Capitulo 15
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
La ojiperla se levantó del piso, luego de muchos minutos después de la partida de Tobirama. No la dejó defenderse, ni siquiera le importó darle el beneficio de la duda ¿entonces? ¿Que sentido tenía esperar a que regresara? Le dejó bien claro, que si no se iba por las buenas, el se encargaría de echarla a la calle. Se limpió las lágrimas y se apresuró a buscar su mochila, la misma que trajo cuando se mudó con el.
Colocó las pocas pertenencias con las que llegó. Dejó en el armario, todas y cada una de las prendas que Tobirama, compró para ella, como también los artículos, como joyas y las carteras. Dejó el bolso de mano, que había estado usando, los últimos días y que también era regalo del Senju. Lo único que se llevó, fueron sus documentos personales y el dinero en efectivo con el que contaba.
Por último se cambió de ropa y salió de ese lugar, el cual había sido su hogar y en el que fue tan feliz. Cerró la puerta sin mirar atrás, habiendo dejado las llaves en la mesa de la sala. Ya no era bienvenida en ese sitio y dudaba que quisiera regresar.
Salió y caminó alejándose de la casa. No quería que el regresara y la corriera también de la calle. Se dispuso a llamar un taxi, para que la llevara a un hotel, era lo único que podía hacer. Ahora solo debía esperar a que el taxista llegara por ella, pero su boca dejó escapar un grito al sentirse capturada por los brazos de alguien.
—No té asustes, estoy aquí para ti, mi amor—la morena se liberó y retrocedió—Te lo dije, tu y yo, estaremos juntos, sin importar nada—la sonrisa en el rostro de Toneri, le erizo la piel.
—Aléjese de mí—le grito con lágrimas corriendo por sus mejillas. Tenía miedo de ese hombre demente.
—Sabes que solo me tienes a mí, así que no deberías alejarte ¿o que? ¿Me vas a negar que el energúmeno de tu ex prometido te echo a la calle sin importarle la hora?—Toneri sonrió al verla confundida y sin poder negar—¿No lo entiendes? El mismo Senju, sabía que yo estaba aquí esperando por ti y no le importó dejarte—afirmó sin borrar la sonrisa de su rostro.
—¡Mentirás!—se negaba a creerle, pero al mismo tiempo, la convicción del Otsutsuki la hizo dudar, después de todo, el tenía razón, Tobirama la echo sin importarle el horario.
—En el fondo de tu corazón, sabes que tengo razón—la chica se tensó aún más—Lo vez, solo me tienes a mí, porque hasta tu padre, te arrojo a mis brazos—dio un paso y la capturó de nuevo. Hinata comenzó a defenderse y se alejó un poco.
—No me toque—exigió jadeando por el cansancio—les dire a todos la clase de persona que es usted... también lo acusaré ante las autoridades por acosó—Toneri fingió sorpresa y de nuevo estalló en carcajadas desquiciadas.
—Hay Hinata, mi dulce e ingenua Hinata... si te atreves a decir algo, me encargaré de que ellos paguen por tu desobediencia—sin mas, el albino le mostró su celular, donde se hallaban, fotografías con los perfiles de Neji, Hanabi, Ino y Tenten. El Otsutsuki, comenzó a leerle, lo que decía de cada uno de ellos—Creo, que aún no sabes de lo que puedo ser capaz—ella lo miró con horror, ese hombre era un monstruo—Es tarde y quiero, dormir junto a ti, así que basta de hacer berrinches—se acercó a ella, con el semblante amenazador, la tomó del brazo para subirla en su auto. Hinata miró las luces de un vehículo acercándose y supo, que se trataba del taxi. En un instinto de supervivencia, se negó a continuar caminando y Toneri se puso agresivo apretándole fuerte los dos brazos, ella gritó fuerte y logró zafarse, logrando arañarle el rostro, dejando tres grandes marcas, que comenzaron a sangrar—¡PERRA!—le gritó llevándose la mano hacia el área afectada.
Hinata aprovechó la distracción para atravesar la calle y sin mirar atrás subió al taxi.
—¿Se encuentra bien señorita?—cuestiono el conductor, cuando la miró llorando y muy asustada, mientras un sujeto, gritaba desde la acera.
