Capítulo XLIII

Louis estaba perdido en sus pensamientos, estaban viendo una película, aunque es más seguro que solo Harry estaba viendo la película, su esposo acariciaba su vientre.

—Mi amor...— Volvió a llamar.

—Perdón ¿Qué pasa?— Reaccionó.

—¿Quieres ir con Rubí amor?—

—No, no quiero terminar la luna de miel aquí.—

—Mi vida... No tienes de que preocuparte, podemos viajar después, quiero que estés bien y estés feliz.— Elevó su mirada.

Se quedó en silencio, el menor se separó un poco, tomó asiento en el regazo de Louis, sonrió.

—Vamos a tomar un vuelo a Los Ángeles, resolveras todo con tu madre y luego podemos hacer otro viaje.—

—En serio te amo mucho, perdón por estos cambios.— Lo abrazó.

—No tienes de que preocuparte amor.— Correspondió el abrazo. —Ahora vamos.— Asintió.

Compraron los boletos, arreglaron todas las maletas, en algunas horas ya estaban en el vuelo hacia Los Ángeles.

Después de varias horas, llegaron a la mansión, en donde esperaron para que abrieran la puerta.

—Hola ¿Les pasó algo?— Preguntó Jay al verlos.

—Viene a hablar con Rubí.— La mujer sonrió.

—Estas de suerte, está aquí.—

—¿Qué? ¿En serio?— Preguntó Louis.

—Sí cariño, está en la sala, ve a hablar con ella, yo ayudo a Harry.—

—Gracias.—

Louis entró a la mansión, Jay ayudó a Harry a llevar las maletas a la habitación de Louis.

Al llegar sonrieron.

—¿Esta bien con esta decisión?— Preguntó con leve temor.

—Si, me hace bien que Louis quiera ver a su madre biológica.—

Tomaron asiento en el sofá.

—¿Le habría hecho mal si Louis no la acepta?— Asintió.

—Acabo de terminar de hablar con ella, en serio sufrió demasiado.—

—Sí, eso me comentó.—

—Pero ahora está con Louis y eso está bien, me alegra demasiado que mi hijo hable con ella, ahora sabrá que tiene dos madres, la que le dio la vida y la que lo cuido.—

—Me alegra tanto suegra.— La abrazó, Jay correspondió el abrazo.

—¿Puedo hablar contigo?—

—Adelante la escucharé.—

Llegó a la sala, Rubí frunció el ceño al verlo.

—¿Y tu luna de miel?—

—Harry comprendió que quería hablar contigo.—

—Louis...— La mujer suspiró.

El chico caminó hacia Rubí, tomó asiento en la mesita,  enfrente de su madre.

—Por favor, explícame, desde niño estuve buscando una explicación del porque lo hicieron, saque demasiadas conclusiones.— La mujer suspiró profundamente y asintió.

—Cuando tenía diecisiete años, conocí a mi esposo, lastimosamente mis padres se enteraron y decidieron enviarme a un convento, la verdad no quería, entonces una noche me escape, me fui con él, al principio era el hombre perfecto, pero con el tiempo todo fue diferente, regresaba ebrio, me golpeaba, una vez, me golpeó demasiado fuerte que desperté en el hospital, ahí me enteré que estaba esperando un hijo.—

Tomó aire, sus lágrimas comenzaban a salir, Louis tomó las manos de su madre.

—Me hizo feliz saber que tendría compañía, tendría a mi hijo, no le dije a mi esposo, cuando el embarazo se notaba más, busqué a mis padres para que me dieran apoyo, pero no fue así, me dijeron que su hija había muerto, que le guardaban luto, me sentí tan mal, pero aún así tuve que  seguir, trabajaba;  limpiaba las casas, de eso sacaba un poco para las cosas que quería comprarte.— Alzó los hombros, dejó salir una risita, pero aún seguía llorando.— Cuando volví a la casa, mi esposo me golpeó, me golpeó tan fuerte que lastimosamente el parto se adelantó, naciste a los siete meses, me dolió verte en la incubadora, pero lograste resistir, jamás me separé de ti, hasta que al volver a la casa, él no estaba, fue mejor para mí, te estuve cuidando, de mi esposo no sabia nada, pero tampoco me importaba, solo tú me importabas en esos momentos, al pasar dos meses regreso, solo fue para golpearme, dijo que te iba a matar porque dudaba que fueras su hijo, y si, tenía razón, no te pareces nada a él y es algo mejor, es mejor que no te parezcas a él.—

Acarició la mejilla de Louis, el chico sonrió, una lágrima paso por su mejilla.

