Capitulo 6


Eran cerca de las 16hs las cuatro de la tarde.

Hoy para variar el tiempo había mejorado, si ignorábamos los días anteriores casi podría decirse que fue un verano normal, del que le hablas a todos cuando vuelves a clases.

Midas se había aparecido por la puerta del café de siempre con una expresión seria, me busco entre las mesas y una vez que me encontró con la mirada sonrió por costumbre y al darse cuenta fingió no haberlo hecho.

Se acercó a la mesa y notó que lo estaba esperando con su licuado preferido, sería imposible que siguiera aunque sea solo un poco enojado después de eso.

—Mara —dijo a modo de saludo mientras se sentaba frente a mí.

—Midas —respondí en el mismo tono.

—¿Pediste un licuado para mí?

—De fresa, si

Ambos asentimos con la cabeza.

—¿Mara?

—¿Midas?

Nos miramos en un minuto de tensión que parecía no acabar. Su rostro estaba en blanco, con una tranquilidad envidiable, los ojos le chispeaban con una pizca de malicia. Él sonrió al fin, tironeando torpemente de la tapa del licuado. Una vez que lo logro soltó una risilla y bebió de él.

—no puedo enojarme con esto —Admitió señalando el vaso de plástico.

Y listo, así de sencillo volvíamos a estar bien, amaba tener tal grado de amistad. Era un punto en el que ambos sabíamos que nos perdonaríamos cualquier tontería que hiciera el otro, porque muy en lo profundo sabíamos que nunca haríamos nada para dañarnos, al menos no conscientemente.

Charlamos un rato y cuando noté que ya todo era como de costumbre entre nosotros le solté la bomba sobre conocer a Alisa y su don. Al principio solo se puso la palma de la mano en la frente casi pude saber lo que pensaba "Para qué diablos hago amistad con esta loca si siempre termina haciendo lo que quiere" pero ni bien le aclare que esta vez los incluía a todos se relajó.

—¿Entonces nos mostrara su poder? —preguntó nuevamente en un tono burlón.

Asentí enérgicamente con la cabeza más que emocionada. Ese sería el fin de todo, sabríamos donde estaba Elien y llegaríamos al rescate cabalgando nuestros cuatris. En ese momento desee poder comunicarme con él para avisarle que no demoraríamos mucho más, que dentro de poco volveríamos a ser el grupo de siempre. Pero claro, por algún motivo las comunicaciones entre nosotros se habían terminado.

—Ya no sueño con Elien —solté sin pensarlo, mi mente había vagado a esa conclusión— desde que me confeso eso ya no lo vi más...

Midas bajo la sonrisa ladina que tenía estampada en el rostro y carraspeo, abrió la boca varias veces, pero no llego a decir nada. Al final se decidió a darme un apretón de manos por encima de la mesa, de esos que te reconfortan con solo un roce.

Se reincorporo hacia atrás mientras se acomodaba en la silla.

—Tal vez se cansó de ti... ¿Sabías que roncas?

Tome la primera servilleta de esas de papel que vi en la mesa, la estruje en mi mano y se la arroje, todo esto en segundos, la bola de papel le reboto en la nariz y cayó en la mesa nuevamente.

—Tarado

—Alguien tenía que cortar el momento depresivo —levanto los hombros como si fuera una obviedad.

Decidí que tal vez tenía razón, no ayudaba en nada ponerse a pensar en esas cosas, aquel era el momento para ser el estratega que era Atila siempre, pensar fría e inteligentemente en nuestros próximos pasos.

Una vez terminados los licuados nos fuimos a buscar nuevamente un traje para Midas, después de todo solo faltaban unos días para el baile y él aún no había elegido nada. Reí internamente al notar que él estaba verdaderamente preocupado por su aspecto para ese día. Claro que la ropa que usaríamos era nuestra mayor preocupación.

Pasamos el resto de la tarde visitando todas las tiendas, que no eran muchas, que nos habían faltado la vez anterior. Y para variar si se decidió ese día, eligió un elegante traje negro con moño que le quedaba a la perfección, realmente había valido la pena ya que ese lo hacía mil veces más atractivo de lo que lo hacían ver los demás que se había probado.

—Si con esto no la conquisto me muero —había dicho Midas entre risas mientras se miraba al espejo, acomodándose los puños.

