Capítulo 41

-POV Ruben-
Desperté con la tenue luz del amanecer colándose por las cortinas del hotel. Me giré en la cama, buscando a Tn___, pero su lado estaba vacío y frío. Sentí una punzada de inquietud en el estómago. Quizás había salido temprano para resolver algo sobre la vestimenta de los premios, pero algo no cuadraba ya que me hubiese avisado. Tomé mi teléfono y la llamé. Una, dos, tres veces. Ninguna respuesta.

Mientras consideraba salir a buscarla, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Cuatro hombres vestidos de negro entraron sin mediar palabra, más bien parecían guardaespaldas. Comenzaron a rebuscar en la habitación, tirando cajones y abriendo armarios. No me prestaban atención, como si no existiera.

—¡Oigan! ¿Qué diablos están haciendo? —grité, poniéndome de pie.

Uno de ellos, un tipo robusto con gafas de sol, se giró hacia mí y, antes de que pudiera reaccionar, dos de ellos me sujetaron con fuerza, inmovilizándome.

—¡Suéltame! —luché contra su agarre, pero era inútil.

Los otros dos siguieron recogiendo lo que claramente eran las pertenencias de Tn___. Su ropa, su maquillaje, incluso sus documentos. Mi corazón latía con fuerza, la preocupación crecía con cada segundo.

Finalmente, uno de ellos sacó un teléfono y me lo mostró. En la pantalla apareció el rostro severo del padre de Tn___.

—Rubén —dijo con su voz grave y autoritaria—, Tn___ está bien, pero la he encerrado por su propia seguridad. Te aconsejo que te alejes de ella por el bien de ambos.

—¿Encerrada? —mi voz salió más alta de lo que pretendía—. ¿Qué le has hecho? ¡Déjala en paz!

El hombre en la pantalla levantó una ceja, visiblemente molesto por mi tono.

—No entiendes la gravedad de la situación, Rubén. Ella es mi hija y haré lo que sea necesario para protegerla, incluso de ti.

—¿Protegerla? ¡Estás loco! —luché nuevamente, pero los guardaespaldas me apretaron más fuerte—. Ella no necesita protección de mí. Tú eres el que la está lastimando, controlándola, robándole su libertad.

El padre de Tn___ dejó escapar una risa fría.

—Estás en una posición peligrosa, Rubén. Uno de ustedes saldrá herido si insistes en seguir con esto.

—¿Es una amenaza? —gruñí, sintiendo la ira burbujear dentro de mí—. No dejaré que le hagas daño a Tn___. La amo.

—Lo tomo como una advertencia —respondió calmadamente—. Mantente alejado de ella o ambos sufrirán las consecuencias.

La llamada se cortó abruptamente. Los guardaespaldas me soltaron y, sin decir una palabra más, comenzaron a dirigirse hacia la puerta. Al pasar, uno de ellos recogió el vestido negro que Tn___ había dejado cuidadosamente sobre la silla la noche anterior. Casi como una súplica, extendí la mano.

—No se lleven eso, por favor.

El guardaespaldas me ignoró y se llevó el vestido junto con las demás pertenencias. Salieron de la habitación dejándome solo, destrozado.

Me desplomé en la cama, la cabeza daba vueltas. Tn___ estaba en peligro, y yo no podía quedarme de brazos cruzados. Sabía que tendría que actuar rápido, encontrar una forma de liberarla. La promesa de su padre resonaba en mi mente: "Uno de ustedes saldrá herido".

Entonces, recordé algo. Antes de que Max se fuera de viaje, había instalado un rastreador en el teléfono de Tn___. Me levanté de golpe y tomé el teléfono, llamándolo rápidamente. Contestó después de unos tonos.

—Rubén, ¿qué pasa?

—Max, es urgente. Tn___ ha sido secuestrada por su padre. Necesito saber dónde está.

Max se quedó en silencio unos segundos, procesando la información.

—Voy a revisar el rastreador. Dame un momento.

Esperé, el corazón latiendo con fuerza. Finalmente, Max volvió a hablar.

—La señal indica que está en una mansión a las afueras de la ciudad, en una zona bastante aislada. Te enviaré la ubicación exacta.

—Gracias, Max. Esto cambia todo. Tengo que ir a buscarla.

—Pon el freno, Rubén. Su padre no es alguien con quien se deba jugar. ¿Qué tal si planificamos esto con cautela?

—¡CARAJOS MAX! ¿Crees que voy a estar tranquilo? Yo he visto lo que su padre es capaz.

—Te entiendo, pero si no hacemos esto bien, el que va a terminar en la cárcel eres tú por imbécil. ¿Qué tal si tomo un vuelo hacia donde ustedes y planificamos algo? Sé que me odias, pero hay que trabajar en equipo.

