Capitulo 19
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—Los Otsutsuki y los Hyuga, tenemos parentesco y cuando, mi hija mayor nació, a la tía de Toneri, se le ocurrió que podíamos comprometerlos, para unir tanto, las empresas, como también, la sangre—explicó Hiashi, mirando la copa que descansaba en su mano—Los años pasaron, mi esposa murió dejándome con dos hijas y un sobrino... la carga del trabajo, combinado con las necesidades de mis hijas, hicieron que olvidara aquel absurdo matrimonio arreglado. No obstante, ellos no lo olvidaron y cuando Toneri creció comenzó a pedir fotografías de mi hija, las cuales, ella se negó a darle y en su lugar, era yo quien tenía que hacerlo—el castaño sintió vergüenza al confesar que era él, quien mandaba las fotografías de Hinata.
—¡Entonces...! ¿Cuando fue que ellos se conocieron?—Tobirama quería ir directamente al punto del primer encuentro entre la pareja.
—Ellos nunca se conocieron, solo fue correspondencia por parte de Toneri, ya que Hinata se opuso a ese matrimonio, apenas la hice partícipe—el Senju frunció el ceño, sin entender—Se que esto es raro, pero le doy mi palabra, que es cierto, de hecho, ni siquiera yo llegue a conocer al chico, hasta hace unos meses atrás, cuando el compromiso ya estaba cancelado—aseguró, dirigiendo su atención hacia Neji y a las amigas de Hinata, que parecían inquietas.
—Usted, no puede estar hablando en serio, el mismo Otsutsuki, me aseguro que ellos se conocían desde antes, incluso aseguró llevar una larga relación con ella—el albino comenzó a sentir que algo le estrujaba el pecho.
—No tengo ningún motivo para mentir... incluso él, me fue a ver, para preguntar si mi hija tenía compromiso, a pesar de saber que ellos no se casarían. Me aseguro, que la quería conocer y que lograría conquistarla, sin revelar su verdadera identidad, lo cual no fue difícil, dado que ella no quiso saber ni su nombre...Mi error, en ese momento, fue confiar en él y decirle que Hinata, no tenía a nadie, luego me entero que ella y usted, estaban comprometidos... ese fue el día, en que ella se marchó de mi casa para no regresar—el castaño hablaba con melancolía.
—Por favor, continúe—pidió el Senju, aún más impaciente.
—Días después de que ella se fuera a vivir con usted, Toneri regresó a mi oficina, hecho una furia. Me acusó de no intervenir en el compromiso de ustedes, y yo le aseguré que Hinata era una persona adulta y como tal, era capaz de tomar sus propias decisiones. Él me advirtió, que haría lo que yo no hice y que nadie mas que él, sería el marido de mi hija—ese fue el día en el cual pensó que el Otsutsuki, estaba algo perturbado—Pase mucho tiempo sin ver a mi hija y no le pude advertir, hasta el día en que entró en mi despacho para reclamar, que yo me había aliado con Toneri. Ese miserable le dijo que yo estaba de acuerdo con sus planes y logró ponerla mas en mi contra. Por mas que trate de explicarle, ella no me escucho y salió creyéndome un mal padre... en cierta forma, tenía razón—concluyó Hiashi.
—No puede ser—murmuró el albino—El tipo ese, me entregó todo un maletín, lleno de pruebas, donde afirmaba tener una larga relación con Hinata. Me relato, como ella entró en la academia, con el único propósito de lograr enamorarme, incluso, me aseguro que ella, solo buscaba mi fortuna—Hiashi negó con la cabeza.
—No se que clase de pruebas, puede haberle entregado, pero me queda muy claro que usted, no conoce a mi hija, de lo contrario, nunca hubiera dudado de ella—le aseguro el castaño.
—¿A que se refiere?—cuestionó irritado.
