Capítulo XXVIII

Caminaron hacia la habitación, en donde Harry y Darcy seguían profundamente dormidos.

—¿Puedo ver televisión?—

—Si mi amor, el control esta en el sofá.—

—Esta bien.—

Salió corriendo hacia la sala, Louis sonrió.

—Mi amor, arriba, tienes que comer.— Susurró acariciando el cabello de Harry.

—Uh, una hora más.— Sonrió.

—Vamos a comer y si gustas después vienes a dormir.—

—Me parece.—

Se despertó, aún sin tantos ánimos de despegarse de la cama.

—Ahora voy.— Asintió.

Salió de la cama, sonrió.

—Ya está tu ropa en el armario.—

—Gracias.—

Tomó sus prendas y entró al cuarto de baño.

Louis intento despertar a su pequeña, pero ella dormía profundamente, dejó almohadas a los lados, sonrió.

Caminó hacia la sala, su pequeño veía caricaturas.

—¿Quieres comer aquí en la sala?—

—¡Si papi, por favor!— Gritó emocionado.

—Ahora vuelvo.—

Caminó hacia el comedor, tomó el desayuno de su hijo y lo llevó a la sala, el pequeño lo recibió feliz.

Harry llegó a la sala.

—Buenos días mi amor.—

William corrió a abrazarlo, Harry lo tomó en sus brazos, dejó un beso en su mejilla.

—Buenos días mami, papi y yo hicimos el desayuno.—

—Les debe de haber quedado exquisito.—

—¡Si!— Sonrió.

—¿No comerás allá?—

—No mami, aquí estoy bien.—

—Esta bien pequeño.—

Caminaron hacia el comedor, tomaron asiento, Louis sirvió la comida.

—Gracias.—

—No hay de que.— Sonrieron.

Degustaron de su desayuno mientras que veían a su hijo en la sala.

—Mi amor, Evans vendrá en unas horas, llevará el acta a la casa hogar.—

—Esta bien, gracias.— Murmuró.

—No hay de que.— Suspiró y elevó su mirada, Louis frunció el ceño.

—Sol... Sobre eso... ¿Estas seguro? Digo... Podemos hablar con la directora, explicar todo... Y bueno no se, si...—

—Mi amor, estoy seguro, esto es temporal, el matrimonio, porque te prometo que lo haré lo más romántico posible.— Sonrió.

—Esta bien amor, si te arrepientes dime, por favor.— Tomó su mano.

—No lo haré, eres lo más hermoso en mi vida, ahora gracias por darme esta oportunidad, en serio no te arrepentirás.—

—Eso espero sol.— Sonrió.

Terminaron de desayunar. Retiró los platos y vasos, Harry iba a caminar.

—A la sala a descansar.—

—Quiero ayudarte.—

—No, ve con William.—

—Esta bien.—

Caminó hacia la sala, al llegar su pequeño estaba terminando de desayunar.

—Mami.—

—Hola amor ¿Te ayudo a llevar los platos?—

—Sí, por favor, quiero ver si Darcy ya se despertó.— Asintió.

—Ve.— William se fue a la habitación.

Harry tomó el plato, vaso y cubiertos, caminó hacia la cocina, en donde Louis estaba lavando. Caminó y dejó los platos en el lavabo, el mayor llevó su mirada hacia Harry.

—Estas muy entretenido.— Susurró Harry.

—Uh, te dejaré lavar.—

Soltó una risita al recordar hace años. El menor tomó un poco de espuma, le hecho a Louis en su nariz, sonrió y la limpió.

—No gracias, estoy bien solo viéndote.— El mayor lo tomó de la cintura con una mano,

—Es un poco injusto.— Rieron.

Harry lo abrazó.

—Cuando mi vientre crezca ¿Podrás abrazarme?— Sonrió.

—Sí podré mi amor.—

—Uh, ojalá porque me tienes que consentir mucho, mucho.— Se separó un poco.

Louis sonrió y acarició el vientre de su amado.

—Lo haré, te consentiré demasiado.— Dejó un beso en su frente. —Aunque vaya a otra ciudad para cumplir tu capricho, iré.—

—No, espero pedirte cosas de aquí cerca.—

—Mejor.— Rieron.

