Capitulo 2

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro. Esta portada también fue hecha por Mairim Alfaro y le quedó genial.


Tobirama miro la puerta por donde salió la joven Hyuga y después de unos segundos, recordó la información que le llevó para registrar a los nuevos integrantes de la academia y se dispuso a realizar el trabajo.

Adentro de la carpeta estaban los documentos con la información y foto, de cada uno de los estudiantes. Comenzó ingresando uno por uno, en el sistema de la computadora, tal y como se lo pidió Mito, hasta que llego al documento que mostraba la fotografía de una jovencita con ojos color perla y cabello negro azulado; Hinata Hyuga, la misma que se acababa de marchar y la misma que cayó y no ayudó a levantarse—¿Que podía estar haciendo esa chiquilla en un lugar de cocineros?—pensó confundido.

No conocía mucho a nivel personal los miembros de esa familia, pero por lo que sabía, eran dueños de una prestigiosa cadena de hoteles y tanto Hiashi, como el sobrino, se vislumbraban como unos triunfadores. Lo más seguro, es que la torpe chica no haya podido con semejante cargó. Para eso se necesitaban personas duras, con liderazgo y no una asustadiza niña como ella.

Sin ser consiente, dejo el expediente de la Hyuga a un lado, donde pudo seguir mirando la fotografía de la chica y comenzó con los otros alumnos.

Rápidamente termino y volvió a mirar la fotografía, con la intención de ingresar toda la información. Termino y escucho la puerta, pidió a la persona que pasara mientras guardó todos los documentos.

—Buenas tardes... aquí tienes los documentos de mis alumnos—Iruka, otro de los instructores colocó la carpeta con la información corresponde sobre el escritorio donde trabajaba el Senju.

—Gracias Iruka-san—agradeció con seriedad.

—No fue nada, ahora me despido y me voy antes que mi grupo incendie mi salón de clases—bromeó un poco y volvió a ponerse serio—Bienvenido y si necesitas alguna otra cosa, sólo házmelo saber—el albino agradeció y continuó para terminar lo antes posible.

Revisó todo lo que Mito le había dejado encargado y sin darse cuenta, el día transcurrió sin ningún contratiempo. Suspiró cansado, estirando sus articulaciones para relajar la rigidez que le ocasionó estar por tanto tiempo en la misma posición.

Miro con desagrado que la hora de comer había pasado y no se dio cuenta por estar enfrascado en el trabajo. Ese día no pensaba ir a su empresa, debido a que tenía que ponerse al dia con la academia, pero al día siguiente si debía darse prisa tomando el cargo de inspector de medio tiempo, lo que le permitiría poder llegar a la empresa Senju. Luego de terminar, se aseguró de apagar todo antes de salir de la oficina para irse a su casa.

—¡Tobirama Senju..! Que sorpresa verte por aquí—exclamo Karin Uzumaki, prima de Kushina y también sensei de la academia. Ambas eran sobrinas de Mito y se habían unido a ella, cuando abrió el negocio estudiantil.

—Ya lo vez, me pusieron a trabajar extra—respondió estrechando la mano de la chica.

—Ya veo... si, estábamos al tanto de la llegada de un suplente, pero no se nos informó el nombre, supongo que Mito no estaba segura que aceptarás—reveló la pelirroja sonriendo.

Los dos caminaron hacia la salida, encontrándose con todos los alumnos que también salían de sus salones de clases para dirigirse hacia la salida.

Un grupo de cinco estudiantes paso frente a ellos sin prestarles atención. Estaban demasiado interesados en lo que Naruto les contaba sobre un reto de tiempo, preparando platillos, que de mirar a los alrededores.

—¿Es una Hyuga?—pregunto Karin en voz baja, la cual fue escuchada por Tobirama.

—Así es, esta en el grupo de Kushina—respondió mirando discretamente a la ojiperla, quien se reía divertida con lo que decía el chico regordete.