—Dígame, Senju-san ¿Hinata le acepto, dinero o regalos? ¿Ella acepto que usted la mantuviera?—Tobirama negó con la cabeza, pues en verdad, ella no quería que gastara nada—A eso me refiero... Si ella hubiera querido acceder a su capital, creerme, lo hubiera hecho, pero no lo hizo, porque ademas de ser tan orgullosa, tampoco tiene necesidad, puesto que su herencia permanece intacta y le garantizo, que así seguirá, debido a lo terca y obstinada, que es y referente a la academia, como bien le dije, sólo quienes no la conocen, podrían dudar del gran amor, que ella siente por la cocina y todo lo que conlleva, es tal, su gusto, que por entrar a esa academia, me desafió por segunda vez, ya que la primera, fue cuando no aceptó el compromiso... Ahora es su turno de contarme, que sucedió entre ustedes, aunque ya me estoy dando una gran idea.
El Senju, no tuvo otra alternativa, que decirle todo lo que pasó aquella noche, en la cual, echó a Hinata a la calle. Las reacciones del Hyuga, indicaban que estaba a punto de romperle la cara, al ex prometido de su primogénita, sin embargo, no interrumpió y lo dejó continuar hasta que terminara—Él fue muy convincente—aseguró Tobirama, llevándose las manos hacia el cabello. No podía ser cierto, él no podía haber juzgado tan cruelmente a Hinata, cuando ella no había hecho nada.
—Me da mucha pena darme cuenta, que no me equivoque, respecto a usted—espetó Hiashi—le aseguré a Hinata, que usted no era para ella, pero no me quiso escuchar y lo prefirió, antes que a mí. Mi hija me aseguro que usted la amaba, tanto, como ella lo amaba a usted y le garantizo, que si yo no me hubiera comportado de la misma forma, con ella, en este momento, ya le hubiera dado su merecido, por defraudarla—el Senju se quedó callado, pues no había forma en la que pudiera defenderse.
—Lo aceptó, fui un desgraciado, al no darle la oportunidad de explicar nada, pero de algo, puede estar seguro... yo de verdad la amo, amo a Hinata, tanto que incluso antes de saber todo esto, regresé a Konoha, con la intención de buscarla y pedirle que regrese conmigo, no me importaba que me hubiera engañado, pero ahora...—el albino, no podía olvidar, como ella le suplicó que la escuchara, como lloró tratando de convencerlo.
—Ahora, ni siquiera yo, se donde encontrarla. Me enteré que cuando ustedes terminaron, ella se fue huyendo de Toneri. Al parecer, desde que llegó, comenzó acosarla y debido a esa información, me vi, obligado a contactar a Kaguya, la mujer de cabello claro, que está sentada con él—apuntó discretamente hacia donde se hallaban los Otsutsukis—Ella y su hijo menor, optaron por venir a vivir aquí, para estar al tanto de la estabilidad mental de Toneri. Todo indica que ese supuesto amor que pregona tenerle a Hinata, es mas bien, una enfermiza obsesión.
—¿Quiere decir que ese maldito? No puede ser... ella trataba de decírmelo y yo me negué a escucharla... Contrataré al mejor investigador privado, para que la encuentre y cuando lo haga, se lo haré saber, para que usted también pueda verla—aseguró decidido.
—Yo contraté a uno, pero hasta la fecha, no ha podido encontrarla... se que no quiere verme y me lo merezco, pero no quiero rendirme, quiero que ella me perdone—declaró con tristeza.
—Y que hay de su hija y las amigas ¿Tampoco saben nada de ella? O también Neji ¿El no sabe nada?—Tobirama estaba seguro que ese grupo de personas debían saber algo, de lo contrario, no sonrieran como lo estaban haciendo, cuando se fueron a toda prisa abandonando el baile. Seguramente tenían otro compromiso, pensó el Senju, al verlos dirigirse hacia la salida. Hiashi también los miró y al igual que Tobirama, pensó que tenían algo mas que hacer.
—Con el único que puedo hablar es con Neji, ya que Hanabi, me culpo por aliarme con Toneri y aunque trate de explicar, nada volvió a ser como antes—confesó el castaño—Mi sobrino, trata de evitar el tema, aunque le pedí que si sabía algo me informara y aún sin tener pruebas, estoy seguro que ellos saben donde está Hinata.
