Capítulo XLVIII
Llegó el quince de noviembre, miércoles, el cumpleaños de su hijo, la fiesta se realizaría en la casa hogar, a petición de su hijo.
—Mi amor, vamos, se nos hará tarde.— Se escuchó la voz de Louis desde la sala.
—¡Mami, hermanito vamos!— Gritó Darcy, quién estaba en la sala junto a Louis.
—¡Ahora vamos!—
Los pasos se escucharon, elevaron su mirada, sonrieron al ver a Harry y a William.
—Que hermosos se ven.— Sonrieron.
William corrió a abrazar a Louis.
—Tu también papi.— Sonrió.
—Ve con mami, te dará tu regalo.— Frunció el ceño.
Se separó del abrazo.
Harry estaba sentado al lado de su hija, sacó una cajita.
—¿Qué es mami?—
Sacó una cajita de su bolsa del suéter, William fruncía el ceño.
—Mi madre, la abuela Anne, me dio esto, dijo que cuando tuviera hijos por ley les tenía que dar estos regalos, el brazalete de Darcy a pasado por generaciones, pero se quedó con mi madre, ya que ella no tuvo ninguna hija, ella me dijo que cuando tuviera una hija se lo tenia que regalar, y esta medalla, si paso conmigo, pero cuando murió la abuela, la guardé junto a todo, y no supe de la medalla, hasta que cuando estaba abriendo los regalos, vi los anillos, sabía que ahí estaba todo.— Le entregó la caja, su pequeño la recibió.
William abrió la cajita, encontrándose con una medalla, la tomó y abrió, en donde había un texto. "Las cicatrices son curadas." Abrió aquella puertecita, y vio una foto familiar. Sus ojitos se llenaron de lágrimas.
Vio la otra parte, en la cual decía otro texto; "Siempre te llevaré en mi corazón." Abrió aquella puertecita y ahora vio una foto de su madre con él en brazos cuando era bebé, sus lágrimas comenzaron a caer.
Harry limpió sus lágrimas, abrazo a su pequeño, el pequeño se aferró a sus brazos llorando. El menor unió a Louis al abrazo, su esposo y Darcy se unieron al abrazo. La pequeña comenzó a llorar.
Los chicos soltaron una risita, Harry sonrió con lágrimas en sus ojitos. Pasó un buen rato, se separaron del abrazo, William sorbió su nariz.
—Gracias.— Susurró.
—No hay de que amor.— Sonrieron.
Harry le colocó la medalla a su hijo. Sonrió y dejó un beso en su frente.
—Bien, ahora vamos.— Asintieron.
Limpió las lágrimas de sus dos pequeños, mientras que Louis limpió las lágrimas de su esposo.
Salieron de la sala, llevaron suéteres consigo, subieron al auto y en algunos minutos estaban de camino hacia la casa hogar.
—Mami.— Llamó su hijo.
—Dime amor.— Llevó su mirada hacia atrás.
—¿Cuántas fotos hay?— Señaló la medalla.
—Solo la de nosotros dos.—
—¿Por que?—
—Porque de mi bisabuela solo nació un mujer, que es la abuela Eva, luego de la abuela Eva, nació mi madre, que es la abuela Anne y después la abuela Anne tuvo el primer niño de la familia, la cual todos se alegran y dicen que fui el consentido, mi bisabuela le dio la medalla a mi mamá, luego ella me la dio a mi cuando cumplí siete años, y ahora pasó a ti.—Su pequeño sonrió levemente.
—Pero ¿Por que no a uno de los cuatrillizos? Ellos son tus hijos de sangre, si sería justo el linaje.— Susurró bajando su mirada.
—Mi amor, tu eres mi hijo, y siempre te he dicho que no importa que no tengas nuestra sangre, porque eres mi pequeño, no quiero que pienses así, porque amor te haces daño, y no puedes decir que las personas te lo dicen, porque cariño, todas las personas regañan a tu papi porque piensa que te negó.— Rieron.
