Capitulo 27

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Hinata se quedó más tiempo del necesario mirando a su hijo interactuar con Tobirama. De pronto recordó que no estaba sola y desvió la mirada hacia su acompañante, el cual al igual que ella, también veía hacia ellos.

Indra sintió los ojos de su novia sobre él y la encaró para evaluar su reacción ante la presencia de su ex, pero ella le regaló una triste sonrisa y evitó en todo momento volver a girarse hacia los Senjus.

—¿Prefiere que nos marchemos?— le pregunto la ojiperla al verlo tan serio. Lo que menos quería, era incomodar a Indra. De todos los lugares que pudo sugerir para ir de compras, tuvo que optar por el mismo en el que también estaba Tobirama. Tenía mucho tiempo sin verlo y por muy buena actriz que hubiera sido, no pudo disimular la sorpresa que recibió al verlo tan cerca.

—Sólo si tu quieres—respondió con rapidez. Si ella decía que sí, él podía ofenderse por saber lo mucho que le afecto verlo y usando todo su autocontrol, trató de mostrarse indiferente.

—No, hasta que no terminemos de comer—volvió a sonreír y evitó volver a mirar hacia el Senju. Indra no era tonto y percibió absolutamente todo lo que ella atravesaba, no obstante, agradeció su esfuerzo por no querer hacerlo sentir incómodo, ya que incluso se sentó de manera que les dio la espalda y ahora solo lo veía a él.

—Como tú digas—el varón le tomó la mano y le dio un beso en ella. Hinata continuó comiendo y el Otsutsuki que veía de frente a los Senjus, no perdió detalle de todo lo que hacían. El castaño alto se reía mucho y lograba contagiar a los niños. Tobirama por su parte se veía reprenderlo por la atención que estaban recibiendo. Realmente eran muy diferentes, era como si se tratara de Ashura y él, no obstante, el semblante serio del albino se veía suavizado cuando enfocaba a Itama. Ellos en ningún momento se percataron de su presencia y minutos después, continuaron caminando, alejándose de ellos.

—¿Necesitan algo más?—el joven mesero se acercó a la pareja para dejar la cuenta y ofrecer cualquier otra cosa que quisieran. Para la morena le hubiera resultado imposible poder masticar un bocado más, incluso lo que comió le cayó como si fueran piedras.

Indra pago la cuenta y se dispuso a salir con la morena. Ella se tensó pensando que los vería de frente, sin embargo, ellos ya no estaban.

—¿Que le parecieron los postres?—quería mostrar que no le afectaba.

—Mmm, estoy seguro que son mucho mejores los que preparas tú—sonrió agradecida, pero al mismo tiempo, sentía que en cualquier lugar se los encontraría y no sabía cómo decirle a Indra que lo mejor era marcharse.


....

Toneri negó con la cabeza y en cierto modo, sintió un poco de pena por su tío. Estaba claro que su Hinata, aún estaba enamorada del maldito Senju, como lo estuvo cuando los separó. Mirando las cosas de ese modo, se reprendió a sí mismo, por ser tan impulsivo, pues si cuando los separó se hubiera mostrado como un apoyo incondicional para ella, en estos momentos ya la tendría con él, aunque fuera por medio del agradecimiento, como parecía ser el caso de Indra. Hinata era tan, pero tan tonta, que sacrificaría sus sentimientos por los de otra persona y mas, si se sentía en deuda.

El corazón de su prometida, le pertenecía al Senju, pero su deber la uniría a Indra. No obstante, había algo en ese cuadro que no lograba encajar, o no sabía cómo encajarlo y eso era el chiquillo que Tobirama sostenía en brazos y el cual, era su viva imagen. Las alertas le sonaban en su cerebro, pero quería negarse a lo evidente. Sólo debía sumar dos más dos y el resultado, sería que ese niño era hijo de su Hinata y de ese bastardo.

Lo mejor que podía hacer era ganarse la confianza de Indra, a fin de cuentas, no tenía que preocuparse porque ella regresara con el Senju y de ese modo podía ganar tiempo para pensar en la mejor manera de quedársela eliminando los obstáculos. Lo que le preocupaba más, era la investigación que tenían los detectives en su contra por la desaparición del médico. Si esa estupida de Shion no le hubiera disparado, no tendrían nada porque investigar, pero ahora podían culparlo también a él por complicidad y eso no le convenía... Quizás era el momento de deshacerse de su amante, culpándola a ella del asesinato, después de todo, ella fue la autora intelectual.

La mente de Toneri rápidamente, ideó un plan que estuvo preparando desde que se alió con su amante, para ganarse la confianza de su familia y de paso, se quitaría de encima la vigilancia de las autoridades, después de todo, ellos querían al asesino del médico y él, como buen ciudadano que hace lo correcto, debía ayudarles a dar con el verdadero responsable, o bien, la responsable.