—¡Bien...! Era de esperarse y no tengo que ser un genio, para saber que tampoco me dirán nada, sin embargo, reitero lo que ya le dije, contrataré al mejor investigador y le aseguro que no descansaré hasta que la encuentre—Hiashi lo miro con respeto, por primera vez, desde que lo conoció. Ahora se daba cuenta, que el hombre frente a él, realmente amaba a su hija—Apenas la encuentre y le daré aviso, después de todo, compartimos algo mas que quererla y eso es, haberla defraudado, cuando debimos cuidarla.
—En ese caso... cuente conmigo, para lo que necesite—Hashirama, observó boquiabierto, como el patriarca Hyuga y su hermano, se daban la mano y aunque, ninguno de los dos sonreía, había respecto en dicho acto.
Sin querer quedarse por mas tiempo, Tobirama abandonó el baile, de lo contrario estaba seguro que le rompería la cara a Toneri. Ese imbecil, se paseaba como si no hubiera hecho nada, mientras que Hinata, se había tenido que ir huyendo. No podía culpar solo a Toneri, porque lo cierto fue, que él, era tan culpable como el Otsutsuki.
Condujo a su casa y de inmediato se dirigió hacia el maletín de pruebas entregado por ese tipejo. También llamó al investigador, para reunirse con él, al día siguiente.
Debía haber algo en las supuestas pruebas, que pudieran demostrar el comportamiento errado del Otsutsuki. Apenas comenzó a hurgar aparecieron las fotografías donde Hinata se hallaba con Toneri. La sangre le hirvió, pero se obligó a mirar detalladamente en cada una de ellas y como si se tratara de un patrón. Las cejas de su ojiperla, estaban fruncidas, como si estuviera disgustada y lo que era aún peor, ni siquiera parecía que el beso fuera real. Sin embargo, todavía estaban las fotografías tomadas en esa misma casa, donde ella preparaba ramen. Luego de pensarlo, llegó a la conclusión, de que había alguien más, ayudando a ese maldito y en un leve recuerdo de aquella noche, recordó el nombre de Shion.
Decidió que los próximos días, preguntaría de puerta en puerta, de todos sus vecinos, cosa que debió hacer desde ese día y ni siquiera lo considero, pues para él, Hinata era culpable. De entre todas las cartas salió la copia del expediente médico, donde supuestamente, ella se sometió a una reconstrucción del himen. Leyó el nombre del doctor y guardó esos papeles para ir al día siguiente y preguntar directamente al mismo médico. Lo obligaría a decir la verdad, ya fuera por las buenas, o por las malas, pues si lo que pensaba, era cierto, se encargaría de que le quitaran la licencia médica a ese corrupto.
[...]
—Debo responder está llamada—les informó Hanabi al grupo de amigos que estaban en el baile de beneficencia. Sasuke se puso de pie, para que ella saliera y le dio privacidad para responder el celular, apenas regreso y se veía distinta, como si hubiera recibido una muy buena noticia.
Sasuke, no se equivocaba, dado que la llamada era de Yahiko, avisando sobre el nacimiento de su sobrino. Primero se puso triste pensando que no estuvieron con Hinata en ese momento tan importante de su vida, pero ya no había nada que pudieran hacer y el sentimiento de tristeza, se transformó en una de infinita felicidad. Ahora debía arreglárselas para ir de inmediato a estar con su hermana, no obstante, debía ser muy discreta y persuasiva. No podía olvidar, que el maldito de Toneri, estaba presente y con el nacimiento de su sobrino, Hinata, estaba mas vulnerable que nunca.
Sin llamar la atención, se llevó a Ino al baño de mujeres, para ponerla al tanto de todo y le envió un mensaje de texto a Neji y también a Tenten, pues ellos se hallaban bailando y no les pudo decir nada. Tampoco es que pudiera esperar por mucho tiempo sin gritarlo y mejor optó por el texto.
—Debemos escabullirnos, sin que los otros sepan nada—le dijo a Ino, refiriéndose a los novios de ambas, a Karin y Deidara.
—Tienes razón... déjalo todo en mis manos, yo me haré cargo—salieron del baño dispuestas a retirarse, sin que el baile hubiese concluido.
—¿Esta todo bien?—le pregunto Sasuke cuando regresaron a la mesa.