—Estoy bien, pero por favor conduzca lejos—el chofer acelero, logrando dejar atrás a Toneri. La ojiperla le indicó que la llevará a uno de los hoteles, para poder pasar la noche y pensar en lo que debía de hacer.
Toneri, no fue lo suficientemente rápido para impedir que se fuera de su agarre y maldijo, todo lo que pudo, pero cuando se acercó a su auto, miró algo que lo hizo sonreír de nuevo, a pesar del dolor. Se agachó y levantó el objeto que seguramente dejó caer la Hyuga en el forcejeo. Subió a su auto y deslizó la pantalla comprobando que no tenía clave. Comenzó a mirar todos los textos entre su prometida y ese bastardo, enfadándolo mas de lo que ya estaba, pero de pronto se le ocurrió algo y comenzó por grabar su numero entre los contactos favoritos de la chica, luego comenzó la secuencia de innumerables mensajes de texto amenazadores dirigidos hacia el mismo.
—No debiste amenazarme con ir a las autoridades mi amor, ahora tendrás una probadita de lo que puedo hacer por ti—se dijo en voz alta. Condujo a su hogar, con calma, total, tenía toda la madrugada, para mirar el contenido de ese dispositivo. Hinata tenía que entender, que con el no se juega y que su única opción viable era estar a su lado.
[...]
—¡Tobirama!—el castaño abrió la puerta de su casa y se extrañó al ver a su hermano parado en frente, con un semblante de puro dolor—No te quedes ahí, parado... entra—el albino entró y se derrumbó en el sofa de la sala. Hashirama no sabía lo que estaba sucediendo con el, pero le preocupó mucho—¿Que te pasa hermano? ¿Hinata esta bien?—era lo que acató a cuestionar, pues ella no estaba junto a el y ademas, se suponía que Tobirama se hallaba de viaje.
—Ella...—soltó con dolor en la voz. El castaño le entregó un vaso de whiskey, para tratar de calmarlo de alguna manera—Hinata me traicionó—se le formó un nudo en la garganta con solo decirlo—Esa despiadada mujer, se burló de mí y fue su amante, quien me abrió los ojos, mostrándome las pruebas... Traté, trate de negarme a creerlo, pero cuando la confronté, no pudo negar que conocía al imbecil Otsutsuki, quien siempre fue su prometido y que incluso comenzó a trabajar en la academia como inspector, solo por estar cerca de ella—bebió el trago de inmediato y colocó el vaso frente a su hermano, para que este, lo rellenara.
—¿De que estás hablando? Hinata es incapaz de engañarte, debe haber una explicación para todo esto—el mayor habló con convicción. A el, lo podían acusar de ser olvidadizo, molesto, despistado y muchas cosas mas, sin embargo, era una persona muy suspicaz y estaba seguro que la chica Hyuga, realmente amaba a su hermano.
—Ese es su poder ¿que no lo vez? También a ti logró engañarte con su "inocencia" cando en realidad, no es mas que una vagabunda sin escrúpulos—el tono de voz fue mas fuerte, logrando que también Mito escuchara, pero se quedó donde no pudieran verla—Cuando te cuente y te demuestre, quien es en realidad, te juro que me darás la razón—el Senju más joven, comenzó contando todo lo que sucedió entre Toneri y el, horas antes, en el hotel donde se hospedaba. Le contó sobre las pruebas y el anillo. Las lágrimas se le rodaron en dos ocasiones y con rabia las limpiaba de inmediato, queriendo borrar todo el rastro de ellas.
—¿Y que explicación te dio ella?—Hashirama aun con toda la información, continuaba escéptico, sin embargo su mujer estaba furiosa con lo que hizo la Hyuga. Tobirama le abrió su corazón y ella lo pisoteó, burlándose de el. Esa maldita puta, logró incluso engañarla a ella misma, pero esto no se quedaría así.
—No tenía que darme ninguna, explicación, porque no la hay... Le dije que cancelaría la boda y que cuando regresara a mi casa, ya no la quería ver ahí—Tobirama, realmente estaba sufriendo y el castaño como su hermano, lo dejó que se desahogara con el. Para eso estaba la familia, para ayudarse cuando mas se necesitaba.
