Capitulo 16
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Ino y Hanabi, compartieron la misma habitación, en la casa de la playa, perteneciente a los Uchihas. Obviamente, debían guardar las apariencias, frente la los padres de los hermanos Uchiha. En ese momento, se disponían a ir almorzar con todos los miembros de la familia, mas tarde al caer el sol, harían fogatas en la playa, dónde Sasuke y Obito, tocarían la guitarra, en una competencia por demostrar, quien de ellos, lo hacía más mal, según la opinión de Shisui.
—Este lugar es fascinante—declaró Hanabi, mientras veía la playa por la ventana de la habitación.
—Ya lo creó—añadió Ino, revisando los mensajes de su fb,en su celular—lo único malo, es la red de los celulares, es como un punto muerto—lanzó el aparato sobre la cama, ya que no dio acceso a nada de lo que ella quería.
—¿Estan listas chicas?—Mikoto tocó la puerta y les pregunto desde afuera, para no invadir la privacidad de las dos jóvenes, las cuales ya consideraba, como futuras madres de sus nietos. Literalmente había pasado la noche anterior, contándole a Fugaku, lo mucho que ambas, le habían agradado para su hijos.
—Si, ahora vamos—las dos salieron acompañando a la dama Uchiha, mientras los varones ya se encontraban reunidos con los otros familiares. Los niños de Izuna, corrían contentos a las orillas de la playa y las mesas ya se encontraban colocadas para que todos se sentaran juntos.
Las dos invitadas acapararon toda la atención, pues en los años anteriores las únicas mujeres constantes eran Henare, su niña y Mikoto. En ocasiones, Madara trajo alguna conquista, como también Shisui, pero solo era una vez y no las miraban más.
—Me da mucho gusto que aceptaran compartir esta reunión con nosotros y de nuestra parte, les damos la bienvenida a nuestra familia—Madara les sonrío después de hablar y levantó la copa para brindar por ellas. Todos lo imitaron, logrando sonrojarlas, incluso a Hanabi, lo que no sucedía muy a menudo.
Durante el almuerzo, Hanabi recibió un texto de un número desconocido. Afortunadamente, las llamadas y los mensajes de texto, si eran recibidos en los celulares, el problema eran las redes sociales.
La Hyuga deslizó la pantalla para desbloquearla y encontró el mensaje. De pronto miró hacia Ino, captando su atención y le mando una copia para que también ella lo pudiera leer.
La Yamanaka, también abrió el mensaje mandando por Hanabi y comenzó a leer...
Hanabi, soy Hinata, este número es de una persona que me prestó su celular, porque el mío se arruinó cuando lo arroje en la lavadora por accidente... Bien, solo quiero que no se preocupen por mi. Tobirama y yo pospusimos la boda, debido a su trabajo fuera de Konoha, yo me iré con el y no se cuanto tiempo estaremos allá. No se preocupen por mí, en cuanto lleguemos a nuestro hogar, compraremos celulares con números nuevos, por ahora tampoco el de Tobirama funciona... Estaré en contacto y avísale a Neji, a Ino y a Tenten, para que no se preocupen... los quiero mucho y hasta luego 😊🥰🥰
—¿Pasa algo?—cuestionó Itachi, ganando la atención de las otras personas.
—Es un mensaje de Hina... dice que pospusieron la boda, debido al nuevo proyecto de Tobirama—respondió Ino, mirando a su novio, aunque no sólo la atención de Itachi, estaba sobre ella.
—Vaya, eso quiere decir que aún tengo esperanzas—soltó Obito, disipando la tensión que se había formado, por dicha noticia.
—Sigue soñando—habló Sasuke en tono de burla. Ino y Hanabi, se veían una a la otra, sin poder entender.
—¿Porque lo dice?—cuestiono Ino, con curiosidad.
—Hinata es el amor platónico, de Madara y de Obito, pero nunca, tuvieron los suficientes pantalones, de enfrentarse a Hiashi—aclaró Shisui, mientras era fulminado con las miradas de los mencionados, aunque Obito, parecía muy sorprendido.
—¿También tu?—pregunto Obito directamente a Madara y este solo sonrió sin inmutarse—Ahora entiendo porque me desanimabas, eres un ruin traidor—las risas de todos se escucharon por ver a Obito tan sorprendido y a la vez ofendiendo mientras reclamaba.
