Capitulo 13
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Que me tienes?—pregunto Toneri, cuando miró entrar a Shion con una carpeta en las manos.
—En realidad no hay mucho...pero como tu mismo puedes ver en esta parte—la chica le mostró una de las hojas que llevó—El Senju estuvo comprometido con Henare Uchiha, la actual esposa de Izuna Uchiha. Ellos dos fueron amigos hasta que, el día de la boda, la novia lo dejó plantado, dejándolo prácticamente sin nada, aunque tiempo después recuperó todo—Toneri observó con detenimiento toda la información—Y para humillarlo mas, Henare, estaba embarazada y el hijo era de Izuna y no de el...lo que indica que ellos lo engañaban desde mucho tiempo atrás.
—Vaya vaya, entonces lo traicionaron—se burló el peli-plata sonriendo, pues era difícil de creer, que a alguien como el, tan prepotente y presumido, lo hubieran engañado.
—Es lo que dice, incluso, según los informes, nunca se volvió a involucrar con nadie, quedó tan dolido que permaneció por mucho tiempo en soledad—el Otsutsuki se dedicó a seguir escuchando—La única mujer con la que se le ha visto desde que lo plantaron, es ella, tu Hinata—concluyó con fastidio.
—¿Y que hay de ella de la ex prometida? ¿No volvieron a estar en contacto?—preguntó mientras sostenía las diferentes fotografías.
—Claro que no, la tipa es una basura, ese fue el motivo por el que dejó de confiar en las mujeres... figúrate con tremenda zorra—soltó Shion—Además, dudo que un hombre como ese, mendigue amor a nadie, pudiendo tener a cualquier otra mujer.
—¡Querida mía! Te ganaste un premio—miró a Shion y ella sonrió—Puedes pedirme lo que quieras, porque con esta información, no será difícil hacerlo creer lo que yo quiera que el crea—ambos comenzaron a besarse y a despojarse de la ropa. Toneri estaba muy contento, ya sabía cual era el punto de quiebre del arrogante Tobirama Senju.
[...]
El sol de un nuevo día alumbró la cama donde todavía se hallaba la pareja de enamorados. Ellos permanecieron abrazados, luego de la agitada noche de amor que compartieron. La lencería azul de Hinata, quedó regada por el piso, junto a los shorts y los bóxers de Tobirama.
El albino abrió los ojos lentamente y no pudo evitar sonreír. Su prometida estaba aferrada a el, con la cabeza descansando sobre el pecho, en busca de su calor. Todo el sedoso cabello azulado, se extendía tras ella tocando parte del brazo masculino. Se veía tan calma, tan relajada y lo mejor de todo, ella era solamente suya. Tenía mucho tiempo de no sentirse tan feliz, de no despertar sintiéndose completo, como en ese momento, que aveces temía estar soñando.
La abrazó fuerte contra su pecho, sintiendo toda la suavidad femenina y noto los movimientos que empezaron hacer las delicadas manos. Lentamente Hinata abrió los ojos, encontrándose con las orbes color rojizo mirándole de frente.
—¡Buenos días!—ella se sonrojó al sentir sus senos desnudos sobre el pecho de Tobirama—¿Dormiste bien?—el Senju se colocó sobre ella y en un ágil movimiento, ya estaba entre sus piernas.
—Buenos días... ¿hace mucho que despertó?—preguntó con dificultad, debido a los toques en su intimidad. Miró a un lado, esquivando la mirada de su prometido, porque estaba segura de estar sonrojada.
—No, no hace mucho, solo lo suficiente para poder admirarte mi ángel—el Senju le acarició el rostro, mientras continuó restregando su hombría entre los pliegues de la ojiperla, dándole a saber, cuales eran sus intenciones—Ahora empezaremos el día de la mejor manera—sin esperar respuesta, se apoderó de los senos, para comenzar con los juegos previos. En poco tiempo, los gemidos de Hinata, se hicieron más audibles.
Ella le dio mas espacio, para que el pudiera acomodarse mejor en medio de sus piernas y acto seguido, se hundió dentro de ella, diciendo su nombre.
Continuaron con el acalorado encuentro y ahora ella estaba en cuatro, mientras el Senju, envestía fuerte, logrando sonidos de ambos cuerpos al colisionar uno contra el otro. Hinata se aferraba a las almohadas buscando soporte, al mismo tiempo que el la sostenía de las caderas, para hundirse cada vez mas. Antes de terminar, la levantó y la abrazó sin dejar de moverse, sintiendo su pene, cada vez más apretado, dándole la clara señal, de que ella iba a llegar.