—¿En serio?—pregunto con los ojos llenos de ilusión y el Senju afirmó con la cabeza—Estoy de suerte... ella me dará acceso directo al bombón de su primo y ¿porque no? también a Itachi y a mi Sasuke—declaró la chica con los ojos que parecían salirle corazones, imaginando a los tres nombrados. Tobirama puso los ojos en blanco ante lo que escucho. Karin siempre se portaba de esa manera, persiguiendo a los hermanos Uchiha, aunque últimamente, se había interesado por el genio Hyuga.

—¿Y porque no le pides a Naruto que te ayude? ¿Que no se supone que es el mejor amigo del menor de los Uchiha? ¿Para que la necesitas a ella?—pregunto ante los más sencillo, pues el rubio era parte de la familia de Karin y eso sería mucho más fácil que acercase a la chica que no conocía.

—¿Acaso crees que no lo he intentado? Pero Sasuke siempre termina escapándose además, con él no tendría acceso directo a Neji Hyuga... ese hombre es un sueño—respondió con la sonrisa llena de anhelo—Ven.. acércate conmigo para no verme muy obvia—el Senju no tuvo tiempo de negarse, cuando se vio estirado por la pelirroja, quien lo acercó tanto como quiso hasta llegar a ellos.

—Espera, no—el albino ya no pudo objetar, pues de hacerlo, sería escuchado.

—¡Hola chicos!—saludo Karin atrayendo la atención de todos hacia ellos—Soy Karin, una de las senseis y él es Tobirama Senju, quién suplirá a Mito mientras este de vacaciones y queremos conocer a todos los nuevos alumnos—el primero en dar un salto de sorpresa, fue Naruto y los otros cuatro, permanecieron en silencio escuchando a la pelirroja.

Hinata se puso rígida debido a la cercanía del hombre al que miro dos veces en ese mismo día y en las dos ocasiones, se porto como todo un patan con ella.

—¡Karin..!—exclamó Naruto, rascándose la mejilla y listo para presentar a sus nuevos amigos—Bien, pues a Choji ya lo conoces y ellos son, Deidara, Ayame y Hinata—el rubio señaló a cada uno de los jóvenes al mencionar sus nombres. Ellos sonrieron y saludaron con un asentamiento de cabeza al albino y a Karin.

Deidara miro de mala manera al Senju por el comportamiento poco amigable, que mostró hacia Hinata y viéndola incomoda al lado del arrogante tipo, la tomo de la mano para colocarla en medio de Choji y él, no se expondría a que de nueva cuenta hiciera algo grosero en contra de ella, porque de ser así, tendría que intervenir y no era buena idea pelear con el jefe de la academia los primeros días de clases.

El Senju por su parte, sonrió ante el desafío y permaneció sin mostrar expresiones.

—¿Quien les tocó como sensei?—pregunto, mirando directamente a Hinata, con una sonrisa amable, la cual acabo relajando a la ojiperla, por lo tanto, se dispuso a responder con más confianza.

—Estamos en la clase de Kushina sensei—le respondió, también sonriendo.

—¿Eres familiar de Neji Hyuga?—pregunto directa y sin rodeos, ya que según ella, entre más pronto se rompa el hielo entre las personas es mejor.

Naruto negó con la cabeza sabiendo el porqué karin se había acercado a ellos.

--Si... bu-bueno, él es mas como mi hermano mayor ¿usted lo conoce también?—pregunto con inocencia.

—¡Por supuesto! ¿Quien no conocería a uno de los solteros más cotizados de la cuidad?—soltó emocionada, sin saber que todos la veían sonriendo por cómo cerró los ojos al hablar del exitoso Hyuga.

Deidara miro a Hinata hablando tranquila con la pelirroja y supo que podía irse, después lo siguieron Ayame y Choji, quedando solamente Hinata con Naruto, Karin y un imperturbable Senju, quien también avisó que se iba, sin embargo, la revoltosa pelirroja cegó su partida.

—Tobirama por favor, no se verá bien, si nos vamos y dejamos sola a Hinata—le reprochó Karin haciendo suspirar al albino, para no perder la poca paciencia que le quedaba.