Desde que rompió las leyes por conseguir quedarse con la ojiperla, comenzó a cubrir sus huellas a costa de Shion. Tenía el arma con la que ella disparó y desde ese día, nadie usaba el bote. Deliberadamente, lo colocó en una de las cocheras que se usaban para guardarlos y así ninguna prueba se perdería. Sabía que el,día de rendir cuentas, podía llegar así que se protegió, mientras que Shion, ni siquiera se preocupó por ningún detalle.

Si los forenses revisaban el bote, seguramente obtendrían ADN de ese médico corrupto y para hacer el caso mucho más sólido, contaba con las grabaciones de su amante confesando y mofándose de haber cometido el crimen perfecto. Sin poder evitarlo, sonrió divertido—Lo siento Shion, pero alguien debe pagar por los hechos y yo debo continuar con mi plan—murmuro para si mismo sin dejar de mirar a la pareja.

Pronto sería él, quien caminara al lado de su mujer y se encargaría de que nadie se lo impidiera. No podía atentar contra Indra, por dos motivos, el primero, era que ella no lo amaba y por ende, no representaba una amenaza real y el otro motivo, era que le tenía aprecio, sin embargo, se encargaría de mandar al infierno a Tobirama y si comprobaba que el mocoso era el hijo de ambos, también se aseguraría de enviarlo junto al padre. No pensaba compartir a su mujer con nadie, mucho menos con el hijo de otro hombre.

Sin querer perder más tiempo, dejó de seguir a la pareja y se dedicó a ir a una tienda de ropa para comprar atuendos adecuados y también se dirigió a un lugar de electrónicos donde adquirió lo restante para poner en marcha la primera parte de lo planeado.

Luego de comprar lo necesario, se fue a donde guardaba sus posesiones más preciadas, como las fotografías, cartas y todo lo referente a su prometida. Con cuidado levantó todo y atrás encontró la caja de plástico duró donde permaneció el arma que Shion le dio a guardar, ya que no podía dejarla atrás y tampoco podía llevársela a casa del rubio.
Ella pensó que aún estaba en la caja fuerte que tenia el bote, pero, eso no era seguro y sin decirle nada, la llevó a un mejor lugar. Esa pistola estaba registrada legalmente a nombre de Shion, esa era otra carta a su favor y no era coincidencia, puesto que fue él mismo, quien le sugirió adquirirla, argumentando que gracias a su récord criminal, por la desaparición de Hinata, no le sería posible comprarla él mismo.

Abrió la caja con mucho cuidado de no tocar el metal y nada donde pudieran quedar sus huellas digitales. No debía mezclar ningún tipo de evidencia con la ya existente.

Se aseguró de limpiar por completo el plástico para no dejar su huellas y dejó dentro el arma junto a las municiones que usaron. Espero que anocheciera y se dirigió completamente disfrazado al muelle donde permanecía el bote. Sigilosamente, se adentró en las cocheras privadas y colocó la caja ligeramente oculta. El bote era suyo, pero eso no lo inculpaba pues Shion era su amante y podía argumentar que ella lo tomo sin su consentimiento.

Con el mismo sigilo que ingresó, así mismo salió y cuándo estuvo lo suficientemente alejado del muelle, estacionó en donde se hallaba un teléfono público. Continuó disfrazado y se aseguró que su auto, no fuera visible por las cámaras de los comercios cercanos.

Tenía la tarjeta del maldito detective que lo había estado vigilando. Se colocó unos guantes de látex y marcó el número.

Diga—el detective respondió con rapidez aunque se escuchaba adormilado.

Con el detective Nagato por favor—no podía demostrar que sabía a quien le pertenecía el número, así que fingió desconocer que se trataba de su número directo. Tenía un electrónico que compró horas atrás, el cual distorsionó por completo su voz, pareciendo que quién llamaba, era un hombre joven o bien una chica.

Él habla ¿que necesita?—el detective sabía que se trataba de algo importante, ya que ese era el número directo.

Escuche le dire esto sólo una vez, así que anote los datos.

—¿Quien habla?

—Eso no importa, lo importante aquí, es la información que le daré sobre el caso del médico desaparecido—Nagato de inmediato se puso de pie y presionó el altavoz del celular para poder grabar la conversación—En el lado norte del muelle, encontrará un bote con el nombre Perla... este permanece en una de las cocheras que se alquilan para guardarlos. El número de la puerta es 564. Dentro del bote encontrará las pruebas de ADN que necesitan para comprobar que el médico estuvo ahí los últimos minutos de vida que le quedaban, antes de ser asesinado y arrojado al mar... No olvide llevar a los forenses.