—Si, pero Ino, bueno ella...—la rubia le decía a Itachi, que debía marcharse porque estaba en sus días y se había manchado el vestido. El azabache de inmediato se puso de pie, para ayudarla, pero ella se apresuró a detenerlo.
—No te preocupes, tu continúa aquí. Hanabi y Tenten, se irán conmigo y mañana te llamaré ¿de acuerdo?—el Uchiha dudó por unos momentos y no tuvo otro remedio que aceptar. Tenten y Hanabi, también ya se disponían para irse, sabiendo que Neji, las alcanzaría en casa de Ino, cuando ya se hubieran cambiado de ropa. Las tres sabían que tarde o temprano, debían decirles la verdad a los chicos, pero preferían que fuera mas tarde, que temprano.
—No puedo creer que ese demente esté ahí, como si nada pasará, mientras Hinata da a luz sola, por su culpa—expuso Tenten, cuando llegaron a casa de Ino.
—¡Ese maldito!—exclamó Hanabi.
—También la presencia de Tobirama, me enferma—soltó Ino—y hablando de él ¿que demonios estaría haciendo hablando con tu padre?—Hanabi se encogió de hombros. También a ella, le sorprendió mirar a ese tipo, hablando con su padre.
—Quizás finalmente reconoció su error—añadió Tenten.
—Creó que es algo tarde para eso, porque de ser así, se tomó mucho tiempo en hacerlo y mi hermana tuvo que pasar por todo esto, también, gracias a él—la rubia asintió de acuerdo con Hanabi. El Senju tuvo mucho tiempo para recapacitar y sin embargo, no lo hizo. Lo bueno era que su castigo sería, no haber estado durante el embarazo de su hijo, y tampoco en el nacimiento. Hinata le contó que él, quería ser padre y cuando ella, se lo concedió, no estuvo presente. Del karma nadie se escapa, pensó casi burlándose de él.
Al rededor de dos horas mas tarde, Neji se unió a ellas y partieron a media noche con rumbo a Ame, donde se hallaba Hinata. Con suerte, podían llegar para cuando ella despertara, así podían llenarle la habitación de todos los presentes para ella y para el bebé.
[...]
Hinata tomo un baño apenas despertó y su aspecto mejoró notablemente. Le trajeron a su bebé, para que lo alimentara y cuando terminó lo acunó entre sus brazos. No podía dejar de verlo, era tan hermoso, tan perfecto, tan parecido a él.
Si las circunstancias hubiesen sido diferentes, a estas alturas, Tobirama, podría estar disfrutando de este momento tan especial. El pequeño era muy parecido a él, apenas abrió los ojos y demostró que no había como negar, el parentesco entre ambos, ya que Itama, tenía el mismo color de ojos, que su padre. Aunque había dicho que ya no lloraría más, no se pudo contener y nuevas lágrimas surcaron su rostro, sin embargo, ese pequeño ser, entre sus brazos, parecía tener un bálsamo sanador, pues apenas lo sintió removiendose sonrió dejando atrás la tristeza por estar sola.
Las enfermeras la estuvieron monitoreando durante la noche y Sakura le dejó dicho que regresaría a verla mas tarde, junto al pediatra de Itama, para que le informara, todo lo referente a él.
Sin darse cuenta, se quedó dormida, cuando se recostó y el ruido de la puerta, logró que despertara. Lo primero que pudo ver, fue un enorme globo en forma de oso, seguido por arreglos florares siendo sostenidos por Kurenai, Moegi y Mirai.
—¿Como esta la nueva madre?—se incorporó sonriendo y recibió las felicitaciones de las tres.
—Un poco adolorida, pero muy feliz—Kurenai, no perdió tiempo y le pidió cargar el niño. Se sentó en una de las sillas y se lo mostró a su hija.
—¿Porque tiene el cabello de ese color?—pregunto la pequeña con inocencia. Kurenai le explicó, que era por la familia y evitó que continuara preguntando. Temía que Hinata se entristeciera por recordar al padre, quien brillaba por su ausencia.
Pronto la puerta fue abierta, dejando ver muchos globos, flores y peluches, seguidos por cuatro personas, tres chicas y un varón.