—¿Cómo está tu madre?—

—Papá dijo que ya despertó, si recuerda todo...—

—Que alivio.—

—Sí, ahora... Mi amor te diré algo, pero por favor, mantén la calma por el bebé.— Frunció el ceño.

—Dime.—

—Marisa tuvo un accidente, se encuentra estable, está fuera de peligro, fueron golpes leves.—

—¿Cómo fue?—

—Aun no sabemos eso amor, están investigando todo.—

—Esta bien, mantenme al tanto por favor.— Asintió.

—Lo haré.—

El timbre sonó,
Louis caminó hacia la puerta, al ver que era el Evans entró.

—¡Tu!— Gritó Darcy.

Darcy corrió por el pasillo hacia Evans, al llegar lo abrazó.

—Me alegra que ya estés con ellos.— Sonrió.

—¡Si mi mami y mi papi!— Se separó un poco.—¡Mi hermanito!—

Evans elevó su mirada, sonrió al ver a Harry.

—Hola, me alegro demasiado que adoptarán a Darcy.— Sonrió.

—Gracias.—

—¿Y tú quien eres?— Se agachó a la medida del pequeño, quién estaba escondido atrás de Harry.

—¿Tú quien eres?— Preguntó.

—Soy tío de Darcy.—

—¿Desde cuándo te titulaste así?— Preguntó Louis.

—Hace días.— Susurró sin quitarle la mirada al pequeño.—¿Cómo te llamas?—

—William ¿Y tú?—

—Evans.— Alzó su mano, William salió de su escondite y estrechó su mano.

—¿Eres mi tío?— Asintió.

—Sí, soy tu tío.— William corrió y lo abrazó, Evans correspondió el abrazo.

Al separarse sonrieron.

—Ven amor, irás a desayunar.—

—¡En la sala!— Gritó William.

—¡Si!— Gritó Darcy.

—Esta bien.— Susurró Louis.

—Ven al comedor, vamos.— Harry se fue junto a Evans, Louis llevó el desayuno de su pequeña, le dejó un vaso de jugo a su pequeño, después de eso se quedaron viendo caricaturas.

Louis caminó hacia el comedor, en donde Evans y Harry mantenían una charla amigable.

—Uh, perdón si interrumpo...—

—Es claro que interrumpes.— Susurró Evans sin verlo.

—Evans.—

—¿Qué?— Llevó su mirada hacia Louis, el chico suspiró.

—Ya, perdón.—

—No me vengas con tu estupidez.—

—Vamos amigo...—

—Ahora si lo soy ¿Verdad?— Le regaló una sonrisa cargada de resentimiento. —Mira imbécil, te sientas y ya.— Tomó asiento al lado de Harry, el chico solo tomó su mano por debajo de la mesa.

—A Evans se le hace difícil...—

—Pero...—

—¡Cuida tu boca!— Le grito bajo. —Cuida lo que salga de tu boca.—

—Evans, ya en serio, perdón... No fue mi intención, la cagué...—

—La súper cagaste.— Suspiró.

—Lo se, lo sé, pero vamos Evans, eres uno de mis grandes amigos, en serio no pensé lo que hacía...—

—Dices la misma mierda.— Sacó los documentos. —Aquí está todo, solo dame tus documentos.— Vio a Louis, el mayor tenía un puchero en sus labios.—Vete a la mierda.— Le susurró quitando su mirada de Louis.

—Evans, creo que estás siendo un poco duro...—

—No, se merece eso y más.— Llevó su mirada hacia Louis, el chico suspiró y asintió.

—Bien, tienes razón, perdón... Bueno espero algún día me perdones...—

—Sigue esperando.— Suspiró.

El mayor asintió, Evans volvió a bajar su mirada, Harry abrazó a su chico, acarició su mejilla, haciendo que Louis sonriera.

—Dale tiempo.—

—Dale tiempo.— Imitó Evans.

—Vamos Evans...—

—No.— Susurró.

—Evans, no puedes estar peleando todo el tiempo...—

—¿Me retas?—

—No.— Harry suspiró.

—Esta bien, no perdono, no por él, si no por mis sobrinos, pero si vuelves a hacer una estupidez así... Te juro que te corto allá abajo.— Harry soltó una carcajada. —Tu no te rías, te quedas sin que te den.—

Ahora Louis comenzó a reír.