—Espere, dígame ¿quien es usted? ¿Como tiene esta información?—el detective quería rastrear la llamada y a la vez, conseguir más información, pero lamentablemente, la llamada finalizó.

Toneri regresó a su auto, sin sentir ningún remordimiento por lo que había hecho, estaba seguro que también se iba ver involucrado, puesto que Shion podía culparlo. Eso ya lo había previsto, sin embargo, al cooper para atrapar a la verdadera asesina, anudado a un excelente abogado, lo mas que podían darle era arresto domiciliario, sin embargo, el regreso de Indra, le acababa de dar una nueva alternativa y por supuesto, la iba a usar a su favor.

[...]

Nagato junto a Yahiko y muchos oficiales, incluyendo forenses, arribaron al muelle la misma noche y después de localizar el objetivo y realizar las pruebas correspondientes, lo remolcaron a la zona de investigación para continuar con las averiguaciones. El detective estaba seguro que no iba poder dormir, así que llamó a Yahiko para hacer todo lo antes posible.

—¡Señor! Averigüe a nombre de quien esta el bote—Sasori le entregó los documentos a Nagato y este a su vez, sonrió.

—Toneri Otutsuki—soltó mirando a Yahiko.

—También realizaron las pruebas con el luminol y se encontró gran cantidad de sangre... La mandaron al laboratorio para comprobar si es humana y de ser así, saber si coincide con la de medico.

—Encontramos algo más—informó el joven forense de nombre Darui—los dos detectives se acercaron y sonrieron al ver la evidencia. Darui sostenía la caja de plástico duro. El forense ya la había abierto y comprobó que el arma se hallaba dentro. Llamó a uno de sus asistentes para que trajeran la bolsa de laboratorio, donde la colocarían para llevarla al departamento forense de balística.

—Si esa arma pertenece a Toneri y la sangre concuerda con la del médico, podemos poner a ese tipo bajo arresto y sin posibilidad de fianza—repuso Yahiko sonriendo por no tener que involucrar a Hinata. Eso era lo mejor, porque aunque habían tomado todas las medidas de precaución, siempre podía haber una falla.

—Los análisis tardarán un tiempo, pero de algo estoy seguro... si esa sangre es humana, en ese bote ocurrió el  homicidio—aseguró Darui.

—¿Y lograron obtener las imágenes del teléfono público de donde provino la llamada?—cuestionó Sasori.

—Aún no—respondió Nagato. Era difícil que lograran dar con las imágenes, al menos rápido, ya que la llamada provenía de un lugar apartado, donde se hallaba más de un teléfono público y debían revisar en los vídeos de los comercios cercanos, en cual de todas se realizó una llamada con el horario marcado en el celular del detective.

—¿Lograste identificar la voz?—cuestionó Darui y Nagato negó sin desanimarse, pues habían logrado dar un gran pasó en la investigación y solo era cuestión de tiempo para atrapar al responsable. Todos tenían la seguridad, que el asesino era Toneri. Aún no estaban seguros de divulgar la información, aunque seguramente el Otutsuki, ya debía saber que incautaron su bote.

[...]

Los días habían pasado y el acercamiento entre Indra y Toneri, se había hecho evidente, para su hermano y su madre. El moreno evitó mencionar el tema con la ojiluna, puesto que era un tema algo difícil de tratar y no se sentía bien de hacerlo, no obstante, se sentía entre la espada y la pared. También evitó que su familia le hablaran de su sobrino, ya que, se estaba dedicando a evaluarlo por sí mismo, incluso ya había conseguido un psiquiatra, el cual contaba con un hospital donde llevaban a personas realmente perturbadas.

Habían transcurrido varías semanas desde que comenzó a evaluar al chico, y esa tarde fue personalmente a visitar las instalaciones médicas encontrándolas perfectas para el tratamiento... Estaba muy apegado a la idea de llevarlo a ese sitio.

Mas tarde, llegó a casa de su madre y esta lo llamó para finalmente hablar sobre la situación de Toneri. Ellos le contaron lo más relevante incluyendo la noticia del bote que posiblemente fue el lugar donde asesinaron al médico y de nuevo, el Otutsuki, estuvo seguro que el muchacho no estaba bien de sus facultades mentales.

—No lo entiendes Indra, las cosas que él ha hecho, ameritan mas que atención mental. Yo creó que Toneri es capaz de asesinar, lo he visto en sus ojos—replicó Kaguya, pues su hijo mayor se estaba segando, al igual que lo hizo ella cuando no sabía la magnitud de los hechos. En momentos como esos, recordó lo terco que podía ser Indra.