—¡Estamos aquí!—anunciaron con entusiasmo. Hanabi fue la primera en dirigirse a su hermana y se abrazó a ella, con lágrimas en los ojos. Se sentía muy mal, por no haber estado durante el nacimiento de su sobrino.
—¿Como estas hermanita?—la castaña realmente estaba melancólica y se aferró mas a su hermana, hasta que divisó en bulto en brazos de Kurenai y se dirigió hacia él.
—Lamentamos mucho, no haber podido estar contigo—Ino y Tenten, también se acercaron para abrazarla.
—No se preocupen, todo fue muy repentino y afortunadamente, salió bien—ella las tranquilizó y dirigió su atención a su primo. Las dos chicas se dirigieron hacia donde Hanabi, ya sostenía al bebé.
—Estoy orgulloso de ti Hinata... eres muy valiente—Neji también la abrazo y le dio un beso en la frente. Ella se permitió derramar algunas lágrimas, de felicidad, sabiendo que ya no estaba sola.
—Gracias por estar conmigo—le dijo antes de soltarlo y rápidamente se limpió el rostro. En poco tiempo, el ambiente triste se disipó, dando paso a las risas y los arrumacos dirigidos al niño. Kurenai, les contó que fue Indra quien la llevó al hospital y que permaneció con ella, hasta la hora del parto. Ino sonrió con picardía mirando a Hinata, quien sólo negó con la cabeza.
—Es increíble el parecido con el Senju—afirmó Neji, en cierta forma, sorprendido, por la similitud del bebé, con el padre. Ninguna de las féminas, quienes lo conocían, pudo contradecir, lo dicho por el castaño.
—A pesar de ser hijo de ese imbecil, mi sobrino es realmente adorable—Hanabi le acerco el rostro, haciéndole caras, aún cuando el bebé estaba durmiendo. Kurenai y sus acompañantes, se despidieron minutos mas tarde, para darles privacidad, ademas, estaba segura que todas las compañeras de la ojiperla, llegarían durante el día, para felicitarla y conocer al bebé.
Mas tarde llegó Sakura y se presentó con todos. Sonrió conmovida por la preocupación que mostraron todos hacia la joven, también le dijo que todo estaba bien con ella, como con el bebé y que al día siguiente, les daría de alta.
La médica se fue, pero ellos se quedaron planeando, como harían para permanecer ahí, hasta el día siguiente, para llevarla ellos mismos y dejarla instalada en su hogar. Hinata no podría arreglárselas por sí misma, dadas las circunstancias.
Era evidente que debía de haber alguien que se quedara con ella, por lo menos dos semanas. Sin querer preocuparla, Neji se fue a casa de Kurenai, para pedirle que le recomendara a alguien de confianza para que estuviera con su prima. Kurenai, le aseguro tener a la persona adecuada para el trabajo, dejando al castaño, más tranquilo.
...
—Siento pena por nuestro padre, desde que supo sobre tú partida, ha estado buscándote—Hinata agacho la cabeza, ella quería verlo, sobre todo ahora, que lo había convertido en abuelo, sin embargo, todavía estaba muy dolida con él.
—Estoy segura, que se derretiría si mirará a esta cosa más adorable—añadió Ino, sosteniendo a Itama.
—También yo, he pensado mucho en él—confesó la ojiperla y Tenten le palmeó el hombro, dándole ánimos. La puerta sonó y las cuatro dirigieron su atención a la persona que abrió.
—¿Puedo pasar?—Ino sonrió y miró hacia Hinata.
—Pase Indra-san—la morena se sonrojó, cuando el imponente y apuesto hombre entró con un perro de peluche y un arreglo de flores amarillas—Le presentó a mi hermana Hanabi—la menor de las Hyugas saludo sonriendo—y ellas son mis mejores amigas amigas, Ino y Tenten—el varón las saludo con cortesía y enfocó sus orbes en el bebé que sostenía Ino.
—Estamos muy agradecidas con usted, ya nos contó Kurenai, todo lo que hizo por mi hermana—repuso Hanabi.
