02 | Confrontación

Jisung se colocó un poco de labial balsámico, antes de recoger a sus hijos a la escuela, sus ojos viajaron hacia una fotografía colgada en su espejo. Era la foto de su boda con Minho, en ella se podía apreciar como el omega sonreía con extrema felicidad, mientras su alfa solo tenía una cara sería, y sus ojos eran fríos y sin brillo.

Amargamente, Jisung sabía, el por qué.

El día que se suponía ser el más feliz de su vida, paso a convertirse en el peor día de toda su vida. No era para nada tonto u estúpido, para no darse cuenta que Minho tenía un amante. Otro omega el cual compartía casa chica, la tristeza que sintió se convirtió en una rabia imaginable.

No tardó en descubrir quién era el amante de su esposo, su coraje y odio crecio cuando supo de quién se trataba.

Lee Félix era el amante de Minho por tres años, mientras ellos tenían su compromiso. Jisung pueda recordar muy bien, que casi sufre una perdida al enterarse de la noticia. Después de todo, el omega tenía una amenaza de aborto debido a que su cuerpo todavía no alcanzaba la adultez para cargar con una vida en su vientre. Por poco pierde a Yeji.

Agradece enormemente que su madre y suegra llegaron a tiempo, para llevarlo al hospital y detener el sangrado que salía en su zona. Mierda, de solo recordarlo le entraban unas ganas horribles de soltar en llanto, por culpa de esos dos, Jisung casi perdía a su niña.

Fue una sorpresa enterarse el mismo día que esperaba gemelos, según su ginecóloga, solo era un bebé que cargaba en su barriga, nunca espero enterarse que era otro niño que estaba dentro de él. Sin embargo, el doctor Park le informo que era demasiado común que uno de los bebés se escondiera.

Jisung estaba eternamente agradecido con el médico familiar, por haber salvado la vida de su hija.

Un mes después del nacimiento de Yeji y Hyunjin, Jisung confronto a Minho.

No le bastaba con tener un amante, ahora también lo dejo embarazado de un bastardo, que tarde o temprano podía arrebatarle su herencia a sus cachorros.

«¡No fue suficiente con hacerme sentir miserable el resto de mi vida por tu maldita infidelidad, Ahora pretendes tener un bastardo que puede quitarle todo lo que le pertenece a tus hijos!»

Su resentimiento llenaba día a día su corazón, y el amor que sentía hacia el alfa que le juro fidelidad en el altar, se convertía en odio puro. Un odio que provocaba los miedos en él, porque nunca fue de esas personas tan rencorosas.

Pero se trataba de una infidelidad, una falta de respeto. A él, a sus hijos, su dignidad. Orgullo, y reputación.

Inmediatamente, Jisung tuvo que consultar al abogado de su familia.

— Mi marido tiene un amante, para mi mala suerte está embarazado.

— Efectivamente eso es un gran problema — le dijo Choi Siwon. Ambos estaban sentados en la mesa que daba al jardín, Jisung amamantaba a su hija de tres meses, mientras Hyunjin dormía en la carriola.

— No quiero que su bastardo herede nada — gruñó, con fastidió —, mis hijos están en la línea de sucesión para heredar las empresas de la familia Lee, no quiero que ese niño y ese prostituto tengan un solo centavo de la herencia de mi esposo.

— Entiendo ese punto, Jisung — Siwon entrelazó sus dedos, recargandose en su silla —. Pero debes de saber, que el proceso de la herencia y línea de sucesión lo decide el alfa.

— Le dí dos herederos — respondió cortante —. Ambos niños son alfas.

El alfa suspiró, el hijo de su amiga era demasiado terco.

— Para lograr que Minho quite de la herencia a ese niño, debe nombrar a Yeji y Hyunjin como sus apoderados. No solo esos niños quedarán como sus representantes a más futuro, todas las personas de clase alta, verán que tus cachorros son dignos de llevar el apellido Lee en alto. Considerando que ambos son alfas. Lo que ya es un logro.

Acaricio los suaves cabellos de su bebé, escuchando atentamente las palabras del abogado de su madre.

— ¿Solo debo hacer que mi esposo haga un testamento para nombrar a mis hijos sus
únicos herederos? — preguntó, arqueando una ceja.

— Correcto — Siwon asintió —, pero debes hacer que el padre de Minho lo presione
bebió su taza de café —, si quieres proteger el derecho de nacimiento de tus bebés, habla con Ji-cheol, estoy completamente seguro que tu suegro hará que su hijo haga un testamento y lo firme. Así dejaras al hijo ilegítimo de tu esposo fuera de la herencia — explicó sin dar detalles —. Un omega hace todo lo posible para proteger a sus cachorros, en especial cuando una amenaza grande se acerca, en nuestra sociedad, todo cachorro ilegítimo es considerado un pecado.