—A pesar de no haberlo visto durante años, estoy seguro que todo lo ha hecho porque está enfermo, debemos buscar atención médica adecuada, ustedes debieron hacerlo desde tiempo atrás, antes que las cosas llegaran hasta donde han llegado—Toneri se dedicó a escuchar, como lo había estado haciendo desde la llegada de Indra, ya tenía todo en orden y cuando escucho lo que propuso el Otsutsuki mayor, su plan quedó totalmente a la perfección.

Kaguya y sus hijos continuaron hablando por un rato hasta que llegó la cena. Para ese momento, Toneri se había dado una ducha, para no levantar sospechas. Lo menos que deseaba, era ser descubierto, mientras escuchaba sus conversaciones acerca de él.

Se sentó seguido de Indra y se mostró contento. Era tan buen actor, que incluso, logró ablandar aún más el corazón de su tío menor, el cuál, semanas atrás, no confiaba en él.

El muchacho se comportó igual que lo hacía de niño, como si fuera un ser inocente y desprotegido. La única que no cayó en su actuación era la matriarca, no obstante, se mantuvo en silencio, dado que sus hijos no parecían escucharla.

—Me gustaría hablar contigo—Toneri asintió al pedido de Indra y ambos se dirigieron a la habitación del mayor. Indra quería hablar con su sobrino sin que nadie interfiriera—Antes que alguien más te lo diga, quiero que sepas, sobre mi noviazgo con Hinata—observó el semblante del menor y lo único visible era la comprensión y la resignación, así que continuó—Durante el tiempo que llevo de conocerla, me he enterado de todas las barbaridades que hiciste en su contra, pero quiero que tú mismo me aclares ¿si también piensas interferir entre nosotros, como lo hiciste en su relación con el Senju?

—No pienso negar todo lo que hice y aunque nadie me lo crea, estoy muy arrepentido—el mayor arqueo una ceja—yo logré olvidarla y ya no tengo ningún interés en ella, pero también debo agregar, que mucho de lo que dicen es falso... Es verdad que me obsesioné con ella y también es cierto que hice todo para separarla de ese imbecil, pero si lo hice, fue porque ella me dio esperanzas.

—¿Que quieres decir?—el rumbo que la conversación estaba tomando, no le gustó al Otsutsuki mayor, no obstante, quería escuchar todo.

—Cuando llegue para conocerla, no sabía que ya estaba con alguien y ella se dejó cortejar por mí—el semblante de Toneri reflejaba dolor—No tienes que creerme, después de todo, nadie lo ha hecho, pero aún así, te juro que no miento. Hinata logró que yo perdiera la cordura y solo deseará protegerla de todo lo malo... después me entero que ya estaba comprometida y viviendo con ese tipo ¿que se suponía que debía hacer? Me sentí herido, defraudado. Loco de dolor opté por separarla de él y cuando lo logré, ese bastardo la echo a la calle sin contemplaciones. Supongo que ya lo sabes—Indra asintió—Lo que nadie sabe, fue que yo fui el único que estuvo con ella en ese duro momento, sin embargo, apenas consiguió la ayuda del detective, el tal Yahiko, me boto para buscar su protección, acusándome de querer secuestrarla y no se que tantas barbaridades más, las cuales, de ser ciertas, serían castigadas con carcel, pero cómo puedes ver, yo no pase ni un solo día en prisión... al menos, no por eso—concluyó con tristeza.

—No es cierto... Hinata es incapaz de jugar así con los sentimientos de alguien. Lo más seguro es que lo hayas mal interpretado.

—A veces lo pienso y también he llegado a esa conclusión... quizás mi obsesión por ella, no me dejó pensar con claridad—confesó resignado.

—¿Y que hay de esa mujer, la esposa de Naruto? Hinata me aseguró que ella te ayudó en la trampa que le pusieron.

—Esa mujer es muy peligrosa y está desquiciada... nadie ha querido escucharme, pero ella... ella—Toneri se echó a llorar. Indra se puso de pie y lo abrazo con cariño.

—Shhh, está todo bien, puedes contar conmigo—le aseguro intentando calmarlo.

—Creo que me estoy volviendo loco y ya no se que es real y que no—el joven mostraba miedo.

—¿Porque lo dices?

—He tenido recuerdos y sueños sobré algunas cosas que hice por ella, por ayudarla... En un principio pensé que lo estaba imaginando, pero encontré algo que me hizo dudar—el joven se agarraba el cabello y se movía de un lado a otro, sin levantarse del sillón en el que estaba.

—Cuéntame todo y te prometo que te ayudaré.

—No-no, es muy peligroso que lo sepas, si ella se entera podría...—Indra estaba desconcertado al ver lo afectado que estaba el muchacho.

—¡Toneri...!—lo llamó en forma de reproches por no confiar en él.