De nuevo volví a imaginarme a quien tenía en vista, ¿Seria la chica morena de Arquitectura? ¿o aquella otra de Medicina? de cualquier forma seria divertido verlo intentando seducir a alguien desde afuera, con Atila y Alana también viendo el espectáculo junto a mí.

Si salía bien, tendríamos a otra persona en el grupo, cosa que me agradaba, y aun si salía mal podríamos bromear sobre eso un par de días, luego de que Midas lo superase.

Acompañe a Midas a su casa para dejar el traje y fuimos a reunirnos con los chicos en el parque como habíamos quedado por el grupo de Whatsapp, al que Midas había editado para ponerle la foto que me había sacado el día de la revelación de foto grupal. Cada vez que entraba tenía que ver una miniatura de mi rostro con una mueca de espanto terrible.

Claro que sería hasta que consiguiera una foto aún peor de cualquiera de nosotros.

Los chicos estaban reunidos en un punto del parque al que siempre íbamos, un conjunto de bancos que formaban un círculo rodeado de altos árboles, el lugar perfecto para charlar, solo faltaba una fogata y era el típico cliché de noche de verano.

Mire el reloj de pulsera que tenía, 8:58 pm, no faltaría mucho para que aparecieran Matt y Alisa.

—¿Son ellos?

"Que puntuales" pensé mientras miraba a donde estaba señalando Mollie, que se había abrazado a sí misma, tal vez aun con miedo de lo que podría pasar.

Me voltee hacia la izquierda y sin dudas venían dos chicos charlando distraídamente, aun no nos habían visto. Matt parecía ser un maniático de la ropa negra ya que aún estaba vestido así por completo. Alisa en cambio tenía un aire jovial y vivo que no podría compararse a él. ¿Esos dos eran amigos?

Alisa era una chica morena alta, con el cabello extremadamente largo que caía en bucles, tenía un estuche de algún tipo de instrumento de esos enormes pero que aun así puedes cargar en la espalda.

Hice una seña amistosa con la mano para llamar su atención, entonces Matt la vio y me devolvió el gesto, avisándole a Alisa para que se acercaran.

Durante un segundo Matt miró la cantidad de personas en el círculo, casi como si estuviera recordando que le había dicho que solo sería uno, bueno... detalles.

Alisa lo miro un tanto confundida, pero lo siguió hacia nosotros, dándonos una sonrisa amigable de saludo.

—Hola —saludo Matt— a todos —agrego mirándome de reojo. Sonreí inocentemente en respuesta, fingiendo que no había hecho lo que hice. Cuando desvié la mirada, Midas me enfrentaba con cierto reproche en el ceño fruncido y los labios apretados. Cuando llegara el momento me disculparía.

Se sentó con confianza a mi lado derecho ignorando las miradas asesinas de Midas, que incomodaban a todos, y le hizo una seña a Alisa para que se sentara también, Mollie se corrió un poco dándoles todo el espacio que necesitaran, aun temerosa.

—Matt debería irme —le murmuro en respuesta.

Matt se encogió de hombros bajando la vista.

—Bueno hay algo que no te dije —formo una sonrisa estúpida como pidiéndole piedad— ellos saben de las espadas y quiero que unamos fuerzas.

La expresión de Alisa fue de una gran O y nos miró detenidamente uno por uno como si así pudiera distinguir si éramos de fiar. Pareció tomarse un tiempo para pensar algo, un momento en el que su cerebro debe haber funcionado a mil por hora.

Así que al parecer la había llevado engañada. Tal vez por eso había sido tan fácil "convencerla"

—¿Ese es tu ídolo? —me susurró Midas a mi izquierda.

Le hice una seña para que no bromeara en ese momento.

—Sabes creo que todos estamos asustados con ese asunto —le hable a Alisa creyendo que si no lo hacia ella no aceptaría cooperar nunca— pero creo que es mejor si lo enfrentamos en grupo

—No sabemos a qué nos enfrentamos, tener aliados nos beneficia a todos Completo Atila que estaba frente a mí en aquel circulo.

—¿Y qué opción me queda? Aunque no quisiera aliarme a ellos ya nos expusiste —indico Alisa mirando a Matt con reproche.

—Hay que correr ciertos riesgos —Matt respondió muy conforme con lo que pensaba, y por un segundo pude verme a mí misma cuando tomaba decisiones estúpidas, y a Alisa como los demás cuando debían seguirme el juego por esas decisiones. ¿Así que así se veía desde afuera?