—N-no se preocupé, yo puedo quedarme sola esperando, no se detengan por mi—les reitero Hinata, apenada—Ademas mi nii san, no debe tardar en llegar a recogerme... y si gusta, puede venir conmigo para que lo saludé—ofreció la morena, sabiendo que ese día en particular, Neji se ofreció a recogerla.

Una sarcástica risa llamó la atención de Hinata y al levantar el rostro, se encontró la perfección hecha hombre. El tipo que la trató mal, el mismo tipo que permaneció en silencio frente a ellos como si de una estatua de mármol se tratara, ahora se estaba riendo, dejando al descubierto la perfecta dentadura. Ese sujeto era guapísimo, penso la ruborizada joven y después recordó que también era un patan, así que dejó de verlo y se enfocó en la chica pelirroja.

Tobirama no acostumbraba mostrar sus emociones, estaba parado mirando las interacciones de la niña Hyuga, como también las de Karin, a quien conocía desde muchos años atrás y no pudo evitar reírse al ver la reacción que tuvo la pelirroja ante la sola idea de acercarse a Neji Hyuga. Tenía que admitir, que aunque en el pasado, Karin siempre suspiraba por algún hombre inalcanzable, esta era la primera vez que la veía tan interesada y hasta nerviosa.

Karin fulminó con la mirada a Tobirama, cuando lo escuchó burlase de ella.

—¡Llegó! Hasta luego Naruto, te veo mañana—le dijo la ojiperla al rubio y acto seguido, se dirigió a Karin—¿Quire venir conmigo para que lo salude?—preguntó lista para marcharse.

—Será en otra ocasión... ahora me tengo que ir—Hinata asintió y salió apresurada sin siquiera darle una última mirada al Senju, el cual se quedó parado mirándola salir para encontrar a Neji. El castaño la esperaba fuera del auto, dejando que todas las miradas se centraran en ellos.

Los tres vieron como los primos se abrazaron y Neji le abrió la puerta a su prima para que subiera. La pelirroja suspiró sin poder despegar sus orbes del castaño.

—¿Que pasó Karin? Esa era tu oportunidad de acercarte—le reprochó Naruto a la sonrojada sensei.

—Naruto tiene razón, pensé que eso era lo que querías—añadió Tobirama, negando con la cabeza por haber sido prácticamente obligado a permanecer con la pelirroja, esperando por el Hyuga y al final, terminó avergonzada sin hacer nada.

—No pensé que llegaría tan lejos, siendo invitada desde el primer día y no estaba lista... así que déjenme en paz—se fue dejando a los dos varones rodando los ojos.


[...]

—¿Como estuvo tu día?—preguntó Neji.

—Muy bien...¿sabes..? Conocí a dos personas que me preguntaron por ti y afirmaron conocerte—Neji frunció el ceño, pensando en quienes podían ser.

—¿Y quienes son?—preguntó con curiosidad, pues no creía que algún conocido suyo coincidiera con Hinata en ese lugar donde estudiaba.

—El primero que me preguntó fue Naruto—el castaño suspiro y se llevó los dedos al puente de la nariz, recordando al imperativo rubio—Y antes de salir, fue una sensei muy bonita de nombre Karin Uzumaki—concluyó Hinata, esperando ver una reacción similar a la que tuvo al mencionar a Naruto, pero para su sorpresa, su primo no mostró molestia, sino por el contrario, la expresión molesta que tuvo momentos atrás, quedó reemplazada por una de satisfacción—¿acaso a él también le gusta la sensei?—Pensó Hinata sonriendo con discreción—¿Los conoces nii san?—cuestionó al esperar que él dijera algo.

—Si... para mi mala suerte—dijo mientras conducía por las calles rumbo a la mansión Hyuga.

—¿No son buenas personas?—el joven negó sonriendo, ante la inocencia de su prima.