—Te lo mostrare, si prometes no decirle a nadie—Indra asintió y se dispuso a escuchar, Toneri sacó su celular y accedió a los vídeos colocados en un folder privado. Le entregó el celular a su tío con uno de los vídeos en los que Shion admitió ser quien asesinó al médico. El mayor abrió la boca sin poder creerlo.

—Esto es muy grave—soltó Indra para si mismo.

—Lo se... tengo las manos manchadas de sangre y eso me está afectando mucho—las lágrimas del joven bañaron más su descompuesto rostro—Por favor ayúdame tío, tu eres el único que me ha escuchado... prefiero estar preso a tener que cargar con esta culpa. Lamento mucho lo que le hice a Hinata y no se si podrá perdonarme—de nuevo se abrazaron como padre e hijo.

—Shhh—Indra intuyó que las cosas estaban a punto de colapsar, sin contar con la salud mental de su sobrino—Trata de tranquilizarte, ya pensaremos en algo, te prometo que yo no te abandonaré—

—Si lo harás, todos lo hacen, sabes que nadie se queda conmigo—de nuevo el Otsutsuki mayor lo calmo asegurando que no se iría. Toneri sonrió mentalmente. Su tío había caído en su trampa.

[...]

Hinata llegó a la jefatura junto con su padre. Nagato les había informado que tenía noticias y que debía verla. Itama se había quedado con Sasuke y Hanabi, para que ellos pudieran encargarse de todo.

—Pasen a la oficina de Nagato, en seguida él estará con ustedes. Hiashi se veía imperturbable, pero por dentro estaba ansioso. Quería de una buena vez, terminar con la amenaza contra su hija y su nieto.

—¡Hinata!—la ojiluna giró al escuchar su nombre, para encontrarse directamente con Tobirama. El Senju también había sido llamado y llegó con Naruto. No tenía idea que se encontrarían con ella y ahora, ninguno de los dos parecían poder desconectar sus orbes.

—¡Buenos días!—Naruto rompió el silencio saludando a Hiashi, luego a la chica, siendo imitado por el Senju.

—¿Como estás?—Tobirama se negaba a soltar la mano de la joven que amaba y ella tampoco la retiró.

—B-bien ¿y usted?—la verdad, era que ambos parecían tímidos estudiantes de secundaria, a los que presentan y comienzan a conocerse.

—Me alegro que ya estén aquí y disculpen la demora—Nagato y Yahiko entraron a la oficina, regresando a los antiguos enamorados, a la realidad—Esto que ven aquí, es el informe del laboratorio forense y de balística—el detective comenzó abrir el folder para mostrarles.

—Hace un poco más de un mes, Nagato recibió una llamada anónima, donde le dieron información acerca de un bote que estaba en el muelle... En dicho bote, encontramos sangre, huellas digitales y una arma. Para ser más preciso, el bote pertenece a Toneri Otsutsuki y la sangre coincide con el médico desaparecido—los suspiros de Hinata y Tobirama se escucharon dentro de la oficina.

—Pero las huellas en el arma, no son de Toneri, sino de la misma persona que la compró y que se cree, fue con la que se cometió el asesinato... El registro esta a nombre de la señora Shion, su esposa—las reacciones de los cuatro no se hicieron esperar—y en este momento, ya la deben estar arrestando—añadió Nagato.

—¿Y cuando arrestarán al Otsutsuki?—cuestionó Tobirama, ocasionando un suspiro de ambos detectives, por lo que iban a decir.

—No se ha girado orden de arresto para él—Hinata se llevó las manos al pecho ¿que estaba pasando? ¿Porque sólo a Shion? Tobirama al verla tan afectada, la abrazo sin poder contenerse y ella no lo rechazó.

—¿Como que no lo arrestarán a él? Es evidente que es cómplice de Shion—soltó Naruto.

—Indra Otsutsuki, nos llamó para darnos las pruebas contundentes en contra de Shion. Se trata de unos vídeos donde ella admite abiertamente que asesino al médico, ademas su abogado se comunicó con el fiscal y logró un acuerdo... Toneri será tratado en un hospital psiquiátrico a cambio de testificar en contra de la señora Shion.

—¡Esto es ridiculo!—Tobirama estaba muy molesto con el Otsutsuki ¿Como rayos había hecho semejante estupides? ¿Que acaso no le contaron lo que hizo ese demente?

—Lo se, el fiscal básicamente, hizo un trato con el diablo y nosotros ya no tenemos acceso a él—aseguró Yahiko muy frustrado—Sin embargo, el hospital psiquiátrico al que llevarán a Toneri, es de los más custodiados y mejor equipados del país, prácticamente, será com estar en prisión.