Atila frente a mí me arrojó una mirada que traduje a "Si, así te ves cuando te mandas las tuyas"

—¿Que saben? —pregunto Alisa ahora mirándonos a nosotros— esto no es un juego ¿Todos tienen espadas?

—Oh no —decidí hablar yo casi interrumpiendo a Atila— solo yo, tenemos un amigo que también tomo una y desapareció...

Alisa dio una vista rápida a los chicos como queriendo confirmar lo que le decía.

—Creemos que los militares están en todo el asunto y ya hemos visto algunas cosas... peculiares que se pueden hacer con ellas, aun no puedo controlar la mía como Matt me contó que puedes hacer con la tuya

—No puedo ayudarte con eso —interrumpió Alisa, se abrazó a si misma apartando la mirada de mí.

Sentí una punzada de frio recorriéndome el cuello al escucharla. Realmente no me creía capaz de hacerlo sola.

—Aun no sé cómo funciona completamente, lo que Matt te haya contado —miro a Matt casi matándolo con la mirada— me temo que lo aprendí por casualidad, no sé cómo se activa la tuya

Abrió los brazos, de repente el aire jovial se le apago y paso a verse exhausta.

—Está bien —dije sacudiendo la cabeza y levantando los hombros— solo queremos encontrar a nuestro amigo y hacer como que nada de esto paso...

Alisa volvió a mirarme fijamente, asintió luego de unos segundos en los que pareció meditarlo.

—Necesitamos ir a un lugar seguro y ahí podré mostrarles donde esta

Nos miramos entre todos ¿Quién sacrificaría la casa esta vez? Atila y yo no podíamos ya que Bill reconocería a Matt, Mollie explico que sus tíos estaban de visita y tampoco podríamos usar la suya. Alana comento que desde la última vez sus padres le habían prohibido volver a llevar a tanta gente por el asunto del desorden y Midas simplemente odiaba llevar gente a su casa, más si eran aquellos en quienes no confiaba.

—Mollie ¿Puedes llevarnos a la casa de Elien? —Pregunte, Mollie abrió los ojos casi asustada, a pesar de que les había contado a todos lo de sus padres.

—¿No tendrán problemas? —murmuro por lo bajo.

—Si encontramos a Elien nos perdonaran —finalizo Atila acomodándose el cabello hacia atrás.

Fuimos entonces mitad del grupo en el auto de Mollie y mitad en el auto de Alana, hicimos una breve parada para que pudiera tomar mi espada solo por si las dudas, y luego nos dirigimos hacia allí.

El padre de Elien estaba más que sorprendido cuando nos abrió la puerta, nos miró a todos durante unos segundos y luego solo soltó un "Pasen" entendiendo de alguna manera que aquello sería inevitable. Sentí nuevamente una terrible pena por los padres de Elien y toda la situación en la que los había envuelto por mi estupidez.

Entramos y nos acomodamos en la mesa de la sala, él nos siguió y pidió presenciar todo, se sentó junto a nosotros expectante. Por un momento sentí que estaría en una sesión espiritista o algo así.

Alisa retiro de aquella funda enorme que llevaba una gran espada, difería a la mía por mucho, igual de repleta de esa especie de runas y surcos, pero con una hoja delgada y un tanto más larga, aquella era una espada ¿Samurái?

¿Me pregunte entonces que tipo de espada seria la mía?

La desenvolví de las mantas y allí estaba, con la impresionante empuñadura de tintes dorados y carmesíes ¿Cuándo había sido la última vez que la había detallado así en mis manos? Recién ahora podía notar que la empuñadura formaba una especie de M casi llegando a la hoja, la cual era todo menos recta como la de Alisa.

Las marcas vacilaron al tocarlas con la piel desnuda, y nuevamente se acomodaron unas sobre otras hasta formar "Exilio"

Levante la mirada y note a Alisa mirándome con cierta curiosidad, cuando se dio cuenta que la estaba mirando hizo una mueca avergonzada.

—¿Que dice..? —Se atrevió a preguntar, aun espiando disimuladamente desde donde estaba.

—Exilio... ¿la tuya?