—Mañana mismo regresaré a supervisar el proyecto y si me convence, quiero quedarme allá, todo el tiempo que se lleve—afirmó el mas joven, cuando logró disipar el nudo que le impedía hablar con claridad.
—Pero, eso se puede llevar mas de un año—Tobirama asintió—Quizás estas actuando precipitadamente—era muy común, que las personas despechadas, tomaran decisiones apresuradas debido al dolor, para luego arrepentirse de haberlo hecho.
—Jamas estuve mas seguro de algo, como lo estoy en este momento—suspiro mientras mantenía los ojos cerrados—Debo alejarme, debo poner distancia, si permanezco en esa casa, estoy seguro que enloqueceré por ella... ¿No lo entiendes Hashirama? Hinata me destrozo el corazón y esta vez, no estoy seguro de poder continuar, incluso estoy a punto de hacer a un lado mi orgullo herido, para ir a buscarla y pedirle que no me deje, que no me importa su traicion, pero que no me abandone—las lágrimas salieron de nuevo y ya no se molesto en limpiarse. Hashirama lo abrazo, también a punto de llorar por ver a su hermano, peor que como estuvo años atrás.
El cansancio finalmente venció al albino y se quedó dormido en el sofá. Entre Hashirama y Mito, lo acomodaron lo mejor posible, colocando una almohada bajo su cabeza y una manta para cubrirlo.
—Escuché todo—soltó Mito, una vez que regresaron a su habitación—Vaya, que Hinata es una falsa, incluso logró engañarme a mi, entrando en mi academia y aquí en mi propia casa—la pelirroja, estaba muy dolida, sobre todo, por ver el estado de su cuñado, a quien quería como a un hermano menor. Esa zorra, estuvo cerca de sus hijos, todos la aceptaron en su hogar, como parte de la familia y terminó destrozando aun mas el corazón de Tobirama.
—No estoy muy seguro, creó que esto tiene una explicación—entre mas lo pensaba, mas seguro estaba, de que Hinata, no era como Henare.
—Que explicación, puede haber, si no, la que está clara... Su padre la desenredó y nada tonta, enfocó sus encantos hacia Tobi, para despojarlo de todo—afirmó completamente convencida—Maldita sea la hora en que esa mujer se cruzó en nuestro camino, pero principalmente en el camino de tu hermano... el no se merecía esto y tu, en lugar de estar tratando de defenderla, deberías ponerte del lado de Tobi—Hashirama ya no dijo nada, era imposible hablar con Mito, cuando se ponía en ese plan, así que mejor se encargaría de buscar a Hinata y pedirle que le diera una explicación.
...
Tobirama despertó y se sintió incómodo, luego se dio cuenta, que dormía en el sofá de su hermano. Recordó todo lo sucedido con Hinata y el dolor regresó de golpe. Sin hacer ruido, tomó sus llaves y salió directamente a su casa. Debía comprobar que ella se había ido. La culpa lo estaba carcomiendo, debido a su mandato de abandonar su casa a esas horas de la noche. Independientemente de lo que ella le hizo, no debió exponerla así a que saliera sola, aunque no debía de importarle...le importaba.
Entró lo mas rápido que pudo, tenía la esperanza de que ella aún estuviera en su casa. Quería que le explicara, quería que lograra convencerlo de que todo era falsó y que sus besos, caricias y declaraciones de amor, eran verdaderas.
El corazón le latió fuerte, cuando miró el bolso de Hinata, sobre la silla, donde siempre lo colocaba—Hinata, Hinata—la llamó, pero no hubo ninguna respuesta. Se dirigió a su recámara, la misma que compartía com ella y tampoco estaba, sin embargo, todas sus pertenencias continuaban allí. Toda la ropa, los perfumes. Un malestar se apoderó de su cuerpo, cuando cayó en la realidad, al mismo tiempo que sus orbes reconocieron el anillo de compromiso. Lo dejo en el buró del lado, que el dormía.