Hinata soltó un fuerte gemido y en seguida sintió dos fuertes y poderosas envestidas. También el Senju había terminado. Los cuerpos de ambos se hallabas mojados, por el sudor, pero eso no influyó para que el, la atrajera contra su pecho, tampoco a Hinata parecía molestarle.
Se ducharon juntos y se dispusieron a salir a la academia, para cumplir con sus obligaciones.
...
—No creó que deban vernos llegar juntos, alguien podría vernos—le dijo Hinata, antes de llegar al lugar donde se estacionaría.
—La verdad, no me importa, de todos modos, pronto todos sabrán que estas conmigo y eso será antes que termines el curso—la tranquilizó el albino dándole una pequeña sonrisa.
—Pero, eso podría traerle problemas a usted—argumentó la chica preocupada por el.
—Tranquila, deja que todo fluya y ten por seguro que lo que digan de mí, no me afecta, sólo guardaremos las apariencias dentro de la academia...aquí afuera, nadie podrá juzgarnos—sin mas remedio que acatar lo que le dijo, Hinata se preparó para bajar, esperando que ninguna mirada curiosa los captara.
...
Tal como lo acordaron, ella bajo primero y minutos después, bajo Tobirama.
—¡Hola Hinata!—una voz masculina, la llamó, apenas cruzó las puertas de la entrada.
—¿Como está Otsutsuki?—respondió al saludo, con una dulce sonrisa.
—Aún es temprano ¿que te parece si le invito un cafe y un postre? No desayune nada, esta mañana y odio hacerlo sólo—pidió con falsa inocencia. Hinata observó a Tobirama, subiendo las escaleras, con Kushina, así que no miró nada de malo en acompañar a Toneri.
—Esta bien...vamos—Toneri sonrió y se fueron juntos a la cafetería, había empezado un plan, para separarla del Senju y la mejor manera de comenzar, era que las personas, comenzaran a verlos juntos.
La observó mientras comía, no perdió ninguno de sus gestos, Hinata era la razón por la cual se desveló durante muchas noches y últimamente ella, era la razón por la que empezó a querer desaparecer a las personas a su alrededor, como le pasaba con ese maldito engreído.
—¿Y que te llevó a querer convertirte en chef?—sonrió para si, cuando ella comenzó a narrar, como fue que llegó hasta donde estaba. Definitivamente, ninguna de las jóvenes con quien había estado, se igualaba con Hinata y el saber que ya no era su prometida, lo dejó frustrado, lleno de odio y sobre todo, dispuso hacer todo lo necesario, para tenerla solo para el.
—Me tengo que ir, ya casi es hora de mi primera clase—la morena se levantó y tomo su bolso—Debo haberlo aburrido con toda mi historia—le dijo después de agradecer por el café.
—Claro que no, de hecho me resulta muy interesante, todos los sucesos que llevan a una persona a saber exactamente,que hacer con su vida—remarcó con fingido interés sobre lo que hablaban—Como bien sabes, muchas personas, planean hacer algo con sus vidas y cuando crecen, se olvidan de todo y estudian algo totalmente diferente a lo que soñaron desde niños—ella asistió, dado que eso era algo muy común—Yo en mi tiempo libre, escribo un libro y trata de ese tema—mintió improvisando para sonar más convincente.
—¿De verdad?—la morena cayó en su juego, sin maliciar nada.
—Así es, y tu me serás de gran ayuda para continuar escribiendo... eres de las pocas personas que me puede regalar un gran aporte—finalmente se despidieron, ella sonriendo con sinceridad y el, con malicia.
...
Los siguientes días, Toneri se aseguró de cargar con una tableta portátil, para simular estar escribiendo fragmentos de la información que los estudiantes le proveían, pero constantemente, a quien buscaba era a la ojiperla. En un principio Hinata contaba todo lo referente a su carrera, pero conforme se iban mirando mas, comenzó a sentir algo extraño, en la forma en que el la veía, incluso fingía inocentes toques con las manos, lo que logró ponerla muy tensa, pero su sentido de educación y de no querer juzgar a nadie, no le permitió alejarlo. Luego de pensarlo, llegó a la conclusión, que lo evitaría y todo volvería a la normalidad.
[...]
Los días continuaron y ya habían pasado mas de un mes, desde que Hinata vivía con Tobirama. Siguió la misma rutina, dentro de la academia, lo único que la había empezado a preocupar y un tanto atemorizar, era el constante acercamiento de Toneri, ya que, en vez de irse alejado, sucedió todo lo contrario.