—Y si es verdad, amor eres nuestro hijo, y nunca nos ha importado la sangre.— Louis lo vio por el retrovisor y sonrió.
Su pequeño elevó su mirada y sonrió.
—Los quiero.— Susurró.
—Nosotros también amor.— Sonrieron.
En todo el camino se fueron hablando, hasta que al llegar, estacionó el auto, sus hijos bajaron, pero Harry los tomó antes de que fueron corriendo.
Sus pequeños fruncieron el ceño. Fueron con Harry, Louis caminó hacia ellos.
—¿Ya?—Asintió.
—Vayan.—Sonrieron.
Entraron corriendo, los chicos iban atrás sonriendo, caminaban tomados de la mano.
Al entrar al jardín, todos le gritaron feliz cumpleaños a su hijo, el cual sonrió y agradeció.
Los chicos tomaron asiento donde ya estaba toda la familia e invitados. La fiesta fue la más alegre, rompieron la piñata entre todos los niños, luego que todos comieran dulces, le cantaron a su pequeño, partieron el pastel y sus padres y sus suegros ayudaron a repartir la refacción a todos los niños.
Harry estaba sentado en la silla, luego que toda la familia le dijera que era mejor que estuviera sentado.
Su pequeño llegó corriendo, comenzó a reír y lo abrazó. Su pequeño correspondió el abrazo.
—El pastel te hará correr por todo el lugar.— Comenzó a reír y se separó del abrazo.
—Si, pero está rico el pastel.— Sonrió.
—Así veo.—
—¿Me puede amarrar mis cintas? Por favor.— Susurró.
—Esta bien, sube tu pie.— El pequeño subió suavemente su pie en el regazo de Harry, el chico amarró sus cintas.
Bajó su pie, sonrió y abrazó al chico.
—Te quiero mami, gracias.— Dejó un beso en su mejilla, después dejó un beso en su vientre.—Los amo a ustedes también.— Sonrió.
—Te quiero más amor y ellos te aman demasiado.- Se separaron del abrazo, su pequeño se fue a jugar, dejando su osito de peluche junto a Harry.
El chico sonrió y lo tomó, era tan hermoso ese osito, estaba en perfecto estado, sin importar los años.
Tomó el peluche de su pequeña, lo colocó al lado, sonrió al verlos, salió de su burbuja y elevó su mirada, Rubí estaba sentada enfrente a él.
—Son lindos.— Susurró alzando los ositos.
—Me alegra que te gusten. Esos ositos de peluche los hice cuando me enteré que estaba embarazada.—
—¿En serio? Le quedaron bien, son perfectos.—
—Gracias, intenté hacer otros, creo que me salieron bien, y eso es lo que le quiero regalar a los cuatrillizos.- Le entregó una caja.
El chico dejo los peluches de sus hijos en la silla, tomó la caja, la abrió, encontrándose con cuatro ositos de peluche idénticos, sonrió.
—Gracias, se que a los cuatrillizos les va a encantar.— Sonrió.
—Espero que si.—
—Les encantará.— Sonrió.
—Bien, ahora solo iré a ordenar la mesa, no hagas esfuerzos.—
—Esta bien.— Sonrieron.
Rubí caminó hacia la mesa, su esposo se acercaba a él.
—Hola mi amor, perdón por tenerte abandonado, pero los niños me pidieron jugar.— Sonrió.
—No te preocupes amor.— Tomó asiento frente a él.
—¿Ya comiste? ¿Quieres algo más?— Negó.
—Ya comí, no, no te preocupes amor.—
—¿Seguro?— Asintió.
—Si, solo iré al baño...—
—Ven, te llevo.— Alzó una ceja.—No haré eso, si quieres si, pero por el momento no, aunque tal vez tome un poco...—
—Ay amor.— Se colocó de pie, aunque se mareo, Louis lo tomó de la cintura rápido.
