Capítulo XLII
Libro cuatro: Inicio.
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La boda fue un éxito, la presa, las personas, la familia estaban impresionados de tan prestigiosa boda.
Ahora se encontraban terminando de despedirse en la mansión.
—Dejemos los regalos y cuando volvamos los abrimos.— Asintió.
—Si, está bien.—Sonrieron.
Se despidieron de la familia y de sus hijos, aunque a Harry le costó separarse de sus hijos.
—Tranquilo, nosotras los cuidamos.— Asintió.
—Y llámenme si se enferman.—Asintieron nuevamente.
—Ya hermano, ve nosotras cuidamos a los niños, ellos estarán bien.—Sus hijos asintieron.
—Ya está bien.— Susurró.
—Perdone usted no puede pasar, la boda terminó.— Fruncieron el ceño.
—Vayan con sus abuelas ¿Si?— Asintieron.
Harry y Louis caminaron hacia la entrada principal, en donde estaba un guardia.
—¿Qué pasó?— Preguntó.
—Esta mujer dice que necesita ver a su hijo.— Frunció el ceño.
—¿A quién?—
—A Louis.—
Harry abrió sus ojos al extremo, sintió como Louis apretaba su mano.
—Amor, creo que te dejaré hablando con ella...—
—No, yo no tengo nada que hablar con esta mujer.—
—Pero...—
—Sácala de aquí.— Le dijo al guardia.
—No vas a hacer eso.— Le dijo Harry.
—Ella no tiene nada que hacer aquí.—
—Esta bien, no quiero ocasionar problemas, mejor me retiro.—
—Por favor.— Fue lo único que dijo Louis.
Vio como la mujer se retiraba.
—En serio no tienes corazón.—
Soltó la mano de Louis, caminó detrás de la mujer.
—Oiga...—La mujer detuvo su paso.
—No quiero ocasionar problemas, perdón por venir así, solo tomé el impulso.—
—No, está bien, se que quería ver a su hijo.—
—¿Cómo sabes?—
—Leí la carta.—
—¿Te la dieron a ti?— Asintió.
—Sí, entendieron mal y yo leí la carta, se que fue difícil, pero aún no es tarde, tal vez perdió demasiados momentos, pero... Pueden llevarse bien.—
—Pensé que sabía que vendría.— Comenzó a llorar. —Perdí a mi hijo.— Susurró.
—No... ¿Cómo se llama?—Preguntó Harry acercándose a la mujer.
—Rubí Lewis ¿Y tú?—
—Harry Styles.—
—Un gusto, perdón por todo, no quiero que peleen, disculpa Harry, en serio...—
—No se preocupe, tengo que ir por su hijo terco, pero tenga mi número, si desea hablar con alguien, puede hablar conmigo... No le diré a su hijo si no tengo su autorización.— La mujer sonrió débilmente.
—Gracias Harry.— Sonrió y tomó la tarjeta de presentación.
—No hay de que...— Antes de hablar llegó un hombre a tomarla del brazo.
—Oye, me lastimas.—Susurró la mujer.
—Te prohibí venir aquí.—
—Esta bien.— Vio a Harry, aquellos ojos suplicaron ayuda.
—Guardias.— El hombre lo vio.
—Es mi esposa y yo decido que hace o no, no te metas en lo que no te importa.— Se llevó a Rubí, la mujer le dijo que no se preocupara.
Harry caminó hacia los guardias, les dijo que mantuvieran vigilado al hombre que se había ido, ellos estuvieron de acuerdo.
Entró a la mansión, toda la familia estaba en la sala.
—¿Y qué pasó?—
—Nada, era una mujer que me conoció hace años, amiga de mi abuela, vino para felicitarnos.— Mintió.
Todos le creyeron, sonrieron y estuvieron de acuerdo.
—Oh está bien, Louis está en la habitación terminando de llenar la última maleta.— Asintió.
—Esta bien ¿Y mis hijos?—
—En el jardín con Ashley y Evans.—
—Bien, iré a ayudar a Louis.—
Estuvieron de acuerdo, subió a la habitación, al llegar abrió la puerta, Louis tenía un cigarrillo en sus labios.
El menor suspiró y cerró la puerta, caminó hacia su esposo, le quitó el cigarrillo.
