Capítulo 4
Katakuri deseaba mentalmente que cuidar a Ichiji fuera tan fácil como cuidar a reiju. La joven era tan obediente y tan de confiar que a él le preocupaba más la gente alrededor que ella.
Aunque tampoco podía taparse los ojos y decir que ella estaba bien.
Si bien ya no usaba manga larga para ocultar sus brazos de delicada porcelana que si se veían de cerca tenian algunas cicatrices, la mirada que tenía preocupaba a cualquiera y ni que decir de su actitud cuando entraban al auto. La chica se recostaba en la puerta del auto cerrando los ojos con un rostro preocupado y triste, por lo que intento hablar con ella cuando pasaban por el cemaforo camino a dejarla en su casa para ir por Ichiji.
En tres horas la chica debería estar en su trabajo otra ves, solo estaba en un break para descansar.
—... ¿Te sientes bien?
—¿hm? Si Claro, estoy bien ¿porque preguntas? —ella levantó la cabeza y abrió los ojos mirándole con curiosidad.
—...Eres tan callada que supongo que a mi me incomoda. Entras al auto y solo cierras los ojos sin hacer nada o decir nada, por un momento pensé incluso que te habías dormida. —expresó mirando el volante, escucho a reiju reír bajo.
—No te preocupes, solo estoy cansada... ¿Puedo hacerle una pregunta sobre el trabajo, señor Charlotte? —Ella miro hacia delante esperando a que los colores del cemaforo cambiaran mientras él la miraba.
—Hazla, Depende del tipo de pregunta si te respondo o no.
—Bueno... Cuanto usted era nuevo en su trabajo, también lo estuvieron... ¿Probando todo el tiempo? —Katakuri ladeo un poco la cabeza moviendo el auto cuando el color verde llegó, ella solo trataba de explicarse mejor.— es decir, como tal no he empezado a trabajar, solo están mirando mi potencial para el trabajo y de apoco me pagan más y más... ¿Usted paso por lo mismo?.
Katakuri puso una sonrisa debajo de su bufanda, una sonrisa que reiju no lograba ver o identificar en su rostro.
—Por su puesto. Pero si tientes que te están pagando muy poco cuando deberías ser profesional, avisa. —Ella asintió al saber eso, volviendo a mira sus piernas y el piso del auto.—Casi siempre hacen lo mismo con los trabajadores nuevos, pocos empleos les dan confianza de una ves. Algunos se asustan y buscan otro trabajo por eso, ¿tu te sientes segura?.
—¡claro que si!.
—¿De verdad? ¿Puedes cantarme una canción? —pregunto con una sonrisa y un poco de falso interés. En eso trabajaba reiju, en el mundo de la música cantando casi todos los géneros que fueran con su voz. Además también hacía patinaje artístico.
A Katakuri le pareció curioso como se le iluminó la mirada al escuchar la pregunta, después de un "si" alegre empezó a soltar su voz.
Como si un ángel le hubiera cantado al oído, verdaderamente hermoso y relajante a pesar de cantar sin ritmo, penso viendo como ella salía del auto y en su lugar entraba su hermano pelirrojo.
Supo que la relajación que le dejó reiju no duraría mucho cuando vio a Ichiji sonreír.
—Nos vemos —Dijo reiju alejándose del auto cuando vio que su hermano llevaba todo a la universidad.
—Nos vemos....
En cuanto arranco el auto y ya estuvieron lejos de casa Ichiji empezó a fastidiar por un tema bastante bobo que se estaba cansado de repetir. ¿Cuantas veces debía decirle que no está enamorado de su hermana? ¿Cuantas veces tendría que escuchar a Ichiji decir "no seas tímido"?. Cuando después de unos minutos Ichiji alfin capto que lo estaba ignorando, noto como el pelirrojo le miró durante unos segundos antes de poner música y ponerse sus audífonos mirando alegre por la ventana.