—Si logra mejorar, estará de nuevo libre y conviviendo con la sociedad—repuso Hiashi. Eso era a lo que la morena le temía.

—Desde la llegada de Indra todo cambio, él se hizo cargo completamente del caso... está convencido que su pariente fue manipulado por la señora y se encargó de que lo evaluaran correctamente. Dos de los mejores psiquiatras, dieron el mismo diagnóstico... Toneri no esta bien de sus facultades mentales y por lo tanto, según las leyes, no puede enfrentar un juicio y lo que es aún más lamentable, es que con su intervención, como con la incautación del bote, todo comenzó a salir a la luz, de manera que ya no tuvimos tiempo de reunir pruebas en contra del acusado—la ojiperla no sabía que pensar—A estas alturas, los únicos cargos que se le pueden imponer es por sospecha de complicidad, pero sin pruebas, quedaría libre bajo palabra por ser el dueño del bote.

—Indra no me dijo nada, él no pudo haber hecho todo esto sin contar conmigo—Hinata recordó cuando fueron al centro comercial. En esa salida, Indra le comentó que pretendía hacer que alguien profesional le diera atención a Toneri, sin embargo, no volvieron a tratar el tema y ella pensó que lo había dejado pasar, aunque llevaba un tiempo que solo se veían dos veces por semana. Ella lo atribuyó al cambio laboral, pero ahora le quedaba claro que no se trataba de lo que creía. Indra le creyó a Toneri, a pesar de lo que ella le contó, él prefirió creerle a su sobrino. Trago grueso y pensó como se portó con ella en Ame y ahora ya no era el mismo. La prueba era que no le tuvo confianza e hizo sus decisiones a sus espaldas.

—Kaguya me comentó lo que estaba sucediendo, pero no creí que pudiera hacerlo—repuso Hiashi—Me dijo que Toneri le pidió ayuda a Indra y fue con el único que logró sincerarse, inclusive, aseguró que quiere que algún día lo perdones—la chica se aferró aún más a los brazos que la envolvieron en forma protectora. No quería juzgar, pero recordar el rostro y la mirada de Toneri, la noche que intentó secuestrarla le daba escalofríos. Había algo oscuro y perverso dentro de él y de ninguna manera lo quería cerca.

—Estando en un hospital, le puede ser fácil recuperarse—Tobirama se sintió enfermo con esa estupida decision—Debe haber algo que podamos hacer, no quiero que la vida de las personas que mas amo, estén en peligro, Hinata y mi hijo no vivirán tranquilos—aún frustrado, no fue brusco con ella, mientras la sostenía en sus brazos, sin embargo, se sintió observando y al bajar la cabeza, se encontró con las bellas perlas que lo veían sin parpadear. En ese instante, cayó en cuenta de lo dicho y a eso se debía la expresión de su amada.

Ella no rompió el abrazo y se permitió escuchar los latidos descontrolados en el pecho masculino. La fragancia que lo identificaba, la dejó también con los latidos de su corazón, acelerados. Así olía Itama cuando llegaba a su casa luego de pasar el fin de semana con él.

—¿Entonces fue mi esposa la única en disparar?—indagó Naruto, pensando en la reacción de sus padres.

—Todo indica que si—respondió Yahiko... Al rubio no le importaba la suerte de esa mujer, sin embargo, no le hizo gracia la idea de saber a su cómplice en un hospital y no en una prisión de máxima seguridad. Definitivamente, Shion era una tonta, ni siquiera se dio cuenta que su amante le tendió una trampa y ella cayó sin saberlo—Desde el motivo para deshacerse del médico, las huellas digitales, el registro de la pistola y lo más importante, los vídeos que proporciono el abogado del Otsutsuki la colocan como la autora del crimen...Ahora, aunque trate de culpar a Toneri, sera su palabra contra la de él.

—¡Ese maldito!—exclamó Tobirama negando con la cabeza y sonriendo de manera torcida—Estoy seguro que le tendió una trampa a tu esposa. Él puede ser realmente inteligente, al tiempo de limpiar sus huellas. Lo hizo en el pasado y lo esta haciendo otra vez—aflojó el amarre de sus brazos, ya que Hinata podía querer retirarse. Se sorprendió tanto con la información, que no lo pensó y la acurrucó entre sus brazos. La sensación del calor que sólo ella le proporcionó, fue devastadora para su persona y fue mejor alejarse.

—Pienso lo mismo, pero lamentablemente, el abogado y el fiscal se apegaron a las pruebas psiquiátricas y ahora sólo queda esperar el juicio de la señora Shion, como la reclusión del Otsutsuki en el hospital psiquiátrico... Lo único bueno, es que ya no la molestará—aseguró Nagato, mirando al Senju y a la ojiperla.