—No fumes, no nos gusta.— Murmuró.
—Perdón.— Susurró.
—Esta bien, ahora vamos.—
—¿Uh?—
—Vamos a la luna de miel que me prometiste.— Lo abrazó.
—¿No estás enojado?— Negó.
—Para nada amor, solo estoy emocionado por irnos de luna de miel.—
Se separó un poco, tomó la cintura de Harry, el menor sonrió y acarició su cabello.
—Vamos ¿Si?—
—Esta bien amor, vamos.— Sonrió.
Ahora sí, luego de despedirse de sus hijos, familia y amigos, salieron de la mansión, junto a sus maletas.
Llegaron al aeropuerto, esperaron su vuelvo, al ser llamado su vuelvo, subieron al avión.
Luego de varias horas de vuelo llegaron a Londres, ahora su esposo estaba conduciendo, eran las dos de la mañana del día viernes veintinueve de septiembre.
—¿A dónde vamos?— Pregunto por milésima vez.
—Ya llegamos.— Frunció el ceño.
—¿Qué hacemos aquí?—
Habían paredes altas rodeando la mansión y una puerta grande de barras de hierro, las puertas se abrieron, el auto avanzó, Harry iba frunciendo el ceño.
Estacionó el auto, bajaron de aquel.
La puerta volvió a cerrarse, Harry abrió sus ojos al extremo al ver la mansión, era demasiado grande, la mansión era de color blanco, puertas y ventanas color café.
Observó todo el lugar, había un gran jardín en el cual había: Columpios, una fuente, árboles, bancas de madera, mesa de vidrio con una sombrilla, las sillas de madera.
Había un camino de cemento en medio del jardín para las personas y un camino para el garaje.
Escalones que hacían camino hacia la puerta principal de la mansión.
—¿Te gusta?—Preguntó al ver a su esposo observando todo el lugar.
—Es muy linda.— Susurró.
Estaba observando la mansión por afuera, varias ventanas grandes con balcones, la puerta principal grande, todo era hermoso.
—Esto debe salir muy costoso ¿De quién es?— Sonrió.
—De nosotros, amor.—
—¿En serio?—Asintió. —Pero amor, esto te debió de costar mucho...—
—No importa el dinero.— Sonrió. —Y no discutamos por eso.—
—Tienes razón amor ¿Vamos?— Asintió.
Tomaron las maletas y entraron, Harry iba observando todo con mucha atención. Dejaron las maletas en la sala.
—Te daría un tour, pero es mejor empezar por la habitación.— Sonrió.
—Vamos amor.—
—Si.—
Corrieron hacia la habitación, al llegar Louis tomó a su esposo de la cintura, lo atrajo hacia él y comenzó a besarlo.
Entraron a la habitación sin romper el beso, Louis cerró de una patada, lo guío hasta la cama, subió a su esposo.
Harry observó la habitación sin separarse del beso.
Louis comenzó a besar el cuello de su chico, mientras que Harry soltaba suspiros.
—¿Adornaste la habitación?—
En la habitación estaba adornada con velas, pétalos de rosa que hacían un camino hacia la cama, y en la cama había, ya que ahora estaban ahí, un corazón hecho de platos de rosas rojas, en el balcón las puertas estaban cerradas.
—Si.— Sonrió.
—Eres tierno.—
Comenzó a desabrochar el pantalón de su esposo.
—Tu eres más tierno.— Se separó y sonrió.
—Bueno, ahora hazme el amor.—
Comenzaron a besarse apasionadamente, la ropa de ambos chicos salió de sus cuerpos.
En algunos minutos los gemidos, jadeos y gruñidos comenzaron, igual que las embestidas suaves y fuertes.
—Ma...s.—Logró vocalizar.
Comenzó a embestirlo fuertemente, tocando su punto dulce, haciéndolo gemir más fuerte.
El sudor caía de sus frentes, el placer recorría sus cuerpos.
—Amor, me voy...— Gimió.
—Yo igual, amor.—
Lo embistió más fuerte, su orgasmo llegó, se corrió manchando sus torsos, Louis se corrió en el interior de su esposo.
No se dejó caer, sonrió y comenzaron a besarse tranquilamente, con una mano acariciaba el vientre de Harry.