Me mordí los labios dándome cuenta que realmente ansiaba saber qué diablos diría otra espada. Quería saber si realmente la mía era la única que dejaba mil cosas a la imaginación, tal vez la suya tendría alguna muerte más específica tipo "accidente de tránsito en la calle tal y tal" no una simple palabra.

—Traición

Forme una línea con los labios, así que todas eran igual de poco descriptivas, por lo menos no era la única que debería quemarse la cabeza para entenderlo completamente. Me sentía presa de una predicción de Nostradamus, como una de aquellas que solo cobran sentido cuando ya están sucediendo y ya no tienes tiempo a enfrentarlas.

Entonces como si una luz divina me iluminara entendí porque no había querido contactarse con nosotros antes, al parecer Matt era de completa confianza y solo compartía esto con él por lo que decía su espada. Ya que el acercarse a más personas aumentaría las probabilidades de que sucediera.

Asentí agradecida de que me lo hubiera contado y ella asintió en respuesta.

—La mía dice "Reclusión" por si querían saber —Matt se había inclinado sobre la mesa para que todos escucharan.

—Si bueno ¿quién tiene hambre? —Midas preguntó a la ronda fingiendo que no parodiaba un meme.

—No me asombra, sabiendo que te metiste en una propiedad privada así sin más —comento Alana siguiendo la burla de Midas. Ambos soltaron unas risitas por lo bajo.

Matt bajo las cejas ahora serio, pero aun ansioso, lo había tomado mal pero no tan mal.

—Bueno... no sabía cómo acercarme —se excusó.

Alisa sostuvo la espada en sus manos ignorando al resto, envidie esa concentración, la espada completamente obediente comenzó a agrietarse y a formar surcos sobre su hoja, estos se iluminaron primero lentamente y después con fuerza.

—Necesito que mires las luces —ordeno Alisa haciendo una señal con la cabeza para que me acercara.

El padre de Elien también se acercó, parecía el más curioso allí. Aquello era lo único que podría confirmarle que realmente no me había vuelto loca.

Las luces eran bellísimas, entendí en poco tiempo que el verlas fijamente te llevaba a una especie de trance. Un aturdimiento en donde no perdías la consciencia, pero al mismo tiempo ya no estabas físicamente ahí.

Parecido a esos sueños que tienes cuando estas a punto de despertar, en donde la fantasía y la realidad tienen un límite tan pequeño que todo se entrelaza para permitir una nueva sensación, donde sabes lo que pasa a tu alrededor, pero al mismo tiempo sientes que estas viajando hacia algún lugar.

Entonces lo vi, Alisa me llevo a un lugar enorme que no había visto antes, una serie de edificios dispuestos sobre el borde de un acantilado. Destruidos por el tiempo y la naturaleza, completamente abandonados.

Una voz hablo y la sentí extremadamente lejos de mí.

—Esta aquí abajo —explico Alisa— Puedo sentir a alguien como nosotros aquí abajo.

—¿Aquí?

—Así es, no puedo acercarme más que esto, tengo miedo de que nos vean

Mire el lugar nuevamente, no podía ser allí, era notorio que estaba abandonado tal vez hacia décadas, intente buscar algo de él que me hiciera poder reconocerlo, pero jamás había pisado por esa zona. Entonces en el edificio que parecía ser el principal, justo por encima de la fachada estaba escrito;

"Benevolentes en la paz, fuertes en la guerra"

—¿Una base militar? —me pregunte a mí misma en voz baja.

Bueno, no era como que no lo había sospechado, pero ahora tenía la confirmación ahí frente a mi cara. Una verdadera cachetada de realidad golpeándome en el rostro.

—¿Puedes verlo al menos?

—No, solo siento la presencia de alguien como nosotros

Debía encontrar ese lugar.

De a poco la realidad se fue fundiendo hasta desaparecer los extraños edificios abandonados, entendí que Alisa nos estaba devolviendo a la casa de Elien.

Me sentí un poco atontada cuando volví por así decirlo, como quien despierta de un profundo sueño sin saber qué hora es. Mire a los chicos, ellos estaban como de costumbre ¿Acaso no lo habían visto? Había sido tan hermoso pasar por ese trance, me sentí culpable de que no pudieran sentir lo que yo y Alisa.

Voltee a verla y estaba en un estado parecido al mío, un poco más recostada hacia atrás sobre la silla y con una fina línea de sangre que le corría desde la nariz hasta la barbilla. La misma línea de sangre que veía antes en Elien.