—Bien, gracias.—

Se colocó de pie, abrazó a Evans, el chico se quitó rápido.

—Ya, largo.— Rieron.

—Por algo sigues solo.—

—Al menos no lo pierdo por estúpido.— Louis se quedó en silencio, Evans sonrió victorioso.

—Injusto.— Sonrió.

—La justicia es mi segundo nombre.—

—¿Cuál es tu segundo nombre?— Preguntó Harry.

—No tengo, hasta en eso mis padres no pensaron, desde niño les di problema con el nombre.— El menor intentó retener una carcajada, pero no lo logró, comenzó a reír.

—No lo puedo creer.— Murmuró.

—¿Y tus papás si pensaron en eso?— Asintió sin detener su risa.—¿Y cual es?—

Harry intentó decirle, pero su risa era más fuerte.

—Harry Edward Styles.— Abrió sus ojos al extremo.

—¿Se llama Edward?— Asintió. —A joder ¿Y tú?—

—Hemos sido amigos por años y aun no sabes, impresionante.—

—¡Ya Harry!— Susurró al ver que el menor no detenía su risa. —Pero si, ¿Cuál es?—

—William.—

—Igual que tu hijo, que lindo.— Susurró.

—Sí, es lindo.— Harry había detenido su risa, sus ojos tenían lágrimas debido a la risa.

—Ya.— Murmuró.

—Por dios, bueno ya, se nos hará tarde y tengo que validar esto.— Asintieron.

Evans les dio unos documentos.

—Aquí está el acta, me firmas aquí y aquí.— Señaló las hojas.

—Bien.— Sonrió.

—Pero ¿Se casarán después? Así ¿Formal?—

—Sí, más adelante, por el momento está bien así.— Asintió.

—Esta bien, cuando se casen de verdad me llama.— Asintieron.

Firmaron todo lo pedido, Louis le entregó los documentos.

—Bien, oficialmente son esposos.—

—Muchas gracias.— Susurraron.

—Estas advertido.— Asintió.

Se despidieron, el Evans dijo que el dejaría el acta en la casa hogar, validaría los datos adjuntos.


Una semana paso rápido, sin darse cuenta ya estaban a veintisiete de julio, día jueves. Harry habló con Marisa por teléfono, la mujer los iría a visitar esa misma tarde, los doctores dijeron que el rizado estaba enfermo y por eso su ausencia.

Louis trabajaba medio tiempo en el hospital, luego iba a su departamento a convivir con su familia, en esa semana le llevó flores a Harry, a sus hijos regalos, había cambiado y para bien, no había bebido una gota de alcohol, tampoco se había drogado. William y Darcy se llevaban bien, jugaban, reían y a veces lloraban por a verse lastimado jugando, pero ahí estaba Harry para solucionar la vida de toda su amada familia, contaba con ocho semanas de embarazo, Harry ya estaba armando la sorpresa para decirle a Louis que sería padre de dos bebés, se disponía a realizarlo la próxima semana.

—¡Mami!—

Salió de sus pensamientos. Sonrió al ver a sus pequeños en la sala, el chico estaba con la laptop de Louis, estaba buscando algunos documentos.

—Hola amores ¿Qué pasa?— Dejó la laptop en la mesita del centro.

Sus pequeños lo abrazaron.

—¿Podemos ver una película juntos?—

—Esta bien ¿Cuál?—

—La bella y la bestia.— Sonrió.

—Bien, pero en unos minutos, papi no tarda en llegar.—

—Esta bien mami.— Dejaron un beso en su mejilla.

Caminaron hacia la mesa de la sala, en donde tenían plastilina.
Harry sonrió al escuchar la puerta abrirse.

—¡Papi!— Sus hijos corrieron hacia la puerta.

Louis entró, tomó a sus pequeños en los brazos con dificultad, ya que traía rosas y bolsas de juguetes.

—Hola mis pequeños, ¿Se portaron bien?—

—¡Si!— Dejaron un beso en su mejilla.

Bajaron de sus brazos.

—Esto es para ustedes.— Les dio una bolsa cada una.—Espero hayan ayudado a mami.—

—¡Lo hicimos! Ordenamos nuestros juguetes.— Sonrió.