—Te amo.— Susurró.
—Yo más, mucho más.—
Salió del interior, cubrió sus cuerpos con las sábanas. Sonrieron mientras que acariciaban su vientre.
Poco a poco el sueño les fue ganado, se quedaron dormidos abrazados.
Harry se despertó en unas horas, eran las cuatro de la mañana, su teléfono estaba sonando, tomó la llamada y salió de la habitación.
Louis sintió como salió de la cama, frunció el ceño. Suspiró y trató de dormir, pero no lo logró.
Bufó, tomó una bata y se la colocó, caminó hacia el balcón, sacó una caja de cigarros que tenía en su maleta escondido.
Encendió el primero. Sus recuerdos pasaron por su mente, caminó hacia el interior de la habitación, tomó su teléfono y marcó el número de su madre.
—Hola cariño ¿No deberías estar en tu luna de miel?—
—Mamá no me siento bien. — Se sinceró.
—¿Qué pasó?—
—Mi madre biológica apareció ayer, me fue a buscar.— Un suspiro se escuchó.
—¿Hablaste con ella?—
—No, no quise.—
—¿Y por qué?—
—Mamá ¿Por que no me buscó antes? ¿Por que hasta el día más importante de mi vida?—
—Tal vez porque ella quería formar parte del día más importante de tu vida y no quisiste escucharla.—
—¿No te molesta si hablo con ella?—
—Mi amor, eres mi hijo, pero se que tienes otra madre y está bien, ella te dio la vida, y yo estoy muy agradecida por eso. Es tu madre biológica, tiene derecho también, pero... Ya no eres un niño, ya eres mayor y sabes que es lo que más te hace feliz, ahora sí quieres escucharla está bien, busca tu felicidad pequeño, ella tiene derecho, nunca cuestiones las acciones de una madre.— Suspiró.
—Gracias mamá.—
—No hay de que mi amor, ahora busca tu felicidad y ve a disfrutar tu luna de miel, te amo mucho.—
—Te amo más mamá, gracias, nos vemos en una semana.—
—Con cuidado, saludos a mi yerno y a mis nietos.—
—Adiós mamá.—
Terminó la llamada, suspiró y le dio una calada a su cigarro.
Aunque luego lo apagó, caminó hacia el interior de la habitación, tomó de su maleta su atuendo, caminó hacia el servicio, tomó un baño.
Al salir Harry estaba dormido, sonrió y caminó hacia la cama, secó su cabello y dejó la toalla en el cesto de ropa sucia, se acercó a su esposo, dejó un corto beso en su frente.
Atrajo su teléfono hacia él, comenzó a revisar sus redes sociales. Hasta que una llamada llegó.
—¿Hola?— Preguntó.
—Felicidades por tu estúpida boda, en serio quería que te casaras conmigo.—
—¿No te cansas, Bridget?—
—Te tienes que hacer cargo de mi hijo Louis, no puedes preferir los de tu esposo, porque a dónde se, no son tuyos.— El mayor suspiró.
—¿A qué quieres llegar? ¿Qué quieres?—
—Puedo decirle a la prensa que el hijo que espero es tuyo, tu esposo quedaría como el amante...—
—Que sea fácil... Le hacemos una prueba de ADN...—
—¡Es tu hijo!—
—Bien, es mi hijo... Pero necesito una prueba de ADN, si es o no es... Me haré cargo, te daré una mensualidad...—
—Cuando regreses hablamos, ¡Solos!— Elevó el tono.
—Solo deja de joderme.— Terminó la llamada.
—¿En serio le darás una mensualidad?— Llevó su mirada hacia Harry, quién lo estaba viendo.
—No.— Dejó su teléfono en la mesita de noche, acarició el brazo de Harry. —No lo haré, pero quiero terminar con esto, ya me aburrió.— El menor asintió.
—Esta bien, espero esa mujer no haga nada en tu contra...—
—También espero eso, pero mientras a ustedes no les hagan daño, está bien.—
—Me importas tú también.—
—Importas más tu y nuestros hijos.— Negó.
—Me importas tú también, sin ti no somos una familia.— Acarició su mejilla.
—Bien amor, tendré cuidado.— Se acercó a él.
Unió sus labios en un tierno beso.