—Y mi hermana pensando, que no tenía suerte con los hombres—soltó Hanabi muy sorprendida, mientras Ino, escudriñó los gestos que hacía Henare, por la conversación acerca de Hina. Ella era la única, que se veía inconforme con la mención de su amiga. Había algo que no le gustaba de esa mujer, con solo verla, se veía que le gustaba ser el centro de toda la atención. Lo lamentaba, pero era mejor que se acostumbrara a no serlo más, porque entre Hanabi y ella, la harían a un lado, por antipática.
Hanabi por su parte, se quedó tranquila, con la partida de su hermana, ya que, de esa manera, el perturbado Otsutsuki, no podía seguirla acosando, sin embargo, algo dentro, le indicaba que no todo estaba en orden y lo más complicado, era no poder hablar con ella, hasta que tuviera número nuevo y les llamará, para dárselo. Lo mejor sería hablar con Neji, apenas regresarán a Konoha, su primo siempre sabía que hacer.
Mikoto y Fugaku, negaron con la cabeza, mientras escuchaban las acusaciones de Obito hacia Madara.
[...]
Yahiko arribó a la jefatura y entró en la oficina de Nagato, para pedirle explicaciones.
—¿De que se trata todo este interés?—preguntó Nagato ante los reclamos de su mejor amigo.
—Se supone que eres un profesional y no solo eso, también eres uno de los mejores ¿Como pudiste echar a esa chica sin escuchar su lado de la historia?
—No había nada que escuchar, el Otsutsuki, ya nos había puesto al tanto de todo, ella es una desquiciada y mimada, acostumbrada a salirse siempre con la suya... míralo por ti mismo—molesto le entregó las "pruebas" a su compañero.
—¿Y no te pareció raro que todas las llamadas y los textos, fueran de un solo día y de está hora en adelante?—le señalo donde aparecía la fecha y la hora. Nagato frunció el ceño y le arrebató las hojas. Permaneció callado mientras las veía, para luego sentirse muy decepcionado de si mismo, por no poner atención a ese gran detalle. Sabía que si se hubiera tratado de una investigación más profunda, si lo hubiera notado, pero ese tipo le restó importancia y realmente fue muy convincente.
—¿Que fue lo que hice?—se llevó los dedos al, puente de la nariz.
—Por poco y este sujeto, logra llevársela—Yahiko le contó todo lo que sucedió afuera y como tuvo que intervenir. También lo puso al tanto de la historia que la misma Hyuga le contó y Nagato quedó sin palabras. Debían hacer algo, debía enmendar su error, de alguna manera—Yo mismo lo investigaré, me convertiré en su sombra de ser necesario—afirmó Yaiko antes de salir de la oficina.
[...]
El tren, arribó en la estación de Ame, una ciudad, que al parecer no era tan grande como Konoha y también se veía muy húmeda, como si lloviera casi todos los días.
Hinata suspiró por enésima vez, cuando bajo del tren y miró, a todas las personas dentro de la estación. Uso la información que le lanzó Mito, a su favor, diciendo a su hermana, que se iba de Konoha con su prometido, de esa forma, ganaría tiempo, sin que sospecharan nada, sobre la repentina huida.
Salió del lugar y al poco andar llegó a un bonito parque con grandes árboles y bancas, techadas, seguramente por las constantes lluvias. Se sentó a buscar el papel que le entregó Yahiko, con los números telefónicos. Le aseguro, que eran personas de su entera confianza y que podía estar completamente segura con ellos. No tenía muchas opciones, tampoco es que pudiera descartar la idea de llamarlos para obtener su dirección.
Sin mucho que pensar, se dispuso a buscar los teléfonos públicos y cerca de unos comercios, los encontró. Era increíble, como había retrocedido, al punto de no tener absolutamente nada, ni siquiera un techo seguro para pasar la noche. Se deshizo de esos pensamientos y colocó la moneda en el teléfono, para iniciar la llamada. Las manos le temblaban, mientras el teléfono sonaba, hasta que una voz fémina respondió.
—¡Diga!—respondió una mujer.
—C-con Kurenai Sarutobi, por favor—la ojiperla, no pudo evitar tartamudear, debido a los nervios.