—No es eso... no me mal entiendas. La verdad, si son buenas personas, pero los que conocen a Naruto, deben tener paciencia de santos para aguantarlo—aclaró Neji.

—Bueno, él dijo que Itachi-kun y tu, los molestaban mucho a Sasuke-kun y a él, pero Choji, uno de mis nuevos amigos, dijo que ellos merecían lo que ustedes les hacían—concluyó Hinata haciendo reír a Neji.

—Conoces a Itachi y a Sasuke, desde que eras pequeña, sabes bien la rivalidad que siempre hubo entre los dos hermanos... mas bien, sólo en Sasuke, queriendo superar a Itachi—la ojiperla afirmo, pues todos los que conocían a los hermanos, sabían como el menor, nunca podía ganarle al mayor y eso era muy divertido para todos, pero en especial para Itachi.

—Sasuke como recurso desesperado, uso a Naruto para vigilar a Itachi y todo le salió al revés, ya que Naruto terminó admirando a Itachi, haciendo rabiar mas al hermano menor—añadió Neji con satisfacción al recordar el rostro de Sasuke, cuando Naruto dijo que Itachi era el mejor hermano mayor que todos quisieran tener.

—¿Y que hay de ella? —inquirió notando el cambio en su primo.

—La conozco poco—fue todo lo que respondió, finalizando la conversación acerca de los Uzumaki.

[...]

La semana transcurrió tranquila y también entretenida para los estudiantes de la academia. Hinata se había estado encontrando todas las mañanas al Senju, puesto que ambos eran muy puntuales llegando minutos antes de comenzar las clases. Ella evitó en todo momento cruzarse por el camino del amargado hombre, no queriendo ser un estorbo que le hiciera perder su "valioso tiempo " Él tampoco le prestaba atención, ni a ella ni a nadie. La morena se burlaba internamente, diciendo que debería ser horrible ser él y verse al espejo con ese enojo contra todo el mundo, como si fuera el único que tenía problemas.

Tobirama se percató rápidamente del comportamiento evasivo que adquirió la joven Hyuga hacia él. Prácticamente no lo volvió a mirar y cuando se llegaban a cruzar, ella se hacia a un lado fingiendo responder el celular para no estar cerca de él.

Aunque siempre le gustó ser ignorado por las féminas para que no lo acosaran sexualmente,  esta vez lo molesto, y fue él quien empezó a prestar atención a los finos rasgos de la chica. Pudo comprobar que poesía una figura perfecta, lo supo una de las mañanas que llego y ella aún no se ponía el uniforme ni el delantal. También notó que los exóticos orbes Hyuga, la hacían resaltar entre todas las personas, al igual que el largo cabello negro azulado que se mecía al compás de sus pasos, atrayendo las miradas de muchos hombres que la devoraban al verla caminar frente a ellos. Con el paso de los días, también notó que el carácter de la chiquilla era totalmente diferente a los demás Hyugas. Ella les sonreía a todos y siempre se veía dispuesta para ayudar a quien lo necesitara. El acercamiento con Naruto, ya le había ganado algunas miradas de odio por parte de un grupo de chicas encabezado por Shion, una de las muchas enamoradas del rubio, no obstante, sus compañeros, incluso Karin, estaban siempre a la defensiva para cualquiera que la quisiera agredir.

Frustrado, echo la cabeza hacia atrás, sobre la silla negra de cuero que tenía en la oficina de la empresa Senju ¿porque estaba pensando en ella? Eso no tenía sentido, la chica, ni siquiera lo veía y lo peor de todo, era que se sentía culpable de haberle tratado mal el primer día que la conoció.

El teléfono sonó sacándolo del trance en el que permaneció desde que comenzó a pensar en esa joven—¡Dime Konan!—respondió a su secretaria.

—Aquí esta Minato... y me pidió que lo anuncié—avisó la secretaria del CEO.

—Dile que él, no necesita ser anunciado, lo único que debe hacer es tocar—dijo colgando la llamada y esperando a que el rubio entrará después de ser anunciado. Lo cierto era que Minato, también trabajaba con los hermanos Senju, incluso tenía acciones en la compañía, sin embargo, nunca se atrevió a pasar a la oficina del socio menor, debido al carácter agrió que lo caracterizaba.