Bufó, con total fastidio ante las palabras de Siwon, pero tenía razón.

— Hare lo necesario para proteger a mis hijos.

— Lo se — contestó el alfa —, sigue mi consejo, Jisung. Habla con tu suegro, cuéntale tu situación, y haz que haga un documento para que tú alfa lo firme.

Jisung únicamente asintió, finalizando la conversación.

— Todo esto lo hago por ustedes — susurró para sí mismo, tomando la fotografía de sus tres hijos juntos —, nadie les quitará lo que les pertenece. Absolutamente nadie.

«Me encargaré personalmente, que ustedes sean los herederos de su padre, y no esos bastardos» pensó.

— Ningún bastardo le quitará lo que por derecho la pertenece an mis hijos.

Niki tomo la mano de sus dos hermanos mayores, a la vez que lo alzaban haciendo que el niño soltara unas carcajadas. La escena era una bastante tierna y encantadora, eran solo dos hermanos jugando con el más pequeño de la familia Lee.

— Uno, dos y ¡tres! — nuevamente fue alzado, los tres hermanos soltaron rieron divertidos.

Oyeron el claxon de una camioneta, los tres sonrieron, sabiendo perfectamente quien era, corrieron en cuanto vieron a su papá omega bajando de la camioneta, Jisung abrazó a sus pequeños.

— Hola pa — saludó con un beso en la mejilla, Lisa.

— Hola, cariño — devolvió esa muestra de afecto, luego apretó la mejilla de su hijo varón, Hyunjin soltó una mueca —. ¿Que tal la escuela?

— ¡Bien, papi! — respondió por los tres, Niki —, tengo una compañera nueva, su nombre es Somin.

— ¿Así?

— Nosotros también tenemos un compañero nuevo — se metió su hija mayor —, su
nombre es Jeongin.

— Lo más raro es que tiene el mismo apellido que nosotros — terminó de decir su
segundo hijo sin mucha importancia.

— ¿Qué? — su corazón latió eufórico, como si la noticia fuese una broma.

Ante el extraño comportamiento de su padre omega, la alfa mayor supo inmediatamente que algo pasaba, por lo que decidió jugar un poco con la mente de su padre.

— Si, su nombre completo es Lee Jeongin — continuó ella por su gemelo —, apenas lo aceptaron.

— ¿C-Como? ¿Se supone que el colegio ya no acepta a alumnos a mitad del semestre?

— La maestra Lim dijo que el consejo estudiantil abolió esa regla — Jisung parecía que le iba a dar un infarto, debido a la respuesta de su hijo —, eh, lo más raro es que nos dirigió una mirada indiferente a mi y Yeji.

— Un poco extraño a decir verdad — subieron a la camioneta —, como si nos odiara.

Sus dedos se tensaron contra el volante, apretando sus dientes, disimulando la rabia que estaba creciendo dentro suyo.

— ¿Papi, estás bien? — la voz de su bebé Niki lo saco de sus pensamientos —, no me gustan tus feromonas — frunció el ceño.

Sus dos hijos también fruncieron el ceño, Jisung tuvo que inhalar profundamente para calmar sus nervios.

— ¿Te sientes bien, papá? — preguntó Hyunjin verdaderamente preocupado por su estado.

— Estoy bien cielo — sonrió —, nada más son los nervios, el próximo desfile de modas se acerca, y eso me pone inquieto.

— Lo harás bien — habló Yeji —, ya has triunfado en otras ocasiones.

— Tienes razón — dio una calidad sonrisa —, ¿les parece ir por un helado? Se lo merecen por ser buenos niños — cambio de tema.

— ¡Yo sí quiero! — exclamaron Hyunjin y Niki atrás de sus asientos, mientras el omega ponía algo de música.

Yeji por una parte, comenzó a sospechar que algo no cuadraba en su entorno familiar.

Incluso notaba aquella mirada tan seria y fría de su padre omega, y el repentino cambio de conversación.

Oh, pobre niña, si tan solo supiera que su familia guardaba muchísimos secretos que poco a poco se están saliendo de la caja de pandora.

La noche se llegó en un abrir y cerrar de ojos, y la familia Lee cenaba tranquilamente junto con el alfa, quién miraba con extremo orgullo a sus hijos, a su lado, estaba su pareja omega, matándola con la mirada.