—Con ella habla ¿En que puedo ayudarla?—cuestiono con amabilidad.
—Mi nombre es Hinata Hyuga y llamó porque Yahiko me dio su número—se sintió insegura mientras esperaba la respuesta de la mujer, al otro lado de la línea.
—Claro Yahiko nos llamó para hablarnos de ti ¿Tienes donde apuntar mi dirección?—la ojiperla le respondió que si y pronto anotó los datos. Se despidieron, quedando de verse en cuanto consiguiera un taxi.
Se apresuró a buscar un taxi, ya que estar sola en público, la lleno de inseguridad, a pesar de haber puesto mucha distancia entre ese demente y ella. Preferiría estar mas segura, antes de andar en público. Toneri la dejó completamente, temerosa y agotada mentalmente.
En poco tiempo, ya se encontraba llegando al lugar donde le indicó la mujer llamada Kurenai y se sorprendió al ver, que se trataba de un restaurante en el centro de la pequeña ciudad.
Entró en el restaurante, recibiendo las curiosas miradas de algunos clientes, como también de la persona que atendía el establecimiento. Optó por tomar una mesa y esperar a que le tomaran la orden, para que le fuera mas fácil preguntar por Kurenai
—Bienvenida al restaurante Sarutobi, mi nombre es Moegi ¿desea algo de beber mientras escoge algo del menú?—la ojiperla levantó el rostro y encontró a una joven, con el cabello atado en dos coletas bajas a cada lado de la cabeza. La edad, dela chica, parecía coincidir con la de Hanabi.
—Un taza de té por favor—la chica asintió y le entregó el menú.
—En seguida, le traigo su té—estaba por marcharse, cuando la ojiperla se armó de valor para preguntar por la mujer con la cual habló por teléfono. De nuevo se reprendió por estarse acobardado, pues, esa ya no era opción, después de perder todo, lo único que le quedaba era controlar sus emociones, lo mejor posible.
—¿Le podría decir a Kurenai Sarutobi, que quiero hablar con ella?—la chica la miró con suspicacia, dado que nunca antes la había visto y ahora quería ver a su jefa, le pareció raro—Dígale que mi nombre es Hinata Hyuga—un poco más confiada Moegi asintió y en escasos minutos regresó una bella mujer de cabello negro y ojos rojizos, los cuales le hicieron recordar a cierta persona que también tenía unos hipnóticos ojos carmesí. Se golpeó mentalmente por pensar en él, cuando la situación no era para nada favorable.
—Aquí tienes linda—la fémina trasmitía seguridad y la ojiperla, no pudo evitar sonreír genuinamente—Me da mucho gusto conocerte en persona—aseguró colocando la taza con el té, sobre la mesa, para luego sentarse frente a Hinata—¡Escucha! Se los motivos que te trajeron hasta aquí y desde ahora quiero que sepas, que mientras permanezcas aquí, nadie se atreverá a molestarte—aseguró con convicción—Quizás te parezca algo presuntuosa mi afirmación, pero créeme, no lo es... Todos los que vivimos en Ame, somos como parte de una gran familia y acostumbramos cuidarnos los unos a los otros y si tu, estas aquí por sugerencia de Yahiko, quiere decir, que eres merecedora de toda nuestra confianza—la ojiperla, quedó tan conmovida, que dejó caer las lágrimas.
—Es usted un ángel, al igual que Yahiko—las hormonas la ponían más sentimental y no era para menos, después de todo lo que tuvo que atravesar sola—llegaron a mi vida, cuando creía que ya no tenía esperanza.
Kurenai se puso de pie y fue hacia ella, para tratar de calmarla—Pero no llores, me harás llorar también a mí y eso no le va gustar a mi hija—la morena se limpió el rostro y encaró a la mujer.
—Lo siento, no es mi intención—Kurenai negó con la cabeza y le pidió a Moegi, traer unos postres para acompañar el té de la llorosa chica.
