Capítulo 1

Para Ichiji, la pelota de su hermano menor, niji, sonaba horrible cuando la escuchaba, como un horrible xilófono que de cierta forma... Le daba miedo. El sonido del reloj para Sanji siempre se escucho terrible... Que le causaba terror el tiempo que se hacia presente cuando había silencio, al menos no estaba solo.

Aún así estas 2 cosas eran mejores que escuchar a sus padres gritar.

... 🥀 ...

Ichiji finalmente se puso de pie cuando la madre de los 5 entró a la habitación. La mujer rubia miró a su hija mayor, ella tenía tan solo 15 años, y al ver sus bonitos ojos azules mar acuosos habló.

—Reiju, pequeña abre las paredes de tu casa de juguete, —tomo a su hija de la mano acercandola a la casa de juguete que estaba en una esquina.— juega con tus muñecas....

Un pequeño niño de 12 años rubio se acercó a la mujer y le abrazo. Él era sanji. La mujer le cargo y le abrazo arrullandolo con una sonrisa forzada, diciendo que serían una familia perfecta.

Algún día.

Cuando la madre de los 5, de nombre  sora se iba de casa, es cuando todos los hermanos jugaban a la casa de muñecas... Todo para no escuchar los horribles sonidos que se escuchaban en la habitación de sus padres, los menores finalmente se acostumbraron al bullicio cuando ella no estaba.

... 🥀 ...

A

veces por las noches, desde que cumplió 13 años, Yonji despertaba y salia de la habitación donde dormía con sus demás hermanos.

Encontrando a su madre borracha acostada sobre la mesa y sonidos extraños que provenían del cuarto matrimonial. Él siempre trataba de despertar a su madre agitandola un poco aunque ella jamás escuchara lo que dice o desviará el tema.

Y le decía:

—Mamá, por favor, despierta..., papá está con una prostituta... Y tu hijo está fumando hierba... —Yonji jamas fue idiota, él sabía lo que su padre hacía en esa habitación y también sabía dónde está su hermano rubio por las madrugadas y porque en su ventana olía extraño.

Su madre siempre despertaba y le decía lo mismo que decían sus hermanos mayores con una sonrisa.

—Nadie nunca escucha a través de estas paredes. —después su sonrisa se apagaba mientras la puerta del cuarto matrimonial se abría.— No dejes que vean lo que pasa en la cocina...

... 🥀 ...

—¡Puestos, todos a sus puestos! —esas benditas palabras siempre resonaban en su hogar cuando alguien estaba apunto de venir a visitarlos.

Todos tenían que vestir con ropas caras, lucir una gran sonrisa y esconder sus heridas... Lucir como muñecas, y al estar listos decir el lema escondido de la familia.

—Todos piensan que somos perfectos —Decía su madre mientras su padre terminaba de alistarse, él debía verse mejor que todos porque se era su rol. El rol de los demás, es ser la familia perfecta de este demonio con disfraz de hombre, y nadie podía salir de su rol, ni si quiera el más rebelde de la familia...

El de cabellos azules, pintados bajo la cabeza escuchando lo que decía su madre y su hermano mayor.

—Por favor, no dejes que miren a través de las cortinas...

Y luego foto tras foto, sonreír para una maldita foto más fingida que el "ya te supere" que le dijiste a tu ex.

—Posa con tu hermano ¿Acaso no serás una buena hermana? —Decía sonriendo su padre, con una sonrisa horrible... Ella siempre tenía que posar con sus hermanos aunque estuvieran peleados y no quisieran verse. Porque ellos tenían que ser perfectos, no como los demás.

—Ellos piensan que somos perfectos, no dejes que veían a través de las cortinas —decía su hermano posando con una sonrisa forzada. Hermano que mese después también se pintaría el cabello, pero de color verde.

Ah, y el lema público de la familia que siempre deletreaban en inglés. Decían aquello que los hizo famosos, diseñar el mejor juego del mercado llamando:

D-o-l-l-h-o-u-s-e~ —Con una sonrisa mientras tomaban las fotos familiares, 2 de los hermanos rubios siempre terminaban en lema en su mente con: "Veo cosas que nadie más ve".

Todo lo que pasa en casa, la agresión que era pan de cada día, la discordia, y sus tatuajes particulares que aparecieron al cumplir los 15 años... Pero nadie podía enterarse porque esta era la Casa de muñecas donde 7 personas Veían cosas que nadie más ve.

Ya eran mayores, pero los problema no cesaban.
Niji, el más travieso que había pintando su cabello de azul tenía 20 años. El segundo en pintarse el cabello fue yonji, quería ser feliz como su hermano aunque todo a su alrededor estuviera destruido. El tercero en pintarse el cabello fue Ichiji, de un rojo sangre y la última fue reiju, de un rosa fuerte.

Dejando así a Sanji, como el único que seguía luciendo sus cabellos naturales y el único con problemas depresivos de la familia.... O eso creía su madre y hermanos.