—No tienen nada, que agradecer, para mi fue muy gratificante, ser parte de su nacimiento—de nuevo dirigió su atención hacia Itama, luego miró directamente a Hinata, sonrojandola mas, de lo que ya estaba. Conversaron por un rato hasta que Tenten, sugirió ir por algo de tomar, solo para darles privacidad.
—¿Como se siente?—le pregunto, cuando se quedaron a solas.
—Mucho mejor... Quiero agradecer, por todo, también por los regalos—le sonrió con dulzura y el corazón del Otsutsuki, dio latidos acelerados. La sublime imagen de esa chica sosteniendo al bebé, fue lo mas tierno que hubiera visto en mucho tiempo.
—¿Me permitiría cargarlo?—ni siquiera él, se explicaba, que lo movió a realizar ese pedido, pero sintió necesidad de formar parte de ellos dos, aunque fuera por unos momentos.
—Claro que si—aún sonriendo, extendió los brazos hacia él. Indra lo tomo, con mucho cuidado, como si temiera lastimarlo. Su pecho se contrajo cuando sintió el calor que despedía el pequeño cuerpo entre sus brazos. Sonrió enternecido, él nunca había cargado a un bebé y la sensación fue desconocida. La miró a ella, luego al niño y fue consiente de las diferencias entre ambos, eso le causó mucha curiosidad acerca del ausente padre de ese angelito.
—Es tan, él es tan pequeño—añadió sin dejar de verlo. La ojiperla sonrió ante el comportamiento de ese hombre, el cual, hasta hacía muy poco tiempo, era un perfecto desconocido y ahora incluso, sostenía lo mas importante que tenía en el mundo. Su Itama.
—Me dijeron las enfermeras, que podía traerte algo de comer—Neji entró en la habitación donde se encontraba su prima, sin ver que había alguien mas. No se percató de la presencia de Indra, hasta que cerró la puerta y no miró el bebé con ella y tampoco en el cunero—Oh, disculpe...Neji Hyuga, para servirle—el Otsutsuki saludo y también se presentó con el joven castaño—Debo agradecer, por todo lo que hizo por mi prima.
—Al contrario, como le dije a ella, es un gusto haber podido ayudarla y también conocer a este pequeño—a pesar de mostrarse serio y cauteloso, apenas Indra señaló al bebé y también Neji bajo la guardia. El sujeto parecía ser de fiar, de lo contrario, Kurenai, no se hubiera expresado tan bien de él.
Lentamente, Indra le regresó el niño a su madre, dispuesto a marcharse para darles privacidad—Me dio mucho gusto verla mejor—le dijo a Hinata—y fue un placer conocerlo Hyuga-san—se dirigió a Neji.
—¡Espere! ¿Porque no nos acompaña a comer, traje muchos platos y las chicas ya están comiendo en la cafetería—Indra no sabía que decir y cuando miró a Hinata, ya no pudo debatir. Ella lo veía queriendo que aceptara y ante esa mirada, ni el mas fuerte de los hombres, podía resistirse. O eso fue lo quiso creer, para tener la excusa perfecta y poder quedarse mas tiempo con ella.
Pronto, los dos varones comenzaron a conversar, siendo fácil para ambos, entenderse. La ojiperla los veía, intercambiando ideas, sobre los negocios. Ellos parecieron congeniar de inmediato y el Otsutsuki llegó a la conclusión, que se debía al lejano parentesco que compartían. Indra, se ofreció a llevar a Hinata a su hogar al día siguiente y aunque, los primos trataron de negarse, el azabache, no desistió. Les explico que podía entrar a su trabajo un poco mas tarde y que ellos perderían todo un día, así que aceptaron. Neji ya había dejado todo el hogar de Hinata con lo necesario, para un mes, también pagó por todo, incluyendo a la mujer que la ayudaría y por último, le compró un pequeño auto, para que pudiera trasladarse con Itama de un lugar a otro. Estaba seguro que se iba a molestar cuando lo supiera, pero casi no fue nada lo que gastó y con eso, ella tendría tranquilidad.
Los primos se enteraron, que Indra, era un rico empresario, el cual comenzó desde abajo y logró abrirse camino en Ame, sin el respaldo financiero de su familia. Aunque esa información, no la reveló él, sino los compañeros de Hinata, que también llegaron a visitarla y lo encontraron ahí con ella y su primo. A ninguno de los dos les sorprendió y menos después de escucharlo hablando fluidamente sobre el tema.