—Descuida, ahora, te diré las opciones que tenemos y tú decides que te gustaría hacer—Kurenai le contó que ella y su esposo eran dueños del restaurante, como también de la panadería que estaba a dos cuadras del restaurante donde se hallaban—El punto, es que Yahiko, me contó que estas por recibirte de Chef—la ojiperla asintió—La panadería, la abrimos un mes atrás y esta dando más trabajo del que calculamos. La señora Kimi, no se da abasto entre las muchas ocupaciones, tales como hornear, atender las mesas y también encargarse de cobrar, ya que los chicos que también trabajan con ella, son muy jóvenes y todavía no se familiarizan con el proceso ¿Te gustaría ser la nueva cocinera?
—Sería un honor para mí, que me coloque en ese puesto aún sin conocerme, y sin saber, si cocinó bien—Kurenai sonrió—Pero antes de responder, debo ser sincera con usted... yo quizás con el paso de los meses, no sea tan rápida, porque estoy embarazada—lo confesó con alegría, pues ese bebé, era lo único bueno que se llevó con ella.
—¡Oh!—la fémina se llevó las manos a la boca—¿En serio? ¿Cuanto tiempo llevas?—lanzo las preguntas sin decepcionarse con el estado de la ojiperla. Hinata estaba muy insegura sobre la reacción de Kurenai, pero al verla reaccionar de ese modo, pudo soltar el aire que tenía dentro.
—Bueno, según mi último periodo, debo tener, como dos meces.
—¿Estabas bajo cuidado prenatal?—la morena negó, pues ni siquiera tuvo tiempo.
—Conozco a una gran ginecóloga, así que no te preocupes... Ahora dime ¿entonces aceptas?—Hinata asintió—También, debo decirte que la panadería, cuenta con un pequeño apartamento, no es muy grande, pero si lo suficiente para una sola persona, si deseas puedes ocuparlo y no tendrías que rentar en otro sitio más lejano—de nuevo, la chica comenzó a llorar por la amabilidad de Kurenai.
Acordaron que la Hyuga permanecerá un rato dentro del restaurante, para que cuando llegará el siguiente turno, Kurenai pudiera llevarla a conocer la panadería y también a instalarse, en que sería su nuevo hogar. Moegi, le entregó unos folletos para que los mirara mientras esperaba. En ellos se indicaba donde estaba todo en la cuidad, como las escuelas centros comerciales, parques, hospitales y lo que más llamó su atención, fue que también había universidad, donde podía obtener su título de Chef, solo debía asistir a un trimestre y pagar el costo, sin embargo, necesitaba sus documentos originales de la academia de Mito y no sabía si la mujer los mandaría, puesto que, fue muy clara con sus amenazas, ademas tampoco le agradaba que supieran su ubicación. Ya vería como se las ingeniaba con el transcurso de los meses venideros.
—Hola—la morena miró hacia abajo para enfocar de donde provenía la voz y se encontró con una pequeña niña como de cuatro años—Mi mamá me dijo te hiciera compañía ¿como te llamas?—cuestiono con curiosidad.
—Hinata Hyuga, es un placer conocerte...—se quedó mirándola esperando que también la niña dijera su nombre.
—Yo me llamó Mirai—aclaró la niña.
—Me da mucho gusto conocerte Mirai—durante la espera, ambas permanecieron juntas, hasta que llegó el segundo turno y Kurenai, pudo tener un rato libre, para llevarla a la panadería. En cuanto llegaron, la ojiperla no pudo evitar sonreír. El lugar era realmente encantador. Desde afuera se veía la fachada en colores pasteles, con los ventanales, donde predominaban dibujos de dangos, pasteles y otros postres. La ojiperla se hizo la imagen mental de la casa que atrajo a los hermanos, Hanzel y Gretyl del cuento que leía cuando era pequeña.
—¿Que te parece?—pregunto la mayor, cuando bajaron del auto y observó el rostro lleno de asombro que mostró Hinata.
—Simplemente perfecto—afirmó sin duda alguna y sin dejar de ver el establecimiento.
—Nos esforzamos por hacerla llamativa, para atraer la clientela, pero si no contamos con una buena administración, ni todo el atractivo, ni todo nuestro empeño, sirve de mucho, ya que la mejor publicidad, es la misma que corre de clientes satisfechos a otros futuros clientes—aseguró tomando la mano de su hija, para cruzar la calle y llegar a la entrada—Si lo deseas, puedes introducir, nuevos postres en el menú, eso será decisión tuya, mientras se sigan ofreciendo, los que ya están anunciados.