—Será mejor que nos vayamos... vamos hija—Hinata se separó lentamente del albino y Hiashi se despidió de todos. La joven hizo lo mismo. Antes de salir giró y miró a Tobirama por última vez. Él le regaló una hermosa sonrisa, de las que sólo le daba a ella—Creó que debemos hablar con Indra.

—No se que pensar sobre sus decisiones—añadió pensativa y dudosa en enviar el mensaje de texto, o no hacerlo.

—El día que me lo presentaste, le pedí hablar con él y hasta ahora, no se ha presentado para hacerlo, Imagino que ahora el momento ha llegado ¿Lo podrías llamar para que venga a verme?—la joven temió ante la calma que mostraba su padre, no obstante, ella también tenía mucho que hablar con su novio. Su padre tenía razón, Indra sólo lo saludaba cuando pasaba a verla, pero en ningún momento pidió hablar a solas como se lo había pedido.

—Le pediré que venga cuanto antes... quiero escuchar lo que dirá sin predisponerme antes de tiempo—lo decía mas para ella, que para su progenitor.

[...]

Para la familia Otsutsuki, desde el día que Toneri le confesó todo a Indra, fue como una montaña rusa de subidas y violentas bajadas. En cuanto Indra supo lo del bote, se puso en contacto con el mejor abogado, pues Toneri se había puesto muy mal y se aferró a él, llorando como un niño pequeño. El mayor sentía mucha culpa por haberse ido. No imagino que el muchacho lo necesitaba tanto, quizás si se hubiera quedado a su lado, podía haberlo forjado como a un hombre de bien, pero a esas alturas, no podía cambiar los hechos.

Con el transcurso de las semanas, el abogado se puso en contacto con el fiscal encargado del caso e hizo un trato. Los vídeos y la confección de Toneri, por una orden del juez para recluirlo indefinidamente, o bien hasta que estuviera completamente sano, en un hospital psiquiátrico.

El tiempo con Hinata se había reducido considerablemente, ya que, entre su traslado a Konoha, como el caso de Toneri, se quedó sin espacio para verla como la veía antes. Eso lo estaba poniendo frenético, pues no estaba siendo sincero con ella y no sabía como lo iban a tomar, cuando se enteraran de lo que había estado haciendo.

Toneri le iba contando entre conversaciones, detalles sobre la ojiperla, que la describían a la perfección y eso no le agradaba. Era como si el mismo comportamiento que tenía con él, lo hubiese tenido con su sobrino, logrando enamorarlo. Se negaba a dudar de ella, pero el chico parecía conocerla muy bien, incluso mejor que él.

Su madre le pidió recapacitar, o de lo contrario, perdería todo lo que llevaba avanzando con ella. Le aconsejo decirle lo que hacía, pero si era sincero consigo mismo, temió que el odio de Hinata hacía su sobrino, terminaría estropeando lo que planeaba. La idea de los Hyugas, era encerrar a Toneri en una prisión y ahora que él, estaba a cargo, se aseguraría de proteger a su sobrino. No iba abandonarlo, dado que no contaba con nadie mas.

Esa mañana, llegaron los encargados del hospital para llevarlo. El chico parecía un cachorro asustado y le pidió que lo ayudara evitando que se lo llevaran. Tan mal se puso, que no tuvieron otra opción mas que cederlo. Ese mismo día, se dictaba la orden de arresto a Shion, quien, a pesar de las negativas de Toneri, no dejaba de llamarlo. Seguramente, quería amenazarlo, como lo hizo la última vez que el chico respondió el teléfono. Pronto, su rostro se llenó de miedo y dejó caer el celular sin dejar de temblar. Él levantó el electrónico y pudo escuchar la sarta de amenazas que hacía esa mujer. Le gritó que si ella caía, él también lo haría. Terminó la llamada y apagó el celular. Esa malvada mujer, no volvería a manipularlo.

Quedó triste por la partida del muchacho y el momento de enfrentar a Hinata, había llegado. A esas alturas, estaba seguro que ella ya lo sabía todo y tenía que explicarle porque hizo las cosas sin contarle. Ahora podía descansar y dedicarse completamente a ella. Pensaba averiguar si las insinuaciones del chico eran ciertas o todo estaben su mente debido a la obsesión.

Tomó el celular para llamarla y se encontró con un mensaje de ella, donde le pedía ir a verla, lo antes posible. El corazón le dio un vuelco apenas leyó ese mensaje y comenzó a sentirse muy inseguro.

Tomó la llaves y salió con rapidez. No quería continuar aplazando, lo que seguramente ya era del dominio público. El trayecto le pareció más largo que las semanas anteriores y entre más se acercaba, su inseguridad aumentaba.