—¿Como estás Tobirama?—el rubio entró con su siempre semblante amable.

—Estoy bien Minato ¿que te trae hasta aquí? Pues a menos  que necesites algo, nunca me visitas—reprochó el albino.

—Sabes que no me gusta importunar, pero eso no significa que no me guste saludarte—aclaró Minato sonriendo.

Tobirama también sonrió, aunque fue casi imperceptible. Ciertamente, él apreciaba mucho al rubio. Minato era uno de sus pocos amigos que todavía conservaba desde la infancia. La pareja Namikaze lo apoyaron en todo cuando sufrió el desplante que lo hizo mas amargado. Ellos se quedaron con él, aún con el mal humor que tuvo los meses posteriores al ridiculo que enfrentó por esas personas.

—Mañana se lleva a cabo el baile y cena de beneficencia... el mismo que se hace anualmente y aquí te traje la invitación—Minato se acercó hasta él y le entregó el sobre.

El albino suspiró cansado, sabiendo que en ausencia de su hermano, no tenía más remedio que asistir a la dichosa cena. Estaba mas que seguro, que ella estaría ahí, refregándole a todos, el Uchiha que siempre estaba a su lado, cumpliéndole todos y cada uno de sus caprichos.

Minato lo observó, sabiendo a que se debía el semblante de Tobirama. Después de ocho años, su amigo no había logrado superar la traicion de Izuna y Henare. La única forma que quizás podría sanar su corazón, era darse la oportunidad de amar a alguien más, sin embargo, había un problema, él no permitía que nadie se acercará, mas que para unas cuantas horas de sexo sin ningún tipo de vínculo.

—Supongo que no me puedo negar ¿verdad?—pregunto con ironía.

—Se que no te gusta asistir a esa clase de eventos, pero las personas mas importantes de la cuidad estarán presentes, ademas, tu compañía es una de las que más donaciones realiza al año y en ausencia de Hashirama, eres el único que puede representarlos—añadió Minato despidiéndose y saliendo de la oficina.

El albino se quedó a solas y sumido en los recuerdos del pasado. No quería encontrarse con ella, no es que no lo hubiera hecho antes, sin embargo, hacía hasta lo imposible por evitarlo y la forma mas eficaz, era enviando a su gustoso hermano, quien no se molestaba en dar la cara por ambos, después de todo, Hashirama era inmune a sitios llenos de hipocresía y falsedad, tal como lo era esa traidora mujer.

[...]

—Que bueno que llegan.... Hinata ven conmigo, necesito que te pruebes el vestido que te compre para el baile de mañana—Hanabi se veía eufórica, mientras que la mayor no entendió absolutamente nada.

—¿De que baile hablas?—pregunto Hinata.

—Padre me pidió que comprara un vestido de cóctel para ti, dado que mañana es la cena y el baile de beneficencia, la que se realiza cada año y en vista de que ustedes dos no se hablan y que tu nunca antes has asistido, me mando a que yo comprará algo para ti—respondió Hanabi, orgullosa de las elecciones que había hecho al momento de comprar los dos vestidos con los accesorios.

—¿Y tengo que ir yo?—pregunto sin ánimo, ya que el comportamiento de su padre la entristecía mucho.

—Lo siento Hinata, pero no hay forma de que te escapes—le reiteró Neji, también mostrando seriedad por las acciones de su tío.

—No te preocupes, lo más seguro es que tus amigos también asistan. Será bueno que los veas, pues desde que llegaste no se han reunido y que mejor lugar que en el aburrido baile—le animó Hanabi.

—Hanabi tiene razón, Shino, Ino, Tenten y Kiba, todos los años asisten—agregó Neji, tratando de hacer sentir mejor a la pobre chica.