Su madre, de quien habían intentado hablar más de una ves con orgullo, pero terminaban con decepción.

—Oye, chica, mira a mamá —hablo sanji tratando de animar a la entristecida reiju, quien estaba entrando al mismo que él, donde todo es oscuro y horrible.— Es muy atractiva-...

—¡Ja, esta cegada por sus joyas! —reiju y Sanji miraron al joven pelirrojo que era su hermano, saliendo de la cocina con un vaso de agua fría y la mano temblorosa, lo cual no era raro, considerando los sonidos que se escuchaban en el piso de arriba.— Cuando te das la vuelta, ella saca una botella de alcohol y olvida que él la engaño.

Por eso tenían tanto alcohol en la casa siempre, un bar pequeño que se acaba en 2 meses, y todos sabían que se los acababa... Varios golpes fuertes se escucharon, todos supieron lo que debían hacer enseguida.

—Oh-oh, estan bajando del ático... —expresó el peliverde yonji escondiendose un poco detrás de niji.


—¡Plástico, vuelvan a ser de plástico! —Escucharon gritar a su padre mientras que su madre llegaba donde sus pequeños (no tan pequeños), algo golpeada y temblarosa.

la mujer de forma sumisa cerraba la ventana que estaba en frente de sus niños y la cubría con la cortina, bajando la cabeza y diciendo:

—Nadie nunca escucha a través de estas paredes —Sus hermoso ojos azules derramaban lágrimas mientras el hombre mayor allí dejaba con fuerza una botella de licor en la cocina, llevándose a 2 de los hermanos por la fuerza. Todos bajaron la cabeza y cerraron los ojos para tratar de ignorar los golpes, jadeos y salpicaduras de la cocina... Mucho tenían con tener que ver la sangre de Sanji y yonji cuando vayan a beber agua.— Un día verán lo que pasa en la cocina...

Dijo la mujer mayor con los voz rasposa antes de desplomarse.

... 🥀 ...


Otro día donde corrían a sus puestos.

—¡Todos a sus puestos, pónganse sus ropas más caras y sonrían! —Aplaudía su "padre" para apurarlos a todos con en ceño fruncido. Todos deberían estar listos antes de 10 minutos.— ¡olvide decir que tendremos invitados, dos de ustedes, buenos para nada, empezaron a trabajar y a traer buenos ingresos a la familia! ¡Quiero que me traigan tanto dinero como sea posible, después de todo, para algo viven aquí! ¡Por eso les contrate un guarda espaldas a cada uno!.

Sanji iba bajando las escaleras vistiendo un traje elegante de color blanco con una corbata negra, la cual estaba acomodando. El rubio bajo por completo los escalones y habló.

—¿Guarda espaldas?.

—Si. Más vale que me traigas mucho dinero con ese trabajo de señorita, maldito polluelo. —expresó el rubio mayor viendo al menor, quien asintió escondiendo en su mirada mucho odio.

—Que bien... —Susurro Ichiji bajando con reiju, ninguno estaba de humor, los siguientes en bajar tampoco, pero tuvieron que poner una sonrisa mientras se ponían en fila frente al rubio mayor y su madre se ponía detrás de ellos.

D-o-l-l-h-o-u-s-e~ —Cantaron el lema familiar, y como siempre, los 5 chico terminaron el lema en su mente con "Veo cosas que nadie más ve".

El rubio mayor abrió la puerta y camino hacia el jardín seguido de la familia, el jardín era extenso... Cuando finalmente llegaron al lugar del encuentro dentro de la casa, habían 2 hombres sentados al rededor de la mesa vistiendo de negro.

—¿Que tienen para nosotros? ¿Que es tan urgente? —Mencionó un peliverde con corte militar, llegando tarde a la dichosa reunión.

—Hasta que llegas. —Regaño su superior.— hemos estado recibiendo muchas llamadas de un número en específico desde hace dos semanas. Quien se contacta dice que han estado escuchando gritos y llantos muy fuerte, que parece que para quien trabaja es un abusivo con su familia. Al principio revisamos pero no pasaba nada... Pensamos que era una broma. —Explicó poniendo en la mesa imagines de los vinsmoke, los tres oficiales asintieron desde su sitió.— pero no han dejado de llegar llamadas y buzones de voz donde se escuchan gritos y piden ayuda. Un compañero pensó que podría haber sacado esos gritos de algún video —mencionó haciendo que escucharan el buzón de voz, los dos policías estaban atentos.— Pero las voces de fondo no me dicen lo mismo.

"—Sanji ¿que haces aquí? Ve a esconderte, si papá te ve-...

—¡Que me vea!

—¿¡Otra ves estas borracho!? ¿¡Cuantas fumastes!? ¡Vamonos, Sanji!

—¡No, sal de allí viejo des-...

—¡¡Whoa, Sanji!!"

Golpes y alguien corriendo, lloriqueos y los gritos de una mujer de fondo. Con eso bastaba.

—¿Residencia vinsmoke, no? Vamos Charlotte, antes de que escuche más de esa grabación.

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