la a academia donde estudiaba para comer con ella, o solo para visitarla en la hora del almuerzo. Ino y Tenten, aseguraron ir al siguiente día y los dos varones, dijeron que cualquier día darían una vuelta para saludarla.
[...]
La morena llegó temprano a la academia, tal como lo hacía todos los días y al igual que ella, el albino también llegó. Hinata supuso que todo sería como los días anteriores, pero se sorprendió cuando lo escuchó saludarla.
—Buen día Hyuga—saludo Tobirama con tono serio, pero a la vez amable.
—Buen día Senju-sama—le respondió sonrojada, al no esperar ser saludada por el apuesto hombre.
Ambos iban escaleras arriba, así que Tobirama se hizo a un lado y le indicó que ella subiera primero, portándose como todo un caballero, el cuál no había sido días atrás.
—¡Bien! Aquí nos despedimos—le dijo el albino al llegar al segundo piso, donde ella se quedaría en su salón.
—G-grasias por la compañía—agradeció sintiéndose tonta por decir eso. El Senju por su parte, sonrió al verla sonrojada debido a él, sin duda alguna, esa joven era muy linda.
...
Mas tardé, Tobirama comenzó su día revisando archivos en la computadora. Esa sería la única semana que le quedaba por trabajar en la a academia y ese hecho, por alguna razón que desconocía, le causó molestia. Tal vez se debía al hecho de ya no mirar a la dulce joven que se mantenía arraigada en sus pensamientos.
—Quizás es lo mejor—se dijo, para tratar de convencerse a si mismo que no era buena idea seguir interactuando con la delicada joven, que ademas era menor que él.
...
En la clase, el día continuó entre recetas nuevas y apuntes acerca de lo que harían todos los días siguientes. Kushina les informó que se podían retirar y que los miraba al día siguiente.
Hinata salió con sus compañeros, sin dejar de pensar en lo dicho por Ino y Tenten acerca de Deidara, pero evitó preguntar directamente al rubio, pues eso era algo que ella no tenía derecho a indagar.
Mientras caminaban, recibió un texto de Ino diciendo que la estaban esperando frente a la academia, lo cual haría que Deidara se encontrará con su amiga. Tal vez, era el destino el que se puso a favor de volver a unir a esas personas por medio de su amistad con ambos.
—Quiero presentarles a mis amigas—les dijo la morena a sus tres compañeros, en el momento en que miró el auto de Ino. Los tres chicos asintieron y avanzaron tras ella.
El rubio se tensó cuando Tenten salió del auto y se paró frente a ellos, no obstante, trató de guardar la compostura. Hacia mucho tiempo que no se veían y para Deidara, fue muy traumático el rumbo que tomaron las cosas entre la castaña y él.
—¡Ino Tenten... ellos son; Deidara, Choji y Ayame—Hinata presentó a todos con orgullo y no se hizo esperar la efusividad de Ino, saludando con una sonrisa a los tres jovenes.
Tenten saludo a Choji, también a Ayame y al llegar a Deidara, ambos se miraron sin decir nada, hasta que también Naruto se unió a ellos sin ser invitado, para saludar a las amigas de Hinata. El rubio, casi sufre un sangrado nasal al ver de cerca la rubia. No es que no supiera quien era, pero nunca antes tuvo la oportunidad de acercarse a ella. La chica era hermosa, pensaba en sus adentros sin apartar la mirada de Ino, quien no le presto la mas mínima atención, ya que ella, también conocía al rubio como uno de los amigos de Shikamaru.
—¿Podemos hablar?—preguntó Tenten en voz baja, para que solo Deidara pudiera escuchar.
—No creo que tengamos algo de que hablar hm—respondió sin querer ser muy cortante, pero esa chica en verdad, había logrado herir su ego, como nunca antes alguien lo había hecho.
—Por favor... sólo será por unos momentos, te prometo que no te quitaré mucho tiempo—le pidió sin querer desaprovechar la oportunidad de explicarle que no quiso jugar con él, ni con sus sentimientos.
Después que Hinata les contó que él era su compañero, pasó su tiempo pensando en la mejor manera de abordarlo sin que él desapareciera, tal como lo había estado haciendo durante todo ese tiempo.
—Esta bien hm—accedió el rubio, despidiéndose de todos y caminando con la castaña hacia su auto.
Ino y la ojiperla se miraron entre si sin decir nada, entendiendo que ellos tenían mucho de que hablar. Minutos después, todos se despidieron para regresar a sus hogares.
[...]
La semana transcurrió con el Senju evitando encontrar a la joven Hyuga, llegando a diferentes horarios con el fin de no coincidir con ella, hasta que finalmente se llegó su último día y también lo pasó sin querer encontrarla
Las siguientes semanas, Mito fue quien ya estaba nuevamente al mando, sin hacer que Tobirama regresara por el lugar.
Hiashi, ya hablaba un poco con Hinata, pero apenas era lo mas indispensable, nada como una conversación amena entre padre e hija. Para la morena, ya era un pequeño avance y no se quejaba.
Por otro lado, ese día estaba en la habitación de su hermana menor para tener una larga conversación con ella, debido a unos condones que la ojiperla encontró dentro de la chamarra de Hanabi. Fue una verdadera coincidencia que en la salida que dieron al centro comercial, ella olvidará la suya en el auto y por ende, Hanabi le ofreció usar la que llevaba, ya que ella no tenía frío. Sin embargo, la castaña olvidó que los bolsillos no estaban vacíos.
Continuara.
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