La ojiperla afirmó y se fue siguiendo a la menor. Trataba de mostrase contenta y mostraba una sonrisa, pues lo último que deseaba era preocuparlos. Tomo la bolsa con todo lo que su hermana compro y regreso a su habitación, necesitaba estar sola. No puso interés en el vestido y paso el resto del día sin ánimos y sin salir de su habitación.

Mas tardé, tomó el celular y envió un mensajes de texto a sus amigos, mismos que estuvieron felices al saber que también ella iría a la cena benéfica.

Aún desanimada, terminó guardando el teléfono, pensó quedarse encerrada hasta el siguiente día, no obstante, 20 minutos después de recibir el último texto, el timbre de la mansión se escuchó, seguido por un gran escándalo que rápidamente se aproximaba hacía su ubicación. Se quedó esperando sin moverse de donde estaba sentada y en segundos su puerta se abrió sin ceremonias.

—¡Hina!—gritó una rubia de ojos azules, seguida por una apenada castaña con dos coletas en el cabello.

—¡Ino...Tenten...que gusto verlas..!—exclamó la morena y corrió hacia ellas... a sus sus dos mejores amigas.

—Tienes una semana aquí y no nos hemos visto ¿cuando pensabas buscarnos?—pregunto la rubia indignada.

—Yo-yo no quería molestarlas, pensé que debían estar ocupadas en otras cosas y...—se quedó sin poder decir que no se hablaba con su padre y por ese detalle, no había querido ver a nadie.

—Ya-ya, no tienes que fingir con nosotras... Hanabi nos contó todo lo que estás pasando y no puedo creer que no hayas confiado en tus mejores amigas—reprochó la rubia, al mismo tiempo que se apuntaba a ella y a Tenten.

Hinata las miro con cariño, ellas tenían razón, sus amigas siempre estaban para ella en los buenos y en los malos momentos, pero se sentía mal de ser siempre una carga para todos, por esa razón, está vez trató de no molestarlas.

—Lo siento mucho chicas, yo se que ustedes siempre están para mi—les dijo a las dos jóvenes.

—Entonces fue bueno que viniéramos preparadas para dormir aquí, aunque no nos invitaras—anuncio Ino, dejando sus pertenencias junto a las de Tenten en el armario de la morena.

—Ya verás lo bonita que te dejará esta loca—recalcó Tenten, sabiendo el gran talento de Ino al momento de peinar y maquillar.

...

Al día siguiente, las tres chicas se arreglaban dentro de la habitación de Hinata.

Hanabi le informó al patriarca que su hija mayor, se iría con las amigas y aunque Hiashi no estuvo contento, no le quedó otro remedio que aceptar.

—Lista, ahora ve y ponte el vestido—ordenó Ino después de terminar de peinar y maquillar a la ojiperla.

Tenten ya estaba vestida con un elegante vestido color cobre, el cuál caía hasta los tobillos y se ajustaba al delgado cuerpo, marcando las curvas de la castaña. La rubia le soltó el cabello y se lo acomodo por un lado con un broche, dejando que los hombros quedarán al descubierto, con apenas dos pequeños tirantes unidos al vestido.

Ino se vistió con un largo vestido en color rojo vibrante, que dejaba gran parte de la espalda al descubierto, siendo sostenido por dos cadenas doradas rodeando la parte trasera del cuello y dejando también los brazos descubiertos. Arregló su cabello en una trenza suelta y la complementó con adornos rojos incrustados entre el cabello.

--¡Hinata! Te ves preciosa con ese vestido—las dos chicas miraron como la morena salió tratando de cubrirse el escote, ya que, dejaba ver el comienzo de los grandes senos.

El vestido de la ojoperla también era largo, en color negro con detalles dorados y corte de sirena. Las mangas de encaje negro y dorado caían bajo los hombros dejándolos descubiertos y haciendo escote de corazón en medio del pecho. Hanabi le incluyó zapatillas de fino tacón en dorado, al igual que unas pulseras aretes y la gargantilla que le resaltaba el delgado cuello. Ino le aparto el cabello en la coronilla y colocó dos prendedores dorados a cada lado dejando el flequillo y el cabello restantes, caía en hermosas ondas terminando arriba de la cintura.