Hinata se sintió muy alagada, con toda la confianza que Kurenai estaba depositado en ella. Las tres entraron y de inmediato, las recibió el agradable aroma a pan recién horneado. La panadería, era igual de encantadora y llamativa, que como lo mostraba desde afuera. Las mesas contaban con diferentes colores y el gran mostrador de cristal, donde se exhibían los pasteles, ganaban las miradas de quienes entraban.
Kurenai presentó a Hinata con todos los empleados, quienes por poco gritaron de alegría, por tener más relevos durante las labores del día. La más alegre con la llegada de la ojiperla, sin duda alguna, fue Kimi, la actual era la encargada de preparar los postres.
—Llegaste caída del cielo—le dijo Kimi, cuando la saludó con amabilidad—ven conmigo, te mostrare la cocina, y los hornos—la Hyuga no tuvo tiempo de responder, pues la mujer, ya la llevaba de la mano, para mostrarle la enorme y bien equipada área donde se preparaba todo, como también el almacén con las provisiones que se necesitaban diariamente para comenzar.
—Ya que miraste toda la panadería, vamos para que conozcas donde te quedarás—saliendo de la puerta trasera situada en la cocina, caminaron unos pocos pasos y ahí estaba una pequeña edificación. Entraron y la ojiperla, observó todo, con la mano en el pecho. El lugar contaba con una recámara, un baño y la cocina seguida de la sala. Comparado con los lugares donde vivió anteriormente, era muy chico, pero aún así, a ella le pareció el mejor lugar del mundo, era su nuevo comienzo. El hogar que amablemente le estaban ofreciendo, personas de buen corazón, que eligieron confiar en ella aun sin conocerla, no como los que pensó, jamas le darían la espalda y resultaron igual que las ratas, cuándo se hunden los barcos y son las primeras en huir.
—Gracias... muchas gracias, estaré en deuda con usted de por vida—Kurenai la abrazo maternalmente, al verla llorando llena de emociones. No podía culparla, pues con todo lo que le contó Yahiko, sabía que ella había sufrido mucho, en los últimos días. Lo único que su amigo no le contó, fue sobre el embarazo, eso si fue sorpresa, pero no era ningún impedimento para que realizara las tareas encargadas. No sabía si la chica era buena en las actividades culinarias, pero le daría la oportunidad de demostrarlo, después de todo, necesitaban ayuda en la panadería.
Por alguna razón desconocida para ella misma, la chica le causó ternura y a eso le agregó las recomendaciones de Yahiko. El joven, junto a Konan y a Nagato, eran muy queridos en Ame, los tres se criaron solos, hasta que llegó un caballero respetuoso perteneciente a Konoha y se convirtió en el tutor legal de los tres. Con los años, consiguieron graduarse con buenas carreras y decidieron probar suerte en el lugar de nacimiento de Jiraya, el mentor. Aunque se instalaron permanentemente en Konoha, seguían regresando a visitar a todos, cuando sus obligaciones, se los permitieron y seguían siendo muy queridos y admirados, por lo mucho que ayudaron a niños, en la misma situación que tuvieron ellos.
...
Finalmente la ojiperla se instaló y después de acomodar sus pocas pertenencias, tomó un largo baño y se dispuso a intentar dormir temprano, puesto que al día siguiente, debía levantarse a las cinco de la mañana, para comenzar a preparar los panes. La hora de abrir era a las siete, así que le esperaba un largo día, lo cual agradeció, de esa manera, no tenía que estar pensando en todo lo sucedido.
[...]
En la academia gastronómica, de inmediato se hizo evidente la ausencia de Hinata. Deidara les informó a sus compañeros, lo que Hinata le mandó decir a Tenten, pero quienes no sabían nada como Kushina, pronto comenzó a cuestionar. Escuchó a los alumnos hablando sobre su partida con Tobirama y no se atrevió a preguntar nada, pues era una conversación privada a la que no tenía derecho de intervenir, así que se fue directamente con la dueña.
—¿Puedo pasar?—Mito se encontraba revisando documentos en la computadora y le hizo una seña para que entrara.
—¿En que puedo servirte?—le pregunto a su parienta.
—Hinata tiene dos semanas de no venir ¿sabes el motivo de su ausencia ahora que ya estaba por terminar?—Kushina realmente estaba preocupada, Hinata era una de sus mejores alumnas y le tenía mucho aprecio.