—En unos casos si soy como él.—

—¿Tu sobredosis?—

—Si.—Susurró desviando su mirada.

—Pero cambiaste, no golpeas a tu esposo, tampoco a tus hijos, los amas, y eso es lo importante.— Sonrió.

—Si, tienes razón.— Susurró.

—Cuando me dijo eso, me asusté demasiado, porque no sabía si era capaz o no, tuve miedo que te pasará algo, así que decidí abandonarte en la casa hogar.—Rompió en llanto.— Ese día, fue el peor, yo misma me arranque a mi hijo, pero sabía que estabas mejor en ese lugar, porque él no te encontraría y tampoco te haría daño, cuando él se enteró estuvo feliz, pero yo lloraba todas las noches, cada mes te visitaba, cuando cumpliste un año te dejaba tus chocolates favoritos.—

—¿Eras tú?— Preguntó

—Si, sabía que eran tus favoritos, también son mis favoritos.—

Sonrió con sus ojitos azules llenos de brillo.

—Te veía feliz, y lastimosamente aún sufría maltratos, nunca pude hacer nada por miedo, no lo lograba, el siempre encontró la manera de burlar a las autoridades y encontraba maneras de dañarme, aún así, siempre te visitaba, estaba al pendiente de ti, si pasaba algo o no, después me dieron la oportunidad de trabajar en la casa hogar, siendo empleada de limpieza, pero al menos te veía jugando.—

Las lágrimas de Louis comenzaron a caer, su madre jamás lo quiso abandonar.

—Al paso de los años, me enteré que te iban a adoptar, me alegré al saber que en esa familia no habían maltratos físicos tampoco psicológicos, te vi tan emocionado cuando te adoptaron, aquellos ojos azules te brillaban demasiado, fuiste el mas feliz, cuando te adoptaron ya no supe nada de ti, hasta que salías en las revistas así sabía que estabas bien, ahora... Louis en serio no quiero arruinar tu vida, entiendo si no me quieres ver, no tienes que hacerlo por compromiso, estaré bien...—

Louis la abrazó llorando, Rubí correspondió llorando.

—Jamás fue tu intención abandonarme.— Susurró.

—Jamás, nunca fue mi intensión.—

Estuvieron un buen rato abrazados.

—Lo siento.—Susurró.

—No tienes porque, no tuviste la culpa.— Se separaron del abrazo.

—Gracias.—Sonrieron.

—Por favor, sal de esa casa... No es nada bueno para ti.— Suspiró.

—No tengo a dónde ir.—

—Puedes vivir con nosotros...—

—No hijo, de ninguna manera.—

—Por favor, Harry estará feliz con esa decisión.—

—No...—

Se escuchó la puerta abrir fuertemente, frunció el ceño, al escuchar el llanto de su pequeño se alarmó y corrió.

—¡Mami!— Se escuchó el grito de William llorando.

Caminó hacia el pasillo, en donde Ashley, Evans y Darcy estaban tratando de controlar a William.

—¿Qué pasó?—

—No lo sabemos, corrió hacia la puerta, después comenzó a llorar, no sabemos que pasó.— Susurró Evans al ver a su sobrino mal.

—¡Mami!—

—Mi amor, tranquilo...— Louis se iba a acercar, pero William se alejó.

—¡Mami!—

—Esta en shock, aléjense de él.— Les dijo Rubí.

—¿Por que?—

—Te puede hacer daño, deja que Harry se encargue.—

—¡Mami! ¡Mami!—

Vieron como Harry bajó corriendo los escalones.

—¿Qué pasó?—

—¡Mami!—

Corrió hacia Harry, el chico lo tomó en sus brazos.

—Ya mi amor, ya pasó ¿Si? Esta bien, estas bien.—

Acarició su espalda, William estaba temblando.

La puerta se escucho abrir. Los guardias tenían a Bridget y al padre de William.

—¡No! ¡No!— Gritó al verlo.

—Mi amor tranquilo.— William comenzó a tratar de bajarse de los brazos de Harry.

—¡No! ¡Déjame!—

El pequeño se bajó de los brazos de Harry, aunque cayó desde una larga distancia, aún así corrió hacia el jardín.

—¡Que se larguen de aquí! ¡Ahora!— Gritó Harry antes de salir corriendo hacia el jardín.

Darcy se quedó con Rubí y Jay, ellas la llevaron a la habitación, evitando que viera la escena. Evans y Ashley suspiraron.

—¿Qué hacen ellos aquí?— Le preguntó a los guardias.

—Señor, ellos querían secuestrar a su hijo.—

El semblante de Louis cambió, vio a Bridget.

—Llama a la policía, Evans... Quiero que se pudran en la cárcel.— Los vio.