Las cosas que ella, trajo, cuando llegó a vivir con el, no estaban, ni siquiera la fotografía de su familia, se llevó únicamente, lo que trajo con ella. No se llevó ninguno de sus regalos, ni una sola cartera de las mas pequeñas. Corrió hacia la sala y miró el mismo maletín que le lanzó al piso. Todo estaba justo donde lo dejo, lo único que no estaba en el mismo sitio, fue el anillo.
Lo había dejado, lo obedeció cuando le ordenó irse en una hora. La vida ya no sería la misma, sin ella ¿Que había hecho mal para que no pudiera tener una mujer que de verdad lo amara? Se había vuelto a equivocar y esta vez, le resultó mucho más doloroso. Arrojo la botella de whiskey que había tomado antes de sentarse en la sala y esta se rompió en pedazos. Todos y cada uno de los lugares de esa maldita casa, le recordaban las muchas veces que se entregó a el—Me destrozaste Hinata, terminaste conmigo, caí en tu juego, como un imbecil—lo dijo en voz alta. Era increíble, que un hombre como el, conocedor de tantas cosas, y adentrado en años, se hubiera dejado engañar por esa pequeña manipuladora.
Lo mejor era alejarse, no quería verla exhibiéndose por todos lados, con ese tipo. No iba a poder soportarlo, mucho menos, cuando anunciaran su próxima boda.
Realizó las llamadas correspondientes y logró conseguir el boleto de avión, para esa misma tarde, luego llamó a Konan, su secretaria. Aunque Hinata lo traicionó, el no podía olvidar que ella ya no vivía con su padre, así que decidió, depositarle una fuerte suma a la cuenta de Hinata. Lo que deseaba de el, era únicamente el reto de conquistarlo y también el dinero, pues entonces se lo daría, como pago, por el tiempo que logró engañarlo, viviendo en la mas hermosa fantasía.
[...]
La ojiperla corrió hacia el baño, apenas abrió los ojos. No había logrado conciliar el sueño para lograr descansar bien y lo peor de todo, era que apenas entró en el cuarto del hotel, se dio cuenta, que no llevaba su teléfono. Ni siquiera se imaginaba, donde lo pudo dejar. Después de estarle dando vueltas al asunto, finalmente decidió que no le podía decir nada a sus amigos y familiares, pero definitivamente, si iría a las autoridades. No podía acobardarse, de lo contrario... No no, no quería imaginar, si caía en las manos de Toneri. De verdad estaba aterrada. Ese hombre estaba totalmente loco y si lograba secuestrarla, en cuanto se enterara del embarazo, era capaz de asesinarla, a ella y a su bebé.
Cuando terminó de vaciar su estómago, se dio una ducha, debía salir de la habitación, antes del mediodía, para que no le cobraran otro día mas. Francamente no sabía que hacer, su única esperanza, eran las autoridades. En cuanto les contara todo, acerca del acoso y las amenazas a su familia, todo quedaría aclarado y podía buscar a Neji para pedirle ayuda. De nuevo lloro mientras se vestía, Tobirama, no le dio la oportunidad de confesarle su embarazo y aunque ya no la quisiera, por creer todas las calumnias en su contra, de todos modos era el padre y tenía derecho a saberlo. Si cuando se lo contará, lo rechazaba, ella no tendría otra opción, que criar a esa criatura sola, después de todo, no era ni la primera, ni la última, en tener un hijo sin padre.
Ese día, tenía que hablar con el y después, debía ir con las autoridades.
Con la mochila en la espalda, entregó la tarjeta del cuarto y se dirigió hacia las empresas Senju, tenía la esperanza de que el estuviera ahí, o de lo contrario, pediría hablar con Hashirama, el,era buena persona y estaba segura que podía ayudarla para que Tibirama lo supiera.
Llegó al lugar y se estremeció. Le temía a la reacción de su... de Tobirama, pero de todos modos debía decirle.
—¡Buenos días Hinata!—la saludó Konan, Ambas se habían llevado bien, desde que comenzó su relación con el Senju menor. Sin embargo, a la secretaria, le extraño verla ahí pues, apenas una hora antes, el mismo Tobirama, llamó para avisar que se iba y que le hiciera un gran depósito en la cuenta que abrió para Hinata.
