Capitulo 16
-Sebastian...
Battista tardo unos segundos en girarse, desacostumbrado al uso de su nombre, la muchacha que lo llamaba era aquella en la que había experimentado el poder de su espada. Tan solo unos pocos militares habían tenido el privilegio de tener una, y Battista era de los aun menos que aun continuaban con vida.
Algunos sucumbieron ante el peso de tal poder, y el conocimiento de lo que la milicia haría con ellos, y no quedaba mas que deshacerse de ellos para que no intervinieran. Pero para él era un privilegio con el que siempre había soñado, con eso bajo la manga literalmente podría controlar a quien quisiera.
-Estas pensando -detalló la chica. Firme a su costado esperando alguna orden.
Desde que su espada le había arrebatado el pensamiento propio solía hacer ese tipo de comentarios innecesarios, al azar durante cualquier momento. Casi la había empujado cuando unos días antes había comenzado a hablar sobre que sentía los sentimientos de Battista, y era capaz de notar nostalgia en él.
Había comenzado a dudar de si verdaderamente podría sentir lo que el sentía, pero el colmo fue la noche que se apareció en su casa, diciendo que había sentido su dolor y había acudido a ayudarlo. Esa noche Battista había sido torpe como nunca y cocinando se había cortado el costado de un dedo, un corte limpio y profundo que no paraba de sangrar
El asunto le molestaba, pero la única forma de liberarla seria matándola o matándose él mismo. Battista tenia planeadas muchas cosas y muchos compromisos que cumplir como para acabar con su vida, y el ejercito no podía verse envuelto en mas desapariciones de las que ya había como para acabar con la de ella.
Ademas esa chica era el títere perfecto. Un ser con cuerpo sin alma, una voluntad cedida completamente al control de Battista, todo con solo haberla rasgado con su espada. Así de simple obtenía su esclava personal.
Claro que tal vez hubiera preferido algún otro poder un poco mas divertido a su gusto, pero aquello aun así seguía siendo perfecto.
-Estoy pensando en si realmente podrán usar sus espadas contra aquel chico -Admitió sabiendo que no importaba sincerarse frente a ella.
-Están enojados...
Battista asintió aceptando lo que decía, extendió su brazo impulsándola por la espalda para que caminara junto a él mientras seguían al trío.
-Espero que si, deseo saber que les impulsaría a usarlas mas adelante, y hasta donde serian capaces... ¿Que crees?
-Por supuesto que lo harán.
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