Pregunto por ella, apenas le abrieron la puerta y le indicaron que se hallaba en el jardín trasero. Se acercó y la encontró sentada en una banca, cerca de muchas flores.

—¡Hinata...!—la mencionada no se inmutó y tampoco giró a darle la cara, como lo hacía siempre que llegaba a verla. Ella había estado abriéndose más a su cercanía y hasta lo besaba en los labios con cariño cada vez que se veían, sin embargo, ahora se había quedado sin moverse.

—Tome asiento—lentamente, Indra se acercó y se sentó con ella en la misma banca—Disculpe que lo haya hecho venir hasta aquí, dado su limitado tiempo—hizo sonar las últimas dos palabras, con sarcasmo.

—No te preocupes, yo pensaba venir a verte hoy mismo... Supongo que quieres explicaciones sobre lo que hice y las tendrás todas.

—Me parece muy bien, porque por más que me lo he preguntado, no puedo dar con la respuesta adecuada ¿Que tiene Toneri? ¿Que tiene él, que se ha encargado de manipular a los hombres que me rodean? Primero mi padre, luego Tobirama y ahora también usted—suspiro con calma sin dejar de mirar las hermosas flores—No sabe cuando tiempo he esperado por esta respuesta—en ese momento lo encaró y lo miró directamente a los ojos sin sonrojarse.

—Hinata yo... yo no era eso lo que te quería aclarar, yo sólo quiero que sepas porqué oculté información y...—ella lo interrumpió.

—Responda mi pregunta y no será necesario que diga más, yo me quedaré conforme con lo que diga, puesto que esa respuesta, aclarará todas sus acciones—el Otsutsuki no supo que responder, porque la pregunta lo tomó desprevenido y en realidad, tampoco tenía una respuesta concisa—No tiene la respuesta ¿no es cierto?—Indra continuó en silencio y la miró ponerse de pie—En ese caso, no se esfuerce y le pido de favor que me acompañe a la oficina de mi padre... él lo espera para hablar con usted.

La siguió en silencio, apenado por sentir que le había fallado. Durante las noches que se quedaba despierto, pensó en muchas maneras de aclarar el motivo que lo llevó a ocultar la información, pero ella lo descolocó con una simple pregunta. No le gritó, tampoco le reclamó nada, Hinata solo quería saber, porque las personas encargadas de protegerla, terminaban creyendo el el hombre al que le temía, el mismo que la obligó a huir.

—Pase—no había notado que ella estaba tocando la puerta hasta que escuchó a Hiashi.

—Padre, aquí está Indra—Hiashi le sonrió a la chica y saludó el Otsutsuki—¡Bien! Si no me necesita, ire con Ino para las pruebas de su vestido—el castaño asintió.

—Espera... necesitamos hablar—Indra la tomo del brazo y la retuvo para que no se fuera.

—¿Me tiene la respuesta?

—Olvida eso, te diré todo, sólo espera a que termine de hablar con tu padre.

—Si no responde lo que pregunte, no tenemos nada de que hablar... ahora si me permite, debo irme, mis amigas me esperan—la morena evitó llorar ante la decepción. Indra no sólo no le pudo responder, sino que ni siquiera la había escuchado, cuando le contó emocionada que sería la encargada del menú para la próxima boda de su mejor amiga. Era obvio que Indra, también prefirió creerle a Toneri, antes que a ella.

—¿Estas terminando conmigo?—cuestionó antes que cerrara la puerta.

—No, yo sólo le estoy dando tiempo para que piense. Recuerde que es importante poner en orden nuestras prioridades y sobre todo, valorizar la confianza entre la pareja—sin decir nada más, salió cerrando la puerta.

—Ahora que nos quedamos a solas, dígame ¿que pretendía ocultándole a mi hija sus planes con Toneri?—Indra soltó el aire contenido y trató de concentrarse en el castaño frente a él, sin embargo la mirada dolida de Hinata, se quedó clavada en su memoria.

[...]

Toneri fue ingresado a una habitación pequeña, que contaba con una cama y una pequeña mesa. No había ninguna otra cosa además del baño. Se recostó sonriendo. Había completado con éxito la primer parte del plan, ahora seguía la siguiente.

Durante los primeros días, se dedicó a seguir las órdenes al pie de la letra, mientras evaluaba al personal médico. Rápidamente, comenzó a congeniar con las enfermeras y algunos pacientes. Se lo tomó con calma, debía esperar a que todo el revuelo de Shion se enfriará. Todos debían bajar la guardia y cuando lo hicieran, él estaría listo.

Continuara.

Aquí esta el nuevo capítulo, antes del último, que también subiré pronto. Me disculpo por las faltas de ortografía que encuentren, luego las corregiré.😊💕

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