—Buenos días—respondió con amabilidad—¿Tobirama esta en su oficina?—antes que Konan, pudiera responder, una furiosa mujer abofeteó tan fuerte a Hinata, que casi se cae al piso.
—No puedo creer que tengas el descaro de venir aquí—la ojiperla se llevó la mano a su mejilla sin poder creer, que Mito, la hubiera golpeado—¿Que pensaste?—cuestionó, parada a muy poca distancia de la Hyuga—Que nunca nos enteraríamos, la clase de zorra que eres—Konan se levantó de la silla, dispuesta a intervenir de ser necesario, dado que Mito parecía querer asesinar a Hinata.
—Senju-san, por favor, no me hable así y tampoco me juzgue—le pidió Hinata aun tratando de contenerse.
—¿Y como se supone que se le debe hablar a una golfa trepadora como tu?—solto con despreció—Gracias a tus acciones, Tobirama se marcha de la cuidad, por tiempo indefinido—la pelirroja deseaba golpear a esa chica hasta que dejara de mostrar esa fingida inocencia—Finalmente, mostraste tu verdadera naturaleza, pero esto, no se quedara así... Me encargaré, que nadie, óyeme bien, nadie, te de trabajo en los restaurantes de Konoha y tampoco esperes conseguir terminar el resto de tus estudios en ninguna academia, prestigiosa, me aseguraré de cerrar todas y cada una de las puertas para ti.
Hinata, se quedó en silencio. Era increíble, lo rápido que las personas, pueden volverse en su contra, sin siquiera darle la oportunidad de hablar. Era evidente que nunca fue su amiga y que sólo la trataba bien, por estar con su cuñado. Le dolió mucho, su actitud, pues ella, si le había tomado aprecio, a Mito y también a los niños, pero ahora veía que no fue recíproco. Por otro lado, Tobirama, se marchó dejándola sola y sin una oportunidad de hablar sobre el bebé. Si así lo querían, así sería. Sin decir nada, se dio la vuelta y se encaminó al elevador. Escuchó muchos más insultos de Mito hacia ella, pero no respondió a ninguno de ellos.
Apenas salió y las lágrimas le bañaron el rostro. Nunca en toda su vida, se había sentido tan sola. Pero no tenía tiempo de lamentarse, debía tomar el siguiente paso, el mismo, que con suerte, la sacaría de todo esa pesadilla.
El taxi, la dejó frente a la jefatura de policía. Los nervios la invadieron. Sería la primera ves que hacia algo como eso, pero como diría Kiba, siempre hay una primera vez.
Entró en el lugar y de inmediato se sintió intimidada. Se armó de valor, para continuar. Ese no era el momento para acobardarse.
—¿En que podemos ayudarle señorita?—pregunto un joven pelirrojo, vestido de oficial.
—Quiero hacer una denuncia, sobre acoso y amenazas—el oficial arqueo una ceja.
—Esta bien, pase por aquí... la llevare a la oficina de mi jefe—camino siguiéndolo, hasta que se detuvo en una puerta—Es por aquí, el capitán Negato, se encargara de tomar su declaración y por cierto, mi nombre es Sasori—el joven abrió la puerta y un intimidante hombre con cabello también rojizo, los encaro a ambos—¡Capitán! La señorita quiere hacer una denuncia.
—Gracias Sasori, yo me encargaré—el muchacho salió, cerrando la puerta—¿En que puedo ayudarla?—pregunto el varón frente a ella.
—Mi nobre es Hinata Hyuga y quiero denunciar el acoso y las amenazas hacia mi y hacia mi familia, por parte de Toneri Otsutsuki—la mirada del pelirrojo se clavó en ella, de una manera que Hinata no pudo identificar.
—Ya veo—dijo el capitán, mientras abría uno de los cajones del escritorio, sacando un folder amarillo—Es usted la hija de Hiashi Hyuga ¿no es cierto?—ella asistió dirigiendo su atención hacia sus manos apretadas en su regazo para contener los nervios—Y dígame señorita ¿Cuando comenzó el supuesto acoso?—el tono empleado en su voz, llamó la atención de Hinata, pero de todos modos, se dispuso a responder.