—¿Estas bien?—
—Si amor, solo me coloqué de pie rápido.—
—Vamos.— Asintió.
Caminaron juntos hacia el pasillo, al llegar al servicio, Louis vio a todos lados y empujó a su esposo a los baños, el menor comenzó a reír.
—Entra amor, te espero aquí.—
—Esta bien amor.—
Harry entró a uno de los cubículos, Louis se quedó recostado en la pared, mientras que veía su teléfono.
Sonrió al ver a su esposo salir después de unos minutos.
—¿Listo amor?—
—Si.— Terminó de lavarse las manos, las secó.
Sintió como su esposo lo tomó de la cintura, el menor sonrió.
—¿Leche?— Asintió. —Uh pues no amor, tengo los protectores y ahora quedaron bien, así que te esperas.—
—Es injusto.— Murmuró abrazándolo, escondió su rostro en su cuello.
—No, no lo es.— Acarició su cabello.
—Mi amor, es injusto.— Subió su mano hasta el pecho de su esposo, el menor comenzó a reír.
—Lo se, pero hay que volver a la fiesta, más tarde te daré ¿Si?— Se separó un poco, suspiró y asintió.
—Esta bien.— Sonrió.
Dejó un corto beso en sus labios, luego bajó a su escote y dejó un beso en ese lugar, Harry soltó una pequeña risa.
—Vamos.— Asintió.
Salieron del servicio, caminaron por el pasillo tomados de la mano.
—Harry.— Llevó su mirada hacia atrás. Louis sonrió al ver a la directora.
—Hola directora.—
—Hola, disculpen que detenga su camino, pero encontré fotos de William y quería entregarles las fotos.—
—Si, está bien.—
—Vamos.— Asintió.
Caminaron hacia la oficina mientras hablan del comportamiento tan positivo de William. Al llegar la directora les entregó una caja, ambos la abrieron y sonrieron al ver fotos de William, medallas y trofeos.
—Estos son los premios que se ganaba con los concursos que hacíamos.—
—No sabía que había ganado trofeos.— Sonrió.
—No le gusta hablar de eso, siempre dijo que ganó solo por ganar.— Rieron.
—Igual que su padre.— Vieron a Louis, él sonrió y alzó los hombros.
—Pero ganamos.—
—Exacto, ahora sigamos con la fiesta.—
—Vamos.—
Salieron de la oficina, Louis fue a dejar la caja al auto, hasta que al llegar al pasillo, vio a los niños jugando en los columpios, y vio a su pequeño sentado en la banca.
Caminó hacia la banca, sus recuerdos llenaron su mente.
—Hola.—
—Hola.— Elevó su mirada, sonrió.
—¿Ahora eres un niño feliz?— El pequeño sonrió recordando la primera vez que los conoció.
—Si, ahora tengo una mejor vida, no solo económica, si no que también familiar y amorosa, tengo a mi mami que me ama mucho, que nunca me dejó solo, aunque haya sido rebelde, tengo a mi papi que también me ama demasiado, ama a mi mami, a mi hermanita, oh, y tengo una hermanita, la cual a veces peleamos, pero somos los mejores hermanos, también mi mami esta esperando cuatro bebés, los cuales amo y quiero mucho, anhelo jugar con ellos, aunque tal vez lloren mucho, pero aun así, prometo que seré el mejor hermano mayor, cuidaré de mami, de mi hermanita y de mis hermanitos, cuando no esté papi, te amo mucho, amo mucho a mi familia, a todos, a las abuelas, a los abuelos, a los tíos, a las tías, a mis primos, a mis primas, los quiero demasiado, porque como mami dijo; No importa la sangre, lo importante es tener un amor sincero y ser feliz.—
Harry sonrió con lágrimas en sus ojos, su pequeño se colocó de pie en la banca, abrazó a Harry, el chico correspondió el abrazo.
—Te amo.— Susurró acariciando su cabello.
—Yo te amo más mami.— Lo abrazó fuerte.