—Que bueno que preguntas, porque había olvidado mencionarte, sobre su ausencia—se apartó de la computadora para encarar a la otra fémina frente a ella—Esa mujer, ya nunca regresará aquí y las puertas, están cerradas para ella, como también las buenas referencias a quienes las requieran.
—¿Que quieres decir?—Kushina no estaba entendiendo.
—Que todos tienen prohibido, dar buenas referencias de ella, a cualquier otra academia o universidad que las mande pedir, esa mujer es una zorra y se encargó de traicionar a Tobirama—Mito, relató la historia sobre la ojiperla con todo el odio contenido hacia ella, sin embargo Kushina no pensaba igual.
—No cuentes conmigo para hacer algo así. En el tiempo que llevó de conocer a Hinata, se que es incapaz de hacer algo desleal, ademas, ella tiene talento nato sobre la gastronomía, nadie puede decir que lo fingió, es prácticamente, la mejor estudiante de la academia. Por otro lado, en el caso de que hubiera hecho todo lo que dices, eso no te da derecho a arruinar su futuro laboral, no es ético de tu parte estarte portando de esa manera—concluyó decepcionada de la mujer frente a ella.
—Hay pruebas de todo lo que digo y te aseguro que se merece todo, por haberse burlado de nosotros.
—¿Hashirama sabe sobre lo que estás haciendo?—cuestiono segura de la respuesta.
—No, pero tampoco creo que le importe mucho, porque nuestra prioridad es Tobirama—Kushina omitió decir, lo que escuchó de los alumnos y salió muy pensativa ¿Porque Hinata no les había dicho la verdad a sus amigos? ¿Que era lo que en verdad había pasado? Toneri no regresó tampoco y cuando recordó las interacciones entre ambos, era evidente, que la ojiperla, ni siquiera lo conocía bien. Esas acusaciones no tenían sentido, pero lo más lamentable era la actitud de Mito. Ahora debía poner sobre aviso a Karin, para que no cometiera una indiscreción con su novio, con Neji.
[...]
Toneri estaba hecho una fiera, cuando los días pasaban y no lograba dar con el paradero de Hinata. Buscó por todos lados y no había rastro de ella, incluso mandó a Shion a tratar de obtener información con Naruto, pero tampoco logró nada. Simplemente nadie sabía donde estaba.
Mandó seguir los movimientos de Tobirama, pero le informaron que el bastardo estaba solo y nadie la había mirado en ese sitio. Siguió a sus familiares, a sus amigos, pero nada. Un completo mes y no sabía nada de ella. Su única esperanza continuaba siendo Shion, pues tal como lo planeó, logró embaucar a Naruto, haciéndole creer, que le estaba entregando su pureza y ya en unos meses se casarían. Con ella cerca de quienes conocían a Hinata, tenía que saber sobre su paradero, tarde o temprano, la encontraría.
Lo malo, era que debía andar con más cuidado, pues se dio cuenta que ese oficial metiche, estaba tras sus pasos, incluso lo interrogó en dos ocasiones, poniéndolo en alerta, fue entonces que entre Shion y él, se comenzaron a deshacer de los cabos sueltos, como el doctor que se dejó sobornar, intercambiando los nombres. Shion, logró atraerlo a un paseo en bote y estando lejos de todos, le dispararon dejando su cuerpo en el mar abierto. Lo mismo le ocurriría a cualquiera que quisiera interponerse en su camino.
[...]
Tobirama, se enfrascó al cien por ciento, en el trabajo, para no tener tiempo de pensar en ella y en la falta que le hacía tenerla a su lado. Llevaba dos meces viviendo en ese lugar y durante todo ese tiempo, no supo absolutamente nada de ella. El tiempo, no logró aminorar el dolor, fue todo lo contrario, entre mas tiempo pasaba, mas grande se hacía la herida que le dejó.
Recibió llamadas de Neji, también de Hanabi, pero se negó a responder, creyendo que querrían interceder por ella. Hashirama fue otro que no dejaba de insistir en que Hinata no era capaz de hacer todo lo que contó, pero las pruebas, aun tiradas en su casa, no dejaban dudas.