—Fue hace algunos meses, cuando Otsutsuki-san, entró a trabajar en la academia de gastronomía, en donde yo asisto, bueno, donde yo asistía—se corrigió, pues jamás regresaría a esa academia.
—¿Tiene usted pruebas del acoso?
—N-no... Pero le aseguro, que si lo investigan y le confiscan su celular, podran ver por ustedes mismos, toda la información que tiene sobre mi familia y amigos, dijo que si les digo algo, ellos pagarán las consecuencias... incluso anoche intento secuestrarme—trató de no llorar, pero le estaba costando mucho.
—Toneri Otsutsuki, ¿de casualidad es su prometido?—de nuevo asintió, pero algo no le gustaba, la forma en que se estaba comportando el hombre, no le parecía sería, era como si no le estuviera creyendo, además ¿como sabía sobre el compromiso?—Esta mañana, estuvo aquí el señor Otsutsuki, haciendo la misma acusación, pero el, la acusó a usted y trajo muchas pruebas que lo respaldan, sin omitir la agresión física, de la que fue víctima a causa de usted—concretó casi con burla.
—¿De que pruebas habla? Es el, quien ha estado tras de mí todo esté tiempo—la ojiperla se alteró por el rumbo en que se estaban dando las cosas.
—¿Niega usted que agredió al señor Otsutsuki y que le dejó marcas muy visibles en el rostro?—cuestiono más serio.
—Yo... bueno, yo si lo hice, pero fue para defenderme el quería...—Nagato la interrumpió.
—¿Conoce usted este número telefónico?—le mostró un papel donde aparecía su número de celular.
—Si, es mi celular—respondió sin dudas.
—Eso pensé... ¡Mire! En estas hojas hay cientos de mensajes, desde su numero, hacia el número de Otsutsuki, donde claramente lo amenaza, para que haga lo que usted quiere, o de lo contrario, bueno, mejor véalo usted misma—Hinata agarró las muchas hojas en donde se veían cientos mensajes que supuestamente, ella le mandaba a Toneri y dónde lo amenazaba con agredirlo, si no apresuraba la boda. Las lágrimas llenaron sus orbes, pero se negó a dejarlas salir. Eso no podía estar pasando—Aquí también estan las fotografías, que le sacaron los oficiales al rostro de su prometido... Señorita, está usted metida en graves problemas—finalmente la amenazó
—¿Entonces no me ayudará?—ahora ya no logró retener las lágrimas—Por favor, tiene que creerme, ese hombre está loco y tengo miedo por mi familia, si se entera que estuve aquí, se pondrá furioso y arremeterá contra ellos—Nagato la miró con sorna, la chica era una verdadera actriz, lo bueno, era que Toneri, ya los había puesto sobre aviso a todos y ya estaban preparados para su arribo y su gran actuación.
Flashback on.
La jefatura de policía, se hallaba calmada a esa hora de la mañana, cuando llegó un hombre pidiendo hablar con uno de los superiores. El tipo tenía magulladuras en el rostro, las cuales se veían muy profundas. De inmediato lo pasaron con Nagato.
—-Necesitó ayuda, mi prometida se puso muy agresiva y después de una pelea, me agredió—mostró su rostro para dar fe, de lo que dijo.
—¿Tiene pruebas?—pregunto, pues no era habitual, que un hombre lanzara esas acusaciones, en contra de una mujer y menos, si esta, era la supuesta prometida.
—Traje conmigo los registros telefónicos, donde se puede apreciar, la gran cantidad de llamadas y los textos, que me ha estado mandando—Nagato los reviso y tuvo que dar crédito al sujeto, pues ahí lo decía todo. Seguramente, la chica, era una desquiciada.
—Con esto, se puede dictar una orden de arresto en contra de ella...Dígame el nombre de la joven—pidió anotando todo.
—Es Hinata Hyuga—Nagato paró lo que hacía para encarar al Otsutsuki.
—¿Acaso es la hija del empresario Hishi Hyuga?—Toneri asintió—¡Vaya sorpresa!—exclamó extrañado.