—Hanabi hizo una buena elección—Tenten le serró el ojo y sonrió con picardía por las intenciones de la castaña.

—Foto para el recuerdo—sugirió Ino sacando el celular para colocarse con sus amigas—perfecto—dijo después de tomar mas de once fotos.

—Debemos irnos chicas, o llegaremos tarde—declaro Tenten y las tres salieron para irse en el auto de Ino.

[...]

Tobirama llego a la cena acompañado por Karin, Minato, Kushina y Naruto. El Senju uso un traje en gris oscuro hecho a la medida, completado con camisa en azul marino y corbata en colores similares, los cuales hacían resaltar la elegancia y el porte del apuesto hombre.

Las dos pelirrojas usaban vestidos largos de cóctel, Karin en dorado y Kushina en verde esmeralda. Minato vestía traje negro, con camisa verde y Naruto, también uso traje negro, no obstante, eligió una muy  llamativa camisa en color naranja. Ellos fueron de los primeros en llegar y se dirigieron hacia la mesa que les fue  designada.

Poco después, Tobirama pudo mirar unos cantos de los Uchiha, quienes ya hacían acto de presencia. El primero era Madara, seguido por Fugaku, Mikoto y los dos hijos de estos, después se les unieron, Obito y Shisui. La pareja que no quería ver aún no llegaba y si la suerte estaba de su lado, quizás no se presentarían.

Tsunade entró acompañada de Jiraya y Shizune, los tres se dirigieron hacia ellos, para ocupar la mesa del lado derecho. La rubia era hija del hermano mayor de los Senju. Lamentablemente, había fallecido junto a su esposa años atrás en un accidente automovilístico, por lo tanto, la Senju fue criada por el padre del Hashirama y Tobirama.

Poco a poco, el salón de fue llenando con mas invitados. Los Nara ocuparon la mesa del lado izquierdo y en breve, los Inuzuka y  los Aburame, se acomodaron con los Nara.

El albino comenzó a tensarse, pues era cuestión de tiempo para que llegaran los Uchiha restantes y mientras trataba de tranquilizarse, escuchó un suspiro que se le escapó a Karin. Ella veía fascinada hacia la entrada del lujoso salón y con curiosidad, siguió la dirección de sus orbes y se encontró a los Hyuga atravesando las puertas. Hiashi los encabezaba, seguido por Neji, sin embargo, este último no avanzo mas y se quedó atrás, dejando que Hiashi y su hija menor se dirigieran a donde se hallaban los Uchiha.

...

Ino, Hinata y Tenten, llegaron minutos después de los otros Hyuga, quienes estaban por entrar. Deliberadamente, Ino lanzó un grito atrayendo la atención de Neji y así lograr  que las esperará para entrar juntos. No es que le importara llegar solas, sino por no meter a Hinata en más problemas con su padre.

—Tío, entren ustedes, ahora los sigo—les dijo el castaño, a padre e hija, animándoles a que siguieran y así, él podía esperar por Hinata.

—Dense prisa!—les dijo en voz baja, para no llamar aún mas la atención, de lo que la rubia lo había logrado.

—Que impaciente—se quejó Ino, colocando a la ojiluna frente al rígido castaño. Sabía que sus primas eran su debilidad y no se molestaba nunca con la mayor de ellas.

—Te ves hermosa Hinata—afirmó Neji al mirar lo linda que se veía su prima, dado que muy pocas veces la miró luciendo así.

—Si claro, solo Hina se ve hermosa—reprochó Ino, logrando que el castaño se descolocarla avergonzado, por no decir nada de ellas. Trató de hablar, pero Tenten lo interrumpió restándole importancia y haciendo ver que estaban bromeando.

Luego de las bromas, Hinata tomo el brazo que le ofreció su primo y seguidos de la hermosas amigas, se dispusieron a dar alcance al patriarca, mientras atraían las miradas de muchas personas.