—¡Hola!— Se escuchó un grito.
Llevaron su mirada hacia atrás, encontrándose con James corriendo hacia ellos.
—¡James si viniste!— Gritó William bajando de la banca con ayuda de Harry, se abrazaron.
—¡Si! Mami tenía que ir al doctor con mi hermanita, entonces nos tardamos muchooo...— Alargó la o.
—No importa, vamos a jugar.— Asintió.
Corrieron hacia los columpios, todos los niños jugaron juntos.
—Recuerdo cuando adoptamos a James, nos contó que había visto a William ser adoptado, que sus padres lo amaban demasiado y se notaba, porque en lugar de dejarlo por verlo llorar, solo lo abrazaron y se unieron como familia, después que el padre de William comenzó a jugar con Darcy y él. James quería salir a jugar con ellos, ya que William ya era feliz, ya sonreía, lo que nunca hizo estando aquí, y ahora que lo veo... James también es feliz.— Sonrió al ver a Zayn y Emily en brazos.
—Los tres ya han sufrido mucho, es justo que tengan un hogar lleno de amor.— Asintió sonriendo.
—Si, y ahora quién los separa.—
—Si, los cuatro son inseparables.— Asintió.
—Ya está su comida, está en la mesa, Liam se quedó hablando con Niall.— Llegó Louis.
—Gracias.—
—¿Puedo cargar a mi sobrina?—
—Esta bien.—
Louis tomó a Emily en sus brazos, sonrió al verla dormida, acarició la mejilla de la bebé.
—Que hermosa.— Murmuró.—No se lo digan a mi hija.— Rieron.
—Esta bien.— Sonrió.
—¿Ya estás listo para el gran día?—
—Si, nervioso... Pero ya estoy preparado, si eso implica ya tener a mis cuatrillizos en mis brazos, estoy listo.—
—Ya pronto.— Sonrió.
—¡Papi!— Se escuchó el grito de su hija.
—Hola amor.— La vio cruzada de brazos.
—Yo quiero ver a mi prima, no solo tú.— Alzó sus brazos.
—¿Nos la dejas un rato en lo que comes?— Preguntó Harry al ver a su hija feliz de tener a Emily.
—Esta bien, si llora sabes dónde encontrarme.— Asintió.
James se fue con Zayn a la mesa, dejando a Emily con Louis.
—Papi ¿Así serán mis hermanitos de chiquitos?— Preguntó Darcy.
—Si amor, así de pequeños serán.—
—Papi parecen mis muñecas.— Rieron.
—Si amor.— Susurró.
Después de cuidar a Emily, fueron a la mesa, en donde toda la familia estaba emocionada por la bebé.
Sofía no había llegado, algo muy extraño para todos.
—¿Y Sofí?—
—Pensé que ya se había ido.— Negó.
—No, no ha venido.—
—Que extraño.—
—¡Hola!— Se escuchó el grito de Lucia.
—Hablando de.— Rieron.
William corrió a saludar a sus tíos, ellos le dieron un gran regalo.
—¿Qué es tía?—
—Lo abres en tu casa amor.— Asintió.
Con ayuda de Lucia, James y Darcy se llevaron el regalo a la mesa indicada.
—Hola, perdón, fuimos al doctor y tenía demasiados pacientes, después fuimos por el regalo, no... Que estrés.—
—No te preocupes, toma asiento.—
Louis fue por la pequeña refacción, les dio a Sofía y Niall, Lucia llegó corriendo después.
—Gracias tío.— Tomó asiento.
—No hay de que cariño.— Sonrió.
Comenzaron a hablar de cualquier tema, hasta que la fiesta terminó. Sus hijos estaban dormidos, la familia había terminado de ordenar todo, así que Ashley ayudó a Harry con Darcy, caminaron hacia el respectivo auto.
