24. verano
¿Este era la vida, realmente?
Era lo que siempre me preguntaba, y la respuesta era un confirmado , si; esta es la vida , pasar malos momentos esperando los buenos , o viceversa, no pasaba así, la vida , mi vida , era un constante tren que viajaba por zonas frías llenas de tempestades y sucesivos túneles que te eclipsan el sonido de las cosas , un camino en los que se veía el sol muy pocas veces , por eso para mí ver el sol era un momento apreciado.
Ver el sol; hoy era un día de sol en mi vida. El comedor estaba lleno de niños que celebraban, habían dos motivos , acababa de llegar el verano , no como si fueran a irse de vacaciones pero aún así les animaba como a todas personas terminar las clases , y Pam se iba en unos días así que la estaban haciendo sentir querida, Cecilia se estaba encargando de eso al mantenerla Totalmente entretenida.
— verano , vacaciones , playa , sol y calor — dijo llegando Haro a mi lado , estaba sirviéndose un poco de jugo.
— verano, el mismo encierro pero ahora con calor — era el verdadero concepto.
— vaya, eres muy pesimista — expresó él a lo que yo le di una mirada de estás siendo estúpido , de esas que se me habían pegado debido a sus constantes repeticiónes dirigidas a mi — ¿Quien sabe? Nunca se sabe cuándo otra tia pueda morir y tengamos que ir a su funeral — eso me había hecho reír , y aún más cuando el me guiñó el ojo con humor y complicidad , estos momentos tan pequeño estaban tan soleados.
— nunca he ido a la playa — expliqué , era la verdad , en este pueblo a duras penas si había algún lago, pero si conducias a las ciudades próximas podrías tenerla.. yo nunca he ido muy lejos.
— con razón odias la vida — comentó
— yo no odio la vida — me defendí.
— claro , por eso es que estuviste a punto de saltar de la barandilla de un último piso, porque amas la vida. — habló con sarcasmo , uno que se me quedó atorado entre las amígdalas , lo dijo con tanta normalidad, sin un rastro de pena pero sin Apice de gracia. Solo le miré.
— ¿Puedes callarte? — a la defensiva era el único modo de protección que tenía.
— no te estoy juzgando annabeth , aunque es muy correcto que sientas vergüenza — me dijo y no se equivocaba, eso era lo que sentía — yo también siente eso.
¿Vergüenza?, ¿De mi? ¿Él de mi? , Incluso antes de preguntarle algo el ya se estaba Levantando y yéndose , le seguí la mirada sin habla Pero el no me volvió a mirar , solo se sentó en la mesa siguiente donde estaba florecita.
Intenté dirigir mi atención a algo más pero tenía metida la conversación entre las cejas ¿Habrá solo Sido un chiste? , Intenté relajarme pensando que si, aún no tenía mucha información de él y él sabía que escapaba cada noche , y que había tratado de acabar con mi vida...
¿Podía confiar en él? ... No sabía ni la cuarta parte de mi vida pero aún ya con eso podía hundirme.
« vamos »
Escuché una voz , él estaba de vuelta.
Solo le di una mirada , en realidad estaba buscando en sus ojos algún indicio que me dijera que estabamos bien ,que no me culpaba de nada pero aunque esperé a ver algo pasó lo de siempre . . . Nunca podía ver lo que pasaba por su cabeza, sus ojos se mantenían oscuros.
— tierra llamando a annabeth — pasó las manos por frente de mi rostro.
— ¿a dónde vamos?— por un momento dudé en poder salir del comedor , cuando había este tipo de reuniones no podía andar nadie rondando por otro lado, aún así Haro no quitaba la mano que tenía extendida , en poco tiempo ya había entendido que si el decía algo es porque ya tenía todo bajo control.
Maldición, confiaba en él.
Así que no insistí en cuanto no respondió mi pregunta, solo le tomé la mano , la cual soltó al empezar a caminar por las mesas de las hermanas. Ya cuando estábamos en el pasillo empezó a apurar el paso para llegar al . . . ¿Salón de tutoría?.
Recordaba las clases que habíamos tenido en esta área común.
La vida es una existencia...
La muerte también es otra existencia.
El cielo si existe.
El infierno También.
Pero no por ello significa que hayan dos lugares nada más.
Como el gris entre el blanco y el negro.
La frontera entre estados unidos y Canadá.
Arena húmeda entre la tierra y el mar.
Todo lo que hagas en esta vida importa en tu muerte , Annabeth.
Estas aquí para decidir tu camino sin saberlo.
La vida es un prueba.
La muerta es una vida.
Cosas que eran más importantes que la historia , que las matemáticas e incluso la literatura según él , de algúna forma sus ojos se volvían aún más misteriosos cuando hablaba de todo aquello así que me resultaba entretenido escucharlo.
También lo entendía pero no por eso significaba que lo aprobara... Todo sonaba tan fantasioso y esperanzador
Eso no iba mucho conmigo.
— ¿clases? ¿En verano? — pregunté cuando el cerró la puerta tras nosotros.
— hablas como si no fueran interesantes — fingió sonar ofendido, lo único que podía reconocer a este punto es cuando fingía sus expresiones. — pero no , hoy haremos otro tipo de cosas interesantes...
Soltó con una alta actitud y por ese le miré rápidamente, ahí es donde me di cuenta que reaccioné exactamente como el quería que reaccionara.
No me gustaba admitirlo pero él siempre parecía ir un paso más adelante.
Haro se aproximó a la ventana, sacó unas llaves del bolsillo y abriendo los dos candados que la mantenían cerrada tuvo acceso de par en par hacia el exterior.
— tenemos dos opciones — explicó él , parecía un poco contento ¿Lo estaba?, No, estaba más bien relajado, sabía que eso pasaba cuando sus pupilas se achicaban milímetros dejando de ver un poco de color gris en ellos.
— él viene adentro, o nosotros vamos afuera — propuso.
Podía estarme pensando en lo que sería mejor o más peligroso, en realidad lo que resultaba mejor era también lo más peligroso, pero no me importaba , si el lo estaba ofreciendo es que ninguna de las dos eran peligrosas.
Estaba poniendo una parte de mi en sus manos ¿Que demonios estaba haciendo?
— ¿ él ? — fue lo único que pregunté , y antes de que respondiera un sonido seco por las paredes y luego un sonido de algo aferrándose a la ventana obtuvo toda mi atención.
— verano , vacaciones , playa , sol y calor — habló una voz, esta vez no era Haro en el que había dicho eso, eran Aron.
— no le digas eso a la chica , se deprime por no haber ido a la playa — se burló de mi Haro y yo solo le di un codazo de que a pesar de que estaba segura que tenía que dolerle solo se rió.
Cuando Aron subió completamente por la ventana se abrazó con Haro como si fueran los mejores amigos lo eran pero era como si nunca un chico hubiera ahorcado por cierto tiempo a uno y el otro no hubiera sido un arrogante con el uno.
Raro, muy raro pero me podía acostumbrar.
Y lo confirmé cuando Aron También me dió un fuerte abrazo , como si no importara que estuve a punto de arrojarme de su balcón.
Raro, muy raro pero definitivamente me iba a acostumbrar.
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