La mayoría de las noches se la pasaba bebiendo, para lograr dormir sin pensarla, lo que no funcionaba, ya que, todos y cada uno de sus pensamientos, eran dedicados a Hinata, incluso los sueños y las pesadillas, eran protagonizados por la ojiperla. No podía evitar, imaginarla feliz, del brazo de ese maldito.
[...]
Mas de dos meses sin ver a Hinata, tenían a Neji, al borde del colapso. No era tonto y sabía que tras su repentina desaparición, había algo raro. Trató de contactar a Tobirama, pero no obtuvo respuesta y lo que logró alertarlo fue el hecho, de que el celular, continuaba en uso, cuando su prima les aseguro que ya no servía al igual que el suyo.
Continuó recibiendo mensajes, de otro número y también logró hablar con ella, por unos cuantos minutos días atrás. Pero, lo que lo impulsó a tomar medidas, fue una confesión que le hizo Karin acerca del rompimiento entre su prima y Tobirama, meses atrás. Karin, no le pudo dar muchos detalles pues aseguró no saber mas y por otro lado temía que el Otsutsuki, pudiera haberla dañado. Preocupado con las últimas noticias, no esperó mas y se dirigió a enfrentar a su tío, algo le indicó, que el tenía parte de culpa, en la desaparición de Hinata.
[...]
La pastelería de Kurenai, se convirtió en uno de los lugares favoritos de los residentes de Ame. Hinata fue mas de lo que Kurenai, pudo haber imaginado, la chica tenía el don en sus manos y pronto añadió más opciones en el menú. Los rollos de canela, pronto se colocaron en los más vendidos, seguidos por los cupcakes de diferentes sabores. El sitio se la pasaba abarrotado de personas queriendo comer ahí y otras haciendo pedidos para llevar o también estaban los que encargaban los pasteles de boda o cumpleaños.
Las personas ya se habían familiarizado con la ojiperla y había quienes, iban seguido, solo para disfrutar de los exquisitos manjares, sin embargo, Kurenai estaba muy intranquila por la falta de atención médica de la Hyuga. Si sus cálculos eran correctos, ya llevaba como cuatro meses y no podía continuar así. Sin consultar con ella, le hizo una cita con la ginecóloga, en el hospital, para esa misma tarde. También la persuadiría de ir a pedir informes en la universidad. Quizás con un poco de suerte, lograba obtener su título.
—Hina—la llamó Moegi, quien se intercambió para trabajar en la panadería y no, en el restaurante, debido a que la ojiperla y ella, se entendieron muy bien—Ahí esta el hombre que me gusta y me da pena tomar las órdenes en las mesas a su alrededor, porque la última vez tiré todas las malteadas encima de los clientes, debido a los nervios—Hinata suspiro recordando ese día—¿Podrías tomar las órdenes por mí?
—Esta bien, pero tú vigila el horno, en lo que regreso—la chica asintió aún sin dejar de mirar al hombre de cabello negro, llamado Kankuro.
—Buenos días mi nombre es Hinata ¿está listo para ordenar?—la ojiperla, vestía el uniforme de la pastelería, el cual consistía en un vestido rosado, con el delantal blanco. Todas las féminas vestían del mismo modo, la única diferencia, era el listón blanco que usaba la Hyuga en su larga cabellera, formando un moño para trabajar mas a gusto.
—Buenos días—el hombre que leía el periódico, dejó ver su rostro enfocando a la ojiperla, la cual no pudo evitar sonrojarse ante el aspecto físico y la penetrante mirada del moreno—Por ahora quiero un café, sin azúcar y sin leche—la joven, anoto en su libreta, bajo el atento escrutinio del varón.
—En seguida se lo traigo señor—se despidió de él y continuó escribiendo las órdenes. En poco tiempo, regresó con el café. Lo colocó con cuidado de no tirarlo—¿Necesita algo más?—preguntó apretando la pequeña libreta.
—Hina... necesitó tu ayuda, algo le pasa a la batidora—la llamó Moegi desesperada.
—¡Disculpe!—no esperó respuesta y se fue apresurada hasta la cocina—¿Que pasó?—la batidora arrojaba harina por todos lados y parecía querer salir de su lugar.
—Yo quería ayudar para disipar los nervios y terminé colocando, mas de todo para los cupcakes—la joven estaba apenada.