—¿Que viste? —Mollie apoyo su mano en mi hombro intentado estabilizarme, sin darme cuenta estaba inclinándome demasiado.

—No conozco ese lugar...

Hable bajo aun sin mucha fuerza.

—Yo lo conozco —Matt respondió rápidamente— No quieres conocerlo, créeme

—Adivino, te metiste ahí ilegalmente... —Soltó Midas agudo.

Matt frunció el ceño conteniendo el enojo, pero inclino la cabeza hacia otro lado y se quedó en silencio cruzado de brazos.

—Lo sabía —Midas hizo un ruidito de queja con la lengua contra el paladar.

—Midas —Atila lo miro con toda la profundidad que podía emplear en una mirada, un obvio gesto de que dejara de acotar cosas innecesarias.

Midas alzo los hombros y se levantó para caminar por el salón de la casa de Elien en círculos, parecía un perro desesperado por salir a correr.

—Llévanos Matt —Solicito Mollie, parecía haber dejado al fin su miedo de lado.

Matt aflojo el gesto de molestia, miro a Alisa como consultándose algo telepáticamente, esa mirada de mejores amigos que hace innecesarias las palabras.

—Debemos prepararnos si queremos entrar —Alisa se froto el entrecejo, tal vez se estaría preguntando porque hacia todo eso por simples desconocidos.

Si, sabíamos lo de las espadas, pero nada más nos unía. ¿Yo habría ayudado a un desconocido con una petición así? Probablemente no, y admiraba un poquito a Alisa por eso.

—No tenemos mucho tiempo no sabemos que le pueden estar haciendo a Elien —Alana volvió a adoptar aquella personalidad dominante, levantándose de la ronda para acompañar a Midas en su caminata nerviosa.

Alisa simplemente la ignoro.

—Somos un grupo de chicos entrando a una base militar, me parece necesario planear bien todo —Defendió Atila, ambos se miraron y casi pude sentir la mirada de Alana de "Eres mi novio como te atreves a ir en contra de lo que digo"

—¿Cuánto tiempo necesitas? —Comenzó a competir Alana— yo ya estoy lista

Alisa carraspeo tratando de llamar la atención. Todos nos volteamos a mirarla.

—Tendremos una semana, les aconsejo que traten de prepararse para lo que pueda pasar ahí abajo, denme esa semana para intentar hacer un mapa del lugar, Matt necesito que vigiles el lugar ya que lo conoces mejor y veas si hay gente a los alrededores

Matt asintió enérgicamente, parecía contento de que al fin alguien no lo juzgaba.

—Te acompañare —aclaro Midas apresurado.

—No creo que sea buena idea —comentó Atila.

—¡Por supuesto que lo es! —Midas fingió un tono amistoso— Así podremos conocernos mejor

—Prefiero ir solo —rechazó Matt volviendo a marcar las arrugas entre las cejas.

—Qué pena porque iré contigo y punto

Matt solo desvió la cabeza hacia mi ante la respuesta de Midas, pude reconocer una especie de súplica. Si pensaba que yo podría hacer que Midas cambiara de parecer estaba muy equivocado, pero estaba obligada a hacer el intento.

—¿Midas que te parece si lo acompaño yo? —Consulte tanteando el terreno, aquel chico era un campo minado.

Midas volvió a ponerme la expresión que había usado ese día temprano, la de "si haces eso cumplo la profecía de tu espada y te exilio de mi vida"

—No quiero que estés sola con este loco —soltó a regañadientes. Había dejado de caminar sin rumbo— yo iré

Mire a Matt levantando los hombros, lo intente, pero ya todos sabíamos que Midas era un cabeza dura, tal vez eso era lo que nos hacía amigos.

Alisa golpeteo el hombro de Matt dándole ánimos.

—Debemos irnos Matt, estamos en contacto —soltó mirándome con una sonrisa débil.

Me hundí más en el sillón cuando el padre de Elien los acompañaba a la salida, casi había ignorado todo lo que había estado pasando. Pero ahora no quedaba más nada por hacer que enfrentarlo y la realidad me pesaba sobre los hombros. Entraríamos a una base militar para rescatar a Elien ¿Con que defensa?

Si había un momento para descubrir el poder de mi espada era esa semana. 
































Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top