—¡Es mentira! ¡Sería incapaz!— Gritó tratando de zafar el agarre de los guardias.

—Vayan, los quiero en la cárcel ¡Desde ahora!—

—¡No le puedes hacer esto a tu hijo!—

—¡No estás esperando nada Bridget! ¡Acéptalo!—

La policía llegó, se llevaron a Bridget y el padre de William, suspiraron.

—Me disculpo por mi esposo.—

—No se preocupe, sabemos que se preocupa por sus hijos.—

—Muchas gracias.—

Los guardias se retiraron, Evans y Ashley bajaron su mirada.

—Lo sentimos...—

—No, no fue su culpa...—

—Dejamos que se adelantará.—

—Bridget y el padre de William son así... No se preocupen, gracias por cuidarlos.—

—¿No estás enojado?—

—Para nada, con ustedes no, en serio les agradezco porque cuidaron a mis hijos.—

—Espero este bien.—

—Lo estará, solo necesita a Harry.—

—Iremos a la sala.—

—Esta bien, ahora voy.— Asintieron.

Caminó hacia el jardín.

Harry estaba hablando con Jay, ambos estaban sonriendo.

—Sinceramente no fue mi intención leer la carta, pero los guardias dijeron que era de mi madre, entonces la abrí.—

—Si... Ella vino hace unos minutos, quería hablar conmigo, no tengo derecho a prohibirle ver a Louis, ahora él sabe que tiene dos madres y eso es lo más hermoso, espero que Louis la escuché y no sea necio.—

—Se le hizo difícil enterarse el mismo día que su boda.— Asintió.

—Pero quería ser parte de su vida... Rubí quería ser parte de aquel momento feliz.—

—Exacto, en serio espero que Louis no cometa una estupidez.— Rieron.

—No lo hará.— Sonrió.—Bien, ahora vamos, haré el almuerzo, te quedas sentado mientras yo preparo el almuerzo.—

—Es un poco injusto, pero está bien.—

Se colocaron de pie, salieron de la habitación.

—¿Y ya sabes que son?— Negó.

—No, aún no, pero el doctor indicó que era más probable que fueran los cuatro niños.—

—Serán bien recibidos aquí.— Sonrió.

—Se que estos niños amaran a sus abuelos, son los mejores.—

—Sus padres son los mejores...— Fue interrumpida por un grito.

—¡Mami!— Se escuchó el grito de William. —¡Mami! ¡Mami!—

Harry corrió hacia los escalones, atrás venía Jay.
Al llegar su única prioridad eran sus hijos,

—¿Qué pasó?— Los buscó son su mirada, pero no lo veía.

—¡Mami!—

Llevó su mirada hacia atrás, William corrió hacia él, lo tomó en sus brazos.

—Ya mi amor, ya pasó ¿Si? Esta bien, estas bien.—

Acarició su espalda, William estaba temblando demasiado, se aferró a sus brazos, comenzó a sollozar.

La puerta se escucho abrir. Los guardias tenían a Bridget y al padre de William. Su pequeño elevó su mirada, comenzó a dar patadas.

—Amor, tus hermanitos...— Lo ignoró completamente.

—¡No! ¡No!— Gritó al verlo.

—Mi amor tranquilo.— Trató de bajar, lo tomó fuerte en sus brazos, pero fue imposible.

—¡No! ¡Déjame!—

Su pequeño zafó el agarre, cayó al suelo, aún así corrió como pudo al jardín, aún llorando.

—¡Que se larguen de aquí! ¡Ahora! ¡Es una orden!— Gritó corriendo hacia el jardín.

Buscó a su hijo con su mirada, al verlo escondido atrás de un arbusto suspiró, caminó lentamente hacia él.

—Mi amor, soy yo... No te haré daño, quiero hablar contigo.—

Al llegar, tomó asiento, William seguía negando.

—Mami, mi mami.— Murmuró llorando.

—Soy yo mi amor...— El pequeño elevó su mirada, sus ojitos azules estaban hinchados y rojos, tenía demasiadas lágrimas y se notaba el miedo. —Ven mi amor, no te haré daño ¿Si?—

William salió de su escondite, gateó hacia él, lo tomó en sus brazos, dejándolo en su regazo, su pequeño se aferró a su pecho.

—Mami...— Murmuró sin detener su llanto.

—Esta bien amor, está bien...— Acarició su espalda.

Poco a poco se quedó dormido, aún su cuerpo temblaba.

—Ya mi amor, tranquilo, tranquilo ya estás conmigo.— Le susurró, el pequeño comenzó a tranquilizarse. —Mami te protegerá.— Dejó un beso en su frente.