Sin querer hacerlo, los cuatro visitantes de Konoha, se tuvieron que despedir, cuando llegó la noche y terminó el horario de visitas. Hanabi aseguró que si era seguro hacerlo, viajaría para quedarse con ella durante algunas semanas, después de todo, podía continuar sus clases de manera virtual, sólo tenía que embaucar a su padre y a Sasuke, para ausentarse sin decirles el lugar a donde se dirigiría. Neji estuvo de acuerdo y se ofreció a hacer todo lo posible para que se pudiera realizar su idea.
[...]
Tobirama se levantó a primera hora y se dirigió a dónde se encontraba la clínica del doctor. Lamentablemente por ser Domingo no encontró a nadie y regreso el Lunes muy temprano, sin embargo, el lugar estaba vacío y no parecía haber nadie.
—¿Busca algo?—el Senju dirigió sus orbes al sujeto que hizo la pregunta y se encontró con un pelirrojo portando placa de policía.
—Busco al médico a cargo de este lugar, necesito hacerle unas preguntas, acerca de un procedimiento que realizó y que estoy seguro, alteró información—lo dijo todo, para que las autoridades también estuviesen al tanto y cuando procediera legalmente en contra de la clínica y el médico, a nadie le sorprendiera.
—¿Tiene motivos para creer que algo así sucedió?—preguntó Nagato, que era uno de los agentes encargados de buscar más información, como vídeos de vigilancia y registros de pacientes.
—La tengo—aseguró de inmediato y le mostró la copia del expediente, donde aparecía el nombre de Hinata. Nagato los leyó y de inmediato miró fijamente al Senju.
—¿Esta usted relacionado con la señorita Hyuga?—eso era demasiada coincidencia y él, como la mayoría de quienes se dedican a su mismo oficio, saben que en esos casos, las coincidencias, no existen, más bien, se maneja como casos relacionados entre sí.
—Lo estuve y gracias a un demente que formuló un retorcido plan en su contra, no se donde encontrarla... Ese expediente, es parte de dicho plan—Nagato lo reconoció y pudo acomodar la información.
—¿Es usted Tobirama Senju?—el albino asintió—En ese caso, creo que será mejor si me acompaña a la jefatura—Tobirama frunció el ceño—Mi compañero esta a cargo del caso que la involucra directamente a ella y toda la información que usted le de, sera de gran ayuda, para esclarecer las cosas—concluyó tratando de sonar lo más convincente posible, ya que el Senju parecía desconfiado.
—¿Hinata está siendo investigada?—eso era descabellado, pero de igual manera debía indagar.
—No exactamente... pero como ya le dije, es mejor ir a la jefatura, el caso es delicado y no puedo dar información aquí—Tobirama, no pregunto más y siguió a Nagato. Estaba dispuesto a ir a donde lo necesitarán, si con eso, lograba encontrarla.
Media hora mas tarde, Tobirama, salió de la jefatura, sin obtener la información deseada, ya que Yahiko, no estaba en ese momento. Lo único que hizo, fue dejar su tarjeta para que se pusiera en contacto con él, en cuanto pudiera.
Habiendo concluido con el investigador privado, se dirigió a casa de su hermano para ponerlo al tanto de todo lo que logró averiguar. Sabía que Hashirama, estaría mas que feliz de saber, que Hinata nunca hizo nada malo.
—Te lo dije... lo sabia—el albino podía haber jurado que su hermano iba a decir esas frases—Hinata realmente te amaba y no era capaz de hacer todo lo que dijiste—la afirmación de Hashirama, lo hacía sentir más mal y culpable de lo que ya era.
—Lo se y no sabes lo mucho que lo lamento, me siento incapaz de acceder a ella y me temo que no me perdone, como yo no lo hice con ella—Mito se llevó la mano a la boca, cuando escuchó lo que decían los dos hermanos. Ella les preparo unos tragos y no pudo evitar escucharlos. La culpa por sus acciones la golpearon de lleno. Sin hacerse notar, dejó las copas en la mesa y se dirigió llorando a su habitación. Hashirama tenía razón y siempre la tuvo, nunca debió interferir en asuntos que no le concernían.