—Mire, no quiero que la detengan, solo quiero darle un escarmiento, para que vea, que si continúa así, terminará tras las rejas y sin la boda...Se que le resulta extraño, pero aún con su volátil comportamiento, la amó mas que a nada en el mundo y solo quiero su bien—el rostro del peli-plata, se mostraba lleno de dolor por dicha situación.
—¿Entonces que quiere que hagamos? Esto es muy serio y no creó que alguien como ella deba estar cerca de la sociedad, aquí lo amenaza con mandarlo golpear, incluso hay amenazas de muerte—añadió Nagato.
—Lo se, pero esta es la segunda vez que me agrede y yo no puedo hacer nada por retenerla, puesto que es una mujer y no quiero dañarla, sin embargo, anoche me dejó claro, como lo dice ahí mismo—señaló el texto—que vendría aquí y haría hasta lo imposible para que me pusieran cargos... y créame cuando le digo, que es realmente convincente al momento de relatar los hechos, por ese motivo, solo quiero darle un escarmiento. No puedo disgustarme con ella, aunque sea tan malcriada—miró al varón frente a el y sonrió encogiéndose de hombros—Lo se, somos una pareja tóxica, pero en verdad nos amamos—concluyó Toneri.
Flashback off.
—Su prometido, ya sabe, que usted está aquí, así que ya no tiene que fingir conmigo señorita—la incredulidad se palpó en el rostro de la llorosa joven—Agradezca, que el señor Otsutsuki, la ama, demasiado, de lo contrario, ya estaría encerrada por amenazas y agresión—Nagato se puso de pie—Ahora le pido, que salga de mí oficina, de lo contrario olvidaré, que di mi palabra de no encarcelarla—Hinata se puso de pie, aún con las piernas temblorosas y sin poder creer, lo que estaba pasando. Salió casi corriendo y sin dejar de derramar lágrimas ¿Que se supone que debía hacer?
Sasori observó, como la chica de ojos color luna, salió corriendo con el rostro bañado en lágrimas. También el sabía sobre el asunto que la llevó a ese lugar, pero había algo en ella, que lo hacía dudar acerca del relato que les dio el Otsutsuki más temprano ese mismo día. La mirada llena de miedo y decepción que mostró, lo dejó muy incómodo. Su instinto le gritaba que algo no andaba bien. Ellos pasaban por un riguroso entrenamiento y entre las muchas pruebas, estaba, una de las mas importantes, para lograr el éxito, a la hora, de detener delincuentes. Consistía en leer el perfil de las personas, para estudiarlos mentalmente y saber, si mentían, o si ocultaban algo, entre otras cosas. Estaba seguro, que la chica no estaba fingiendo y si lo hacía, entonces era una psicopata, ellos eran los únicos que no mostraban emociones, haciéndoles muy difícil, el poder estudiarlos y Toneri Otsutsuki, no mostró nada que pudiera ayudar a evaluarlo, en ese momento, no le prestó atención, pero después de ver a la chica en cuestión, sus dudas lo estaban atacando ¿Que fue lo que en realidad pasó?
Hinata salió desconsolada y sintiéndose pérdida. Un mareo la hizo detenerse, un poco más lejos de la puerta por donde salió de la jefatura y se tuvo que recargar en la pared para no caer.
—Hasta que sales mi amor... ya me tenías impaciente—las orbes color luna se abrieron mucho y se apegó mas a la pared tratando de alejarse lo mas posible.
—Dejeme en paz... se lo ruego—no le importó rogar—Si de alguna manera lo ofendí, le pido perdón, pero ya no me acorrale—tenía mucho miedo, pues ya nadie más podía ayudarla, su única esperanza eran los policías y también le fallaron al igual que Tobirama. La lanzaron directamente a la boca del lobo.
—Shhh, no llores y tampoco me pidas perdón aquí, ya tendrás toda la vida para recompensárme por tu mal comportamiento—las piernas femeninas temblaron—Te lo advertí, te dije que terminarías conmigo—suspiro sin dejar de verla—Lo que no entendiste mi vida, es que para cuando, te aseguré que serías mía, ya tenía todo bajo control, y no dejé ningún cabo flojo Hinata, ni siquiera la policía te ayudará, tengo aliados en todos lados.