El hombre parecía siempre estar pendiente de los ratos en los que se quedaba a solas y aparecía de pronto, cuando menos se lo esperaba, incluso estaba cruzando la línea de lo personal y se había aventurado a saber mas de ella, como cuando le preguntaba, si tenía a alguien, o si su anillo, era de compromiso, incluso le cerraba el paso, para que no pudiera alejarse de el y en las veces que sucedió, agradeció que alguien viniera, de lo contrario, no estaba segura, de hasta donde pretendía llegar, sin embargo, no lo quería averiguar.
Aunque en un principio, el Otsutsuki, le pareció agradable, ahora se sentía muy temerosa con su cercanía, era como si tratara de leerla, de saber mas sobre ella y eso la estaba aterrando.
También había algo que la mantuvo en alerta y eso, se debía a que Toneri le contó que conocía a su familia, desde años atrás, incluso que había estado viendo a su padre cuando se instaló en la cuidad.
Naji y Hanabi, la habían ido a visitar, en dos ocasiones y en una de ellas les preguntó, si conocían a Toneri, pero ambos negaron y dijeron que nunca antes lo habían visto. Neji, se ofreció a buscar información, dado que también a el, le pareció muy raro que su tío lo conociera y nunca antes les hubiera contado nada. Sin embargo, antes de marcharse, le dijo algo que le heló la sangre y aun se negaba a creer. Su primo, recordó que el apellido del supuesto prometido, con el cual su padre la quería casar, era Otsutsuki. Eso era mucha coincidencia y se negaba a pensar mal de su padre.
Hanabi, se ofreció a buscar los sobres con las fotografías, que el tipo le mandaba, aunque la mayoría del tiempo, Hinata los tiraba sin abrilos, estaban seguras de poder conseguir alguno de ellos en el armario, de la que era su habitación dentro de la mansión Hyuga. Con esas fotografías, comprobarían si en verdad, eran la misma persona.
Tobirama, en repetidas ocasiones, preguntó el motivo de su preocupación, pero no quiso decirle nada, hasta no tener pruebas, de que Toneri y su ex prometido, eran el mismo. El tenía demasiadas responsabilidades, entre la academia y la empresa, encima también estaba planeando la boda, no podía irle con suposiciones.
Estaban viviendo los mejores momentos dentro de su relación y no quería preocuparlo, con sus problemas, después de todo, ya sólo faltaba muy poco, para concluir con su carrera y no tendría que volver a ver a ese hombre.
[...]
—¿Entonces se casarán?—pregunto Ino, muy emocionada, después de todo su amiga se veía feliz, aún después de abandonar la mansión Hyuga, aunque en sus ojos se podía vislumbrar un destello de tristeza, que ella trataba de suprimir.
—Si... Tobirama me dijo que se está encargando de todo, pero aun no me da una fecha.
—Viendo como te trata, seguramente hará una gran boda para ti—añadió Tenten, mientras ayudaba a Hinata a recoger su cabello. Ino las invito para ir a relajarse en un spa, que le recomendó Mikoto y se pusieron de acuerdo para encontrarse con ella, dentro del lugar.
—No lo creó, el sabe que yo no quiero nada de eso y menos ahora, que mi padre, no ha hecho nada por saber de mí—aclaró con tristeza en la voz.
—Ya esta bien, no es momento de ponernos tristes, mejor vámonos al spa—las tres salieron de la casa de Tobirama, la cual se había convertido en el hogar de Hinata. Ella le había informado a su prometido que saldría con sus amigas y apenas llegaron las chicas, el Senju, saludo y las dejó a solas.
...
Cuando llegaron al spa, se encontraron con Mikoto, quien al igual que ellas también acababa de llegar.
—¡Hina! Que gusto verte—la morena fue recibida en un material abrazo de Mikoto—Hanabi, me contó lo que sucedió con tu padre—le dijo con voz apacible—Pero me da mucho gusto que te hayas comprometido con Tobirama, el es un buen hombre y se que cuidara bien de ti.
—También me da mucho gusto verla—Hinata contuvo las lágrimas, dado, que la dama Uchiha, ya no se encontraba sola.
—Creo que no conocen a mi cuñada, ella es Henare, la esposa de Izuna. Las tres amigas saludaron a la bella mujer, aunque ya la habían mirado en algunas ocasiones, nunca antes las habían presentado—Las veo mas tarde, me voy a la zona de masaje—Mikoto se despidió de las tres amigas y se dirigió sola a donde se daban los masajes, sin embargo, la cuñada y dos mujeres con las que llegó, se dirigieron a donde mismo que ellas.
—¡Necesitaba esto!—exclamó Tenten, cuando se sentaron en el sauna. Las tres chicas estaban sentadas en el lado derecho, de la gran habitación, cubriendo sus cuerpos con unas toallas blancas con el nombre del spa, grabado en un lado.