El cuerpo de su pequeño dejó de temblar. Elevó su mirada, Louis corría hacia él, al verlo suspiró, se agachó a su medida.

—¿Ya está mejor?— Asintió.

—¿Qué pasó, amor?—

—El padre biológico de William y Bridget lo querían secuestrar, querían pedir recompensa.—

—Que hijos...— El mayor negó.

—No, nuestro hijo aún puede escucharte.— Suspiró.

—Sí, perdón. ¿Ya están en la cárcel?—

—Evans se encargará de eso amor, tranquilo.—

—Esta bien amor, diles que no se preocupen, ellos no tuvieron la culpa.—

—Ya se los dije, aún así tenían miedo por William.—

—Iré a hablar con ellos, ¿Me puedes ayudar a ponerme de pie?—

—Esta bien amor.—

Lo ayudó a ponerse de pie con cuidado, caminaron hacia la sala, en donde Evans y Ashley estaban, Rubí, Jay y Darcy estaban en la habitación de juegos.

Llegaron a la sala, Louis y Harry tomaron asiento en el sofá.

—Oigan, gracias por cuidarlo, es algo que se escapa de las manos, no fue su culpa, fue de ellos.—

—Es que solo me imagino que hubiera pasado...—

—No, no lo hagas, William está aquí con nosotros, eso es lo importante, está aquí.—

—Haré todo lo posible para que vayan a la cárcel.—

—Gracias Evans.—

—Es lo menos que puedo hacer.—

—Ahora no sientan culpa, ellos son los únicos que tienen que pagar.— Asintieron sonriendo.

—Gracias.—

—No hay de que, gracias a ustedes por cuidar a mis pequeños.— Sonrió.

Darcy llegó corriendo a la sala, abrazó a Louis sonriendo.

—¡Te extrañe papi!—

—Yo te extrañe más mi princesa.— La alzó hacia arriba, la pequeña comenzó a reír.

—¡Arriba!— Rieron.

El timbre se escuchó.

Jay y Rubí caminaron hacia la puerta, después regresaron con Zayn, Liam, James, Sofía, Niall y Lucia.

—Hola ¿Y eso que están aquí?—

—¡Darcy!— Gritaron James y Lucia.

—¡Hola!— Louis la bajó de sus brazos, sonrió.

Abrazó a sus primos.

—Louis tenía que resolver todo con su madre, asi que más adelante nos iremos, es mejor estar en familia.— Sonrió viendo a Rubí y Louis, ellos sonrieron.

—Cierto, les presento a Rubí, mi madre biológica.—

Todos los chicos abrieron sus ojos al extremo.

—Wow... No sabía que eras adoptado.— Le dijo Ashley, Sofía y Zayn.

—Sí, en fin, ahora tengo a mis dos madres.— Ambas sonrieron.

—Y el amor de madre jamás se terminará.—

Louis caminó hacia Jay y Rubí, las abrazó, ellas correspondieron el abrazo.

Sofía y Harry sonrieron con lágrimas en sus ojos.

—Agradezco no tener esos cambios de humor.— Susurró Zayn, haciendo reír a todos.

—¿No los tienes?— Negó.

—No, lo único que este pequeño me da son antojos que ni siquiera me esperaba que existieran esas comidas.—

—Eso no tengo yo, lo único que aún me falta es eso, ya tuve náuseas matutinas, mareos, vómitos, cambios de humor... Me faltan antojos.— Rieron.

—Aún no.— Susurró Louis separándose del abrazo.

—Pronto.— Le dijeron ambas mujeres.

—Bien, ahora iremos a hacer el almuerzo.—

—Te acompañamos.— Dijo Rubí y Ashley.

—Yo...—

—No.— Interrumpieron todos a Harry.

—Pero...—

—No, tú debes descansar.—

—Esta bien.— Sonrió.

Se fueron a la cocina, las niñas se fueron a jugar, James se quedó con Zayn, quién tomó asiento al lado de Harry. Sofía tomó asiento a su otro lado.

—¿Y qué le pasó?—

—Su padre biológico y la ex de Louis lo querían secuestrar.— Murmuró.

—Ojalá se vayan a la cárcel, son un peligro fuera.— Asintió.

—Así será.—

—¿Dormirá?— Preguntó James viendo a William.

—Si mi amor, paso por un mal momento.—

—¿Puedo jugar después?—

—Sí pequeño, cuando despierte.— Acarició el cabello de James.