—Muchas gracias por haber venido.—
—No hay de que, nos alegra que William se la pasara bien.—
—Sí, todos se la pasaron bien.—
James y Lucia estaban también dormidos, los cuatro niños habían corrido por toda casa hogar.
Se despidieron, Louis terminó de subir los regalos, después de eso, ayudó a su esposo a entrar al auto, tomó a Darcy en sus brazos.
—Gracias.—
—No hay de que, vayan con cuidado.— Dejó a Darcy en el regazo de Harry.
—Gracias, ustedes también.—
Subieron al auto, en algunos minutos llegaron a casa, Louis llevó a su esposo y los niños a la habitación, se acostaron y sus tres amores, durmieron profundamente.
Salió hacia el auto, bajó todos los regalos, hasta que al momento de tomar el último regalo, cerró la puerta, al darse vuelta se encontró con alguien.
—Marcos.— Susurró.
—Hola Louis, hace tiempo no te veía...—
—Vete de una vez.— Iba a caminar, pero vio que sacó una arma blanca.
—No Louis, tu metiste a mi novia a un psiquiátrico.— Suspiró.
—Por que ella se lo buscó.—
—Si yo no puedo ser feliz, tu tampoco lo serás.—
No sabe en que maldito momento Marcos corrió hacia la casa, Louis lo persiguió.
Antes de que entrara al pasillo lo tomó del cuello, hizo que tirara el cuchillo.
—Tu novia se lo buscó, una maldita acosadora que solo le hace daño a mi familia, no voy a permitir eso.— Lo estrelló contra la pared.
—Tu eras el obsesionado con ella.— Lo tomó del cuello, Louis soltó el agarre y lo empujó.
—¿Yo? Joder estoy tan feliz con Harry y mi familia que no me importa ella, por mi vete con ella al psiquiátrico.—
Nuevamente lo estrelló contra la pared, las sirenas de los policías se escuchó, frunció el ceño. Sin darse cuenta, Marcos corrió por el cuchillo, aunque Louis lo evitó a toda costa, le dio varios golpes con la pierna.
Marcos corrió hacia Louis, apuntándole con el arma, esquivó algunos roces.
—Baje el arma.— Se escuchó a la policía.
El chico se quedó quieto, la policía se acercó a Marcos, pero este zafó el agarre y corrió hacia Louis, aunque lo intentó, solo logró que el cuchillo rozara el abdomen del mayor.
—Mi abogado irá mañana a primera hora.— Susurró.
—Muy bien, nos llevaremos al culpable.— Asintió.
Se llevaron a Marcos, Harry salió de la habitación alarmado, abrazó a su esposo.
—¿Estas bien amor?— Asintió.
—Si, solo el estúpido de Marcos que vino a culparme.—
—¿Por Bridget?—
—Si, por eso.—
—Mi amor, estás sangrando.— Vio su abdomen.
—Cariño no es nada, no te preocupes.—
—No, espera, iré por lo necesario.— Sin esperar respuestas caminó hacia la habitación.
Suspiró y dejó las llaves del auto y de la casa en la mesa de la sala, levantó un poco su camisa, dejando ver su herida, en donde si, estaba sangrando.
Los pasos se escucharon, llevó su mirada hacia atrás.
—Déjame curarte amor.— Tomó asiento enfrente de él.
—Mi amor, no es grave.—
—Lo es.—
Le quitó la camisa, se acercó y comenzó a curar su herida.
El mayor se perdió viéndolo, sus recuerdos pasaron por su mente.
—Eres tan perfecto.— Susurró.
—Amor.— Rieron.
—Es cierto.—
—Tú eres perfecto para mi.— Terminó de curar la herida.
—Gracias amor.—
—No hay de que, ahora vamos a dormir, ¿Ya cerraste las puertas?—
—No ahora voy.— Asintió.
Se colocó su camisa, sobrepuesta, cerró las puertas mientras que Harry ordenaba la sala, después caminaron hacia la habitación.
Louis se vistió cómodamente, suspiró aliviado. Se acostaron al lado de sus hijos, dejándolos en medio.