Al llegar al lugar designado para ellos, Hiashi ya estaba saludando a los Uchiha. Los Hyuga tenían negocios con ellos desde mucho tiempo atrás, además, eran buenos amigos, en especial de Fugaku, Mikoto y los hijos de ambos.

Hinata no conocía mucho a los hermanos menores de Mikoto, sólo los miró en algunas ocasiones. A los sobrinos los conocía desde niña, aunque ellos eran mayores que Neji, de igual manera se frecuentaban a menudo.

—¡Hiashi-san! No sabíamos que Hina-chan, ya estaba de regreso... ven aquí linda—le reprochó Mikoto al patriarca Hyuga, ya que ellos apreciaban mucho a Hinata y a Hanabi.

—Llegó apenas hace unos días—respondió Hiashi con seriedad, dado que no quería entrar en detalles.

—Ustedes también... vengan aquí, donde esta una, están las tres—Mikoto abrazo a Ino y a Tenten, puesto que las conocía desde siempre al igual que a Hinata.

Se saludaron, haciendo las presentaciones de Madara, que al igual que Itachi, Obito y Shisui, beso el dorso de la mano de cada una de las chicas y antes de sentarse, llegó el hermano menor de Mikoto acompañado de su inseparable esposa. Los saludaron con cortesía, hasta que finalmente se pudieron acomodar en las sillas de la mesa para ellos.

...

La cena transcurrió tranquila y pronto se dio inicio al baile. Apenas comenzó la música, las personas abandonaron sus lugares, con la intención de saludar, o bien, socializar con los demás invitados.

Hiashi se retiró de la mesa al ser llamado por unas personas para saludarse, dejando mas relajada a la ojiperla. Sasuke se unió a ellas, acomodándose en medio de Hanabi y Tenten.

Hianata estaba sumergida en sus pensamientos y de pronto notó que Hanabi se iba hacia la pista de baile, acompañada por Sasuke, le parecía gracioso, debido a que el Uchiha menor, siempre llamo a su hermana mocosa insoportable, al parecer en su ausencia, ellos se habían empezado a llevar bien.

—¡Mira quien viene ahí!—apuntó Ino hacia donde se acercaban Shino y Kiba. La ojiperla se puso de pie antes que llegaran, para ser recibida en los cálidos brazos de Kiba.

—Una semana Hina...una semana y no te comunicaste con nosotros—reprochó Kiba, soltándola para que también Shino le saludara.

—Esta bien, dejen los reclamos para después, por ahora llévenme a bailar—sentenció Ino, que se fue con Kiba, seguida, por Shino y Tenten.

—!Vamos Hina!—Neji le tendió la mano, como todo un caballero para llevarla a bailar con él.

[...]

Las rojizas orbes del Senju, se centraron en los dos Hyuga, quienes atrajeron todas las miradas hacia ellos y hacia las chicas que también caminaban con ellos. Los murmullos no se hicieron esperar, sobre el regreso de la hija mayor de Hiashi y lo hermosa que lucía. Tuvo que reconocer, que la mujer era muy hermosa, no es que no lo hubiese notado antes, pero no era lo mismo verla con el uniforme académico, que admirar su figura con ese vestido que la hacía ver inalcanzable a cualquier hombre.

Llegó hasta los Uchiha, quienes la recibieron con cariño y adulación, por parte del bastardo de Madara, aunque no fue sólo con ella, también aduló a las dos amigas, como todo un rabo verde.

Ellos la trataron bien y eso lo hizo sentirse con mas culpa, por el día en que la conoció y que terminó desquitándose con ella por su frustración.

Estaba tan sumergido admirándola, que ni siquiera notó el momento en que Izuna y Henare, llegaron con los Uchiha. Se sorprendió al no sentirse ansioso como en las otras ocasiones que se llegaron a encontrar, de hecho, ya no le interesó mirarlos, porque sus ojos no podían abandonar a la alumna de gastronomía.

Continuara.

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