—Vamos a desayunar ¿Si?—
—¿Qué tienes?— Le preguntó Louis.
—¿De qué?—
—No se... Estas triste.—
—Aun no se porque no seguiste psicología, eres tan bueno...— Tomó una pausa.—Para la psicología también...— Louis comenzó a reír.
—Controla tus hormonas.— Sonrió.
—Lo se.— Iba a salir de la cama. Pero lo tomó en sus brazos.
—¿Qué tienes?—
—Hable con tu madre... Oh bueno con Rubí.— Frunció el ceño.
—¿Así se llama?— Asintió.—¿Y que pasó?—
—No sé si quieras... Pero deberías escucharla, no quiero que discutamos por ese tema...— Louis interrumpió.
—Hablaré con ella...—
—Por eso no quería decirte nada de eso, pero me entregaron una carta, que ella te envío...— Se detuvo.—¿Qué?— Preguntó viendo los ojos de su amado.
—Hablaré con ella, pero ¿Qué carta?—
—No, nada.—
—¿Qué carta?—
—Bueno, es que envió una carta, en donde explicaba que llegaría el día de ayer, entonces la leí porque dijeron que mi madre lo había enviado, la confundieron, pero explica todos los motivos.—
—¿Puedo leerla?—
—Sí, está bien.— Salió de la cama, tomó una bata y caminó hacia su maleta, sacó la carta, caminó hacia la cama y se la entregó a Louis, el mayor le agradeció.
Abrió la carta y comenzó a leer.
Harry tomó un baño, al salir Louis tenía el teléfono de su esposo en sus manos.
—¿Estas bien?— Preguntó dejando la toalla en la cesta.
—Si...—
—¿Qué paso? ¿Quieres hablar?— Suspiró profundamente.
Examinó el rostro de su esposo, el cual estaba sin expresión alguna.
—¿Te llamó Rubí?— Asintió.
—Si.— Suspiró.
—¿Qué pasó con ella?—
Caminó hacia la cama, al llegar lo abrazó, el mayor correspondió el abrazo.
—¿Qué te dijo?—
—Me felicitó.— Se separó del abrazo.
—¿En serio?—Asintió. —¿Qué le dijiste?—
—Nada, ya que mi supuesto padre dijo que no podía comunicarme con ella, porque para los dos estaba muerto desde hace años.—
—Amor...— Interrumpió.
—No tienes que decir nada, estoy bien.— Sonrió.
—¿Seguro?— Asintió.
—Si, gracias por escucharme.— Dejó un corto beso en los labios de su esposo.
—No hay de que, aún así si quieres hablar con tu madre biológica, hazlo.— Sonrió.
—Si, bueno pensaré en eso.— Asintió.
—Esta bien cariño...—
—Me llamó de tu teléfono...— Sonrió.
—Si, le di mi número ayer, hace rato charlamos un poco y así...— Alzó los hombros.
—¿Qué te dijo?—
—Hmmm... Si quieres saber, pregúntale a ella, ella te dará todas las respuestas que desees.—
—¿Puedo llamarle de tu teléfono?— Sonrió y asintió.
—Si mi amor, solo déjame escribirle para que no tenga problemas.— Asintió. Harry le envío un mensaje a Rubí si estaba libre, ella contesto que si, que si pasaba algo, Harry la llamó.
—Hola Harry, disculpa que hace rato llamé, pero necesitaba preguntarte si mandaste a unos guardias...—
—Hola Rubí, uh si envié a unos guardias, ayer no me dio confianza su esposo y bueno quise prevenir.— Louis lo abrazó igual que un pequeño niño buscando ayuda. El menor sonrió y acarició su cabello.
—Muchas gracias, en serio no debías... No quiero causar problemas.—
—Para nada, pero... ¿No la ha golpeado?— Louis frunció el ceño y elevó su mirada.
—No, no, solo me jaloneo, pero todo bien.—
—¿Quién le pegó?— Preguntó Louis.
—¿Mi hijo está escuchando?— Harry sonrió.
—Si, quiere hablar con usted...—
—¿En serio?— En la otra línea se escuchó un llanto de alegría.
—Si Rubí, Louis quiere hablar con usted.— El mayor suspiró.