—¿No te duele?—
—No amor, estoy bien, gracias.—
—Esta bien, si te sientes mal, dime por favor.— Asintió.
—Esta bien amor, gracias.—
Apagaron las luces, suspiraron aliviados. Harry llevó su mano hacia la herida de su esposo, la acarició suavemente.
Poco a poco se quedaron dormidos abrazados, y tomados de la mano.
A la mañana siguiente dieciséis de noviembre, jueves. Se despertaron temprano, arreglaron las cosas de sus pequeños, después de despertarlos desayunaron y salieron hacia la academia de fútbol.
Ese día su hijo tenía un campeonato, Darcy no tenía clases, así que toda la familia iría a ver a sus pequeños jugar. En algunos minutos ya la familia había llegado, todos estaban felices viendo el partido.
—Hola.— Se escuchó la voz de Eleanor.
—Ele.— Dijeron Zayn y Harry.
—Hola, perdón por venir tarde ¿Hace mucho comenzaron?— Negaron.
—Acaban de comenzar.—
—Oh está bien, les quería presentar a algunas personitas.—
Todos llevaron su mirada hacia la chica, sus ojos mostraban curiosidad.
—Ella es Michelle, mi hija.— Una pequeña apareció atrás de la chica, sonrieron.
—Nuestra.— Dijo Jonathan caminando hacia ellos con un pequeño en brazos.
—Nuestros hijos, Noah y Michelle.— Abrieron sus ojos al extremo.
—Se van del país por un mes y...— Sonrieron y asintieron.
—Y un bebé que viene en camino.— Abrieron nuevamente sus ojos al extremo.
—Wow, felicidades.—Dijo toda la familia en coro.
—Gracias.—
Todos se colocaron de pie y felicitaron a Eleanor y Jonathan, de igual manera conocieron a los pequeños Michelle tenía seis años y Noah tenía siete años. Eleanor tenía dos meses de embarazo, Jonathan estaba demasiado emocionado.
Tomaron asiento, Eleanor tomó asiento al lado de Harry y Zayn, Michelle y Noah se quedaron abrazando a Jonathan, mientras veían el partido, Darcy estaba en el regazo de Louis, Niall tenía a Lucia en sus brazos, y Liam tenía a Emy en sus brazos, Louis estaba al lado de Jonathan, hablando.
—¿Cuándo paso?— Preguntó Zayn.
—¿Se recuerdan que les dije que me iría a Canadá por unos días?— Asintieron. —Bueno, vi a mi familia paterna y materna, me culparon de todo, y los ignoré completamente. Después al estar viviendo ahí, vi como mi familia trataba mal a Michelle y Noah, ya que mi prima había muerto en un accidente de tránsito hace algunos meses. Me dio tanto coraje que le dije a Jonathan si podíamos adoptar a los niños, él aceptó y comencé a trabajar en eso, cuando logré ganar la custodia, mi familia me odio más, pero ¿Qué importa? Los niños están bien, y eso es lo que me alegra mucho. —
—¿Cómo son capaces de eso?—
—Mi familia es así, pero yo no iba a dejar que eso le pasará a los niños, no para que sufrieran lo mismo que sufrí.— Suspiró. —Luego de unas semanas, los niños se acostumbraron a nosotros y nosotros a ellos, hace una semana me enteré que estaba embarazada, pensé que le afectaría a los niños, pero ellos lo festejaron, gritaron emocionados cuando les contamos.— Rieron.
—Me alegra mucho que logramos ayudarlos, ellos no se merecen ser dañados.—
—Ellos son unos angelitos, no comprendo porque mi familia los odiaba tanto.—
—Cosas inexplicables.— Asintieron.
Siguieron hablando mientras veían el partido, toda la familia convivía con los niños, los niños ya les habían tomado un gran cariño.
Todos tenemos secretos....
Los que guardamos y los que los demás nos ocultan.
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