Al fin paz y tranquilidad para sus oídos.., finalmente tenía tiempo para pensar lo último que descubrieron zoro y él. Decidió preguntar algo sobre el tema de forma disfrazada al pelirrojo.
—Ichiji. —El nombrado pareció no escuchar, Katakuri asumió que quizás era por los audífonos, asique los desconectó.
—¡Oye!
—Te estoy hablando —Soltó con seriedad creando silencio en el auto, el menor le miró curioso.— El otro día encontré los restos de una casa sobre un árbol ¿ustedes tenían una de pequeños?.
—Si estas tratando de crear conversación después de ignorarme, déjame decirte que no te diré ni una palabra. —le vio cruzarse de brazos y mirar por la ventana. Suspiró, quizás oreguntarle a Ichiji era un caso perdido— Aunque... Si es algún regalo para reiju, entonces si, teníamos una.
—¿ah si? —Creo que ya sabía que podia usar con excusa para que este idiota le dijera todo lo que quisiera.— ¿Y puedes decirme que hacían allí?.
—Papá se enoja con facilidad, asique de pequeños usábamos la casa del árbol como un refugio para escondernos de él. Allí hacíamos y decíamos todo lo que no nos dejaban hacer en casa. —apoyo su codo en la puerta y puso el puño en su mejilla mientras hablaba, Katakuri escuchaba todo atento.— Reiju casi siempre jugaba son sus muñecas allí adentro, después empezó a leer y finalmente lo que más recuerdo que hacía era cantar.
Sospecho que no le habían dicho todo lo que hacía la joven allí, pues Ichiji debió la mirada de la suya como diciendo en sus adentro "y otras cosas que no puedo contarte". O quizás solo estaba pensando de más.
—Sanji leía libros de cocina antes de empezar en su etapa fumadora. Niji jugaba con su consola hasta tarde como si no hubiera un Mañana. Yonji solo iba a dormir o a comer cosas que no le permitían en su dieta y yo... —Que curioso silencio, miro de reojo al pelirrojo que mantenía sus ojos cerrados antes de negar.— iba a acompañarlos.
—... De acuerdo, tengo una idea de que regalarle a tu hermana... Otra pregunta ¿a tu hermana le gustan los gatos? —Ya estaban cerca de la universidad del pelirrojo y aun tenia algunas dudas que no podía deducir, demonios, era mejor ir directo entonces.
—Los de los gatos siempre fuimos mi mamá y yo, los demás solo los soportan.
—¿Tuvieron otro aparte de sparkle?.
—Ah... Si... Se llamaba canela por sus colores.... —Ichiji entrecerro los ojos poniendo sus manos sobre sus piernas antes de mirar a Katakuri con algo de molestia y duda.— ¿se puede saber a que viene esa pregunta? Ya dejos de hablar de reiju ¿verdad?.
—Bueno, primero es para tener un tema de conversación contigo —Cerro los ojos simulando estar alegre mientras estacionaba el auto, Ichiji gruñó, demonios, él quería vengarse por recibir tal ignorancia hace poco.— y segundo... Pensaba en regalarle un gato a tu hermana, pero terminaría siendo tuyo, asique mejor me quedo con la opción de la casa o algunos libros.
Dijo bajando del auto, Ichiji bajo con Rapides para ponerse junto a Katakuri.
—Oye, yo cuidaría mejor al gato que ella ¡Si quieres salvar la vida de un gato dámelo a mi!
—No, el regalo era para reiju y ya no se lo daré.
— ¿¡y-y que harás con el gato!?
—Ni si quiera lo compre, cálmate. ¿Que tanto te gustan los gatos?
Dios mio... Estaba en el pasillo de famoso restaurante donde trabajaba Sanji ¡¡y que bien olia!! Ya había desayunado pero moría de hambre con solo ver a los meseros llevar los platos y oler la receta.
—¿Primera ves, roronoa? —Burlo el guardia del restaurante, ambos se conocían.