—Me alegra, gracias por cuidar a mami.— Asintieron.

Corrieron al sofá. Louis caminó hacia Harry.

—Hola bonito.— Dejó un beso en su frente.

—Hola sol ¿Cómo te fue?— Sonrieron.

—Bien, Marisa vendrá, igual que mi madre.— Frunció el ceño.

—¿Mi suegra ya salió?—

—Uh... Algo así, quiere verte urgente.—

—Papi... ¿Podemos ver una película?—

—Sí amor, ahora la coloco.—

—¡Gracias papi!—

—Mi amor, esto es tuyo.— Le dio un ramo de rosas, sonrió.

—Tengo que comprar más floreros.— Rieron.

—Ahora las pongo en la habitación.—

—Gracias sol.—

Louis le colocó la película a sus pequeños, la cual le pidieron la bella y la bestia, sus pequeños tomaron asiento en el sofá del lado izquierdo, Louis tomó asiento al lado de Harry.

—¿Qué haces?— Recostó su cabeza en su hombro.

—Estaba buscando algo en tu correo.—

—¿Qué buscas?— Se asomó, Harry le enseñó la pantalla.

—Estaba buscando el correo del ultrasonido, pero no lo encuentro.—

—Mi amor, en importantes.—

Harry buscó en importantes, sonrió al verlo.

—Cierto...— Frunció el ceño al ver dos correos con prueba de embarazo.

Una de hace tres días y una de hace horas.

Abrió el de hace tres días.

—¿Es ese?— Preguntó Louis sin quitarle la mirada a la televisión.

—Si...—

Abrió el documento, vio su ultrasonido y la prueba de embarazo, sonrió.

La cerró y abrió la otra prueba, frunció el ceño, la presión en el pecho comenzó.

"Prueba de embarazado positiva, una semana... Bridget Davis."

—Iré al baño.— Fruncieron el ceño.

—¿Mami está bien?— Preguntaron los pequeños.

—Ahora iré, esperen.— Asintió.

Se llevó las rosas y las otras bolsas de regalos.
Caminó hacia el baño, frunció el ceño al no verlo, caminó hacia la habitación, estaba sentado en la cama llorando.

Dejó las bolsas y rosas en el sofá.

—Mi amor ¿Estas bien?— Caminó hacia el interior, cerró la puerta, al llegar se colocó de cuclillas.

—¿Te acostaste con Bridget?— Frunció el ceño.

—Bonito... No, no lo hice... Te confieso que si bebí con ella, fume y me drogue, pero aún con todo eso se pensar... No me acosté con ella, ¿De donde sacas eso?—

—Te envío una prueba de embarazo, tiene una semana.—

—Amor... Solo por favor no le creas, ella es manipuladora, impulsiva y puede manejar todo a su antojo.—

—Louis...—

—Confía en mi, por favor no le creas a ella.—

—Louis, esta bien, solo me sorprendió esta noticia y de la nada comencé a llorar, no quería que nuestros hijos me vieran así.—

—Mi amor, si gustas podemos hacer una prueba de AND, está bien, no tengo porqué temer, se que no hice nada...—

—Sol, eres libre, no tienes que darme explicaciones.—

—No... Amor yo quiero darte explicaciones, no quiero perderlos.—

—Esto no significa que nos perderás, no lo harás, son tus hijos y no te quitaré el derecho a verlos, eres su padre, pero solo quería decirte eso...—

—Aún así, no quiero que se vayan, podré resolver este caso, sinceramente no me acosté con ella, te juro que te fui fiel.—

—No somos nada, no tienes de que preocuparte.—  Soltó de golpe.

—Oye eso me lástima...— Fue sincero, abrazó el vientre de su chico.

—Perdón, no fue...—

—No, está bien, se que aún no confías, y perdón por eso, pero ya te expliqué los motivos, quiero ser feliz al lado de mis hijos y a tu lado, joder dame esa oportunidad de ser oficialmente algo.—

—Somos esposos...—

—Falsos, pero esposos.— Rieron.

El mayor sonrió y tomó al chico, se acostaron, dejó su mano en su vientre, lo acarició.

