Sorpresas
El vaho emanaba de su boca mientras recuperaba el aliento, con las manos rojas y los labios morados. La noche era cada vez más gélida y la nieve seguía precipitando con suavidad. Dio varios pasos hacia atrás mientras observaba el oscuro agujero que había quedado destapado en la pared del coliseo. La cabeza metálica mantenía la mirada fija sobre la chica. Una luz fría que provenía del bosque iluminaba el escenario.
De pronto, el silencio se quebró abruptamente por el choque de las piezas de una cadena. Del agujero emergió una criatura bípeda, que doblaba en altura a la chica. Tenía unos intensos ojos amarillos, que carecían de pupilas y destacaban entre el resto del cuerpo de un tono negruzco. Disponía de tres cabezas redondeadas, sin hocico, pero con unas mandíbulas de grandes dientes, expuestos por la carencia de piel. A medida que caminaba hacia el exterior, una enorme cadena oxidada salía tras él, anclada a su torso.
Prota blandía su espada en dirección a su oponente, mientras buscaba con la mirada algún sitio por donde escapar. Los pasos de la criatura, que había fijado sus cabezas en ella, se convirtieron en zancadas. La chica se mantenía en su posición, esperando a que el monstruo la alcanzara. El combate comenzó con un agresivo mordisco. Ella retrocedió, esquivando al ataque y aprovechando una excelente oportunidad para empalar a su oponente, lo que acabó enfureciéndole. De un manotazo, hizo volar por los aires su espada, aterrizando en los cúmulos de nieve de una de las esquinas. Prota echó a correr, sabiendo que un enfrentamiento en esas condiciones no era buena idea.
Ambos se persiguieron en círculos durante largo rato, con la pesada cadena metálica estorbando en medio del suelo. En una de las vueltas, la chica intentó saltar la cadena del monstruo, pero resbaló con el suelo congelado y se dio de bruces contra este. Al incorporarse, fue embestida al instante, y derribada de nuevo, deslizándose por el suelo helado hasta una de las paredes. La criatura se encaminó hacia ella a gran velocidad. La cadena, cada vez más enredada, dificultaba su movilidad. La cabeza central de la bestia fue a devorar a la muchacha, quien logró evitarlo agarrándola en un violento forcejeo. Entoces, Prota vio su espada entre la nieve, y con un ágil movimiento, logro cogerla con una mano y ejecutar un mortal corte en el cuello izquierdo del rival, que soltó un alarido de dolor.
Prota aprovechó para dirigirse al centro de la arena, mirando al podio. Tenía una preocupante cantidad de sangre en una mano y, debido a la embestida, estaba mareada, viendo ligeramente borroso.
-¿Qué es esto? -dijo la muchacha con desesperación, mientras observaba como la criatura, que yacía en el suelo, volvía a incorporarse para un segundo asalto.
La planta carnívora, que vestía un elegante traje con corbata roja de lunares, se levantó de su asiento y se enfocó en la chica.
-No te recomiendo que mates al monstruo, ni que alargues mucho el combate -respondió con un tono amigable-. Mi amo no está en su mejor día, si le aburres, será peor...
Prota respondió con una mueca, sin llegar a comprender por qué estaba encerrada allí, ni lo que quería la extraña cabeza metálica de ella. Miró rápidamente a los demás integrantes del podio. Cruzó su mirada con la del aparente líder y rápidamente decidió apartarla, ya que le resultaba intimidante.
El combate continuó. La chica intentaba compensar su carencia de fuerza con su agilidad frente a la bestia, pero, de igual modo, no sería capaz de aguantar mucho más en esas condiciones. Entoces tuvo una idea: La criatura parecía tener un especial afán por embestirla cuando sacaba su arco, así que utilizaría esta característica a su favor. Se situó frente al podio y apuntó para soltar un tiro a una de las tres cabezas. El monstruo aceleró con gran fuerza para aplastar a la chica contra el muro, pero esta disparó a su torso y se deslizó por el suelo helado, haciendo que chocara contra el duro y gélido cemento que formaba el podio.
La cabeza metálica y el resto de súbditos se tambalearon por el golpe, mientras que el monstruo quedó largo rato recuperándose. El líder enfureció.
-¡¿Pero qué haces?! -gritó la planta-. Eso no servirá de nada, además, ahora has enfadado a Surprise.
-La verdad, no sé en qué momento he pensado que asustarle era buena idea, pero, ¿Quién es Surprise? -. Se dijo a sí misma.
La planta trajeada intentó calmar a Surprise, en vano. Multitud de criaturas oscuras, desde fuegos hasta varios reptiles de metal, entraron al coliseo bajando por las murallas, algo posible debido a la diferencia de altura entre el interior y exterior del lugar.
-¿Vea, mi señor? No hay por qué enfurecerse, todos van a por ella, incluso los fuegos, que son como animales -. Continuó diciendo.
Surprise, quién llevaba incrustado en el podio desde el inicio, decidió que quería salir. Los dos seres que se sentaban a sus lados comenzaron a notar un terrible temblor en toda la estructura.
- Oh no... -. Se lamentó la planta, mientras se alejaba para huir del lugar a tiempo.