—Tío Harry... ¿Cuándo nacerán mis primos?—

—En algunos meses pequeño, faltan todavía.—

—¿Tu pancita va a crecer más?—

—Si amor, aún falta que mi pancita crezca más.—

—¿Muy grande?—

—Sí, muy grande.— Sonrió. —¿Cuantos meses tienes?—

—Cinco meses y medio.—

—¿Me llevas solo meses?— Asintió.

—Si, así parece.—

—¿Y tu?— Le pregunto a Sofía, quien estaba junto a Niall.

—Dos meses.— Asintieron.

—Quien se lo imaginaría, vendrían demasiados bebés.— Rieron.

—Más por Harry y Louis.—

—Exacto.— Sonrieron.

—¿No quieres ir a jugar amor?— Le pregunto Liam.

—No papi, espero a William, cuando despierte podemos jugar fútbol.— Evans sonrió.

—¿Quieres jugar fútbol?— Preguntó Evans. Asintió. —¿Vamos a jugar?—

—¡Si!—

—Vamos.— Lo tomó de la mano, junto a Sofía, Niall, Zayn y Liam salieron hacia el jardín.

—Vamos al jardín.— Asintió.

Se colocó de pie y caminaron abrazados hacia el jardín, Harry tomó asiento en el sofá que había cerca del campo improvisado de fútbol.

—¡Tío Niall! ¿No jugaras?—

—No veo por que no —

Niall, Liam y Zayn estaban jugando, Zayn estaba de portero, ya que no podía correr.

—¡Tío Louis ven a jugar!—

—Ve a jugar, tú amas el fútbol.— Le dijo Harry.

—¡Voy!— Corrió hacia el jardín.

—Iré por un vaso de agua ¿Quieres uno?—

—Si por favor.—

—Estas bien amor, estas bien.— Susurró acariciando su cabello.

—Mami...— Murmuró abriendo sus ojitos.

—Si amor, estoy contigo.— Sonrió levemente.

Se acomodó en sus brazos, lo abrazó fuerte.

—¿Cuándo regresaron?—

—Hace unas horas amor.— Asintió. —¿Quieres hablar cariño?— Negó.

—Aún no.— Susurró.—Tengo hambre.—

—¿Vamos por una pequeña merienda?— Asintió.

—Si mami.—

Se colocó de pie, Louis llevó su mirada hacia él, frunció el ceño.

—¡Tío el balón!— Le gritó James.

—Sí, perdón.— El menor solo sonrió y le dijo que estaba bien, Louis estuvo de acuerdo y corrió por el balón.

Caminaron hacia la cocina, en donde todos estaban hablando de las recetas.

—Hola, perdón ¿Hay alguna merienda?— Preguntó.

—¿No quieres fresa con chocolate?— Le pregunto Jay.

—¡Si abue por favor!— Sonrió.

—Yo preparó el chocolate.— Dijo Rubí.

—Gracias.—

—¿Tú quien eres?— Preguntó William viendo a Rubí.

—Mi amor es tu abuela, es la madre biológica de papi.— Susurró Harry.

—¿Papi si habló con ella?— Asintió.—Me alegro por él, tengo otra abuela, es emocionante.— Todos sonrieron.

—Así es cariño, pero si no te sientes cómodo puedes decirme Rubí.— Negó.

—Eres mi abue Rubí, mami tengo a mi abue Daniela, mi abue Marisa, mi abue Jay y ahora a mi abue Rubí.—

—Así es mi pequeño.— Sonrió.

Rubí le dio un plato con fresas con chocolate, William le agradeció y se dispuso a comerlas.

—¿Y a mi?— Su pequeño sonrió y llevó una fresa a la boca de su madre, Harry la recibió.

—¿Y a mi?— Louis abrazó a su esposo, sonrió.

—Para ti también hay.— Llevó una fresa a la boca de Louis, sonrió y lo recibió.

—Gracias mi amor.— Comió su fresa.

—¿Quieres aguacate en tu ensalada?— Le preguntaron a Harry.

—Sí por favor, solo para dos, para William y para mí, Darcy y Louis no comen.— Vieron al mayor, quién hizo una mueca de desagrado.

—Eso lo heredó de mi.— Susurró Rubí riendo.

—De lo que se pierden.— Negaron haciendo una mueca al ver el aguacate.

Todos rieron.

—¡Gol!— Se escuchó el grito de su hija y de Lucia.

Todos vieron la sonrisa de Louis, Harry hizo una mueca.

—Están dando pataditas.—

Todo corrieron hacia Harry, dejaron su mano en su vientre, en el cual fueron recibidos con pataditas.

—Van a jugar fútbol.— Susurró William.

—Ojalá amor.— Rieron.

Las heridas del pasado son irónicas, ahora sabía que así era.

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