—También yo—Hinata recargó la cabeza en la pared. Se sentía cansada, pues la noche anterior, Tobirama no le dio tregua, habían hecho el amor en repetidas ocasiones y en todas, la dejó sin aliento, no se quejaba, sino por el contrario, a ella le gustaban las muchas maneras, en que la tomaba.
—Supongo que tu galán no te dejó dormir y los chupetones en tu pecho me dan la razón—Hinata se levantó la toalla, tratando de cubrirse, había olvidado que Tobirama, la marcó cerca de los senos.
—¡Ino!—la ojiperla se sonrojó por la intensa mirada que le dio Henare, la cual de inmediato se desvió al verse descubierta por la misma Ino, dándole a entender que no se metiera en lo que no le importaba, o habría consecuencias.
Tenten, se enfrascó en una conversación con Ino y minutos después se unieron a ellas las dos féminas que llegaron con Henare.
Hinata se quedó recargada y cerró los ojos por un momento.
—¿Entonces te casarás con Tobirama?—la Hyuga abrió los ojos al escuchar la pregunta.
—Si, nos casaremos en unos meses—respondió con una tímida sonrisa.
—Te deseo suerte... porque la vas a necesitar—soltó sin ceremonias.
—¿Porque lo dice?—preguntó confundida.
—Porque dudó que haya podido olvidarme—la mujer se puso de pie y le dio una sonrisa a la sorprendida Hyuga, la cual quedó sin entender nada.
Henare, no era una buena persona y sus actos pasados hablaban sobre eso. Cuando se enteró que Tobirama, finalmente la había superado, se sintió ofuscada y mas, cuando supo, la identidad de la mujer con la que se pensaba casar, la cual era mucho más joven que ella. Su ego se vio pisoteado, al escuchar como todos los familiares de su esposo, hablaban de sus virtudes, incluso Madara confesó estar interesado en ella. Fue por ese motivo, que apenas la miró y no quiso perder la oportunidad de hacerse notar.
—¿Pasa algo Hina?—Tenten se acercó a ella, en cuanto escuchó la puerta abrirse.
—No, t-todo esta bien, es sólo que me siento un poco cansada—aun con la extraña sensación, optó por no decir nada a su amiga. Ella no comprendió porque esa mujer le dijo algo así, pero imaginar a Tobirama con ella, logró ponerla celosa e insegura
Las dos féminas, que llegaron con Henare, también se fueron al verla marcharse, dejando a las tres a solas.
—Deidara, me contó, que uno de los inspectores de la academia, se la pasa tras de ti—Hinata sintió que el aire se hacía más escaso, de nuevo ese tema, de nuevo Toneri Otsutsuki.
—No puede ser... que guardadito te lo tenías eh—se burló Ino, pero apenas miró el rostro de Hinata y la risa se convirtió en preocupación—¿Que pasa Hina? Estas pálida.
—Ese hombre me asusta—les confesó a las dos amigas—Se aparece en todos lados a donde voy y hasta he llegado a pensar, que me sigue—les confesó al punto de las lágrimas—Ayer incluso, me pareció verlo frente a la casa, pero no puedo estar segura—Hinata, tenía algunos días de sentirse observada y casi entra en pánico, cuando le pareció ver a Toneri desde la ventana, parado al lado contrario de la casa, mirando hacia ella. De inmediato se escondió y cuando miró de nuevo, no había nadie. Ya no estaba segura, si en verdad estaba pasando, o todo era producto de su imaginación.
las chicas se enfurecieron. Pensar en que un pervertido acosara a Hinata, era algo que las sacaba de quicio.
—¿Y como comenzó todo? ¿Porque no dijiste nada?—cuestiono Ino.
—Entró en la academia, de un día para otro...Al principio, me pareció amable y en cierta forma, hasta agradable—recordó el día en que se conocieron—Pero días después de que Tobirama, me dio el anillo, el se hizo cada vez más presente dentro de los pasillos, en la academia, sin embargo, no lo veía mal, creía que era simple coincidencia—suspiro para continuar—El problema comenzó, cuando cometí el error de aceptar un café, desde ese día, tomo más confianza, me hacía preguntas personales y todo fue empeorando con los días.
—¿Se lo dijiste a Tobirama?—preguntó Tenten.
—No... no quiero acusarlo, sin estar segura, puede ser que me equivoque y que toda esta paranoia, se deba a los últimos acontecimientos que me ha tocado vivir—las jóvenes, trataron de darle ánimo, pero en realidad temían por su amiga.