—Cállate Ace ¿no deberías estar buscando a tu hermano de la escuela de policías? —gruñó algo divertido hablando con su ex-compañero.
—Si, sabo fue a ello, asique estoy cuidando con koala —Apunto sonriendo a la chica a su lado.
—Y ahora que hablamos del tema ¿Sabes que están a nada de expulsar a luffy? Es muy problemático para ser un policía —Burlo la mujer riendo con zoro mientras veía a Ace avergonzarse.
—Mejor deja que vuelva a la cafetería de la bruja y el mapache drogado.
—P-primero, law no esta drogado ni se droga, él es así. Y segundo, si nami te escuchara hablar así de ella hace rato te hubiera hecho sangran la oreja. —se cruzo de brazos el pecoso tratando de cultarse de la verdad, zoro y koala rieron por eso torciendo los ojos.
Desde lejos Sanji veía todo descansando de su turno de cocinero durante unos minutos, deshaciéndose del calor de su cuerpo. Tenía mucho trabajo por delante, pues los clientes amaban mucho su comida y lo exigían siempre que pedían una orden.
Básicamente, él mantenía ese restaurante de pie pero también debía descansar. Había pensando en hablar con zoro pero este se encontraba hablando tan entretenido con los guardias del restaurante que prefirió quedarse allí.
Él también los conocía, solía hablar con él rubio y el pelinegro muy seguido de como el hermano menor de ambos viva haciendo estupideces en la escuela policial. Eso le entretenía cuando descansaba y de alguna forma le hacia imaginarse como sería su vida si fuera el chico o amigo de este.
Estaba seguro de que no estaria yendo a la salida trasera del restaurante para fumar en busca de dejar sus pensamientos... ¿Porque se sentía como buscando algo que no encontraba? Sintió que su corazón estaba lleno cuando empezó a cocinar, pero con el tiempo aquella sensación de "para esto nací" fue desapareciendo.
Solo se dedica a fumar como una presión en el pecho, mirando al cielo mientras se perdía en la nubes con alguno que otro recuerdo que el humo de su cigarrillo desaparecía.
—¿Que te dije sobre salir sin que me digas a donde vas? Tengo que estar a tu lado ¿Sabes? —Gruño zoro esperando algún tipo de pelea que anterior mente habían hecho desde que empezaron con esto. El rubio buscaría algo para pelear con él para luego terminar hablando algo amistoso de cosas triviales.
Pero no fue así.
Se extraño viendo que Sanji ni si quiera se volteo a verle. ¿Le estaba ignorando? Maldijo porque no podía ver su rostro por el mechón de pelo que el rubio tenía en la mitad de su rostro.
—¡Oye! ¿Que pasa contigo? ¿Estas bien? —Se puso en frente para ver su rostro, el rubio bajo sus azulados y vacíos ojos del cielo para verlo a él. Por un momento zoro juro que tenía enfrente un aterrador muñeco de porcelana.—... ¿Estas fumando...?
Entre abrió sus pálidos y agrietados labios para soltar el humo de sus pulmones, dirigiendo su mano a su boca para apartar el cigarrillo. Le vio cerrar los ojos unos segundos y de ellos salieron un par de lágrimas, problemente efecto del cigarrillo que había pues los ojos del chico ahora algo rojos.
—Si. ¿Algún problema?.
Hubo silencio. Zoro lamio un poco sus labios con algo de incomodidad recordandose a un lado de sanji en la pared, finalmente habló.
—¿Porque lo haces?.
—Que te importa. —Dijo esquivando su mirada para volver a mirar al cielo. Zoro se preguntó si estaba llorando hace un segundo.
—¿Que se siente fumar?.
—Grandioso, entumece tus sentidos y olvidas cosas.
—.... ¿Hay algo que quieras olvidar?.
