D O S

Acercar mi vista hacia la ventanilla que tengo justo al lado de mi asiento, y ver esas nubes doradas que se extendían como un manto de terciopelo en el horizonte, junto a un pálido Sol sumergido en ellas, me alejaba de la ansiedad tan recurrente que soporté estos últimos días. Es desgastante tener que sumergirme en el inmenso mar de información que gira en torno a Karl, la empresa y su familia.

Distinguir entre la información certera y los absurdos que promueven las prensas amarillistas es lo más difícil, siempre es así. El comienzo de un caso es lo más pesado. Luego te acostumbras, y llega el momento en el que te sientes parte. Y es justo allí, cuando te tienes que dejar de involucrar tanto y simplemente dejar ir.

Lo he aprendido a las malas; antes pensaba que podía solucionarlo todo, y es que la vida es un constante caos sin solución. Siempre me cuesta desvincularme de un caso, y para que no ocurran males mayores, tengo que recordar constantemente que esto es solo mi trabajo, nada es personal, nada es real.

— ¿Gema? — me dice Karla, que se encontraba a mi lado— ¿Te encuentras bien? ¿Estás cansada?

Pestañeando un poco y dejo de mirar por la ventanilla. La verdad, sí estaba cansada.

— Dime Karla, estoy bien. Me dejé llevar demasiado con estas vistas – le digo.

— No hay problemas — me regala una leve risa— Nos quedan apenas 30 minutos para aterrizar, y quería aclarar varios puntos.

Asiento con la cabeza mientras me habla y presto atención a lo que necesita decirme.

— Gema, creo que está de más decir, que luego de bajar de este avión, tú y yo, no nos conocemos —comienza a decir Karla.

— Lo entiendo. Intentaré no dar complicaciones — le respondo, mientras Karla asiente.

Karla saca de su bolso un sobre grande, el cual me entrega. Me dice que lo abra.

— Gema, ahí está tu nueva identificación, licencia de conducir, un expediente para solicitar el puesto de secretaria en la oficina de Karl, un teléfono celular y las llaves de tu nuevo departamento.

Reviso levemente las cosas del sobre y asiento, afirmando que todo se encuentra dentro.

— Gema, necesito que seas mis ojos en la oficina de Karl. Quiero que me informes sobre todos los negocios que esté realizando, quiero saber todas sus citas e incluso las personas con las que se ha involucrado para los negocios — me dice Karla de forma seria— Hace más de un año, la empresa ha estado involucrando nuevos socios, los cuales están tomando grandes porcentajes de los beneficios de la empresa.

Antes de verte a ti, contraté a otro detective hace unos meses... Para que investigara a esas personas. Él estaba seguro de que dos de los nuevos socios, al parecer, eran compradores fantasmas — Karla hace una pausa, e intervengo yo.

— ¿Este investigador del que estamos hablando aún sigue estando activo? — le pregunto— Quizás su investigación sea una base... — Karla me interrumpe antes de terminar.

— Lo encontramos muerto en su departamento – me dice mientras me mira fijamente— Después de su último informe, nunca se volvió a comunicar con nosotros. Cuando mandé a Frezno, lo encontraron envenenado en la cocina de su casa — continúa Karla con un poco de angustia en su rostro— Se llevaron todas las pruebas que tenía, documentos de otros casos y su dinero. Me sentí culpable de su muerte, pero no puedo detenerme con esto — Karla termina de hablar y me mira.

Yo estoy atónita, mirándola un poco asustada.

— ¿Por qué no me contaste eso Karla? Esto no es un videojuego donde solo hay que colocar un USB en la computadora de Karl y robarle su información. Debiste haberme contado esta situación, es inevitable no sentirme en riesgo — le digo con un visible rostro de miedo.

Karla se acerca y me toma de las manos.

— Yo confío en ti — me dice segura— Anteriormente, cometimos muchos errores. Contratamos a una persona de nuestro mismo país, que trabajó sin mucha prudencia y algo grotesco. Estoy segura de que eso no ocurrirá contigo; tu perfil está hecho para este caso. No íbamos a encontrar a otra persona más versátil que tú. Es cierto...— hace una pausa y continúa— Corres riesgo, siempre los has corrido, y aun así haces un trabajo limpio. Este no será la excepción — termina de hablar y el piloto nos comunica que pronto aterrizamos.

Escucharla hablar me dio un poco más de confianza. Aunque la confianza no esquiva balas, tengo que tenerlo claro.

Aterrizamos en una pista de aviones bastante distante a la ciudad; el cielo se encontraba totalmente nublado, y la temperatura es de dos grados, para ellos se siente como un verano. Yo me estoy congelando.

Pocos minutos después de bajar, Karla me guía hasta un auto. Nos despedimos, y sin yo saber mi rumbo, el auto comienza a moverse. Unos 20 minutos después estaba en la entrada de mi edificio.

Se ve como un lugar acogedor, de apenas 2 o 3 pisos. Hecho de ladrillos antiguos, que dejan ver sus años por el musgo que se aferra a ellos. La humedad en esta ciudad siempre es notable; las nubes apenas dejan filtrar destellos de Sol. Afortunadamente, siempre traigo conmigo Vitamina C; no quiero que mi depresión empeore con este clima.

Saco la llave del sobre y miro el número del departamento que tiene escrito en un pequeño llavero de madera. Me dirijo hasta el segundo piso, veo una sola puerta e introduzco la llave. Era justo esa.

Abro la puerta y observo el lugar donde viviré, quién sabe cuánto tiempo. El lugar se ve bien, nada del otro mundo, aunque lo que más extrañaré será mi anterior balcón. Pero no me quejo. En el suelo hay una maleta, y encima de la isla de la cocina otro sobre. Me acerco a él, y al abrirlo encuentro algunos billetes en efectivo, una tarjeta de crédito y un papel plegado.

Comienzo a leer el papel mientras recorro y observo todas las cosas que en él dice.

Mensaje de Karla:

Hola Gema, o como te conoceremos a partir de ahora... Gigi Goode.

En este sobre te dejo alrededor de 300 dólares, para tus necesidades los próximos días. En tu nueva tarjeta de crédito deposité el dinero restante de nuestro acuerdo de pago. Le pedí a Frezno, mi mano derecha, que te comprara la comida suficiente para dos semanas. Esta es tu casa; puedes retocar los detalles que necesites o que te parezcan mejor. Cualquier inconveniente, llama rápido al único contacto que tiene el teléfono que te entregué. En tu habitación dejé un ordenador, y en la maleta de la sala, dejé ropa que ya no uso. Para que tengas algunos básicos en tu armario.

Nos veremos el lunes en Larsson Co a las 8:00 am para tu entrevista de trabajo. A partir de ahora, estás a tu merced, sé cuidadosa. Confío en ti.

Karla

Es inevitable no sentir la presión en este asunto, tantas cosas están pasando y apenas acabo de llegar. Creo que ya está volviendo mi presión sistólica a su punto de apogeo.

💌 Nota del Autor:

¡Hola Chamurris! Feliz año a todos, espero que este 2024 llegue cargado de muchas cosas lindas, muchos éxitos y mejores momentos.

Quiero agradecerte por estar leyendo mi pequeño libro, el cual por razones extras a mi dejé un poco en abandono. Mis disculpas más sinceras. Por eso este año quiero comenzarlo con este nuevo capítulo y aún más deseos de seguir compartiendo con ustedes mi contenido en esta aplicación tan maravillosa.

Sin más que decir, les invito a dejar su hermoso voto para que más personas puedan encontrar la historia. Y comentarme qué les pareció.

Un bechote grandote. 🌺

D.S 🕷️

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