Prota se veía rodeada por las criaturas. De pronto, vislumbró como Surprise, la cabeza metálica que resultaba no solo ser una cabeza, emergía entre las paredes de cemento y metal, produciendo el derrumbe del podio. El gigante disponía de seis largas patas de metal funcionales y otras dos que se elevaban sobre el resto del cuerpo en la parte trasera, todas ellas acababan en alargados dedos de metal. El torso, que parecía ser una masa amorfa de cables, tuberías y placas, unía todas las extremidades y la cabeza. A pesar de su tamaño y peso, se movía con sorprendente facilidad, con la cabeza al frente. Nada más salir, ensartó al monstruo de tres cabezas sin esfuerzo alguno, luego avanzó de forma agresiva hacia la chica, aplastando a todos los seres oscuros que todavía no habían huido de la escena.
Surprise frenó ante Prota. Más de 10 metros de altura separaban sus cabezas, debido a la inmensidad del monstruo-máquina. En el lugar solo quedaban ellos dos. El corazón de la guerrera se aceleró ante la situación, se sentía diminuta e indefensa.
-¡¿Cómo se supone que voy a luchar contra esta cosa?! -. Dijo la chiquilla, mientras su oponente reía con una enfermiza voz distorsionada.
Una de las patas intentó aplastar a Prota, levantando grandes cantidades de nieve por el impacto. En este momento, la chica se dio cuenta de la magnitud de la fuerza de su oponente. Aprovechó para asistir dos espadazos sobre la pata de la criatura, sin efecto aparente. Surprise apuntó con las patas traseras a su enemigo, cuando el extremo final de estas comenzó a girar sobre sí mismo, generando un efecto similar al de un taladro. Luego las empujó con gran fuerza hacia ella, como si se tratara de dos proyectiles, pero unidos a su cuerpo. Esquivó la primera con facilidad, pero la segunda rozó su brazo derecho, produciendo un corte. Prota se alejó con cautela, para revisar la gravedad de la herida.
El combate se hizo largo y tedioso, lograba hacerle cortes, pero su espada perdía el filo. En cierto punto, una de las patas quedó atascada en las paredes, proporcionando una oportunidad única para atacar. La muchacha subió por la pata y, esquivando una mordedura letal, hizo un corte en uno de los ojos sintéticos de la máquina. Al bajar de manera brusca, se hizo daño en la rodilla, momento que Surprise aprovechó para girar y asistir un golpe por la espalda a la chica, lanzándola contra la nieve. Desde el suelo, vio como Surprise, al emerger de su lugar, dejó una gran pila de escombros que podrían otorgarle una vía de escape.
La sangre, de un rojo intenso, teñía la nieve. Prota se incorporó con dificultad y comenzó a correr lo más rápido que pudo, mientras escuchaba las pesadas pisadas del monstruo gigante. Saltó y comenzó a escalar entre los escombros, gateando y acercándose a la cima. Cuando se encontraba a un par de metros de salir, notó como la criatura enganchó con sus frías garras su pierna. Se intentó agarrar a una enorme viga de acero saliente, pero fue en vano. Surprise la alejó de la salida y la golpeó contra el suelo. La máquina dejó a la muchacha tirada en la nieve, acercó su cabeza a ella, la observo a escasos centímetros y dijo: "Yo te conozco".
Una de las patas, girando sobre su eje a gran velocidad, apuntó hacia la cabeza de la chica. Prota abrió los ojos en ese instante y, con rapidez, clavó con sus manos una flecha en el ojo del gigante, introduciéndola profundamente con una patada. La criatura rugió de dolor. Golpeó con su espada al monstruo, mientras este se lamentaba, y luego comenzó a correr en un segundo intento por escapar. Surprise lanzó un cúmulo de piezas afiladas de metal hacia ella, ataque que pudo esquivar cubriéndose con el cadáver de la criatura de tres cabezas.
Mientras escalaba de nuevo los escombros, se fijó en una enorme viga saliente, con la que casi se corta. Dio un rápido vistazo atrás, su perseguidor estaba prácticamente sobre ella. Agitó su espada en el aire intentando ahuyentarlo y ganar tiempo, pero este la golpeó, tirándola entre los escombros. La cabeza metálica se abalanzó sobre ella para devorarla, pero la chica esquivó el mordisco y el saliente de acero quedó clavado en el techo de su boca.
Prota veía el dolor en los ojos del monstruo. Se acercó a la boca y clavó su espada con toda su fuerza, atravesando el metal. Los ojos de la máquina se cerraron.
Caminaba sin rumbo por el bosque. La nieve habría llenado las huellas de Darkness y el frío la iba paralizando poco a poco. Se desplomó en el suelo, tiritando. De pronto, parecía no sentir el gélido tacto de la nieve, parecía no sentir nada. Comenzó a cerrar los ojos poco a poco, sin ser consciente de ello, cuando divisó en la lejanía una luz rosada y cálida. Se arrastró por el suelo hasta que pudo distinguir otro portal, ligeramente diferente al anterior, ya que a través de este podía diferenciar un prado de tonos pastel. Del portal surgió una figura humanoide. Entoces, perdió el conocimiento.
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