—.... —noto que apretó la mandíbula con lo como que el cabello de Sanji le dejaba ver, aunque la verdad era que había apretado los labios dudando que decir.—Si... —Menciono con un suspiro volviendo a llevar al cigarrillo a sus labios, inhalando el humo como si fuese el aire que le faltaba.
— ¿Me cuentas? Soy bueno escuchando. —Dijo lo que más de una ves su superior smoker le había dicho, que era increíble escuchando las desdichas de otros y eventualmente haciendo sentir mejor a las personas, quizás podía ayudar.
Quería escuchar que tenía el rubio, porque le estaba preocupando bastante su actitud. No podía fingir que alguien que se estaba desmoronando en silencio no estaba allí.
—No es nada.
—¿Hay algo que quieras desaparecer de tu vida? —Hizo una pregunta casual pero sabía con qué intención la preguntaba, después de conocer a su compañero smoker, había prestado más atención a sus compañeros fumadores y todos tenían algo que trataban de olvidar o desparecer con esa acción, algunos simplemente no se daban cuenta y otros lo tenían bien encondido de los demás.
Por eso le hacía la pregunta.
—.... Quien sabe, quizás a mi padre —Que raro, por más que buscaba en su interior no encontraba que quería desparecer de su mundo, aunque la primera imagen que apareció en su mente fue la de su padre.
¿Pero que clase de hijo enfermo pensaba aquello de su padre? ¿Que demonios pasaba en su interior? No entendía, primero no sentía, después si. Ahogó sus pensamientos en una larga calada, no quería sentir nada otra ves.
—¿Y porque tu padre?.
—Creo que es normal que todos los hijos de personas ricas quieran deshacerse de sus padres, la gran mayoría solo del padre debido a situaciones que tuvieron que pasar en la niñez y odiaron... Sin embargo creo que lo mío solo es odio injustificado, supongo que solo quiero vivir solo ya.
Zoro se sorprendió, Sanji el había dado la razón completa en su primera frase tratando de disfrazarla con otra cosa. Obviamente Sanji creía haberla disfrazado bien, zoro siendo tan astuto solo negó sin tener corazón para decirle que lo sabía.
—Si quieres salir tan rápido de la casa de su padre, tienes que reunir mucho dinero y eso lo harás trabajando duro, no fumando.
—¡Ja! Como si mi padre dejara que nosotros reunamos, todo el dinero se dirige a él automáticamente una ves me lo cruzo al llegar a casa. Ni si quiera puedo crear una cuenta bancaria. —Gruñó el rubio volteando los ojos antes de mirarle, aún con el cigarrillo lejos de su boca aún salía humo hablando con tono de molestia y burla.
—¿Que harías con ella?.
—Reunir, comprar una casa en algún sitio bonito o mudarme lejos de mi padre. Me llevaría a mi madre conmigo, ella siempre quizo viajar.
Ante el brillo que apareció en los ojos de Sanji, zoro se quedó algo paralizado viendo como el chico sonreía con algo de nostalgia en su mirada. Lo vio bajar la mano que tenía aquella droga destruye pulmones, casi dejándolo caer al final antes de negar y volver a mirar el cielo mientras fumaba.
—Pero para eso nuestro padre debería irse, y eso es imposible. Me seguiría en cuanto note que voy a viajar y no dejaría que mamá se juntara conmigo.
Zoro miró al rubio antes de mirar al cielo y luego sacar su teléfono para escribir algo en él.
—Quizás no sea imposible.
Hablo antes de entrar al restaurante, Sanji le siguió extrañado por esas palabras tirando el cigarrillo para luego pisarlo.
—¿A que te refieres? ¿Zoro?
—Iré al baño.
Sanji se quedó de pie en el pasillo curioso parpadeando varias veces moviendo con preocupación su rizada ceja antes de volver a su trabajo pensativo. A los minutos vio a zoro volver a la entrada junto a koala y Ace, mirándole cada ves que podía dándole una extraña confianza con es mirada.
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