[...]
Para la frustración de Hiashi y de Tobirama, el detective, llevaba dos meses y no había encontrado rastro de Hinata, sin embargo, una semana antes, el Senju, le indicó seguir día y noche a las amigas y hermana de la ojiperla. Estaba seguro, que era cuestión de tiempo para finalmente, dar con ella.
Los días después de visitar la jefatura, Yahiko se puso en contacto con él y le informó todo lo sucedido con Toneri desde que lo encontró queriendo llevarse a Hinata. Lo que no le dijo, fue el paradero de la chica.
En ese momento, se limpiaba los nudillos de las manos debido a que estaban saturados de sangre. Lo mas satisfactorio, era que no era su sangre, sino la del maldito Otsutsuki. Se encontraron por casualidad en un restaurante y sin poder evitarlo, se le fue encima como perro rabioso. Hashirama y Ashura, trataron de separarlos, pero no fue posible y en minutos, muchas de las costosas mesas habían sido derribadas con todo y la fina cristalería. Casi pudo apostar, que le dio un golpe, por cada una de las lágrimas, que su amada derramó esa fatídica noche en que la echó.
Toneri también le dio golpes, pero ni siquiera sentía dolor. En su cerebro sólo estaba la imagen de ella, siendo molestada y aterrorizada por ese imbecil.
Los gritos de las personas se escuchaban lejos de ellos, hasta que una corriente eléctrica, los dejó convulsionando a ambos y en seguida fueron esposados y llevados a las celdas de la jefatura. Desde el frío e incomodo piso, de la celda, podía observar a Toneri. Los habían colocado lejos, por precaución.
—Pagarás caro por esto... Tu no me conoces y no sabes con quien te has metido—lo amenazo Toneri lleno de odio desde la otra celda.
—No te tengo miedo y cuando salga, te volveré a dar tu merecido, para que aprendas a respetar a las damas. La próxima vez, lo pensarás mejor antes de acosarla—respondió furioso.
—Me la robaste maldito, me quitaste a la única mujer que he amado en toda mi vida, pero si yo no la tengo, me encargaré que tampoco tú, la tengas—Tobirama enfurecido se puso de pie y se acercó a las rejas, queriendo poder derribarlas para matar a ese tipo.
—Eres un enfermo, eso no es amor—le grito mirándo, como también el Otsutsuki se había puesto de pie—no entiendes que yo no te quite nada, porque nunca fue tuya—Toneri quería borrar la existencia de ese hombre. Nunca había odiado tanto a nadie, como odiaba a Tobirama Senju. La publicidad que atraería la pelea, era algo que no le convenía y menos ahora, que ese policía entrometido, no dejaba de hurgar en el pasado suyo con Shion, incluyendo las visitas al médico que aniquilaron.
Un oficial llegó y les ordenó guardar silencio o de lo contrario, usarían las pistolas eléctricas en ellos, como lo hicieron en el restaurante, horas atrás.
[...]
En Ame, una joven paseaba feliz por las avenidas de la cuidad, acompañada de un fornido moreno, que empujaba la carriola con el bebé de la joven, eran seguidos de cerca y también fotografiados especialmente la chica de ojos color luna.
Tal como lo predijo Tobirama, era buena idea seguir a las amigas de Hinata. El esfuerzo valió la pena y el investigador privado, encontró el paradero de la escurridiza Hyuga.
Indra se había vuelto frecuente en la vida de Hinata y de Itama. El Otsutsuki, estaba fascinado con la madre y el bebé, tanto que, apenas tenía ratos libres, corría a verlos en la pastelería.
Aún, no lograba que la ojiperla se abriera con él, para contarle que era lo que la había obligado a refugiarse en esa pequeña cuidad y tampoco él, le había confesado ser un Otsutsuki. Esperaba que con el tiempo, lograran sincerarse, el uno con el otro y quizás, así, podía pasar a dar el siguiente paso con ella.
Continuara.
Me disculpo por la demora y por los errores ortográficos que se me escapen, luego los corregiré. 💕😊
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