—Está bien.

Colgué y miré la ubicación en el mapa. Respiré hondo, sabiendo que tendría que cambiar mis planes y actuar rápido. Tn___ contaba conmigo, y no pensaba fallarle. Las horas pasaban y yo caminaba de un lugar a otro. Por más que pensaba, no podía armar un plan que pudiese funcionar. Tn___ aún no me respondía el teléfono, con lo que sopesé que se lo quitaron.

Toc toc toc

El sonido de la puerta al ser tocada me interrumpió y corrí mirando por el pequeño agujero, notando que era Max.

—¿Tienes algún plan? —Fue lo primero que se me vino a la mente.

—No. Pero no vas a creer lo que me acaba de llegar en la computadora. —Max entró a la habitación dejando sus cosas a un lado y poniendo la computadora encima de la pequeña mesa. Abriendo la compartidura, vi que era un video.

—No me digas que Tn___ captó algo. —Pasé las manos por mi cabello en desesperación ante el video que duraba aproximadamente treinta minutos.

—¿Estás seguro de que lo quieres ver? —Me preguntó Max y me quedé unos minutos pensando.

Finalmente, asentí con la cabeza, mi curiosidad y preocupación superando cualquier otra emoción. Max dio play al video. La conversación empezó de manera tranquila y poco a poco el video se iba tornando peor. Mi sangre hervía cada vez que alguien posaba una mano sobre Tn___ y más saber que eran muchos contra uno hasta que mi habitación se tornó en gritos de Tn___ pidiendo ayuda. Ayuda en la cual nadie se lo iba a brindar en ese instante. Me sentía inútil saber que estaba durmiendo mientras esto sucedía y al final el video termina ella siendo encerrada en la habitación.

—Rubén —comenzó, su voz temblando—, si estás viendo esto, significa que mi padre se está saliendo con la suya. Estoy bien, pero no sé por cuánto tiempo. Por favor, no vengas a buscarme solo. Es peligroso. Prométeme que tendrás cuidado. Vamos a salir de esta.—Sonríe ella sutilmente viendo en sus ojos que a pesar que estaba en una mala situación tenía esperanzas.

Mi mandíbula se apretó al ver su sufrimiento, y las palabras de advertencia de su padre resonaron en mi cabeza.

—Tenemos que hacer algo y es ya.

Max asintió, entendiendo mi determinación.

—Lo sé, pero necesitamos un plan sólido. No podemos enfrentarnos a su padre sin estar preparados. Dejemos que te ayude a planificar esto.

Miré el video una vez más, decidido a salvar a Tn___, sin importar los riesgos.

Juntos, Max y yo empezamos a diseñar una estrategia, conscientes de que solo teníamos una oportunidad para hacer esto bien. Mientras discutíamos los detalles, sentí una chispa de esperanza. No iba a permitir que el padre de Tn___ ganara y este iba a pagar de la manera más cruel posible.

Flashback
—¿Y qué tenías pensado? —preguntó Tn___, colocando su cabeza en mi brazo.

—Quería crear un plan para poner a tu padre entre la espada y la pared. Buscar una forma en que tu padre, por sí mismo, muestre lo que realmente es y enseñarlo al mundo. Lo único es que ese plan conllevaría a...

—Revelar mi rostro —completó Tn___ mi oración y la miré, asintiendo, sintiéndome un poco decepcionado.

—No tengo otra idea por el momento.

Un silencio se creó en la habitación ante la idea que había estado planeando para detener a su padre. Honestamente, sacrificar su anonimato daría un giro grande a su vida, ya que todo lo que consideraba normal no lo podría hacer, sería arrebatado por la fama. Una vida en la que no pudiera ir a la esquina sin que alguien la siga es algo que nunca había deseado. Sin embargo, una vida en la que no pueda avanzar como una persona normal y ser oprimida por su padre es algo mucho peor. ¿Qué tenía que perder si su rostro se revela ante el mundo? Actualmente, creo que nada.

—Prométeme algo —rompió el silencio, llamando mi atención—. No tengo problema con revelar mi rostro, ya que no perderé nada, honestamente. Pero prométeme que estarás conmigo en ese momento —alzando su dedo meñique para cerrar nuestra promesa, rápidamente junté mi meñique con el suyo.

—Estaré contigo desde el comienzo hasta el final, Tn___. —La abracé lentamente, sintiendo su fragilidad y fortaleza al mismo tiempo—. Sabes que haré todo lo posible para que seas libre y disfrutes tu vida al máximo, sin restricciones ni preocupaciones.
Fin del Flash Back

—Creo que tengo una idea Max.

La liberaría, costara lo que costara.

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