—Uh, somos esposos, pero me gustaría ser algo serio.—

—¿Novios?—

—Sí, eso.—

—Pero...—

—Dame esa oportunidad, ¿Si?— Asintió.

—Esta bien.— Susurró acariciando la mano de Louis.

—¿Entonces si puedo?—

—Sí, solo gracias por decirme la verdad.—

—No tienes nada que agradecer, gracias a ti por confiar.—

La puerta se abrió, sus pequeños corrieron a la cama.

—¿Por qué acaricias la pancita de mami?—

—¿Malito?—

—No mi amor, lo que pasa es que aquí está su hermanito.— Fruncieron el ceño.

—¿En la pancita de mami?—

—Sí, mami tiene un bebé aquí adentro.—

—¿Mami se lo comió?— Rieron con ternura.

—No amor, mami tiene un bebé en su pancita porque esta embarazado.—

—¿Entonces de la pancita de mami nacerá nuestro hermanito?—

—Si amor.—

—¿Cuándo nacerá?—

—Aún faltan meses, apenas tiene dos mes.—

—¿Y cuántos meses son?—

—Nueve meses...— William interrumpió a Louis.

—¡Faltan siete!— Asintió.

—Así es cariño.— Sonrió.

  —Si mi amor, falta todavía para que nazca.—

—Muchoo...— Alargó la o.

—Si.—

—¿No te duele nada?— Preguntó William abrazándolo.

—No mi amor, no me duele nada, solo me dio náuseas.—

—¿Bien?— Darcy abrazó con cuidado su pancita que no se notaba aún.

—Sí, estoy bien, no se preocupen, vayan a ver la película.—

—No.— Lo abrazaron fuerte.

—¿Y eso?— Louis acarició el cabello de sus pequeños.

—Queremos estar con nuestro hermanito.—

Sonrieron. El timbre sonó.

—Esperen, hay que ir, tal vez sean sus abuelos.— William frunció el ceño.

—¿Abuelos?—

—¡Abu!— Darcy corrió hacia la puerta de la habitación.

Pero la puerta estaba cerrada y era muy pequeña para alcanzar la manija.

—Papi.— Llamó aún saltando.

—Ahora vamos.—

Ayudaron a Harry a caminar hacia la puerta, el menor sonrió y negó.

—No es necesario...—

—No mami.— Lo tomó de la mano.

Louis sonrió viendo a su chico. Sus hijos se quedaron en la sala ordenando, mientras que Harry iba a abrir la puerta.

—Hey.— Susurró.

Sus hijos fruncieron el ceño y llevaron su mirada hacia Louis.

—Papi.— Caminaron hacia él.

—Necesito su ayuda.—

—¿Fiesta?— Preguntó su pequeña.

—Uh algo así.—

—¿Qué es papi?—

—Vengan.—

Corrieron hacia la habitación, al llegar Louis caminó hacia el armario.

—¿Le pondrás el anillo?—

—Sí, eso quiero, pero... Primero sería que su madre acepte ser mi novio.—

—¿Primero novio?—

—Sí, ahora le pediré que sea mi novio.—

Sacó una revista, sonrió.

—¿Qué es?—

—Hace un tiempo le pregunté a mami que propuestas le gustaría, y me dijo que en la playa y eso.— Rieron. —Pero no podremos salir por el hospital, entonces se me ocurrió y no se que más se les pueda ocurrir a ustedes, pero hacerlo en el parque.—

—¿Qué más?— Tomaron asiento en la alfombra.

—Uh, pensaba decorar con rosas el camino ¿No?—

—Esta lindo, pero ¿Velas?— Sugirió William.

—¡Luna!— Gritó Darcy emocionada, aunque luego tapó sus labios con sus manitas.—Luna.— Susurró destapando su boca.

—Sí, la luna, sería de noche, ¿Nos puedes llevar a ese parque mañana?—

—Me parece, convenceré a su abuela para que me ayude.—

—¡Si!— Louis les enseñó las imágenes de una revista, las cuales eran para propuestas.

Hasta que la puerta se abrió, escondieron la revista.

—Sol te buscan.— Susurró.

—¿Quién?—

—Bridget.—

La verdad que no puede ser castigada por la ley, la verdad sólo puede apoyarse en un fuerte orgullo.

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