01 | Sospechas

La preparatoria Dwight School Seoul, sin duda era una de las mejores instituciones escolares en toda Corea del Sur, pues siempre mantenía sus puertas abiertas para cualquier estudiante sin importar su estatus social, contando con las mejores instalaciones, laboratorios y talleres para el desarrollo en sus estudiantes.

Sentada cómodamente en su butaca, cruzada de piernas, con su cabello recogido en un cebolla, y con su uniforme impecable, Lee Yeji se encontraba leyendo tranquilamente su libro, mientras su hermano gemelo Hyunjin, mantenía una plática con sus amigos.

— Yeji, ¿quieres ir con nosotras al centro comercial luego de clases? — preguntó Minju, una de las mejores amigas de Yeji.

— Me encantaría ir, Minju — Yeji levanto la vista de su lectura, para ver a su amiga —, pero hoy no puedo, tengo muchas cosas que hacer, además, hoy la abuela vendrá a mi casa a cenar con nosotros, y como siempre mi padre no estará — comentó recargandose en su escritorio.

— Nada nuevo — Yuna venía entrando, a su lado estaban Lia y Chaeryeong —, digo no es por ofender, pero tu papá parece querer desaparecer cada vez que la señora Han pisa su hogar.

— El tío Minho siempre carga una cara de culo — dijo Lia, ganándose un codazo en la costilla por parte de Chaeryeong —, oye, eso dolió — se acaricio la zona donde su amiga anteriormente la había golpeado.

Yeji soltó una pequeña risa, pero dándole totalmente la razón a su prima, no era extraño, ni raro que su padre no apareciera en las reuniones familiares donde estuviera su abuela.

Bien sabe la relación de odio que su abuela y su papá cargan, y no es quien para juzgarlos, después de todo, ella no sabe los motivos por los cuales su padre y abuela no se lleven bien, y tampoco desea saberlo. Era problemas de adultos, y ella no tenía porque meterse en un tema donde no le convenía.

Además, su única obligación es estudiar, sacar buenas calificaciones, ser una buena hija, hacer sentir orgulloso a su papá Minho y saber administrar algún día la empresa que heredará.

— Ya chicas, si Yeji no quiere, no la podamos obligar — salió Chaeryeong en defensa de la alfa —. Recuerden que también es la presidenta estudiantil, y tiene otras obligaciones — abrazó a su amiga de los hombros, brindándole apoyo. Yeji agradeció su acto, con una sonrisa.

Yuna iba a decir algo, pero en el momento que abrió sus labios, había sonado la chicharra, indicando que las clases debían continuar. Cada uno, se posicionó en su lugar correspondiente, y como era de esperarse, Hyunjin se sentó al lado de su gemela.

La maestra Lim Jiyeon entro al aula, con su aura carismática y su amabilidad, la única profesora que sus alumnos amaban. Aparte, siempre estaba dispuesta a incorporar a sus estudiantes.

— ¡Buenos días, mis preciosos niños!

— ¡Buenos días, profesora Lim! — exclamaron sus alumnos.

La profesora comenzó a acomodar sus cosas en su amplio escritorio, y empezó a escribir las reglas y porcentajes que se llevarían acabó dentro de su materia. Todos los estudiantes comenzaron a escribir.

— ¡Bien! — Jiyeon se volteo —, como verán, muchachos. Hoy inician un nuevo ciclo escolar, están a un año de graduarse, y muy pronto los veré con sus títulos y reconocimientos que les dará la preparatoria Dwight — por supuesto los gritos y aplausos se hicieron presentes —. Sin embargo, así como le están dando una bienvenida a su ciclo escolar, también se las darán a sus nuevos compañeros que se están integrando a este grupo — algunos alumnos murmuraron acerca de eso.

Yeji levanto la mano, y todos se callaron cuando la presidenta estudiantil hablo.

— Maestra, ¿no se supone que el instituto ya no permite a alumnos fuera de la fecha de inscripción?

— Excelente pregunta, señorita Lee — su maestra se aclaró la garganta —, el consejo estudiantil y administrativo abolió esa regla, y ahora los alumnos podrán reinscribirse
sin importar si están a mitad del semestre.

— Oh.

— Hoy tenemos un nuevo alumno — informó —, por favor querido da un paso al frente y presentate ante tus nuevos compañeros.

Un muchacho de cabello castaño, ojos marrones, y piel un poco morena, con pecas en su rostro se levantó de su lugar, estando frente a sus demás compañeros, Yeji le miro confundida, y el joven pudo notarlo. Aunque lo disimuló.

— Hola, mi nombre es Lee Jeongin, tengo quince años, soy alfa. Anteriormente estaba estudiando en la preparatoria de Hyosan, pero debido al trabajo de mi papá tuve que mudarme aquí, en Seúl — disimuladamente, Jeongin miro como los gemelos se murmuraban entre ellos, y una sonrisa de superioridad se mostró en su cara, dando su discurso —, espero llevarme bien con nosotros — terminó de decir.

— Gracias por su presentación, Jeongin, ahora, como eres nuevo, la presidenta de la preparatoria te dara el enlace para que puedas unirte al grupo de WhatsApp del salón, ¿Yeji podrías hacerme el honor?

La alfa se puso nerviosa, pero asintió, levantándose de su asiento.