—No me lo tomes a mal Hina, pero pienso, que también Hiashi debe saberlo, eres su hija y estoy segura que averiguará que intenciones tiene ese depravado—expuso Ino, pues para ella, esto era algo muy serio y requería de medidas, lo antes posible—Pero no te pongas así, no te lo dije para que llores—Ino de inmediato intento calmarla, al verla llorando.
—No te preocupes Ino, no es tu culpa—tenía que contarles sus sospechas a ellas también—¿Recuerdan mi supuesto compromiso?—ambas afirmaron—Neji cree que Toneri y el hombre con el que me comprometieron, son la misma persona, ademas, por lo que el mismo, me contó, mi padre y el han estado en contacto desde que llegó a Konoha—el espanto de las chicas, se fue en aumento—A estas alturas, ya no estoy segura de que en verdad, sea un inspector culinario.
—Le pediré a Deidra, que este mas al pendiente de ti...esto no me gusta nada y creo que es mejor prevenir que lamentar—añadió Tenten. Ambas jóvenes trataron de darle ánimo a la ojiperla.
Pasaron parte del día en el spa, entre masajes, manicuras y otras cosas, hasta que finalmente llego la hora de irse. Con suerte para Hinata, la cuñada de Mikoto ya se había ido y no tuvo que volver a encontrarse con ella.
...
—Hasta luego—se despidió de Ino y Tenten, cuando la dejaron en casa de Tobirama.
Entró con el corazón muy acelerado... ¿sería cierto que su prometido había amado y todavía amaba, a esa mujer? No quería sentirse insegura, pero pensar en perder a Tobirama la asustaba mucho. Ese hombre se había convertido en todo su mundo, pero estar con alguien que ama a otra, no era algo agradable de vivir.
—Estas de regreso—el Senju se colocó tras ella y la abrazó de la cintura. Descanso la barbilla sobre la coronilla de la chica, feliz de tenerla con el—Te extrañe, cuando llegue y no estabas—bajo a besarla en el cuello, lo que logró estremecerla.
—Yo también lo extrañe—se giró para abrazarse a el, hundiéndose en su amplio pecho. Necesitaba sentirlo con ella, cerca para poder desechar ese sentimiento de inseguridad que se le había arraigado en el corazón. Por un lado estaba la preocupación sobre Toneri y por el otro, estaba esa mujer, que aseguró ser amada por Tobirama.
[...]
—Dame un minuto, por aquí debe estar—Hanabi se hallaba en los hombros de Sasuke, tratando de alcanzar las cajas ordenadoras que mantenía Hinata en su armario.
—Pero no me has dicho, que es lo que estamos buscando—la curiosidad del Uchiha estaba en aumento ante la poca información, que le dio su novia.
—CUIDADO—advirtió la castaña, cuando no logró sostener la caja y esta cayó al piso, esquivando por muy poco a Sasuke.
El Uchiha la bajó y ambos comenzaron a juntar, todos los papeles que había dentro de la caja.
—Necesitó encontrar un sobre mandado del extranjero para Hinata, es muy importante, se trata del hombre con quien, nuestro padre la quería casar—Sasuke no entendió para que podía querer eso, pero de todos modos le ayudó a revisar todo.
—Será esto—Hanabi giró y miró lo que sostenía el Uchiha.
—Si, aquí está todo—la joven abrió el sobre que aún permanecía cerrado e ignorando las hojas escritas, pasó directamente a las fotografías.
—Ahora si dime ¿quien es este tipo? ¿Y porque te interesan sus fotos?—preguntó molesto por en entusiasmo que mostró Hanabi al mirarlas.
—No es momento para tus celos Uchiha—sentenció la chica—Este hombre es con quien mi padre pensaba casar a Hinata y tenemos sospechas para creer, que es un nuevo inspector culinario, que al parecer, la está acosando—Sasuke se sorprendió, no por el compromiso, ya que eso si lo sabía, sino por lo último que dijo su novia.
—¿Y es el mismo?—cuestiono mirando el sujeto con el cabello plateado.
—No lo se, yo nunca lo he visto, la única que lo conoce es ella... Debemos llevárselas—aseguró, pero en su lugar, el moreno le pidió el celular—¿Para que quieres el celular? Debemos llevarlas ya—Hanabi se desesperó por el comportamiento del azabache.
—¿Podrías calmarte Hyuga?—Sasuke le tomo fotos a todas y cada una de las fotografías, luego buscó el contacto de Hinata y las envío por mensaje.
—Eres un genio—Hanabi salto a los brazos del joven—Siempre lo diré...Por eso te amo—Sasuke sonrió con arrogancia y le dio un apasionado beso.
Continuara
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