— Hoy hice una amiga nueva papi — contó el menor masticando un trozo de carne.

— Cariño, no se habla con la boca abierta — regañó suavemente Jisung.

— Deja al niño ser, cielo — defendio Minho, a la vez que él también se llevaba un pedazo de carne a la boca —, ¿como es tu nueva compañerita, Niki?

— ¡Muy bonita! — exclamó con un pequeño sonrojo, sus hermanos rieron enternecido —. Se llama Somin.

Ante el repentino nombre de la niña, Minho bajo el tenedor y miro con sorpresa a su hijo. Esto pasó desapercibido por los mellizos.

Pero, para Jisung no.

— ¿S-Se llama Somin?

— Sipi — respondió —, lo más extraño es que se apellida igual que a mí, Lee Somin, a veces jugamos a que somos hermanos.

Un carraspeo se escuchó en la mesa, haciendo que los mellizos dejarán de hablar para ver a su padre omega.

— No deberías jugar con esa niña de esa manera, Niki — dice Jisung cortando su carne de manera elegante —, tus únicos hermanos son Yeji y Hyunjin, nada más ellos, ¿entendiste? — más que una aclaración, fue un reproche.

Niki ladeó su cabeza, un tanto confundido, pero asintió volviendo a comer sus verduras, Minho frunció el ceño, y le lanzó una mirada furiosa disimulada a su esposo. Por supuesto, Jisung ignoro esto, no queriendo dar más vueltas al asunto.

La cena transcurrió de una manera bastante tensa —a criterio de Yeji—, pero nadie volvió a entablar una conversación. Llegada la noche, cuando se suponía que la familia Lee debería estar dormida, la alfa mayor camino por el pasillo de la casa en busca de un vaso con agua, tenía mucha sed, pero sus pasos pararon al escuchar las voces de sus padres del otro lado de su habitación.

No es que Yeji fuese chismosa, pero para ella, era raro que sus papás pelearán sin razón alguna. Osea, si había veces en las que peleaban pero eran por cosas muy pequeñas e insignificantes. Tampoco les tomaba tanta importancia. Su propio padre omega una vez se lo dijo "No te metas en peleas de adultos". Por lo que, a criterio de ella, escucho la discusión de sus padres, poniendo una oreja en la puerta de madera.

¡Dime la verdad, Minho! — la voz del omega sonaba furiosa —. ¿Estuviste de acuerdo con esta maldita decisión?

Yeji frunció el ceño. ¿Qué decisión hablaba su papá?

— ¡Por dios, Jisung! ¿como puedes creer eso de mi?

Crees que después de lo que paso, ¿puedo confiar en ti? — Jisung se cruzó de brazos —, ¿debo creerte? Aún sabiendo tu estúpido secreto — dijo entre dientes.

Por supuesto, Minho no dijo nada, no pronunció ninguna palabra, únicamente se quedó en silencio, deshaciendo el nudo en su corbata. Yeji por otra parte seguía confundida, sabía de antemano que su familia en si, no guardaba secretos, pero que su padre tuviera uno le era sumamente extraño.

Por qué se supone que entre familias no debería haber secretos, ¿verdad?

El alfa soltó un bufido, furioso. Dejando su corbatín en la mesa, mirando con ojos fríos
a su omega.

— Nunca estuve de acuerdo, puedes creerme o no, pero jamás acepte esto.

La mano de Jisung comenzó a temblar, pero guardo la compostura.

— Ya es bastante humillante el hecho de que tengas casa chica — Yeji entre más escuchaba la conversación, más y más se confundía —. ¡Y más cuando ese bas-!

Yeji retrocedió cinco pasos atrás, al escuchar un golpe, llevando su mano a la boca para no gritar y levantar sospechas de que estaba ahí, por lo que salió corriendo directo a su habitación. Olvidándose por completo de su bebida.

Al otro lado de la habitación, Jisung acaricio su mejilla hinchada y adolorida, sus ojos expresaban rabia, dolor, pero sobretodo tristeza.

— En tu vida vuelvas a decir esa palabra delante de mi — murmuró con frialdad —, porque me vas a conocer, Jisung — aquello fue una advertencia —, está confrontación llega a su fin. Adiós.

Minho salió de su residencia, en plena noche, dejando a su omega completamente enojado, con mucho resentimiento. Con ganas de seguir con esa discusión.

— Desde hace mucho tiempo debí deshacerme de ese prostituto y sus bastardos —habló entre dientes, dejando salir sus lágrimas —. Minho, te juro que me las vas a pagar.

No dejaré que tus bastardos le quiten an mis hijos su herencia.

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