—Esta bien, yo me encargaré, pero tu, debes dejar tus nervios y ve con el cliente de cabello negro, el que lee el periódico, no termine de escribir su orden.
—Oh, debe ser Indra-san... ahora mismo voy a tomar su pedido... y de nuevo lo siento Hina—se disculpo de nuevo antes de salir.
—No te preocupes, mejor date prisa—apagó la batidora, para deshacerse de todo el contenido, preparando uno nuevo y mientras lo hacía, sonrió. Su bebé tenía unos días de estarse moviendo y ya se podía apreciar en su antes esbelta figura. Se mantenía ocupada la mayor parte del día, para mejorar en lo que hacía y para no pensar en Tobirama, sin embargo, al sentir los movimientos de su bebé, lo recordaba e inevitablemente, lloraba de nuevo.
Sus planes habían sido, tener un embarazo tranquilo, con el hombre que amaba a su lado protegiéndolos de todo y nada resultó como lo planeado, pero aún así, no se arrepentía de haberse embarazado.
Continuó enfrascada en sus pensamientos, cuando entraron, Kimi y Kurenai.
—Kimi, se hará cargo de la panadería por el día de hoy y tú vendrás conmigo, te puse una cita con la ginecóloga y sólo tenemos una hora para llegar, así que cámbiate y te espero afuera, para evitar que Moegi, cause más desastres.
—Pero yo...—no la dejaron terminar.
—Nada de peros, yo estaré a cargo por hoy y tú apresúrate—Kimi, prácticamente la echo fuera de la cocina, de otro modo, esa niña no se atendería correctamente, ademas todos, quienes la conocían, estaban ansiosos por saber el sexo del bebé.
...
No tardó ni veinte minutos, cuando regresó, recién bañada, con el cabello suelto, aún mojado y luciendo un vestido abajo de la rodilla, que le daba espacio a su pequeño vientre.
—Estoy lista—Kurenai se despidió de Indra, con quien estuvo conversando mientras esperaba por Hinata. Indra también llegó a Ame, años atrás y poco a poco, se fue ganando la confianza de las personas, a pesar de ser tan serio y muy reservado.
—Entonces vamos—Hinata se despidió de sus compañeros y antes de salir se encontró de nuevo, con las orbes de Indra, sobre las suyas. Sin saber, porque se ponía nerviosa, se dirigió hacia el auto de Kurenai y en minutos ya esperaban su turno con la médica.
—Puede pasar—le indicó la enfermera a cargo de tomar las muestras de sangre, el peso y las medidas.
—¿Puede venir conmigo?—Kurenai se conmovió con el pedido de la chica y se sintió honrada de formar parte de ese momento.
Ambas entraron en el consultorio y la ojiperla enfocó a una hermosa y llamativa mujer con cabello rosado.
—Tu debes ser Hinata ¿verdad?—la chica asintió—Me da mucho gusto conocerte, soy la doctora Sakura Haruno y te agradezco la confianza en mí, para cuidar de tu embarazo—concluyó con amable sonrisa, lo que logró relajar a la Hyuga.
La médica le indicó, dónde cambiarse de ropa para poder examinarla.
—Sakura ¿Crees que podamos saber el sexo del bebé?—preguntó Kurenai, mientras veían la pantalla, que mostraba las medidas, de la criatura.
—De hecho... ya lo sé—confesó sonriendo hacia Hinata, quien no dejo de llorar, desde que escuchó los primeros latidos del pequeño y fuerte corazón.
—¡Sakura!—la reprendió Kurenai—Dilo de una vez.
—Está bien... cálmate ¿Estás lista?—le pregunto a la ojiperla y ella asintió—Es un niño y es algo grande, para su edad, pero no es algo malo—continuó revisando las medidas y todo lo relacionado.
—Lo sabía, sabía que era un niño, ya se lo había comentado a Asuma—la fémina estaba muy contenta y se acercó para abrazar a la frágil joven. Hinata se sintió muy feliz, por saber que todo estaba en orden, pero no pudo evitar sentir melancolía y tristeza, al no contar con el padre del bebé, como tampoco con nadie de su familia.
Continuara.
Me disculpo por la demora, como por los errores de ortografía. Ojalá les guste 😊💕
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