— Mucho gusto Jeongin, me llamo Lee Yeji, y te daré el formulario para que puedas integrarte al grupo, si necesitas ayuda con algo, puedes preguntarme sin miedo — Jeongin inspeccionó con su mirada a la chica que tenía delante suyo, y nuevamente sintió como su sangre hervía ferozmente.

Con solo verla, hacia que su odio incrementara día con día. Deseaba poder pasarla de largo, e irse a su respectivo asiento y quedarse ahí, hasta que la clase finalizará, pero se vería una falta de respeto, sobre todo siendo su primer día.

«No te metas en problemas, Jeongin», las palabras de su papá omega sonaron en su cabeza, otra vez.

— Un gusto, Yeji — ambos chicos se dieron un apretón de manos, y Jeongin quería vomitar.

Estaba apretando la mano de su hermana mayor.

— ¿No se te hace extraño que se apelliden igual? — le preguntó Yuna a Yeji.

— Debe ser mera coincidencia — se encogió de hombros, tomándole a su batido de fresa.

— ¿Coincidencia? ¡Por favor! — exclamó Minju —, solo tu padre, tus hermanos y tú se apellidan Lee, tu familia paterna únicamente porta ese apellido. Que un extraño venga y porte un apellido de alto prestigio es raro. Al menos... — todas las chicas regresaron a mirar a Minju —. ¡Que sea un hijo bastardo de tu padre o abuelo! — gritó horrorizada. Y haciendo que la castaña se ahogara con su batido, causando pánico en sus amigas.

— ¡Minju no digas esas cosas! — regaño suavemente Chaeryeong, dándole palmadas en la espalda a Yeji —. Por poco matas a nuestra amiga por una broma como está — ayudo a la alfa a limpiarse el líquido derramado en su uniforme.

— M-Muchas gracias, chicas — tosió un poco —, Minju, nuevamente te pido que no vuelvas a decir eso, por favor — pidió con amabilidad.

— Perdóname Yeji — Minju froto sus manos —, pero, ¿que pasa si es en realidad un hijo ilegítimo de tu abuelo o tu padre? — esta vez la pregunta fue suave, y con un mensaje subliminal.

Honestamente, Yeji nunca imagino o llegó a pensar que su familia tuviera hijos ilegítimos fuera del matrimonio. Y no es, que estuviera en contra de eso, no le veía nada de malo, pero cuando era más pequeña, su papá Minho le decía que los hijos ilegítimos eran bastardos. Una aberración como él los llamaba, y que nunca deberian de existir, porque los hijos bastardos traían consigo el producto de la traición, el pecado de sus padres, y que buscaban quitarle absolutamente todo a los hijos que nacían dentro del matrimonio.

Tampoco veía que su abuelo o su padre eran infieles adúlteros, conocía el historial de su familia, su abuelo Ji-cheol amaba a su abuela Hyekyo, y lo mismo ocurría con su abuela Jiwoo, ella amo muchísimo a su difunto abuelo, Dong-Gun. Y sus padres, bueno, ellos aparentaban tener un matrimonio estable y feliz. Jamás vio o escucho acerca de algún hijo ilegítimo. Y de haber sido así, muy probablemente su abuela Hyekyo ya hubiese asesinado a su abuelo, pero nada de eso ocurría.

—¿Te soy sincera, Minju? — ella se acomodo el chaleco —, no sabría procesarlo sinceramente. Mi familia es fiel a los votos matrimoniales, por eso no sabré si aceptarlo o no — volvió a darle otro sorbo a su batido —. ¿Tu como te lo tomarías?

La respuesta de Minju fue rápida.

— Mal — respondió fríamente —. Odiaría si tuviera un medio hermano bastardo, porque estaría usurpando mi lugar, como heredera de mi madre.

— Pero si ya odias a tu hermana pequeña — Yuna rodó los ojos.

— Esa niña no es mi hermana, la puta de su madre se metió con mi mamá alfa, y gracias a esa estúpida omega, mi papá casi se suicida — dice, con voz furiosa y con palabras llenas de odio.

Yeji se aclaró la garganta.

— Odias a tu hermana sin justificación alguna, Minju — Yeji se molestó, no le gustaba la manera en como Minju se dirigía a su hermana —, debes entender una cosa. La madre de Yongsun no sabía que la señora Jessica ya estaba casada con tu padre.

— Eso es una vil mentira — intento defenderse Minju.

— Basta con ver a Tiffany alejada de los círculos sociales — comentó Lia.

— Nah, Tiffany es una mosquita muerta, nadie se le acerca en las fiestas donde nuestros padres son invitados.

— Si nadie se le acerca, es porque tu padre se encargo de hacerle saber a todo el puto mundo, que Tiffany es una roba esposas, y una completa zorra — añadió Yuna eso a la conversación —. Mi padre es amigo de Tiffany, y ella le cuenta todo a él. Dice que cada vez que visitas a tu mamá, ella hace lo que puede para que te lleves bien con Yongsun y puedas aceptarla.

— Tienes suerte de que ella no le este envenenando el corazón a tu madre contra ti —le dice Yeji tranquilamente.

— Cuando te pongas en mis zapatos no diras lo mismo, Yeji — fruncio su ceño, y empezó a devorar su ensalada de frutas.

Sus amigas solo se rieron.

Pero Yeji tenía una corazonada, cuando su mente proyecto la apariencia física de Jeongin.

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