Despedirme no era el problema.

No quería irme porque no quería volver a aquel lugar, diría que era como el infierno para mí , pero no sé comparaba, el punto es que es tan aburrido , no hay nada bueno ni nuevo que hacer.

Aún así mantuve la calma, subí al auto , luego al autobús, mi silencio lo interrumpió la pequeñita en la terminal, que me saludó con energía, era maja , no se calló ni un momento en la minivan hasta la casa, era tan  inocente y tan pequeña que estaría mal visto hacerle daño hasta en el mismísimo infierno.

Iba directo a mi cuarto, quería pensar en todo lo que iba a pasar la otra semana , no podía dejar pasar más tiempo , me quería ir y tenía que conseguirlo como sea. En las escaleras había una rubia escuálida con la mirada baja, aún nisiquiera podía verme a los ojos sin ruborizarse . Eso, doblegate todo lo que quieras.

— ¿Podemos hablar? — preguntó bajito.

— perdona , no te he escuchado — jugué con ella.

— Tenemos que hablar — afirmó, me sorprendió su intento de confianza , oh querida.

— ¿nisiquiera un beso de bienvenida?— esto era tan pero tan divertido. Sus temblores , y la manera en que traga saliva, ¿Hablará con Dios sobre esto? No creo que lo apruebe.

El pasillo  estaba totalmente vacío , todos seguían en la sala , ella se estiró un poco en sus pies y me dió un pico muriéndose de vergüenza, tuve que apretar los dientes pero aún así no pude evitar sonreír , por algo muy diferente.

Oh florecita, ¿Que estás haciendo? ¿Un par de besos y ya querrás correr a mi lado abandonando tus creencias? , Me halagaria pero no es mi plan.

— he salido un día antes del retiro , y tomé el autobús hacia el pueblo donde se  haría el funeral de la señora tia de annabeth , solo que ustedes nunca llegaron — aclaró y dejé de sonreír , me atrapó con la guardia baja.

— ¿Que? ¿Que querías ganar con seguirnos Florencia? — reclamé , sabía hasta que punto podía manipularla , era tan indefensa que podías hacerla sentir que tus culpas en realidad eran las de ella. podría con esto.

— yo . . . Yo solo queria verte, ya sabes , fuera de la casa imaginé que podíamos salir un poco — ya escuchaba la inseguridad en su voz.

— debiste avísarme — dije ya normal.

— ¿Donde estabas Haro? ¿Porqué no fueron al funeral? — oculté la necesidad de volcar los ojos y dejarla hablando sola , se caería todo lo que he armado , me llené de falsa paciencia. Pero ¿Quien se creía para hacerme preguntas y pedirme tantas explicaciones? 

— ann se sentía demásiado mal , ni se te ocurra decirle esto a la madre soledad porque se va a preocupar, pero ann se desmayó en cuando pisó el lugar así que tuvimos que irnos , ¿feliz? ¿Porqué tanta desconfianza Florencia? — expliqué lo primero que se me vino a la mente , de me hacía fácil mentir, la carita de flor gritaba vergüenza como siempre, pero ahora también reflejaba culpa , genial , cada vez conozco más sus debilidades.

— lo lamento, se me ha ido la cabeza pensando tonterías — se disculpó, y me dió un fugaz abrazo .

— ¿pensando que cosa?— le pregunté. Siempre responde , como si estuviera en la obligación de responderme así se muera de vergüenza ¿Quien hizo a esta chica tan sumisa?, Este lugar solo crea presas fáciles.

— que tú y annabeth . . . No sé — entendí todo a la perfección — Haro, ¿Te gusta Annabeth? — me mordí la lengua para no soltar lo que estaba pensando no me gusta nadie , nisiquiera tú , no tuve que decir nada porque en menos de 5 segundos la nombraba llegó justo a posarse a mi lado , la pequeña virgen estaba celosa de annabeth, me llenaba de energía que ese sentimiento corrosivo corriera por sus venas porque detrás de los celos existía la envidia, el odio, y la venganza.

— bendecido por Dios, hermana flor — saludó la chica a mí lado a la joven que se irguió , sabía que estaba molesta pero lo que más me sorprendió es que lo expresó abiertamente haciendo tal desaire de irse sin responder al saludo , e ignorando a la chica.

— hablamos luego , haro — informó y se fue.

Annabeth quedó totalmente despistada , yo solo me alcé de hombros y seguí mi camino hacia el cuarto, aún la información me burbujeaba dentro de los intestinos.

Annabeth , esa jóven que al llegar me dió una bienvenida no tan normal , mientras la veía caminando con la cabeza baja aquel día  pensé que era una más de aquí , una a la que podía controlar y manipular , como a Florencia , como a todas. Pero en cuanto aquella mujer religiosa abandonó la sala ella me miró sin una pizca de disimulo, sin pena ni inhibición  y como soltó aquello sin filtro ni contraste.

Jamás te van a adoptar

Directa , sin una gota de dulzura en su voz , una voz firme. Ese fue en el momento que la Vi con atención por primera vez , los ojos chispeantes destacaban ante mí, burlándose sin ella saberlo , la odie , pero más que todo la envidiaba , no podía permitirmelo.  ¿Quien era esta chica? ¿Que hacía en este lugar?

Con el pasar del tiempo pensé que  era otra pena, pero me miraba como si le causara curiosidad mi existencia , con los días me dí cuenta que era una simple persona más con muchos secretos aparentando honestidad en un lugar de inocentes. Este lugar , sus prácticas y sus creencias eran aburridas y monótonas ¿Porqué ella se quería amoldar tanto aquí? , Lo único que tenía de divertido esto era todas las almas inocentes , porque no es secreto para nadie que hasta el alma más pura se puede llevar al pozo más oscuro , en donde sus vestiduras dejan de ser blancas , en donde sus vestiduras se desprenden , en donde son por fin libres.

Yo podía enseñarle lo divertido de este lado , pero ¿Vendría conmigo?

La habitación me pareció aburrida en ese momento , así que de un salto me encaminé a su habitación.

— toc toc — avisé para pasar, ella no se alarmó con mi presencia , una parte de mi me decía ¿Que te hace pensar que puedes confiar en mí? Nadie puede. Pero otro lado me decía que yo no podía confiar en ella , en nadie podía, sin embargo su mirada la cual me recordaba que annabeth no era inocente me recordaba de igual forma que no tiene porqué formar parte de mi guerra.

Al menos no en contra ¿Accedería estar a favor?.