—No me lo esperaba, justo te llame para preguntarte hace unos minutos, pero Louis contestó, le dije que felicidades, pero llegó él...—
—No se preocupe, aquí está Louis.—
—Esta bien, gracias Harry.—El mayor se acomodó, recostó su cabeza en el pecho de su esposo, así acarició el vientre del menor.
—Bien, se lo comunico.— Le dio el teléfono a Louis, al cual le temblaba la mano, suspiró profundamente, abrazó fuerte a su esposo, Harry sonrió y acarició el cabello de Louis.
—Si, está bien, gracias Harry.— Louis suspiró antes de hablar.
—Hola.— Apenas salió por su garganta aquella frase, sentía que quemaba.
—Hola Louis, perdón por todo, se que te debo explicaciones y te las daré, pero me gustaría que fuera en persona.— El mayor suspiró profundamente.
Harry suspiró, dejó a Louis en la cama y corrió hacia el servicio, el mayor suspiró.
—Tome un vuelo a Canadá...—
—¿Qué?—
—Lo que dije, tome un vuelo a Canadá, nosotros viajaremos para allá, yo me comunico con Marisa, ella la podrá guiar.—
—Louis, yo no tengo dinero...—
—No importa, yo lo pago, solo necesito saber la verdad.—
—Pero... No puedo, él puede encontrarme.— El mayor frunció el ceño.
—¿Quién? ¿Mi padre biológico?— Preguntó.
—Si, él.—
—¿La golpea?—
—No es apropiado tener esta conversación por teléfono.—
—Pero... ¿Sufre violencia?— Suspiró.
—Si, pero...—
—Nada, ese señor no tiene derecho a hacerle daño...— Interrumpió.
—Louis, por favor...—
—No, ese señor le está haciendo daño, no voy a permitir eso.—
—Hijo por favor...— Louis sintió una presión en el pecho al escuchar "Hijo"
—No, ese señor le hace daño, y no creo que sea hasta ahora... Debe venir de años.—
—No te preocupes, ahora mejor se feliz con tu esposo...—
—Lo estás justificando.—
—No Louis.— Una voz se escuchó en la otra línea... —¡Deja de llamarlo! Él ni siquiera te quiere, solo siente lástima por ti...—
—¡No! No es cierto.— Gritó Louis al escuchar la pelea de la otra línea, en serio le preocupaba Rubí.
Se escuchó cosas cayendo, hasta que el teléfono se escuchó caer.
—¡No! ¡Mamá!— Gritó desesperado, pero la llamada termino, sintió como Harry lo abrazaba.
—Tranquilo, tranquilo.— Susurró.
Louis se aferró a los brazos de su esposo.
—¿Sufre maltrato?—
—Si amor, Rubí lastimosamente no ha logrado salvarse de su esposo, hace años se fue... Pero la encontró y casi la mata a golpes.— El mayor suspiró.
—No sabía...—
—Esta bien amor, tranquilo...— Un mensaje llegó, Rubí dijo que estaba bien, pero su esposo se quedaría para vigilarla.
Harry le contestó que cuando pudiera le llamara, la mujer estuvo de acuerdo.
—Ella esta bien.— Susurró.
—No lo creo, mandaré a que la cuiden.— Susurro.
—Ya unos guardias la están vigilando, no te preocupes.—
—Gracias... Pero ahora vamos, no has desayunado, le puede hacer daño a los bebés.— Asintió.
—Esta bien, vamos a desayunar.— Asintió.
Caminaron abrazados hasta la cocina, la cual era demasiado grande.
—Wow...— Murmuró.
—Sabia que te iba a gustar.— Sonrió.
—Me encanta, amor, todo es hermoso.— Examinó toda la cocina.
—Si quieres remodelar la mansión tienes todo el derecho, sabes que yo no le se a eso.— Rieron.
—Te quedó hermoso, aún no lo remodelaré.— Sonrió.
—Esta bien, cariño.—
Acarició las manos de su esposo.
—Ahora, déjame hacerte el desayuno.— Sonrió.
—¿Tú?—
—Si, bueno serás mi asistente.— Rieron.
—Esta bien amor.—
Hicieron el desayuno entre risas y besos, al terminar degustaron del platillo.
No amas a través del corazón, tu amas a través del cerebro.
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