—No, por favor, no se me acerque—el Otsutsuki, avanzaba sigilosamente hacia ella—Suélteme—suplico sintiendo que se iba a desmayar. Se negaba hacerlo, porque entonces , estaría a su disposición, para que hiciera con ella lo que quisiera.
—¿Pasa algo?—un hombre alto vestido de oficial se acercó y al ver a la joven tan asustada decidió intervenir—¿Se encuentra bien?—le preguntó directamente a Hinata y ella negó repetidas veces con la cabeza.
—Todo bien oficial, es solo una discusión de enamorados—respondió Toneri restándole importancia.
—Por favor ayúdeme, el no es mi novio, no deje que me lleve—al ver el estado de la joven, el oficial se acercó a ella y mientras trataba de calmarla, Toneri se marchó. Por el momento no podía hacer nada, pero seguiría tras ella, hasta conseguir llevársela—Gracias—la ojiperla suspiró aliviada, cuando dejó de ver a Toneri.
—Mi nombre es Yahiko y soy miembro de la policía... venga conmigo, levantaremos un acta en conde ese sujeto—trató de llevársela a la jefatura, pero ella lo detuvo.
—Me acaban de correr de ahí, le agradezco mucho su ayuda, pero debo irme antes que ese hombre regrese—intento irse pero Yahiko se lo impidió.
—No dejare que se marche, hasta que no me cuente lo que está sucediendo—realmente estaba apenado, cuando ella le dijo que la corrieron de la jefatura y se dispuso a llegar al fondo de todo. La Hyuga, no supo, si fue por vulnerabilidad, o por miedo, quizás por soledad, pero confió en el hombre que le pedía saber su problema y terminó contándole todo. Relató cómo llegó Toneri a su vida, hasta el momento en que Tobirama la echó, la noche anterior.
Yahiko, quedó boquiabierto, ademas de sentirse avergonzado, por la forma en que su mejor amigo la trató. Lo mas raro, era lo pequeño que es el mundo, pues Konan, era su esposa y ella trabajaba de secretaria, precisamente, con Tobirama Senju, quien se negó a escuchar a la joven.
—Trate de tranquilizarse—le pidió dentro de la cafetería donde la llevó para que comiera algo—Le pido, que disculpe el comportamiento de Nagato, el es un excelente miembro y líder de la jefatura, el tipo debió ser muy convincente, para que el, se portará así con usted... Le voy a ser franco, en este momento, no hay nada que se pueda hacer en contra de ese maldito—Hinata lo miro sin extrañarse—Pero eso no quiere decir, que es intocable, le doy mi palabra, que no descansaré hasta lograr evidenciarlo, pero mientras lo consigo, usted corre peligro, lo más acertado, será que se aleje de aquí, a donde nadie la pueda rastrear.
—No se a donde ir, tampoco tengo dinero suficiente, para pagar por un boleto de avión—ella no sabía cuánto tiempo le tomaría conseguir empleo y no podía malgastar, lo poco que tenía ahorrado.
—Tengo el lugar y las personas correctas, que le ayudarán, ademas, el boleto no cuesta mucho, porque es por tren... ¡Vamos! Yo mismo la llevaré hasta la estación y le dare el número de mis amigos para que los llame, apenas llegue—Hinata sintió, que una pequeña luz se vislumbraba entre tanta oscuridad.
—Se lo agradezco, ha sido usted, como un ángel, que llegó cuando mas lo necesitaba—juntos se fueron a la estación de trenes, Yahiko, le presto el teléfono para que enviara mensajes a su familia y amigos, sin embargo le sugirió, que no revelara la ubicación del lugar a donde viajaría.
Yahiko, le compro comida y algunas revistas para el camino de cuatro horas. Aseguró que tampoco el, le daría su ubicación a nadie, ni siquiera a Konan. Hinata agradeció una vez más y subió al tren. Se acarició el vientre, que aún no se notaba, pero ahora y por tiempo indefinido, sería su única compañía.
Continuara.
En el próximo capítulo, ya llegan nuevos personajes y amigos para Hinata. Ella conocerá personas, que le traerán buenas cosas, ojalá les guste. De nuevo me disculpo por la demora y por los errores, luego los corregiré 💕😊
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